BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


MISTIFICACIÓN DEL LENGUAJE Y PROCESOS PSICOSOCIALES: LOS PROGRAMAS ESOTÉRICOS EN LA RADIO MEXICANA

Gilberto Fregoso Peralta



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2.2.3 Indicadores sanitarios.

La salud es otro asunto motivo de consulta a la espera de resolverse por parte de los radioescuchas en la muestra de programas esotéricos, según será posible apreciar en el segmento empírico de la indagación; conviene entonces aproximarse al tema con algunos datos significativos publicados por la prensa en las cercanías de y durante 2007. Comenzaremos con una muy extensa publicada en agosto de 2006, cuyo contenido nos aproxima a la realidad de tal problemática en el país. Reseña que en México la atención médica era al momento una de las preocupaciones sustantivas tanto de los ciudadanos como de las autoridades gubernamentales, ante el elevado índice de mexicanos carentes de seguridad social. Con una población de 105 millones de habitantes, estimaba la Secretaría de Salud, sólo el 40% de los mexicanos contaba con algún tipo de acceso a los servicios públicos de atención médica, un 2% podía darse el lujo de poder pagar la atención privada y el resto –en el mejor de los casos- acudir a los hospitales de caridad como el Juárez y el Manuel Gea González en la Ciudad de México -y en el peor- buscar procedimientos alternativos (hierberos, brujos, curanderos, chamanes, parapsicólogos, magos). A esa fecha, el 40.7% de las mujeres y 39.7% de los varones estaban afiliados a las instituciones de la seguridad social en materia de salud pública, como eran el IMSS, ISSSTE, SEDENA, PEMEX y Secretaría de Marina o podían acudir a la consulta de casos agudos en los Centros de la Secretaría de Salud, con cuotas de entre diez y quince pesos. Para el incremento en la esperanza de vida a 78 años en las féminas y 73 años en los hombres, se había generado ya una transformación en el perfil epidemiológico nacional, pasando de la morbilidad infecciosa a la crónica degenerativa. A partir del sexenio 2000-2006 –refería la noticia- se estableció el programa denominado Seguro Popular, financiado un 70% por el gobierno federal, 20% los gobiernos estatales y el 10% las familias, destinado a personas de escasos recursos quienes, con apenas 66 dólares anuales, podían asegurar a su familia, pero con el inconveniente de no cubrir dicho programa el conjunto de enfermedades o padecimientos de mayor incidencia en México, esto es, las crónico-degenerativas y las lesiones graves. Nuestro país era el penúltimo entre los afiliados a la OCDE, al dedicar un 6% de su PIB a costear la salud, cifra equivalente a 662 dólares anuales per cápita. Añadía la nota que en el año 2000 el IMSS cubría el 80.75% de la demanda derechohabiente, es decir, el 50% de la población total del país, mientras el ISSSTE lo hacía con el 14.67% de los afiliados al sistema sanitario o 5.99% de la población total. La atención se concentraba en áreas urbanas (sobre todo ciudades grandes, capitales de los estados, y la Capital de la República). En las entidades federativas más pobres se recurría principalmente a la Secretaría de Salud, donde se incluían Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Oaxaca y Tabasco; los estados que recurrían de manera principal al IMSS eran Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Coahuila, Sinaloa, Sonora y Yucatán; por su parte, otro grupo de entidades acudían lo mismo al IMSS que a la atención privada, sobre todo Baja California, Tamaulipas y Jalisco; procuraban con mayor frecuencia los servicios privados Michoacán, Guanajuato, Puebla y Veracruz. Un último grupo de estados se atendían mediante la consulta indistinta a todos los servicios disponibles en proporciones semejantes, figuraban Aguascalientes, Estado de México, Morelos, Querétaro, Tlaxcala, San Luis Potosí, Zacatecas, Campeche, Quintana Roo, Colima y Nayarit (BBC Mundo, 7/08/2006).

Para diciembre de 2007 –a decir de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF)- se había vuelto prohibitivo el precio de los seguros de gastos médicos mayores para gran parte de la población, sobre todo las personas con más de 50 años, pues el costo del mismo suele incrementarse con la edad del usuario. Los datos indicaban que sólo el 0.5% de la población había contratado el servicio, pues la tarifa de cobertura oscilaba entre 25 mil y 30 mil pesos anuales y para mayores de 70 años llegaba a los 50 mil pesos. Peor aún, tan sólo el 30% de los reclamos hechos por los deudos del contratante se resolvían en su favor, dado que las aseguradoras cuentan con bufetes de abogados duchos para detectar los más nimios errores cometidos por el titular del seguro (La Jornada, 18/12/07).

Una más reparaba en el nada honroso noveno lugar mundial ocupado por nuestro país en casos diagnosticados de diabetes, posición en la que hemos ido ascendiendo de unos años a la fecha, estimándose que para 2025 se duplicará la cantidad de afectados y pasaremos a ocupar el séptimo lugar en el orbe. Por entonces, se reportaban 45 nuevos casos por día y desde hacía diez años era la causa principal de muerte por enfermedad a escala nacional (La Jornada, 6/11/2007).

