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CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA MIGRACIÓN DE MEXICANOS A LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

Horacio Mercado Vargas y Marisol Palmerín Cerna



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CAPITULO VII. “PROGRAMA BRACERO”

La migración mexicana hacia Estados Unidos se reinicio de manera importante, como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. El aumento de la influencia de trabajadores migratorios se debió, principalmente a la fuerte escasez de mano de obra norteamericana, un año después de haber entrado ese país a tomar parte en la conflagración.

La escasez de los trabajadores locales llevó a los agricultores organizadores, del suroeste de Estados Unidos a presionar a su gobierno, demandando un programa, de gran escala para contratar mano de obra mexicana que cultivara los campos.

En abril de 1942, el Servicio de Inmigración y Naturalización, bajo la presión de productores de azúcar, creó una comisión con el fin de estudiar la carestía de mano de obra, así como la posibilidad de su importación. Dicha comisión estaba formada por: los representantes de los Departamentos de Agricultura, de Estado, del Trabajo y el de Justicia. A la conclusión que llegaron fue que: los Estados Unidos, requerían mano de obra mexicana.

Como consecuencia, de ello, las autoridades norteamericanas iniciaron de inmediato gestiones con el Gobierno Mexicano con el fin de llegar a un acuerdo. México, en un principio, se resistió pues temía que se presentara el nuevo retorno de los trabajadores mexicanos, durante una depresión. Asimismo, el Gobierno de México estaba consciente de la discriminación de la que eran objeto, los migrantes mexicanos, en el suelo norteamericano, y se cuestionaba si la emigración de sus trabajadores pondría en peligro el desarrollo industrial, recién iniciado en el país.

Sin embargo, el Gobierno Mexicano consideró los aspectos positivos de un posible programa; una importante participación en el acuerdo, podría tener efectos positivos por los conocimientos que adquirieran los braceros, y lo más importante, era que ingresaría al país una cantidad importante de divisas.

Así, el 23 de agosto de 1942, el gobierno de Franklin Rooselvelt, de los Estados Unidos, y el de Manuel Ávila Camacho, de México, instituyeron el Programa Bracero. El campesino mexicano tuvo entonces una alternativa a su pobreza, al enrolarse de bracero, y al mismo tiempo, se satisfacía la necesidad de brazos para trabajar los campos agrícolas norteamericanos. En este programa bracero, quedaron incorporadas las demandas mexicanas que procuraban la defensa de sus ciudadanos; así como las garantías de un trato no discriminatorio; condiciones dignas de trabajo y salario equitativo, de acuerdo a los recibidos por los norteamericanos.

7.1.- LOS PRINCIPALES PUNTOS DEL PROGRAMA BRACERO.

De tal manera que los puntos principales del Programa Bracero fueron:

- Los trabajadores mexicanos solamente deberían cubrir la escasez de mano de obra y no desplazar a los trabajadores locales, no podían ser reclutados por el ejército de los Estados Unidos. El Gobierno de los Estados Unidos sería el contratista.

- No habría trato discriminatorio para los mexicanos en territorio estadounidense.

- Se le garantizaría al trabajador mexicano los gastos de transportación de ida y vuelta, así como los viáticos durante el viaje.

- La contratación se haría, sobre la base de un contrato por escrito entre el trabajador y el patrón.

- El trabajo de los braceros, se destinaría exclusivamente a la agricultura.

- Los braceros quedarían en libertad de realizar compras donde ellos decidieran.

- Las habitaciones e instalaciones, y sanitarios deberían estar en buenas condiciones.

- Se autorizaban deducciones a los salarios hasta en un 10 por ciento, como un ahorro que tendría depositado el patrón y que le sería devuelto al trabajador en su regreso a México.

- El trabajador debería garantizar por lo menos, tres cuartas partes del tiempo de duración del contrato.

- Los salarios deberán ser iguales a los que prevalecieran en el área a donde se destinaría al trabajador contratado, pero en ningún caso podría ser menos de treinta centavos de dólar por hora.

El primer centro de contratación se estableció en la Ciudad de México en 1942, pero muy pronto surgieron dificultades para los administradores del programa en nuestro país, dado que el número de aplicantes excedía con mucho al de los aceptados. En 1942, para evitar grandes concentraciones en el capital se crearon otros centros de contratación: uno en Irapuato, Guanajuato; tres años después en Zacatecas, Chihuahua, Tampico y Aguascalientes. Para 1950, en los centros de Hermosillo, Chihuahua y Monterrey, se concentraba a todos los trabajadores migratorios que iban a Estados Unidos, bajo el amparo del convenio de los braceros.

Cabe señalar que los centros de contratación no estuvieron situados en la frontera, debido a que el Gobierno de México consideró que era mejor para sus intereses que la contratación fuera en el centro de la republica, donde se encontraba la mayor población rural desempleada o subempleada del país, además, si la contratación se realizaba cerca de la frontera, atraería miles de campesinos que eran necesarios para levantar las cosechas de algodón, principalmente de los grandes campos agrícolas capitalista en los estados del norte de México.

El convenio bracero propició la emigración de trabajadores con documentos y dificultó a nuestro Gobierno, el ejercicio de su responsabilidad a fin de proteger realmente a sus ciudadanos. Durante el periodo de 1942-1947, se estima que 220,640 trabajadores mexicanos fueron aprehendidos y deportados por las autoridades norteamericanas, por no cumplir con las leyes migratorias.

