BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


GUÍA DE DISEÑO DE PROYECTOS SOCIALES COMUNITARIOS BAJO EL ENFOQUE DEL MARCO LÓGICO

Marco A. Crespo A.



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III. EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO COMO HERRAMIENTA PARA LA IDENTIFICACIÓN DE PROBLEMAS.

Un problema puede surgir como consecuencia de diferentes situaciones, entre las cuales, las más comunes son las siguientes:

• Como resultado del análisis de la situación actual de la comunidad, producto de un diagnóstico participativo.

• Por iniciativa de organizaciones locales como el Consejo Comunal.

Existen diversas formas de identificar problemas, siendo el más usado el diagnóstico participativo o método participativo de lluvia de ideas, el cual permite la identificación y jerarquización, por parte de la comunidad, de sus propios problemas. El diagnóstico participativo se basa en la experiencia en el trabajo comunitario, según la cual, distintas comunidades de bajos ingresos tienen prioridades diferentes, dependiendo de sus circunstancias. Las comunidades rurales pobres, por ejemplo, expresan a menudo sus objetivos prioritarios como servicios comunales: hospitales, escuelas, redes hidráulicas, alcantarillado, carreteras. Las personas que viven en suburbios urbanos pueden desear iguales servicios (muchas veces como extensión de las prestaciones urbanas existentes); pero también quieren unirse para luchar por los derechos de los arrendatarios, la seguridad personal y otras reivindicaciones de tipo social.

El diagnóstico participativo debe ser hecho por la comunidad, reunida en asamblea, bajo la dirección del Consejo Comunal, que actuará como promotor y coordinador de la reunión. No obstante, se aconseja buscar el apoyo de un moderador con experiencia en “tormenta de ideas” o “lluvia de ideas” , para asegurar el éxito de la reunión.

El resultado del diagnóstico será, fundamentalmente, la identificación de los problemas sociales -los que afectan a toda la comunidad-, y entre los cuales se selecciona el problema central.

Pasos para realizar el diagnóstico participativo .

a. Actividades previas al diagnóstico participativo.

Fotografía de la comunidad.

Es importante antes de la reunión de la asamblea de ciudadanos y ciudadanas, disponer de lo que se denomina “fotografía de la comunidad”, esto es, el conocimiento que se tenga de la comunidad a través de la siguiente información:

• Límites territoriales.

• Número de habitantes y características de la población (sexo, edad, religión, tamaño de las familias), lo que constituye la base poblacional de la comunidad.

• Número de viviendas y su clasificación (unifamiliares, multifamiliares, ranchos, etc.).

• Servicios existentes en la comunidad como agua, luz, teléfonos, áreas de recreación activa y pasiva, vías de comunicación, escuelas, centros de salud, etc., así como la cantidad y calidad de dichos servicios.

• Formas de subsistencia de la comunidad, ofertas de empleo locales actuales y potenciales, número de desempleados.

• Situación de la inseguridad, violencia doméstica, etc.

• Organizaciones comunitarias públicas y privadas que funcionan en la comunidad (juntas de vecinos, consejo comunal, asociaciones religiosas, políticas, económicas y sociales).

• Tradiciones culturales (fiestas religiosas, por ejemplo).

• Proyectos en marcha (comunales y auspiciados por organizaciones gubernamentales y no gubernamentales).

• Vocación económica y productiva de la comunidad (artesanal, agrícola, pecuaria, pesca).

• Recursos naturales con que cuenta.

• Presencia de misiones y otros programas sociales del gobierno nacional, estadal o municipal.

La información debe obtenerse con la colaboración de toda la comunidad, utilizando varias técnicas, entre ellas, las siguientes:

• Revisión de documentos.

• Discusión con grupos de personas específicas y con el conjunto de la comunidad.

• Entrevistas.

• Observaciones.

• Conversaciones informales.

• Recorridos y mapas.

Conformación de un equipo técnico asesor.

El Consejo Comunal debe conformar un equipo técnico asesor del diagnóstico participativo, para que actúe como facilitador, al organizar el debate y sistematizar la información que se produzca en la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas durante su desarrollo. Este equipo puede estar integrado por personas ajenas a la comunidad, siempre que tengan experiencia en este tipo de reuniones. De lo contrario, podrían desvirtuarse los objetivos de la asamblea, o lo más grave, alterarse la disciplina y llegar a la confusión y el desorden.

Selección del lugar donde se realizará la asamblea.

El lugar para la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas debe estar ubicado, preferiblemente, en el propio seno de la comunidad y reunir las condiciones idóneas para el evento, como tamaño, iluminación, facilidad de acceso y espacio suficiente para que se ubiquen los miembros del Consejo Comunal, el equipo técnico y los asistentes al acto. Es aconsejable que se disponga de sillas, toldos y de una mesa, pizarras, pantallas o paredes apropiadas para colocar las hojas de cartulina o papel en donde se escriben las ideas de los participantes.

Convocatoria.

La convocatoria para la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas debe ser hecha por el Consejo Comunal, a todos los habitantes de la comunidad, sin ningún tipo de distinción. Para realizar la convocatoria es conveniente apoyarse en líderes naturales, así como en todas las fuerzas sociales y políticas que hagan vida en la comunidad, quienes motivarán y sensibilizarán a sus habitantes para que asistan a la asamblea, haciéndoles ver cuan importante es la participación de todos y los beneficios que se derivarán del diagnóstico participativo.

