BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


EL SIMULACRO DE LAS MARCAS DE CONSUMO

Raúl Arturo Sánchez Irabu



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Proceso de Transculturalidad.

Los orígenes de las empresas trasnacionales se remontan a las actividades comerciales de los primeros capitalistas del siglo XIV, entre las cuales destacan algunas empresas británicas y holandesas. Pero más concretamente surgieron en la segunda mitad del S. XIX en 1870 , sin embargo en donde se multiplicaron estos procesos y se desarrollaron los nuevos procesos fue en la integración comercial de diferentes países, convirtiéndolos en procesos internacionales a través de bloques económicos que se fueron gestando después de la segunda guerra mundial y durante las décadas de los 80 y los 90.

Esto impide el desarrollo cultural uniforme de nuestros pueblos, porque éste ha estado condicionado a los intereses de los grupos poderosos. Estos grupos poderosos han sido simulados por las marcas de consumo, que han construido corporativos comerciales por medio de fusiones empresariales, las cuales han tomado el control de los ámbitos más importantes del movimiento de libre mercado, sobre todo en naciones como México.

La invasión de las grandes empresas extranjeras a territorios latinoamericanos se originaron con el fin de desarrollar algunas de las sociedades concretas de América Latina que necesitaba urgentemente campo laboral para desarrollar las diferentes sociedades que estaban en crecimiento pero sin un sustento que garantizara el crecimiento cultural, social y económico. Esto fue provocado por la situación de pobreza de la mayoría de los países que comenzaron a dar facilidades a los grandes corporativos para establecerse en diferentes ciudades, y los corporativos empresariales a su vez, ofrecían trabajo, bienestar económico y estabilidad para los habitantes de los lugares en donde estaban establecidos. Ejemplos de esto que hemos narrado existen muchos, sobre todo de las empresas automotrices que en algunas ciudades de México son consideradas fundamentales para el desarrollo económico de la región. Entre las más importantes destaca la WV en Puebla, GM en Silao, Gto. y en Ramos Arizpe, Coah., la Nissan en Aguascalientes entre otras… que han generado un desarrollo importante en las sociedades de esas entidades, pero que con los nuevos procesos de globalización y de la liberación de los mercados, han pasado por problemáticas empresariales que las han hecho ser en la actualidad menos productivas, pero que siguen siendo fundamentales para el desarrollo de las ciudades en donde están establecidas.

En el proceso de dependencia económica que ha vivido América Latina encontramos que han existido también, una serie de procesos que podríamos denominar como transculturación comercial porque las empresas trasnacionales han importado a los países latinoamericanos una nueva situación social y cultural, y también han impuesto normas de conducta a través de los procesos de producción y de consumo industriales y mercantiles.

Esto ha generado una nueva idea económica promovida tanto por las empresas transnacionales , como por los mismos gobiernos, denominada neoliberalismo o de libre mercado, en donde han puesto como criterios fundamentales, el bienestar y el desarrollo económico de los países que están menos desarrollados en diferentes ámbitos de las dimensiones sociales del hombre. Sin embargo, como ya hemos mencionado, lo que se ha generado ha sido una nueva estructura social que ha dejado a un lado las funciones fundamentales del gobierno, para convertirse en actor preponderante de la actividad social y del desarrollo de las naciones.

La función del gobierno ha entrado en este proceso de negociación con las grandes multinacionales porque sus operaciones de producción y comercialización se llevan a cabo en numerosos países, y los gobiernos por la necesidad de generar un crecimiento social y económico, han tenido que ceder a los condicionamientos de las grandes empresas transnacionales, que en algunos casos ponen sus condiciones para establecerse en determinadas regiones o países, o simplemente retiran su capital de la región y buscan otros lugares de desarrollo. De aquí que el gobierno tenga que entrar en negociación con las grandes empresas, para que inviertan su capital en las zonas gobernadas.

De aquí que el problema radique en la finalidad de la actuación de los procesos empresariales, ya que aunque obtengan la autorización de los gobiernos, éstos no garantizan proyectos que establezcan un orden social estable e integral, sin que tenga que someterse a los cambios de la economía mundial, sino más bien los gobiernos han asumido políticas favorables al mercado, como la privatización y la desregularización de los procesos de industrialización empresarial.

Y es que en muchas de las sociedades de los países denominados como periféricos como lo son los países de América Latina, se dan estos procesos de convencionalismo social, que disminuyen la verdadera función gubernamental, porque los gobiernos siguen atados a la manipulación monetaria del capital, y se subordinan a este proceso porque no han desarrollado, por muchas circunstancias que los condicionan, verdaderos procesos de desarrollo político y social para sus países, que son los que más han estado involucrados en estos nuevos procesos de transculturación comercial.

De esta manera podemos decir que los procesos de transculturación son muy complejos, han sido una forma de manipulación cultural, que ha sido generado por la influencia de diferentes sistemas políticos y sociales, y en el caso de la transculturación comercial han sido los sistemas políticos los que han marcado los procesos transculturales que se dan en las sociedades conquistadas por estos nuevos procesos.

Pero más allá de ver la parte crítica de las situación que viven nuestros pueblos latinoamericanos, es importante señalar que no podemos quedarnos sólo con contemplar y estudiar los procesos sociales de transculturalidad, sino que debemos de llegar a una postura crítica constructiva, que nos ayude a establecer nuevos parámetros de actuación social.

El problema radica verdaderamente en la construcción de nuevas realidades sociales, no sólo que den respuesta convencionalmente a las necesidades primarias de los individuos, sino que generen proyectos sociales, a los cuales se les pueda dar seguimiento, de tal forma que no adoptemos una actitud sumisa frente a los que establecen este tipo de sistemas, sino que vayamos generando a partir de nuestras propias realidades, experiencias que respondan a las nuevas expectativas de nuestra realidad social.

Y estos procesos, no nos deben separar de los procesos sociales a nivel internacional, pero si deben de garantizar cierta autonomía cooperativa institucional de una política multilateral, pero que respete los derechos de las personas que están dentro de los procesos sociales de industrialización.

Estos a su vez se convierten en problemas filosóficos porque le competen a la persona que vive en sociedad, ya que las grandes empresas han transformado no sólo las condiciones estructurales de las ciudades en donde han sido instaladas, sino que han modificado también la forma de pensar y le han dado un nuevo sentido a la existencia humana, relacionada con las nuevas formas de vida que se transmiten en el ejercicio comercial de las marcas de consumo. De esta forma no sólo hablamos del ámbito lingüístico comunicacional que generan las marcas a partir de la comercialización de los productos, sino también de un ámbito lingüístico social, en donde el lenguaje de la marca a través de sus estructuras instituciones que pueden ser las mismas empresas, han procurado a partir del análisis que hemos hecho anteriormente, una nueva realidad social, que ha quedado, en algunas ocasiones en el corto circuito de la realidad sin tener más opciones que acoplarse a su estructura, y de esta forma, vivir la hiperrealidad social, concebida ésta como las nuevas formas de vida urbana, ligadas al trabajo cotidiano a una empresa y al consumo de bienes y servicios que procuran mantener la inercia de la actividad social, y de esta forma estar insertos en la seducción social de su propia realidad sin poder comprender lo que sucede a su alrededor.


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