BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


EL SIMULACRO DE LAS MARCAS DE CONSUMO

Raúl Arturo Sánchez Irabu



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El Libre Comercio de capitales y de bienes y servicios.

Para comprender los mecanismos del libre flujo de capital en el movimiento de globalización que se da a nivel mundial, habrá que comprender de antemano las funciones que realizan las instituciones internacionales como son: FMI (Fondo Monetario Internacional) y el BM (El Banco Mundial). El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial se crearon después de la segunda guerra mundial en la conferencia monetaria y financiera de las Naciones Unidas en Bretton Woods, New Hampshire, en julio de 1944.

El FMI surgió de la creencia en la necesidad de una acción colectiva a nivel global para lograr la estabilidad económica, igual que la ONU surgió de la creencia en la necesidad de una acción colectiva a nivel global para lograr la estabilidad política. El FMI es una institución pública, establecida con el dinero de los contribuyentes de todo el mundo . Fundado en la creencia de que los mercados funcionan muchas veces mal, ahora proclama la supremacía del mercado con fervor ideológico. El Banco Mundial tiene como misión un mundo sin pobreza; está representado por los ministros de Hacienda de todo el mundo y representa un centro de poder y riqueza, muy importante.

La dinámica del FMI es aportar dinero a los países que emprenden políticas como recortar los déficits y aumentar los impuestos o los tipos de interés, para poder financiar los momentos críticos de cada una de las economías, en este caso de las economía que menos tienen flujo de capital. Keynes establecía que el mercado debería de seguir su ritmo, pero no establecía que los grandes rubros de acción en el que estaba involucrado el gobierno como el establecimiento del empleo, también dependieran del libre flujo de capital.

El Estado tenía el deber de establecer los mecanismos adecuados para que existiera un competencia equitativa en los mercados y se evitara en todo momento los monopolios, sin embargo esta idea fue reemplazada por la sacralización del libre mercado en los ochentas, como parte del nuevo Concenso de Washington entre el Banco Mundial y el Tesoro de EU , que establecieron algunas de las políticas de los países desarrollados, y esto marcó un nuevo enfoque completamente distinto del desarrollo económico y la estabilización. El cambio más dramático se originó con Ronald Reagan y Margaret Thatcher, que en sus respectivos países abogaron por las políticas del libre mercado.

En este tiempo, México se consideraba una economía que estaba peleando por establecerse en la nueva línea internacional a través de algunos tratados de libre comercio, pero seguía siendo una economía cerrada pero con gran capital extranjero que era el que movía el desarrollo político-social de algunas entidades mexicanas. Además México estaba en plena recuperación de crisis económicas severas como lo fue la de 1982, en donde con mayor relevancia se estableció el país como una economía altamente vulnerable, sin embargo seguíamos siendo competitivos en muchos rubros económicos y se pudo recuperar rápidamente la economía. Para tal recuperación era evidente de que era necesario que la banca volviera en manos de empresas privadas para que el gobierno solventara el déficit que había dejado esta crisis económica, como una de las políticas para restablecer el sistema bancario, y así lo hicieron. Desde estos acontecimientos podemos sostener que México ingresó a los nuevos procesos de liberación de mercados que se hicieron patentes con el presidente Carlos Salinas de Gortari.

El tratado de libre comercio (TLC) abrió prácticamente las puertas a este nuevo proceso de globalización. El 1 de enero de 1994, México comenzó a competir en muchos de los rubros de este tratado en desigualdad comercial, de flujo de capital y de inversiones directas. La liberación mercantil no se dio sólo para el ingreso de capital extranjero, sino también favoreció para que el mercado interno quitara barreras estructurales y se iniciara, también hacia el interno del país una libre competencia de productos, sobre todo aquellos que son considerados como la canasta básica: tortillas, frijol, huevo, etc., que se empezaron a exponer a los nuevos cambios estructurales del mercado, en donde ya no era necesario un permiso del gobierno para establecerse como un comerciante, bastaba con cubrir tus impuestos y algunas cuotas que los gobiernos municipales o estatales establecían. De esta forma comenzó la lucha por la hegemonía económica; las grandes empresas empezaron a posesionarse de nuevos nichos de mercado y comenzaron a ser más creativas para fortalecer sus productos, sin embargo aquellos que se encontraban en dificultades económicas y que no garantizaban un crecimiento sustentable a nivel administrativo y financiero, vieron a sus empresas poco a poco pasar a manos del capital extranjero para poder sostenerse, o bien pasaron a manos de empresarios con mayor capacidad económica como lo es el mexicano Carlos Slim.

