CAPITULO VI. “LOS INSTRUMENTOS INTERNACIONALES DE PROTECCION A LOS MIGRANTES MEXICANOS”

A lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos, que va del Pacífico al Atlántico, se desarrolla una extraordinario agricultura, una gran industria que va en ascenso para beneficio y riqueza de la nación estadounidense. Todo esto gracias al trabajo de los mexicanos, claro sin dejar de tener en cuenta, factores como: capital, técnicas y administración de primera. Pero, se vuelve a señalar que esto no hubiera sido posible sin la intervención de la mano de obra de los mexicanos: en el campo, ciudades y caminos del sur de la Unión Americana, ya que es bien sabido que el estadounidense, no ha querido dedicarse a los trabajos rudos y agotadores como: obrero de cierto tipo de industrias, de labrador o del peón constructor.

Por lo que todos estos trabajadores mexicanos, que se dedican a diferentes actividades en el país vecino son valorados mínimamente, y considerados como un ser intermedio, entre el blanco y el negro, son menos apreciados en muchos lugares, siendo estos los que dan mucha riqueza a ese país.

Existen buenos patrones, pero hay aún más patrones malos que se aprovechan del trabajador mexicano

Su color de piel, su baja instrucción, hablando de manera general, y su bajo jornal lo mantiene distante, aún hablando inglés, de las clases trabajadoras americanas; que muestran niveles semejantes al trabajador mexicano.

En la sociedad méxico-texana, algunos mexicanos son admitidos pero es raro que un blanco norteamericano pertenezca a alguna sociedad mexicana, y poco común que un mexicano sea admitido en la sociedad angloamericana.

La ley y las costumbres hacen ciudadano estadounidense, al mexicano nacido allá, si logran la ciudadanía, desde luego que no son admitidos fácilmente dentro de la sociedad, ni tampoco lo logran por medio del matrimonio. Por lo tanto, se presenta el contrasentido de que un millón y medio, tal vez, de habitantes de ese país son y no estadounidenses.

La ley estadounidense, inspira en que haya inmigrantes honrados, de buenas costumbres y trabajadores, se desvirtúa en la práctica, ya que el trato hacia los inmigrantes esta casi siempre en contra de los principios humanitarios, que dice observar ese país.

La inmigración mexicana ha sido benéfica para el vecino del norte, en especial para Texas, Colorado, California y Nuevo México. Y no existen argumentos para debatir lo contrario, al menos que sean argumentos racistas y discriminatorios, La Unión Americana tiene el derecho de expulsar a mexicanos que entren ilegalmente a su país, que pasen su frontera sin cumplir con los requisitos establecidos por la ley, pero que lo haga humanitariamente, respetando la integridad física y moral de los mexicanos. Si tiene Estados Unidos derecho de castigar, a quien infrinja su ley, pero también tiene la obligación de hacerlo de acuerdo con esa falta.

Las faltas contra las costumbres, la propiedad y la vida humana son verdaderos delitos que de no corregirse, harán rebajar el nivel moral de las sociedades.

El mexicano que cruza la frontera Norte lo hace para trabajar, para proporcionarle a su familia lo necesario para subsistencia ya que no lo puede conseguir en México, llega a aquel país con las mejores intenciones de dar lo mejor de sí, y sobre todo de no cometer faltas, porque conoce de los castigos que puede recibir si actúa equivocadamente, por lo tanto procura portarse mejor que en su propio país.

Al mexicano-americano no se le considera perteneciente a la nación estadounidense, pero la cantidad de ellos va en aumento, en un mediano plazo tenderán a influir tanto políticamente sobre todo en los estados del Sur de Estados Unidos. Lo que ya sucede, hemos visto funcionarios y legisladores de alto nivel; así como empresarios y administradores, todos ellos de origen mexicano, que influyen en la sociedad norteamericana

La postura contemporánea sobre Derechos Humanos de los inmigrantes, es resultado de campañas organizadas y de propaganda especifica, que datan de los años sesenta y setenta, y que ponen énfasis en el empleo, equidad dentro de las instituciones y el trato humano.

Por otra parte, se tiene que las leyes y los organismos estadounidenses, favorecen al empleador no al empleado. Estas leyes y organismos contaron con el apoyo del SIN, que actuaba directamente en contra de los inmigrantes a lo largo de la frontera, conjuntamente con la patrulla fronteriza. Así, los inmigrantes, son denunciados ante autoridades, vejados e inmediatamente reportados.

La década de los ochenta, marcó un nuevo hito en materia de organización de los trabajadores transfronterizos. Desde finales del siglo pasado, cuando hubo deportaciones masivas, tanto organismos como individuos intentaron defender a las personas afectadas.

Con el tiempo surgieron líderes y se crearon organizaciones, dedicados a la defensa de los trabajadores indocumentados; grupos de defensa legal, de apoyo, centro de servicios, comités religiosos y más para los inmigrantes, lo más importante eran las cuestiones de inmigración.

Para estos grupos la Declaración de los Derechos Humano, los tratados y convenciones internacionales sobre Derechos Humanos, y los principios generales de derecho son los que deben normar la convivencia entre fronteras.

Cabe señalar que el desarrollo de los Derechos Humanos, ha tenido una evolución: la primera etapa de los Derechos Humanos abarca los clásicos derechos civiles, las libertades de las personas como individuos, y las libertades políticas esenciales, como: la libertad de asociación o de expresión. La segunda etapa, es la que se inicia con la Constitución de Querétaro, en la que encontramos los derechos sociales, y económicos que el hombre tiene, en tanto es parte de un grupo social, como en el derecho a la seguridad social. La tercera etapa, es la de los derechos que el individuo tiene y disfruta de manera compartida y en concurrencia con una pluralidad de sujetos, como el derecho a la protección del medio ambiente.

Por lo tanto, el concepto de los Derechos Humanos integra no sólo las tradiciones, libertades civiles, sino que abarca la esfera de derechos de contenido eminentemente social, como los laborales y a la propia identidad étnica. Pero, además, su importancia no se restringe al hecho de que progresivamente se amplíe la esfera de protección al individuo, sino en que tienen un sentido universal, que rebasa fronteras y nacionalidades. En la comunidad internacional de hoy, la vigencia de los Derechos Humanos constituye un compromiso total de convivencia armónica entre los estados que la conforman. Más adelante se presentan, algunos, aspectos relevantes de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El Derecho Internacional contemporáneo exige que los estados reconozcan a un extranjero, los mismos Derechos Humanos que a los nacionales de su país.

Pero la realidad es que el trabajador migratorio, se encuentra particularmente expuesto a la violación de sus derechos: su situación jurídica y su estado de necesidad lo colocan en circunstancias especialmente vulnerables, y de ello obtienen provecho quienes hacen comercio de ese estado de necesidad, y se sirven sin límite de los más variados recursos para lograr sus objetivos.