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LAS POLÍTICAS INDUSTRIALES DURANTE EL GOBIERNO DE RAÚL ALFONSÍN

Priscila Palacio



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II.4.3. EVOLUCIÓN DE LAS IMPORTACIONES DESTINADAS AL SECTOR INDUSTRIAL

El análisis de las importaciones argentinas permitirá observar qué pasó con las principales importaciones destinadas al sector industrial. En la tabla 29 se observa la evolución de las mismas durante la década de 1980.

Puede apreciarse que las importaciones destinadas al sector industrial, como las de bienes de capital y bienes intermedios registraron una clara tendencia decreciente durante el período 1980 – 1989. Y ese comportamiento decreciente se observa en forma generalizada en el total de importaciones que registró el país durante dicho período.

Pero cuando se analiza el período 1983 – 1989, los datos son menos desalentadores, registrando la importación de bienes de capital y bienes intermedios, una leve tendencia positiva en el período.

Si a este análisis se añade la circunstancia que en la década la inversión bruta fija cayó en forma significativa, resulta claro que el sector industrial argentino experimentó una muy baja modernización tecnológica durante el período bajo estudio. Como dice Andrés López (2007:77), los años ochenta fueron el último estertor del modelo ISI, y marcaron la tendencia de las políticas que se impondrían en la década siguiente.

II.4.4. EFECTOS DEL DESEMPEÑO INDUSTRIAL SOBRE EL SECTOR EMPRESARIAL Y DE LOS TRABAJADORES

Algunos autores afirman que la política económica del gobierno de Alfonsín tendió a permitir la consolidación de los grupos económicos locales y conglomerados extranjeros, que se habían expandido durante el gobierno de facto. Tal es la conclusión a la que arriba Schorr (2004: 69) , cuando explica que ello fue posible, entre otras, debido a las siguientes circunstancias:

1. Porque esos grupos económicos fueron los principales beneficiarios de los múltiples subsidios estatales provenientes de:

• regímenes de promoción industrial

• estatización de la deuda externa privada

• licuación del endeudamiento interno

• subsidios a la exportación de manufacturas

• sobreprecios pagados por el Estado y las empresas estatales, a sus proveedores.

2. La destrucción del capital y a la repatriación de inversiones externas que ocasionó la crisis económica.

3. La centralización del capital, que se produjo gracias a la compra de establecimientos, que en algunos casos se efectuó con apoyo estatal.

En opinión del autor, estos factores posibilitaron que se consolidara un conjunto de grandes firmas de capital nacional, cuyo perfil empresarial estaba orientado hacia la producción de insumos industriales, que en muchos casos adoptaban la forma de conglomerados de empresas . Gran parte de la actividad económica de esas empresas estaba dedicada a la exportación, especialmente de productos industriales intensivos en recursos naturales, por lo que el mercado externo pasó a desempeñar un papel más importante que en los años anteriores (Kosacoff, Bonvecchi, Fuchs, et al., 1992: 44 a 45).

Menos beneficiado fue el sector de los trabajadores industriales, ya que su heterogeneidad aumentó por la reestructuración industrial (que había comenzado ya en la época de la dictadura militar); además, los regímenes de promoción industrial habían producido una doble fractura (Schorr, 2004: 73):

• Por un lado, constituyeron un nuevo estrato de trabajadores en las zonas promocionadas (la mayoría de ellas en el interior del país), que en relación a las zonas industriales tradicionales:

 tenían menor sindicalización

 percibían un menor salario

• Por otro lado, con estos regímenes había incrementado la desocupación en las zonas de origen (centros industriales tradicionales como eran Gran Buenos Aires, Rosario y Córdoba).

En los gráficos 35 y 36 se observa la evolución que registró el empleo industrial en la década de 1980, pudiéndose observar una tendencia claramente negativa (que es más pronunciada cuando se parte en el análisis desde 1983).

Cuando se comparan la evolución de la producción industrial con la evolución del empleo industrial, se observa que este último presentó una tendencia decreciente más pronunciada que la primera, lo que implica que la productividad industrial registró una tendencia creciente en el período.

Cuando se observan las fluctuaciones en ambos indicadores, la fluctuación en la cantidad de obreros ocupados en la industria manufacturera fue menor que la registrada por el volumen físico de la producción industrial.

Sánchez y Torres (1994) sostienen que ese incremento de la productividad se debió a la pérdida de empleo y a la mayor utilización de horas extras, y no al incremento del capital fijo, ya que como ya se mencionó, una de las características de este período fue la caída de la inversión en el sector industrial (gráfico 12). Por su parte, Yoguel (2000) muestra que el incremento en el nivel de desempleo se generalizó a sectores con distinto grado de calificación de mano de obra (ver tabla 2 del anexo de gráficos y tablas).


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