BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA MIGRACIÓN DE MEXICANOS A LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

Horacio Mercado Vargas y Marisol Palmerín Cerna



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7.3.- REMEMBRANZAS DE EX BRACEROS.

Tomás Hernández es un campesino de 70 años de edad, fue uno de los miles de migrantes mexicanos que fue contratado mediante el programa bracero para trabajar en Estados Unidos, el vive con Epigmenia, su esposa desde hace 50 años. Como no tiene tierras sobrevive con lo que pueden, Don Tomás fue 13 veces a Estados Unidos a trabajar de bracero en los campos de algodón, fresa y lechuga de Arkansas y California, comenta: “allá sufrí mientras que a mi familia la dejaba escasa de recursos; si enfermaban les mandaba para el doctor y cuando regresaba se acababa lo poquito que había podido juntar, así que volvía a contratarme en Empalme, Monterrey o Irapuato, los malos tratos de los patrones eran muchos pues sufría de discriminación era tratado peor que un animal puesto que para poder ingresar al Norte me quitaron la ropa y todo.

Pedro Grande Valencia era entonces un joven campesino. La pobreza en que vivía lo impulso a contratarse 12 veces como bracero, entre 1955 y 1966, originario de Panotla, Tlaxcala, Don Pedro relata su experiencia: “la primera vez me contrate en la ciudadela y me fui para Chihuahua, ahí nos mandaron para Texas, en tren como si fuéramos animales. No había asientos y nos sentábamos en la orilla del vagón con los pies colgando, debido al calor que hacía con tanta gente, algunos se desbarrancaron y nadie supo de ellos".

A don Pedro Valencia se le llenan los ojos de lágrimas con los recuerdos: "sufrimos muchos lamentos al ir al norte. En la madrugada llegamos a la frontera y aunque hacía mucho frío nos desnudaron. Nos trataban peor que si fuéramos perros pulguientos. Nos revisaban todo, los ojos, los pulmones, el vientre, nos empinaban y con una lámpara veían si no teníamos almorranas, nos manoseaban para ver si teníamos alguna enfermedad contaminosa. Nos rociaban de los pies a la cabeza con polvo blanco que olía a creolina”.

El campesino asume con orgullo su condición de bracero sobreviviente: "yo fui a Estados Unidos, pizqué dátil, algodón, fresa, tomate en California, Indiana y Texas. Trabajamos en lo que fuera a pesar de los maltratos. Había compañeros que les picaba el sol y quedaban tirados, les espumaba la boca y ya no se levantaban. Aunque los tendían en planchas de hielo, algunos se morían. Eran jornadas de hasta 17 horas, casi no dormíamos ni comíamos. Estuvimos como soldados, peleando con los brazos para alimentar a los vecinos del norte y para llenar la necesidad de nuestras familias".

Los testimonios de don Tomás Hernández y don Pedro Grande, sintetizan el drama que vivieron miles de ex braceros. Entregaron su juventud en los campos estadounidenses, los gobiernos de entonces nunca se preocuparon por ellos, ni allá, ni acá. Su reclamo actual del fondo, que les fue descontado de su cheque hace más dolorosa su historia.

7.4.- EL CONGRESO DEL TRABAJO DEFIENDE A TRABAJADORES MIGRANTES MEXICANOS EN LOS ESTADOS UNIDOS.

El Congreso del Trabajo en México solicito desde hace cinco años, a las autoridades federales emprender acciones concretas para defender a los indocumentados en Estados Unidos, debido a una Resolución de la Suprema Corte de Justicia de aquel país, que limita los derechos laborales de los connacionales.

El Congreso del Trabajo, considera que en esa resolución se niega a los trabajadores indocumentados el derecho a sindicalizarse y se les impide reclamar el pago de salarios cuando son despedidos injustificadamente.

Las autoridades mexicanas deben de presentar ante la Organización Internacional del Trabajo, una denuncia por esas medidas que atentan contra la dignidad humana y laboral de los trabajadores migrantes. Indudablemente, los Estado Unidos necesitan la mano de obra de los indocumentados, por lo que se debe de abrir el tema de los acuerdos migratorios, para que los connacionales que cruzan la frontera con ilusión de encontrar mejores condiciones de vida, puedan reclamar sus derechos laborales.

Asimismo, el gobierno mexicano debe reprobar las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de Estado Unidos, que tienen como consecuencia limitar los derechos laborales de los trabajadores migratorios mexicanos. El gobierno federal de México y el Congreso deben alzar su voz para defender los derechos de los trabajadores migrantes mexicanos y sobre todo pedir que se firme un acuerdo migratorio con EUA.

Cabe señalar que, existen un sinnúmero den temas inherentes a los migrantes que deben ser atendidos, entre los que podemos mencionar: el derecho a la educación; atención a la salud y seguridad social; así como a las indemnizaciones correspondientes en caso de despido injustificado.

Por lo que este tipo de problemas, y otros muchos, tienen que ser atendidos por las más de cincuenta oficinas consulares mexicanas que existen en Estados Unidos, lo que de acuerdo con la Convención de Viena sobre Asuntos Consulares de 1963, y los Tratados suscritos con el gobierno de aquél país, deberían ser aspectos prioritarios de dichas oficinas, para lo cual, tienen que apoyarse en despachos de abogados de reconocida solvencia profesional.


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