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LA MIGRACIÓN EN LA REESTRUCTURACIÓN ECONÓMICA ACTUAL

Jorge Isauro Rionda Ramírez



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CONCLUSIÓN GENERAL

Lo primero que salta a la vista de la presente investigación es que los patrones tradicionales de crecimiento de las principales urbes del país, siguen atrayendo población, no obstante, son las llamadas ciudades medias la que ahora también contribuyen a atraer población, especialmente aquellas que son ciudades fronterizas y puertos, que mantienen especial vínculo con el mercado exterior.

El esquema endogenista sigue las pautas que desde tiempos coloniales comporta como esquema centralizado y concentrador de población en las urbes del centro del país, destacando las zonas metropolitanas de México y Puebla, así como aquellas grandes urbes en el occidente (Guadalajara) y en el norte (Monterrey). La apertura comercial, propicia que la distribución territorial de la población ahora siga nuevos patrones que se explican por la nueva geografía de los negocios.

El arribo del modernismo y de políticas que fundaron el crecimiento en el gasto fiscal a partir de los años 30, junto con una coyuntura internacional favorable para sostener la continua expansión de la liquidez que representa crédito disponible y barato, son componentes claves para explicar el ascenso urbano – industrial, centralizado y terciarización de la economía mexicana. Cambios en el orden institucional de la regulación de la inversión tanto interna (privada y pública), como extranjera, junto con la apertura comercial son los principales componentes que explican el cambio de patrones en la distribución territorial de la población y la migración. La inferencia estadística muestra como dichos cambios institucionales en la regulación económica del estado son antesala y van aparejados a la desregulación económica, apertura comercial y cambio en la estructura económica que afecta la movilidad y distribución territorial.

La población nacional aumenta de 1990 a 2000 en casi una quinta parte, la población considerada urbana lo hace en una tercera parte y la metropolitana en tan solo una octava fracción. También se observa que la población metropolitana va perdiendo peso en su incremento de censo a censo de 1940 a 2000, a razón de es la población urbana en zonas no metropolitanas como son las llamadas ciudades medias las que comparativamente crecen con mayor dinamismo. Por decir, en 1940 el incremento intercensal de la población rural es apenas menor al observado en las zonas metropolitanas. En la década que comprende 1990 a 2000 el incremento de las áreas urbanas es alrededor de 2.5 veces superior al de las metropolitanas. Incluso el incremento de las zonas metropolitanas es menor al promedio nacional en la década en cuestión cuando hace 60 años estaban muy por arriba del promedio nacional. Esto significa que por un lado a nivel general el incremento de la población tiende década con década a ser menor. Que en 1940 se observa un acelerado incremento de la población urbana y metropolitana, que supera en mucho el incremento de la población total del país. Que las zonas metropolitanas paulatinamente pierden dinamismo y que son las áreas urbanas medias las que siguen creciendo. Por ultimo, que siguen siendo las áreas rurales las que sustentan en mucho con saldos negativos el ascenso urbano y metropolitano del país.

Son las llamadas ciudades medias junto a las grandes concentraciones urbanas las que presentan el más alto ritmo de crecimiento. Se observa la transición supuesta por la principal hipótesis de este trabajo donde es evidente un cambio en los patrones migratorios y la distribución territorial de la población, al observarse que la migración deja sus tradicionales puntos de origen y destino de pequeñas localidades a las grandes, sino que se viene dando una significativa migración a las ciudades medias, donde existe una desaceleración del crecimiento de la participación relativa de la población de localidades por su tamaño tendiendo a estabilizarse dicha participación relativa . No obstante persiste la migración de las localidades no urbanas a las ciudades medias de más de 100 mil habitantes.

México observa una rápida urbanización, conurbación, desarrollo industrial periurbano y también, como efecto de lo anterior, la presencia de la precarización de lo rural y el desarrollo de lo suburbano.

Los estados del norte muestran especial incremento en su crecimiento demográfico, atrayendo población del resto del país. Hay una alta interacción entre la franja occidental y noroeste del país lo que revela un alto grado de integración económica de ambas regiones.

