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EL CAUDAL MÍNIMO MEDIOAMBIENTAL DEL TRAMO INFERIOR DEL RÍO EBRO

Josep Maria Franquet Bernis



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8.2. El aumento de la salinidad de las aguas en el tramo inferior del Ebro

8.2.1. Como consecuencia de la disminución de caudal

El entorno deltaico está saturado de aguas salinas o salobres en equilibrio con la entrada subterránea de agua dulce procedente de las planas litorales próximas y con la carga superficial del agua de riego que se introduce por los canales de la derecha y de la izquierda del Ebro. Las acequias Paralela (hemidelta derecho o meridional) y Sanitaria (hemidelta izquierdo o septentrional) rompen principalmente el gradiente de recarga subterránea generando importantes descargas. Los aumentos de flujo en estos drenajes resultan, según lo expuesto, especialmente problemáticos. En este sentido cabe citar la conexión existente entre algunos otros drenajes naturales de aguas subterráneas dulces (área de los Ullals de Baltasar, próxima a la ciudad de Amposta) y los drenajes de los riegos que son bombeados en las estaciones periféricas del delta, provistas de tornillos de Arquímedes; ello da lugar al consiguiente favorecimiento de la extensión del agua salina y a bombear más agua de la necesaria para lograr los drenajes.

Sabido es que el problema de la salinidad se presenta por el avance de la corriente de agua marina en sentido contrario a la fluvial, que a su paso va llenando fosas del lecho del río, perfectamente apreciables del estudio de su perfil longitudinal. Como el agua salada es más densa que la dulce, esta corriente avanza en dirección ascendente por el fondo, en forma de cuña. Si las aguas están tranquilas, puede apreciarse cómo existen estas dos capas, la superior de agua dulce y la inferior de agua salobre, e incluso una intermedia o de transición. En cambio, en aguas turbulentas, se produce la mezcla de ambas, notándose una salobridad media de toda la sección.

Ahora bien, para que la cuña salina progrese es necesario que el caudal del río sea insuficiente como para impedir el avance de la corriente marina. Así, en período de avenidas, la cuña salina retrocede hasta prácticamente la desembocadura, mientras que en los estiajes avanza hasta adentrarse a distancias considerables de la costa, pudiendo llegar en la actualidad a rebasar la localidad de Campredó, en condiciones desfavorables de bajo caudal en el río, aumento de la cota de nivel del mar, vientos de Levante, etc.

Por el contrario, es reducida la superficie del mar afectada por el agua dulce del río en la desembocadura, no observándose variación alguna de la salinidad del agua marina a más de 6 km de aquélla ni en profundidades superiores a los 10 metros.

El avance de la corriente salina bajo la fluvial, ya comentado y descrito, produce infiltración en las tierras contiguas y, tras la posterior evaporación, la salinización del suelo, de nefastas implicaciones para los cultivos. En condiciones de caudal medio y alto, con valores de 650 m3/seg., superiores al módulo medio del siglo (que no alcanza los 500 m3/seg.), el río entra literalmente en el mar y no se desarrolla la cuña marina. Las condiciones de estuario se presentan en el río Ebro con caudales inferiores a los 400-500 m3/seg. A medida que disminuye el caudal la cuña marina penetra paulatinamente tierra adentro. Con caudales en torno a los 200 m3/seg. el límite superior de la cuña marina se sitúa en la Isla de Gracia, a 17 km. de la desembocadura. Con caudales menores, del orden de 100 m3/seg. (justamente el previsto como caudal mínimo en la desembocadura por el actual PHC), la cuña marina alcanza Amposta y, durante los grandes estiajes, 30-50 m3/seg., se ha señalado la presencia de la cuña salina hasta Campredó e incluso más cerca de Tortosa. Todos estos caudales se deben de entender como orientativos, puesto que para determinar con mayor exactitud la penetración de la cuña marina ha de tenerse en cuenta la actuación de las mareas y la propia morfología o batimetría del río, parte de la cual puede verse en el anexo 2.