La firma del primer convenio bracero propició la migración de trabajadores contratados legalmente, bajo los términos del acuerdo bilateral. En noviembre de 1947, el Departamento de Estado Norteamericano, notificó al Gobierno de México, la decisión de poner fin al Convenio Bracero, y en abril de 1947 el Congreso Estadounidense aprobó la Ley Pública 40, que pretendía darle fin al Programa Bracero.

De acuerdo con el criterio de Richard B. Craig, México se benefició del programa de manera importante durante esos años. Por otro lado, las relaciones con Estados Unido, fueron más cordiales, como resultado del programa de los braceros y, por otro ingresaron por concepto de remesas aproximadamente 205 millones de dólares durante esos cinco años. Asimismo, los braceros regresaron a su lugar de origen, dueños de una tecnología agrícola avanzada y con un horizonte cultural más amplio que, acreditaría el mutuo entendimiento, tanto entre los ciudadanos como entre los gobiernos.

Los contratos verificados de 1948 a 1951 se diferenciaron del anterior Programa Bracero, dado que la contratación de obreros fue hecha directamente por los agricultores norteamericanos. Una vez, que el Departamento de Trabajo, a través del Servicio de Empleo de Estados Unidos, certificara la escasez de mano, entonces el trabajador era reclutado en México, el empresario y no el gobierno se responsabilizaba del costo de su transportación, viáticos, así como de su regreso a México.

Los contratos de trabajo entre: el bracero y el empleador, ya no especificaban un salario, ni hora mínima, tampoco se establecía un mecanismo para la investigación y solución de las quejas que fueran presentadas. Los empresarios, deberían garantizar, previo a la contratación, un fondo de 25 dólares por bracero a fin de asegurar su regreso a México. Los cónsules mexicanos y el personal del Servicio de Empleo quedaron autorizados para inspeccionar los campos de trabajo periódicamente.

El contexto estructural en el que operó la contratación de braceros, después de la Segunda Guerra Mundial, fue puesto en evidencia en lo que se llamó el incidente de octubre de 1948. Cabe señalar que el Gobierno de México había aceptado, desde un principio, el acuerdo de que los braceros serían pagados de acuerdo con los salarios prevalecientes en la región. Mientras duró la Segunda Guerra no se abusó de tal principio, sin embargo, los empresarios agrícolas texanos del algodón fijaron la cantidad de 2.5 dólares por libra de algodón pizcado, y un representante del Departamento de Trabajo estadounidense aceptó ésta decisión unilateral.

Antes de este abuso, el Gobierno de México exigió tres dólares por la pizca de cien libras de algodón. La indignación de los empresarios agrícolas texanos, no se hizo esperar e hicieron caso omiso del convenio de braceros, anunciaron la apertura de la frontera, a todo aquel que quisiera trabajar por 2.50 dólares por cien libras pizcadas de algodón. La reacción del Gobierno de México, fue de prohibir la contratación de trabajadores mexicanos con destino a Texas.

En agosto de de 1949, se adoptó la política drying out, por la cual ambos gobiernos, acordaron que se legalizaría a todos los trabajadores ilegales, que se encontraban en aquel país hasta el primero de agosto. De acuerdo a la investigación de Kesvtein, se legalizó a 7,200 trabajadores indocumentados. Asimismo, acordaron negar mano de obra mexicana legal o con certificado de braceros, a los empresarios que se encontraban contratando trabajadores ilegales.

La política drying out fue una importante concesión oficial, los empresarios agrícolas quienes ya no tenían que pagar el transporte y además se beneficiaban con la depresión de los salarios, que causo esta abundancia de mano de obra. Se calcula que 238,439 trabajadores fueron contratados y/o legalizados entre 1947-1951. Por lo que se refiere al dinero que ingreso al país por concepto de los salarios que perciben los mexicanos de acuerdo con cifras oficiales en 1949 alcanzó la suma de 17.6 millones de dólares; en 1950, 19.5 millones de dólares y en 1951 llegó a 29.5 millones de dólares.

A principios de la década de los cincuenta, las partes involucradas en el programa bracero estaban insatisfechas. Por su lado, los empresarios norteamericanos insistían en ubicar los centros de reclutamiento en ciudades fronterizas.

En tanto que el Sindicato Nacional de Trabajadores Agrícolas Norteamericanos, pedían la desaparecer de manera definitiva el programa bracero, dado que causaba trastornos en las condiciones laborales internas.

Por su parte el Gobierno de México estaba insatisfecho con el programa dado, a que se maneja un sistema de contratación unilateral libre, y que habían emigrado un gran número de obreros calificados de las ciudades cercanas a la frontera. Y por otro lado, poco o nada podía hacer, para buscar altos salarios para sus trabajadores, y trabajadores migratorios, se estaba gastando sus recursos en los Estados Unidos, debido a que sus familias se habían establecido en la frontera. Para estar cerca de los trabajadores.

En 1951, el gobierno norteamericano solicito el servicio de braceros. La posición del Gobierno de México, para la reanudación de un acuerdo, fue que el gobierno de Estados Unidos formara parte integrante del convenio. Lo que dio lugar a la promulgación de la Ley Pública 78, aprobándose el 13 de junio de 1951, con este instrumento intergubernamental, se establecía un control y una adecuada protección para los trabajadores mexicanos.

Conviene señalar que, la reanudación del acuerdo fue resultado de que la vecina nación se había involucrado en la Guerra de Corea, y por tanto necesitaba de mano de obra, que México le podía proporcionar.


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