Las ciudades de la frontera norte alcanzan las tasas de crecimiento demográfico más altas del país, superando las del centro, especialmente del Distrito Federal y Estado de México, así como de otras zonas de lato dinamismo como el occidente del país y Veracruz.

Al parejo con el proceso anterior, las pequeñas localidades tienden a desaparecer: unas porque son absorbidas y conurbadas por la principal localidad en tamaño dentro del municipio o municipios colindantes, otras por que son la fuente de expulsión de población a estas localidades de mayor dinamismo económico. Las localidades ejido tienden a disminuir en tamaño y número.

Hay una abierta terciarización de la economía como efecto del desarrollo de servicios financieros, bancarios, aseguradoras de bienes, como aseguradoras de retiro, así como el incremento de los servicios a la producción y al comercio, y servicios públicos donde destaca la educación, la salud, la seguridad y la asistencia social, así como algunos servicios públicos en materia de comunicaciones.

Los estudios realizados en materia de migración interna no se enfocan a estudiar la interacción migratoria entre las regiones que comprende el país. Con base a las matrices realizadas a nivel regional se sabe que la región noroeste y el occidente observan la mayor interacción interregional del país. Por otra parte, esta interacción aumenta rápidamente con un dinamismo inusitado.

Las áreas geográficas del país que más vínculo tienen con los mercados foráneos y con el nuevo esquema económico observan un saldo negativo migratorio. Por darse una idea, en esta a inicios de la XX centuria vive algo más de la cuarta parte de la población nacional (28.8% para ser precisos). Según los datos del Conteo de población de 1995, esta participación relativa disminuye a una quinta parte (19.57%). Por lo mismo, se sostiene que el país esta altamente articulado a otras regiones cuyo dinamismo económico y poder de atracción es superior al local. Estas regiones son el noroeste y el centro del país, como a su vez la migración a los Estados Unidos es bastante representativa. Jalisco, Michoacán, Zacatecas y Guanajuato, entidades que integran en parte el occidente, son a su vez las que ocupan del resto de la República Mexicana los 4 primeros lugares en migración de trabajadores a la Unión Americana.

El crecimiento urbano es dinámico, y la metropolización de ciudades es parte del fenómeno de la megametropolización concéntrica de la ciudad de México.

En el país la mayoría de la población se concentra en unas cuantas ciudades: Guadalajara y zona metropolitana, León, Aguascalientes y Morelia, que representa dos terceras partes de población que vive en el occidente del país. Según los resultados preliminares del XII Censo de Población.

De 1990 a 2000 las ciudades medias muestran un crecimiento superior a las observadas por las grandes. Se sigue dando de manera concentrada la urbanización, no obstante son las ciudades medias en contraste de las grandes las que muestran mayor dinamismo en su crecimiento.

La concentración de la población se da en localidades que poseen un desarrollo industrial manufacturero y cierto tipo de servicios financieros, comerciales, y a la producción. Con una consolidad red de comunicaciones terrestres, en valles y bajíos con desarrollos agropecuarios. Es interesante observar cómo fuera de la ZMG, las concentraciones en el país parecen tener vínculo con la difusión y concentración de la ZMCM. Sustentan que en esto han sido las deseconomías de la acumulación capitalina la principal causa de relocalización empresarial en regiones periurbanas o con alto grado de articulación a la principal zona metropolitana del país.

Las empresas en general fundan su plataforma de sustento en las grandes ciudades del país, que son su principal y más seguro mercado, para de ahí aventurarse a otros mercados periféricos como internacionales. En esto destaca el Bajío y las localidades que comprende que muestran una alta articulación con el aparato productivo de la ZMG y la ZMCM, distinto a otras partes como los son los puertos de Tepic, Vallarta y Colima que se articulan más con el mercado exterior al norte del continente y noroeste del país, que hacia los mercados del interior de la República.