La cuña salina en el delta de Ebro se forma donde el agua dulce -de menor densidad- pasa o transcurre sobre el agua del mar más densa. Al llegar a este punto, la floculación de las partículas orgánicas llevadas hacia abajo por el río viene causada por el alto contenido de cationes (iones cargados positivamente, tales como el sodio o el magnesio) del agua de mar. Las partículas orgánicas floculadas constituyen un alimento valioso para algunos organismos acuáticos y no se barren hacia al mar junto con el resto del agua de río, debido a la remoción alternativa hacia adelante y hacia atrás de los flujos y sentidos cambiantes que caracterizan los estuarios. Otras partículas vivas, tales como fitoplancton, zooplancton y pequeños peces se aprovechan de este refugio rico de comida estable, que es típicamente la región más productiva del estuario. La cuña salina es naturalmente eutrófica, pero puede llegar a ser sobre-eutrófica con la adición de nutrientes, especialmente nitratos procedentes de las escorrentías agrícolas y pecuarias. Si la anoxia ocurre debido al agotamiento de oxígeno por el decaimiento de floraciones excesivas de las algas, se reduce mucho el valor biológico de la cuña salina.

La situación de la cuña salina también determina su valor biológico al ecosistema. Sin embargo, no es la distancia desde el mar, a nuestro juicio, la que resulta crítica, tal como se sugiere a veces en la documentación existente sobre el Ebro. La producción máxima de la cuña salina ocurre cuando está situada en una zona poca profunda y amplia en donde la producción de algas no está limitada por la luz del sol o el espacio. No está claro donde se produce esta situación en el Ebro, o si la maximización de la producción es el único objetivo para la cuña salina. En California, por ejemplo, la cuña salina del río Sacramento se gestiona para maximizar la producción en la bahía Suisun, aunque no sea ésta una zona de interés histórico natural ni tampoco el paraje más cercano al océano. La descarga natural de Sacramento-San Joaquín es dos veces mayor que la del Ebro y el mantenimiento artificial de la cuña salina beneficia la productividad del estuario de la bahía Suisun, pero también trae consigo una considerable pérdida de la producción agrícola, especialmente en los años secos. La situación de cualquier cuña salina en los canales profundos, sobre todo río arriba, generalmente reduce su valor ecológico. La situación de la cuña salina en el océano, como por ejemplo en el río Amazonas, trae consigo una productividad que es menor que la de un ecosistema de agua baja .

Pues bien, como consecuencia del conjunto de actuaciones proyectadas en toda la Cuenca y la consecuente disminución del caudal medio en el tramo inferior del río, puede deducirse que, en general, la "cuña" salada será menos frecuentemente expulsada hacia el mar, que ascenderá aún más hacia el interior, que el espesor superficial de agua dulce en el cauce del río será más débil y también los niveles de agua más bajos.

También cabría analizar las consecuencias de estas modificaciones del régimen fluvial en la salinidad de los terrenos deltaicos. En efecto, la disminución de la profundidad de la capa freática, con la ascensión capilar y evaporación subsiguientes, puede ser hasta cierto punto compensada por la infiltración de las aguas del río en condiciones para alimentar esta capa, en la estación seca. La intensidad y la extensión de esta infiltración pueden ser muy débiles o notables según las permeabilidades de los terrenos, las pérdidas por evaporación, la compensación por las aguas de irrigación, el drenaje, etc. De todos modos, es necesario para terrenos agrícolas sin límite de utilización en el tiempo, que el balance de eliminación de la sal sea positivo. Ahora bien, si la ascensión de la cuña salada fuera más notoria y frecuente, el efecto producido sobre este balance no sería, precisamente, de sentido positivo.

Es cierto, salvo condiciones muy especiales, que los factores más importantes en este balance son las aportaciones de agua dulce de los riegos y el drenaje. Es seguro, también, que los arrozales, que permanecen inundados mucho tiempo en el ciclo anual, constituyen un factor de desalinización que sobrepasa con mucho todos los otros y que, en estas condiciones, los efectos de la cuña salada pueden ser despreciables. Por esta fundamental razón, la dotación unitaria de agua de riego a los arrozales no cabe, en ningún caso, considerarla excesiva, habida cuenta de la doble función que desarrolla: necesidades de evapotranspiración de la planta y mantenimiento de las aguas salinas a una profundidad conveniente.