Reunión preparatoria previa.

Es conveniente realizar una reunión preparatoria previa a la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas, en la cual participen los miembros del Consejo Comunal y del Comité Técnico, con el fin de definir:

• Los objetivos de la asamblea.

• El método que se va a utilizar para el diagnóstico y,

• Las responsabilidades del relator, moderador y coordinador de logística, como son:

Relator: lleva la minuta de la reunión.

Moderador: organiza el tiempo de las exposiciones sobre la base del consenso entre los presentes, y orienta la dinámica de la reunión.

Coordinador de logística: presta apoyo a los asistentes en cuanto a facilitar su desenvolvimiento en las sesiones de trabajo (asientos, café, papel, etc.).

b. Realización de la asamblea.

La Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas se realizará una vez cumplidos los pasos anteriores y se iniciará con una explicación de sus propósitos y beneficios para la comunidad, en términos similares a los expuestos en la convocatoria. Se deberá describir la situación de la comunidad sobre la base de la “fotografía de la comunidad” que se elaboró previamente. La descripción puede ser hecha por quienes tengan más conocimientos de la situación local: el jefe del ambulatorio, la directora de la escuela, el presidente de la junta parroquial, entre otros.

La reunión se desarrollará mediante la aplicación de una “tormenta de ideas” o lluvia de ideas, la cual consiste un método no estructurado de trabajo grupal, donde los participantes van generando ideas en respuesta a una pregunta previamente formulada, como por ejemplo: ¿Cuáles son los problemas que afectan a la comunidad?; ¿Cuáles son las causas de cada problema?; ¿Cuáles son los efectos de cada problema?; ¿Cuántas personas se sienten afectadas por cada problema?; ¿Desde cuando se presentan los problemas?; ¿Con qué frecuencia?; ¿Dónde ocurren?

El éxito de la lluvia de ideas depende de que se cumplan algunas reglas muy simples que el moderador tiene que recordarle al grupo. Una de las reglas fundamentales es que el moderador es quien hace las preguntas, las cuales tienen la intención de guiar a los participantes a través del proceso, de manera que las respuestas conduzcan a decisiones de grupo y no de individualidades.

La segunda regla es evitar disputas y críticas. Cuando el moderador hace una pregunta, invita a todos y cada uno de los participantes en la asamblea a hacer una sugerencia, sin permitir hacer comentarios sobre ella, incluyendo al moderador, quien sólo se limitará a escribir la sugerencia en la pizarra. Quien no esté de acuerdo con la propuesta se abstendrá de hacer críticas o de reaccionar violentamente. A cambio, se le permitirá hacer otra sugerencia, aun cuando ella contradiga a la ya formulada, y que el moderador, igualmente, escribirá en la pizarra.

La tercera regla es impedir la falta de interés o la desmotivación del grupo, caer en demasiados detalles o permanecer mucho tiempo discutiendo una misma idea, aun cuando toda idea debe ser tomada en serio. La lluvia de ideas cesa cuando se agota la generación de ideas.

c. Priorización de problemas y escogencia del problema central.

La experiencia indica que son múltiples los problemas de una comunidad que se detecten a través del diagnóstico participativo. Por ello, es necesario priorizar los problemas, es decir, seleccionar solamente los más importantes para luego escoger entre ellos el problema central.

La priorización de los problemas se basa en los siguientes criterios:

• Magnitud del problema: indica la gravedad del problema y, por ende, la urgencia de su enfrentamiento, en términos de la cantidad de la población de referencia que es afectada por el problema. Puede ser expresada en porcentaje de esa población.

• Área o zona afectada: espacio físico que servirá de base para la ulterior definición del ámbito del proyecto.

• Posibilidad de resolver eficazmente el problema (Gobernabilidad del problema): fortaloezas y oportunidades que tiene la propia comunidad para solucionar el problema planteado o disminuirlo, en forma eficiente.

• Costo social y económico de postergar la solución del problema: indica el grado en que se verá afectada la comunidad de no ser resuelto el problema central, así como sus consecuencias, desde los puntos de vista social y económico.

FLAVIO CARUCCI propone una forma práctica de priorizar problemas, que consiste en asignarle puntos a cada uno de los criterios antes descritos. Para ello se establece una escala sencilla de valoración que sea común a todos los criterios de selección considerados. Esta escala podría ser: Alto (A), 3 puntos; Medio (B), 2 puntos y, Bajo (C), 1 punto. Para aplicar los criterios y su valoración por cada uno de los problemas identificados, se elabora un cuadro como el siguiente.

Fuente: Flavio Carucci. Elementos de Gerencia Local. ILDIS, FEGS.

Una vez priorizados los problemas, se selecciona como problema central el que haya obtenido la mayor puntuación en el cuadro anterior. Esta identificación del problema central es determinante para el buen resultado de un proyecto, ya que a partir de ella se establece toda la estrategia que implica la formulación del proyecto. En todo caso, el problema seleccionado debe corresponder con una de las áreas de trabajo de la comunidad (artículo 4°, numeral 7, de la Ley de los Consejos Comunales), las cuales se definen en relación con las particularidades y los problemas más relevantes de la comunidad. El número y contenido de las áreas de trabajo dependerá de la realidad de cada comunidad, pudiendo ser: de economía popular y desarrollo endógeno; desarrollo social integral; vivienda, hábitat e infraestructura, y cualquier otra que defina la comunidad.


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