En síntesis, el dinamismo que adquiere la innovación tecnológica en materia de electrónica, informática y telecomunicaciones, por citar los más importantes, llevan necesariamente a modificar la organización social del trabajo y en sí la función social de producción. Esto implica un inminente cambio en la estructura económica tanto a nivel internacional, como regional, nacional y local. A esto se le identifica como una transición del esquema de producción rígido propio del modernismo, al de la producción flexible posmodernista. Ante dicho cambio, la regulación del estado viene a modificar su ética administrativa, por lo mismo la re estructuración económica viene acompañada de cambios en el orden institucional, lo que en suma afecta los patrones en la movilidad y distribución territorial de la población.

Los patrones en la distribución territorial de la población tienen en su fondo histórico su explicación causal, que desde periodos coloniales han sido trazados por distintos esquemas económicos en la nación instrumentados: desde el primario extractivo exportador del virreinato al actual transitorio entre el redimensionamiento del esquema fordista ante la prominencia del desarrollo del esquema de toyota.

Implicaciones y nuevas líneas de investigación

Con base al desarrollo del presente trabajo, se abren nuevas interrogantes que son necesarias para brindar más fundamento a lo aquí expuesto, por lo mismo se citan a continuación algunas de las investigaciones que son de interés inmediato y sustantivo en materia de investigación social relativo a la distribución territorial de la población y algunas relaciones entre tópicos industriales, laborales y urbanos.

En la nueva agenda de investigación se tienen las siguientes líneas:

 La relación existente entre el cambio en el orden institucional, la política económica y la re estructuración económica.

 El efecto regional de la política macroeconómica en la distribución territorial de la población.

 Interacción interregional de los flujos migratorios.

 Metropolización de las grandes ciudades.

 ¿Conurbación o metropolización de las ciudades?

 Subsistema de ciudades en el occidente del país.

 Agricultura, modernización y su efecto en la distribución territorial de la población.

 El efecto laboral en la distribución territorial de la población ante la inminente flexibilidad laboral.

 La inversión pública, privada y externa y los mercados de trabajo regionales (nuevas orientaciones y montos).

 Federalismo, descentralización y migración.

Lineamientos sugeridos para la política demográfica de México

En esta nueva dinámica el papel del municipio es vital. En materia de cambio en el orden institucional en materia de la inversión pública federal, a través de dos procesos: descentralización y federalismo, el municipio inicia desde el segundo lustro de los 80 un ascenso en la vida político administrativo de la nación. El nuevo papel que se le confiere como institución básica en el país gestan que las economías locales despierten nuevas expectativas atractivas para que prosperen los negocios locales, lo que hace de la cabecera municipal el centro gravitacional de las localidades periurbanas a la misma, y atraen población. En parte esto explica que las ciudades medias, la mayoría de ellas cabeceras municipales adquieran fuerte atracción poblacional. A esto se suma el cambio en el ordenamiento del territorio así como de la tenencia de la tierra agrícola, propiamente las regulaciones en torno a la pequeña propiedad y el ejido.

El municipio es entonces la principal unidad de análisis, y bajo esta óptica se descubre que su papel es vital para el debido dimensionamiento del problema a estudiar.

La política económica que desde la década de los 80 ejerce su principal acción para generar crecimiento del ingreso nacional, parte como principal fundamento de instrumentación la política monetaria y crediticia. No obstante, las condiciones funcionales en que se aplica la política expansiva de la liquidez del país no son propicias para garantizar la alta efectividad de la misma. Existen componentes de carácter funcional que desvían mucho del gasto al consumo y no a la inversión, lo que genera un crecimiento modesto acompañado de un alto nivel inflacionario. De estos se destaca lo siguiente: existe en el país grandes potenciales de colocación de cartera al tener un amplio nivel de desempleo, y recursos naturales donde aplicar la inversión, sin embargo, la abundancia de fuerza de trabajo causan que a la par que aumenta la creación de nuevo empleo, el incremento en los salarios nominales sea pequeño, lo que a la par de un alto índice inflacionario causa que haya inflación real, lo que vía precios redistribuye el ingreso nacional de forma regresiva. El fruto del crecimiento va a parar en las manos de quienes suben los precios, especialmente por el alto grado monopolización de los mercados nacionales. El alto grado de incertidumbre que causan fuerzas internas de corte político, junto con la apertura financiera a los grandes mercados financieros vía bursátil, que le agrega vulnerabilidad a la economía mexicana ante los arbitrariedades de los mercados del exterior. Por esta causa, el efecto de la política macroeconómica que procura incentivar crecimiento “con estabilidad de precios” , es la principal razón por la cual no obstante crezca el ingreso nacional, en los hogares haya una continua precarización de su ingreso, al concentrarse el primero en manos de quienes suben los precios, y escaparse de la manos de quienes pagan precios inflacionarios. Se crece a costa del desarrollo. La precarización del empleo se materializa en la pauperización continua del poder adquisitivo del salario.