De haber tenido lugar, en la Cuenca, las actuaciones previstas o sugeridas de detracción de agua, relacionadas en el Anexo II de la Ley 10/2001 de 5 de julio del PHN, que fueron posteriormente derogadas, la aportación de agua dulce sobre los terrenos hubiera sido, entonces, mucho más débil e intermitente que en la actualidad. Esto podía aumentar la introducción de sal por la cuña salada del río y este factor, que era verosímilmente de escasa o nula importancia antes, puede, en condiciones favorables, adquirir mucha mayor entidad.

8.2.2. Como consecuencia del menor grado de dilución

Los datos que manejaremos aquí son los propios de la Red de Control de Calidad del Agua de la Comisaría de Aguas del Ebro, habiéndose escogido la estación de Ascó (nº: 63) y la de Tortosa (nº: 27). En líneas generales, puede decirse que el río Ebro, al discurrir por una cuenca sedimentaria con depósitos salinos, posee un contenido salobre importante si la comparamos con otras cuencas de similar latitud geográfica. El tramo inferior del Ebro tiene tendencia a salinizarse a razón de 10 a 15 mgrs./litro (p.p.m.) y año, lo cual resulta preocupante, ya que en un lapso de sólo 50 años podría llegar a duplicarse el contenido salino actual. Precisamente, entre las causas de este problema ocupan un lugar importante los desagües de las zonas regables recientemente transformadas ("Balance hidrosalino de la cuenca del Ebro", F. Alberto & R. Aragües, 1985). A la vista de las cuantiosas actuaciones previstas en el PHN en relación a la cuenca hidrográfica del Ebro (lo que se ha venido denominando el “Pacto del Agua de Aragón”) en relación a las transformaciones en regadío a realizar en los próximos años, es de esperar que continúe este proceso de degradación de la calidad a una tasa anual, incluso, superior a la detectada hasta la fecha.

En base a los proyecciones efectuadas en aquellos estudios, partiendo de valores para el año 1990 de 591'6 mgrs/litro (total de sales disueltas) y una conductividad eléctrica, expresada a 25ºC, de 898 *mhos/cm., podían, como mínimo, fácilmente alcanzarse los 641'6 mgrs/litro y 1.064 *mhos/cm. en el año 2000, y 741'6 mgrs/litro y 1.230 *mhos/cm. en el año 2010. Estos valores comienzan a hacer dudosa la aplicabilidad de estas aguas para fines de regadío y otros usos consuntivos.

Llegados a este punto, resulta curioso constatar las predicciones a las que nos hemos venido refiriendo con los controles de calidad del recurso que lleva periódicamente a cabo el Organismo de Cuenca, pudiéndose comprobar el alarmante grado de verosimilitud de aquellas predicciones con relación a los valores realmente observados. Desde la página web de la Confederación Hidrográfica del Ebro es posible acceder a los resultados de los análisis realizados en el Laboratorio de Calidad de Aguas sobre las muestras de la red ICA (tanto de aguas superficiales como subterráneas). Los resultados de aguas superficiales se han separado en históricos (hasta finales del año 2001) y en actuales (desde enero de 2002), estando la conductividad expresada, en este caso, a una temperatura de 20ºC.

Con ello se realiza un control sistemático de la calidad físico-química y microbiológica de las aguas superficiales en la cuenca hidrográfica del río Ebro. Estos controles se plasman en la realización de muestreos mensuales sobre una red de puntos fijos -red ICA de aguas superficiales-, para los que se efectúan medidas in situ y determinaciones analíticas en el Laboratorio de Calidad de Aguas de la Confederación. Se adjunta en la web mencionada el listado correspondiente de los puntos de muestreo de la red.


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