BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


MARCO INSTITUCIONAL DE LA CONTABILIDAD Y LAS FINANZAS

Alfonso Galindo Lucas



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4.2. Las Cuentas Anuales en la nueva regulación.

Las Cuentas Anuales se cumplimentarán según modelos oficiales, que aparecen como una de las partes del Plan General de Contabilidad. Las cuentas anuales deben depositarse anualmente en el Registro Mercantil (artículo 27. 1, Código com.). Además, para las empresas que cotizan en Bolsa, se depositarán cuentas en la CNMV trimestralmente. Como indica la Figura 12, las Cuentas Anuales se componen de:

El Balance: Refleja los activos, pasivos y el patrimonio neto, es decir, las variables estáticas. Para comparar con facilidad dichas "masas patrimoniales", el modelo oficial ordena los activos de menor a mayor liquidez y los pasivos de menor a mayor exigibilidad. Se permite también colocar el activo y el pasivo corriente arriba, es decir, todo a la inversa, pero siempre que queden en el mismo sentido la liquidez y la exigibilidad.

La Cuenta de Resultados: También se llama "pérdidas y ganancias", pero este nombre puede resultar poco apropiado (en todo caso, se podría llamar "gastos e ingresos"). El nombre "Cuenta de Pérdidas y ganancia" hace referencia, al mismo tiempo, a dos cosas distintas: Una es, efectivamente, un estado contable que forma parte de las Cuentas Anuales y que expresa la naturaleza y agrupación de los gastos y los ingresos ocurridos durante un ejercicio económico (año o trimestre, normalmente), además del saldo, que es el resultado del ejercicio. La otra acepción de "pérdidas y ganancias" es una cuenta de carácter patrimonial (de recursos propios o neto patrimonial) que recoge ese mismo saldo, deducida la suma de los gastos de la suma de ingresos. Dicha cuenta se usa en los asientos de cierre y apertura, en la regularización u obtención de su saldo y en el reparto del mismo.

Memoria: Es un conjunto de notas de carácter cualitativo que contienen información complementaria a los dos estados contables anteriores, que por su formato no han podido incluirla, pero que se considera necesaria. Estas notas también están establecidas según el modelo oficial.

Estado de variación del neto patrimonial: Fue un estado contable no obligatorio hasta 2008 (excepto para la contabilidad consolidada de empresas con cotización oficial) y por tanto, su elaboración puede suponer un coste adicional para las PYME. Consiste en describir el resultado empresarial, no como diferencia entre ingresos y gasto, sino como consecuencia de variaciones patrimoniales (ver igualdad 1.5 en epígrafe 1.6), haciendo especial separación de las variaciones patrimoniales no debidas a la "actividad normal" de la empresa.

Estado de flujos de efectivo: Es un estado de tesorería. Se diferencia de las cuentas de "disponible" o de la "masa patrimonial" de tesorería en que las entradas y salidas de dinero no se registran por fechas sino por causas, llamadas "orígenes y aplicaciones". En la legislación recién derogada, existía un precedente, un estado contable similar a este estado, llamado "Cuadro de financiación", también conocido en ámbitos teóricos como "Estado de Flujos y Aplicaciones de Fondo". En adelante, nos referiremos a todas estas formas, por simplicidad, como "estado de tesorería". El cuadro de financiación constituía una de las notas de la memoria, pero sólo estaba presente en la memoria normal y no en la abreviada. Debido a esta tradición y al hecho de que los grandes inversores no se interesan por cualquier empresa, este estado no es obligatorio para las empresas que pueden presentar Cuentas Anuales abreviadas (PGC de PYME), ya que supondría un coste administrativo excesivo.

Las Cuentas Anuales se presentaban tradicionalmente en papel, primero a mano y luego, mediante una salida de impresora. A partir de 1989 (En España), se permitió la entrega en soporte magnético (que luego se amplió a soporte óptico). Actualmente, se admite la vía telemática para el depósito de las Cuentas Anuales, es decir, enviando ficheros a través de internet. Las formas mecanizadas (informáticas) de presentación son preferidas por las Administraciones públicas, porque permiten controlar también de una forma mecanizada, es decir, hacer un seguimiento de cómo se han hecho los cálculos, utilizando el mismo programa que la empresa utilizó. En materia fiscal, esto llega a ser muy útil para perseguir el fraude, pues en la Administración tributaria se dispone de todos los programas informáticos de contabilidad conocidos. En cambio, en materia mercantil, las empresas pueden perfectamente enviar sus archivos en formato no editable (normalmente, *.pdf) y eso se puede comprobar tanto en el Registro mercantil, como en la CNMV (Imagen 1).

4.3. Significado de la reforma. Los nuevos estados contables.

Las nuevas exigencias prestan especial atención a los estados de tipo monetario o corriente, es decir, al flujo de tesorería; eso significa que las necesidades de la información contable parecen estar enfocadas más a anticipar la posible suspensión de pagos que a prevenir las situaciones de ineficiencia y descapitalización (quiebra patrimonial). Esto se debe, probablemente a que el usuario primordial de la información contable ya no son los propietarios gerentes con vocación de permanencia de cualquier negocio familiar, sino el inversor corto-placista de la especulación bursátil. La mayoría de los métodos más utilizados para evaluar inversiones tratan de anticipar los Cash Flow o flujos de efectivo que se producirán en un negocio. Existen incluso casos paradigmáticos de grandes empresas sumamente eficientes que fueron destruidas por motivos cortoplacistas, es decir, que no pudieron atender a un pago inmediato y sus acreedores, en vez de otorgar un aplazamiento, iniciaron un proceso de quiebra, unido a un boicot financiero. Hay muchos negocios interesantes que sólo necesitarían poderse financiar (ver Figura 7) y en muchas ocasiones, una mala previsión de tesorería desencadena la ira del poder empresarial que sustituye al mercado42, sin que nadie puede hacer nada por los consumidores desatendidos, los trabajadores despedidos y los inversionistas que confiaron sus ahorros a dicha empresa.

La exigencia de esta información detallada de tesorería no tiene, por lo tanto, mucho sentido para empresas que no cotizan en bolsa, pues para estas empresas, la financiación primordial suele venir de proveedores y, en estos casos, sí suele encontrarse una cierta flexibilidad temporal. En estos casos, el procedimiento de la suspensión de pagos suele proteger a las empresas de un eventual embargo, ejecución forzosa o incluso declaración de quiebra. Además, el coste administrativo de elaborar un detalle de los orígenes y destinos de la tesorería durante un año sería excesivo para la mayoría de empresas, aunque, en sentido contrario, sería un gran negocio para las consultoras contables (que son normalmente las mismas firmas que hacen auditorías). Al fin y al cabo, es la profesión contable quien diseña las reformas (2.3.).

La situación en que queda la regulación permite una cierta flexibilidad que tiende a evitar una ruptura drástica con la presentación tradicional de cuentas. Por ejemplo, el balance se puede ordenar de menor a mayor liquidez (el activo) o a la inversa. Se espera que en los próximos años se vuelva a efectuar una reforma para una total coincidencia de la presentación de estados financieros con los modelos anglosajones.


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