Hay que sumar la situación macroeconómica del país ante la doble brecha entre el ahorro y la inversión y las exportaciones netas, que en suma presentan problemas de insolvencia económica acompañada con crisis cambiarias, inflacionarias y de sobrevaluación del peso ante el dólar, que vienen directamente a afectar el poder adquisitivo de los preceptores de remuneraciones fijas.

¿Cómo es que en México se reproduce la pobreza? Pues no es por las razones maltusianas que se esgrimen subrepticiamente para justificar su paulatina generalización, sino más bien que la política económica en México, por la alta monopolización de los mercados que hacen altamente inelástica la curva de la oferta agregada, sumado a la alta elasticidad de la curva de oferta de trabajo, causa que el fruto del crecimiento quede en manos de unos cuantos, a razón de que las mayorías ven caer sus remuneraciones reales.

Se haya suficiente evidencia empírica para correlacionar el cambio del orden institucional, la política económica, la re estructuración económica, la regulación pública de la inversión nacional y extranjera, la apertura comercial y el nuevo papel que se otorga al municipio en la inversión pública, como principales componentes con alto poder explicativo del cambio en la movilidad y distribución territorial de la población.

La aportación que la presente investigación hace es componente deductivo de involucrar en la operacionalidad estructural aspectos de corte funcionalista como lo son los cambios en el orden institucional que son antesala para reorientar la política económica, y la orientación y nuevo giro de la inversión nacional (privada y pública) como extranjera, la apertura comercial y financiera, que otorgan una nueva geografía de los negocios.

Un aspecto relevante es dentro de la re estructuración económica la instrumentación de la política económica del país desde la década de los 70. El agotamiento del esquema endogenista moderno puede afirmarse, inicia a raíz de la crisis juglar sistémica del primer lustro de la década en mención. La crisis financiera internacional y el cambio de patrón monetario bajo la moneda vehicular del dólar en 1971, la crisis de los energéticos de 1973, causan por primera vez durante la posguerra que el principal socio comercial de México, la Unión Americana, inicio una profunda recesión. La caída de las exportaciones mexicanas no se hizo esperar. Políticas y ajuste y contención son fundamentales para sustentar el crecimiento con altas tasas inflacionarias y paulatina pérdida del poder adquisitivo del salario de los trabajadores. La demanda interna cae y la crisis se agudiza lo que es causa que para 1976 México inicio una serie de ajustes a la paridad real del peso ante el dólar para poder absorber el perentorio déficit comercial. Con estos acontecimientos tanto nacionales como nacionales se marca el inicio de profundas re estructuraciones internas en México.

La política económica es el efecto instrumental por el que se manifiesta la re estructuración. Destaca el efecto de la política monetaria en el crecimiento, el empleo y el poder adquisitivo. La política crediticia y las tasas reales de interés, la política cambiaria, así como la instrumentación de políticas más locales propias de los otros dos niveles de gobierno: las estatales y las municipales.

La política monetaria en el país ha propiciado un crecimiento pero con altas tasas inflacionarias en los precios internos. Al no existir estabilidad de precios, el ingreso nacional se redistribuye regresivamente. Esto se explica básicamente por dos razones: la inelasticidad que presenta la curva de la oferta agregada del país a efecto del alto grado de monopolización de mercados, así como la alta elasticidad de la curva de oferta en el mercado laboral por la abundancia de fuerza de trabajo. Es coyuntura, como sostienen los teóricos de la oferta (escuela norteamericana de la oferta), se combinan para delinear la manera en que opera y es en grado efectiva la política monetaria. Entre más dinero se le inyecta al crédito, el efecto es propiciar un modesto crecimiento acompañado de la regresión en la distribucón del ingreso nacional. En especial en su expresión regional. El incremento de la demanda agregada beneficia más a los productos industriales que a los primarios, por el tipo de bien que son. Esto causa que el ingreso en los medios urbanos observe mayores incrementos que en el medio rural, el cual se precariza. Motor de la migración rural – urbano.

