BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


EL TÚNEL MÁGICO DE LOS PARADIGMAS ….LA CIENCIA REGIONAL AL ALCANCE DE LOS JÓVENES

Andrés E. Miguel Velasco y otros



Esta página muestra parte del texto pero sin formato.

Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (724 páginas, 1.48 Mb) pulsando aquí

 

 

CAPÍTULO 7. LA LUCHA DE LOS NIÑOS VENADO COLA BLANCA

Junto con Quetzalcóatl, Donají y José Pablo iniciaron su camino buscando la salida del túnel que los condujera con sus papás. Su guía era el Arco Iris mágico que se veía en el horizonte y que les indicaba los pasos a seguir. Mientras caminaban Donají preguntó:

--¿Por qué los Niños Águila hablaron de la guerra en estas tierras?, ¿por qué aseguraron que el mercado debe basarse en la libertad para elegir, la libertad para participar, la libertad para competir?, ¿por qué se habló de una sociedad justa, qué acaso existe otra forma de hacer las cosas?.

Quetzalcóatl tomó la palabra para responderle:

--Son muchas interrogantes, todas justas, pues en realidad ustedes deben saber que existen varias formas de organizar la economía sin que necesariamente tenga ue tomarse en cuenta la oferta y la demanda. Muchas de estas formas de organización entran en conflicto porque manejan principios opuestos. Actualmente en Monte Albán de los Niños Águila el mercado es el guía, pero en otras regiones no necesariamente es así. Verán, les relataré la siguiente anécdota para que me entiendan:

--Hace mucho tiempo sucedió que Monte Albán de los Niños Águila estuvo controlado por un gobernante que se llamaba Xola. Éste se rodeó de un gran séquito de sacerdotes y adivinos que controlaba todas las actividades de la sociedad, no solo la política, sino además la cultura, la religión, y también la economía. Al principio todos perecían marchar de acuerdo con la forma en que se hacían las cosas en esa sociedad, pero conforme comenzó a transcurrir el tiempo, empezó a haber problemas entre Xola y su equipo auxiliar. Los que formaban este equipo, que eran quienes creaban y manejaban la información, comenzaron a murmurar:

--A nosotros se nos condiciona a programar el desarrollo de la población, mientras Xola se enriquece a costa de todos nosotros y del propio pueblo. Así que yo les propongo realizar un plan que haga quedar mal a Xola.

--¿Y qué es lo que propones?, le preguntaron los demás.

--Lo que les sugiero es muy sencillo, propondremos un “plan” en el cual los recursos serán para nosotros, pues cargaremos de leyes, reglamentos y normas al pueblo, de tal manera que haremos tan sofisticada la forma de hacer las cosas, que nadie entenderá lo que está pasando.

--¿Qué es lo que hará Xola según tu plan?.

--Algo muy sencillo. Le diremos que las cosas están muy mal, y que se requieren todos esos reglamentos para poner las cosas en orden. Y él debe imponer tales reglamentos. De esta manera, Xola se hará de enemigos, y cuando el pueblo se canse de Xola, pues entonces nosotros, o uno de nosotros, tomará el poder, ¿qué les parece?.

--Excelente, fue el comentario recibido. Y estos malos compañeros comenzaron a ejecutar su plan.

--¿Qué sucedió después?, preguntó Donají.

--Pues pasaron los días y los meses, y cuando la anarquía ya se había legalizado debido a las normas y leyes tan extenuantes, el pueblo se rebeló en Monte Albán de los Niños Águila. También influyó en esto la desigualdad que existía, pues el equipo que rodeaba a Xola se había enriquecido desmesuradamente, mientras el resto de la población se había empobrecido notoriamente.

--¿Y qué le sucedió a Xola?, intervino José Pablo.

--Cuando Xola quiso someter a juicio a su equipo, ya la población carecía de todo tipo de libertad porque se había instaurado un sistema económico regido exclusivamente por la planificación. Fue cuando los habitantes de Monte Albán decidieron derrocar a Xola.

--¡Oh, ya comprendo!, comentó José Pablo.

--La planificación puede combinarse con el mercado, pero Xola optó por instaurar un sistema planificado demasiado centralizado, convirtiendo a los planes en los reguladores de la actividad económica, y en los controladores de la libertad...Deben saber que antes de su caída nadie había visto jamás a Xola, pero cuando fue derrocado resultó ser un personaje que usaba una máscara para ocultar su verdadero rostro de guajolote...

--¿Qué?, ¿Xola no era un humano?, interrumpió José Pablo.

--Así es. El sistema que se creó en esa época en Monte Albán de los Niños Águila estaba tan centralizado y burocratizado que en cierto sentido no fue necesario que el gobierno fuera encabezado por un gobernante humano, aclaró Quetzalcóatl.