En el año 2000, el 57% de la población no era derechohabiente ni disponía de acceso a los servicios públicos de salud, el panorama no había variado sustantivamente desde entonces al momento de redactar esta siguiente noticia, pues según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), a 2007 México se encontraba entre las naciones con menor gasto relativo en el rubro, con apenas el 6.2% de su Producto Interno Bruto (PIB), equivalente al 41% del gasto en salud de los Estados Unidos, el país que destinaba más recursos a este aspecto en América y a 63% de Uruguay, la nación latinoamericana que dedicaba más proporción del PIB. El gasto de nuestro país con respecto del PIB se ubicaba por debajo del promedio latinoamericano. A su vez, la participación del sector Público en México era también de las menores, con sólo el 2.9%, apenas arriba de Ecuador, Venezuela, Guatemala, Belice, Paraguay, República Dominicana y Haití. Así mismo, equivalía a la tercera parte de lo erogado por Alemania, que ocupaba el primer lugar mundial no obstante contar con un sector privado mayoritario en la inversión sanitaria (El Universal, 6/04/2007).

A finales de ese mismo año, se reportaba que nuestra república tenía 1.8 médicos por cada mil habitantes, mientras el promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) era de 2.9. De los 197 mil galenos en el país, el 50% se concentraba en seis entidades federativas: Distrito Federal, Jalisco, Nuevo León, Estado de México, Veracruz y Puebla. Junto con el déficit estaba la distribución inequitativa, lo que dificultaba garantizar los servicios de atención y cobertura a la población. Aunado a lo anterior, se estimaba, por parte del Sector Salud, que una cuarta parte de ellos estaban trabajando en áreas ajenas a la medicina. En Latinoamérica Argentina y Uruguay disponían de 3.6 médicos por cada mil habitantes; por su parte, en México los servicios ofrecidos por PEMEX 3/1000; IMSS e ISSSTE 2/1000 y Oportunidades 1/1000 (El Universal, 23/10/2007).

En septiembre de 2007 se decía que el sistema de salud en el país estaba diseñado, en lo general, para atender enfermedades transmisibles pero no crónicas, ello como una de las carencias estructurales de mayor importancia en el aspecto sanitario. Si bien se reconocía que la infraestructura para la atención de las manifestaciones agudas era suficiente, se vivía ya una explosión de las enfermedades no transmisibles. Con datos del año 2000, refería la nota, la Organización Mundial de la Salud ubicaba al sistema de salud mexicano como el número 61 entre una lista de 191 a nivel mundial. Tan sólo el 12.7% estaba certificado con hospitales de calidad y el desabasto promedio de medicamentos en las instituciones de salud pública era del 25%. Entre las limitaciones más graves se encontraba el ausentismo del personal, los malos tratos a los derechohabientes y los prolongados tiempos de espera para la consulta, traducidos en las quejas más copiosas por parte de los usuarios. (Contrapeso Informativo 7/09/2007).

Acorde con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, citando como fuente al Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, en 2007 las principales enfermedades en México eran la diabetes mellitus, las enfermedades cardiovasculares y los tumores malignos en ambos sexos y entre población mayor a los 60 años. Las causas de muerte y morbilidad por edades eran, en criaturas menores de un año, las enfermedades congénitas, la influenza y la neumonía; en pequeños de 1 a 4 años las malformaciones congénitas y las infecciones intestinales; en chicos de 5 a 14 años los tumores y las malformaciones; para las personas del sexo masculino con edad comprendida entre los 15 y 29 años los accidentes, las agresiones y el suicidio; del sexo femenino, los accidentes, los tumores, el embarazo, el parto y el puerperio; de los sujetos con 30 a 59 años las enfermedades hepáticas y cardiacas. El Índice de Desarrollo Humano para nuestro país era de 0.790, lo que nos situaba en el lugar 51 del mundo, con un desarrollo medio, 40 millones de pobres y 18 millones en pobreza extrema (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2007).

Por su parte, la Secretaría de Salud presentaba el orden de relevancia para la morbi-mortalidad femenina durante el periodo reseñado:

1. Diabetes. 2. Isquemia. 3. Cerebro vascular. 4. Pulmonar obstructiva. 5. Periodo perinatal. 6. Hipertensión. 7. Respiratorias bajas. 8. Hepáticas. 9. Nefritis y nefrosis. 10. Desnutrición.

Los sujetos masculinos observaban las tendencias siguientes:

1. Isquemia. 2. Diabetes. 3. Hepáticas. 4. Cerebro vascular. 5. Pulmonar. 6. Afecciones en periodo perinatal. 7. Homicidios. 8. Respiratorias agudas bajas. 9. Accidentes vehiculares. 10. Nefritis y nefrosis.

En ambos casos no figuran las neoplasias, ya que por su división, según su localización en el organismo, se suelen reportar por separado y no agregadas. Si se agruparan los muy diversos tipos de cáncer, señala la Secretaría de Salud, figurarían entre las primeras causas de muerte; en las mujeres el cuello del útero, la mama, el hígado y el estómago, mientras que en los varones la próstata, la tráquea, los bronquios, los pulmones y el estómago (Secretaría de Salud, 2007).

Valga, a manera de curiosidad, notar la ausencia de la obesidad y el sobrepeso, todavía no contempladas en su efecto hacia la salud y la vida, baste saber que el número de afectados en el periodo bajo consulta ascendía a 70 millones de mexicanos (BBC Mundo, 17/01/2008).


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