La política económica de abasto juega especial papel en materia del desarrollo agropecuario. La infraestructura de almacenamiento y transporte de los productos del campo, así como los agronegocios en mucho explican el crecimiento de las localidades medias.

Las implicaciones de observar los cambios de los patrones migratorios son que la política social y económica en México no prevé de ninguna forma las consecuencias que implica en materia de atención en servicios públicos y ordenamiento territorial las ciudades que se suman a ser más dinámicas y atrayentes de fuertes flujos de población, como es el caso de puertos, cabeceras municipales, ciudades medias y las ciudades que presentan metropolización.

La población movilizada presenta un espectro específico en la estructura del mercado de trabajo, esta observa una demanda en específico de empleo, los sectores que absorben a este tipo de población son la industria y los servicios. El federalismo puede ser una vía favorable para atender en específico esta tendencia, como garantizar su absorción local.

La inversión extranjera directa que en un 95% va a la industrial maquiladora de exportación, genera que sean las industrias medianas y microempresas las que presenten la mayor creación de empleos, por lo mismo, las entidades fronterizas y aquellas como Jalisco, Veracruz y el Estado de México deben concebir políticas que atiendan la creciente demanda de empleo que este tipo de industria provoca. Otras tantas entidades que no atraen inversión foránea deben implementar políticas favorables para poder presentar atracción a este tipo de fomento e industrialización. Con esto se puede garantizar que por concentración de la industrial maquiladora, la generación de empleos se concentre en geografías específicas, creando polos de desarrollo regional, contrastando con otras entidades que tienen fuerte expulsión de población, en este sentido es de interés de observar el caso del Estado de Zacatecas que de ser expulsora tradicional pasa a tener fuerte atracción, especialmente en Ciudad Guadalupe.

La política económica, por la heterogeneidad y características estructurales de las regiones, opera de forma discriminada. Por lo mismo, es necesario evaluar por región el efecto de la política crediticia, cambiaria, de fomento a la inversión pública y privada y la política salarial. Procurando que su efecto local no favorezca a fomentar la polarización migratoria de las regiones en regiones expulsoras, como atrayentes.

La legislación laboral ante su inminente orientación a favorecer la flexibilidad laboral, obviamente tendrá un efecto en la distribución territorial de la población, fomentando que la población migrante persiga las regiones donde existen distritos industriales consolidados, lo que concentraría más la población en las tradicionales áreas metropolitanas y urbanas.

La evaluación del problema migratorio y su repercusión en la concentración dispersión territorial de la población es un tópico de especial interés, donde la política económica y demográfica debe hacer especial encono en su regulación.

La planeación debe centrarse más en una visión municipal que en una nacional, de tal forma que conciba las especificidades que cada municipio presenta y el tipo de políticas a seguir con base a su estructura económica y vocación industrial, como densidad de población y mercados de trabajo locales e inmediatos.

Debe abatirse la marginación. Debe integrarse las regiones expulsoras de población al esquema de desarrollo nacional, donde estas puedan participar con base a sus potencialidades económicas locales. Los flujos de inversión pública y privada, como foránea, deben orientarse a aplicarse en sectores tales como son los agronegocios, la minería, la infraestructura en comunicaciones y transporte, infraestructura de almacenamiento, servicios públicos con cobertura y calidad, exención fiscal a los básicos en regiones de bajo nivel de ingreso, entre otros aspectos que pudieran favorecer la retensión de la población residente.

El fenómeno migratorio es cada día más significativo, por lo mismo, la estructura de los hogares y la desintegración familiar y los hogares infuncionales son temas de interés para lo política social. Proyectos comunitarios de atención y asistencia a las familias de los migrantes, así como proyectos de fomento de desarrollo económico local deben merecer especial apoyo.


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