--¿Existen más formas de organizar la economía?, intervino nuevamente Donají.

Quetzalcóatl estaba a punto de responderle cuando descubrieron que se encontraban a la entrada de otra ciudad nuevamente similar a Monte Albán, pero pintada con flores y semillas de frijol por todas partes, de la cual comenzaban a recorrer sus calles:

--¿Qué ciudad es ésta Quetzalcóatl?, preguntaron los niños.

--Es Monte Albán de los Niños Venado Cola Blanca, reconocida como el centro de la Región de la Tradición, respondió Quetzalcóatl.

Los niños observaron que la ciudad se encontraba rodeada de bosques, ríos y cascadas, y por campos cubiertos de cultivos de maíz, frijol, chile y calabaza. También había una fauna abundante en esta región. Les llamó la atención que en ese momento las calles de la ciudad se encontraran adornadas con flores, cuando los detuvo Quetzalcóatl diciéndoles:

--¡Eah, miren quien avanza frente a nosotros!.

--¿Quién es?, preguntaron los niños.

--Es la Matlacihua, fue la respuesta de Quetzalcóatl.

--¡No puedo creerlo, entonces esto significa que se escapó de Monte Albán de los Niños Águila!, exclamó José Pablo.

Los niños observaron como la macabra deidad llevaba en la espalda un arco y flechas, iba cubierta además por otras armas de guerra, la cual se detuvo a la entrada de la ciudad. Su persona infundía temor. Observaron como se quitó el sudor de su frente, y mientras se preparaba para descansar despojándose de sus armas, una gran cantidad de Niños Venado Cola Blanca se juntaron a su alrededor exigiéndole que se marchara de allí, pues la Matlacihua tenía fama de generar guerras y peleas entre la gente.

Ante el asombro de todos la Matlacihua extendió sus enormes alas de zopilote con las cuales voló hacia al techo de una casa en la cual podía ser observada por todos. Con gruesa voz exclamó:

--¿Con qué no me quieren aquí?, ¡pues verán lo que soy capaz de hacer!, dicho lo cual tomó su arco, y en un abrir y cerrar de ojos disparó una flecha en dirección a la plaza central del lugar.

Cuando la flecha impactó se generó un gran estruendo que dio origen a un sismo que derribó casas y árboles, provocando el desgajamiento de los cerros. Todo el mundo se echó a correr, y Donají y José Pablo junto con Quetzalcóatl buscaron un lugar donde protegerse ante el peligro. Cuando todo volvió a la normalidad y los presentes pudieron percatarse de la magnitud de la destrucción ocasionada por la Matlacihua, los niños binigulazas comentaron:

--No es justo lo que nos acaba de suceder.

Pronto entre la multitud una voz se distinguió, y exhortó a los presentes:

--Las circunstancias que ahora vivimos no son para menos, pero es necesario infundirnos de la organización comunitaria que caracteriza a los binigulazass. Tenemos la suficiente energía, y es justo que la utilicemos para nuestro bienestar. Propongo que convoquemos a la gente de nuestras comunidades para que se aproveche hasta el último recurso y esfuerzo en la reconstrucción de nuestra ciudad. La discusión se alargó, pero al final lograron ponerse de acuerdo.

--¿Quién es ese niño?, preguntó Donají.

--Es Zahuindanda, fue la respuesta de Quetzalcóatl, quien agregó: él es un niño guerrero mixteca muy valiente y muy activo en Monte Albán de los Niños Venado Cola Blanca.

--Se nota, fue el breve comentario de José Pablo.

Después de la catástrofe, Zahuindanda y el resto de las autoridades de la población convocaron a la unidad y organización de la ciudad, quienes a través de una asamblea aceptaron llevar a cabo el plan propuesto a través de la solidaridad y el intercambio de recursos para hacer frente a la destrucción ocasionada por la Matlacihua.

En unas cuantas horas se arreglaron las casas, los caminos y demás construcciones de la ciudad, gracias a la capacidad de ayuda y cooperación de los niños del lugar. Donají, José Pablo y Quetzalcóatl se integraron al trabajo, acarreando materiales, cargando cosas, amarrando maderos, en fin, ayudando con todo tipo de actividades.

Al final de su participación sintieron que el esfuerzo realizado había valido la pena, pues habían sido testigos de los resultados de la aplicación de la comunalidad de los Niños Venado Cola Blanca, y ante sus ojos vieron nuevamente el renacimiento de su ciudad de Monte Albán.


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles
Enciclopedia Virtual
Biblioteca Virtual
Servicios