De esta forma ciertamente el mercado creció en movimiento y el consumo abierto creció de manera extraordinaria, pero seguíamos cargando con déficit presupuestal enorme, se seguía visualizando -como hasta la fecha- la enorme deuda externa que tiene México con otros países, que al parecer es una deuda para la posteridad; los niveles de recaudación de impuestos son ineficientes, y mucho más lo es su aplicación, etc. Lo que favoreció para poder sostener los niveles de solvencia entre lo que se importaba y exportaba, era el gran dinamismo que ejercieron las exportaciones de nuevos productos en otros países, sin embargo la mayoría de estas exportaciones eran de productos maquilados en México, pero que tenían capital extranjero. Lo anterior nos mantenía como un país altamente vulnerable porque su capital no se mantenía como un capital fijo, ni tampoco en mercancía porque la mayoría de los productos eran exportados, y los que regresaban al país ingresaban como productos importados a los cuales habría que aplicarles sus respectivos impuesto, lo que los hacía más caros en el mercado interno, llegando incluso a costar más del 100% de su costo de producción, como lo ha sido el caso de los automóviles manufacturados en territorio nacional.

Estas situaciones provocaron la nueva crisis de diciembre de 1994, con la cual se estrenó el nuevo gobierno mexicano encabezado por Ernesto Zedillo. Este gobierno tuvo que solventar los grandes rezagos que a nivel económico tenía nuestra nación. En medio de esta situación nuestro país fue materia disponible para que el funcionamiento de los grandes organismos internacionales a nivel económico entrara en funcionamiento. Tanto el FMI como el Banco Mundial comenzaron a aplicar sus criterios de ayuda, que dependieron de su austeridad fiscal, la privatización y la liberación de los mercados, independientemente si el país estuviera o no preparado para establecer este tipo de relaciones internacionales, por lo que el problema en verdad radica en que estas políticas se transformaron en fines en sí mismas, más que en medios para un crecimiento equitativo y sostenible.

Además de lo anterior también debe de quedar claro que el desarrollo de occidente en la liberación de los mercados protege a los sectores en los que la competencia de países desarrollados pueda amenazar su economía. Este ha sido el problema de los camioneros en México al pasar la frontera con Estados Unidos, debido a que sus gastos de operación eran menores que los de aquel país, por lo que empezaron a poner muchas restricciones y sus operaciones mercantiles a nivel de competencia se fueron hacia abajo. Lo fue con algunos productos del mar como el camarón y algunas especies que eran bien vendidas y cotizadas en EEUU, y lo ha sido en algunos productos agrícolas como el tomate cosechado en zonas de Sinaloa y el aguacate que se cosecha en gran parte de Michoacán.

Dentro de los procesos de liberación de mercados nos encontramos por tanto con la inversión extranjera, que en sí misma ha sido un problema para los países desde el principio de liberación comercial, porque como no hay restricciones comerciales que regulen su comportamiento, lo que hacen es comenzar a desplazar a los competidores locales. Este es el caso de los refresqueros en todo el mundo, que han sido desplazados por Coca-Cola y por Pepsi. Esto mismo sucede con Wal-Mart y las empresas locales de supermercados.

La liberación de los mercado ha forzado su liberación sin que antes se instalen redes de seguridad, sin que haya un marco regulador, sin que los países pudieran resistir las consecuencias adversas de los cambios súbitos en las impresiones del mercado; ha forzado a políticas que destruyen los empleos antes de sentar las bases para la creación de puestos de trabajo; ha forzado la privatización sin que existan marcos adecuado de competencia y regulación.

La liberación comercial en México ha fomentado ciertamente el crecimiento, pero al mismo tiempo, al menos a corto plazo ha extendido la pobreza, sobre todo a medida que algunos trabajadores han sido despedido, y se ha ampliado el índice de desempleo abierto de manera impresionante. Este acontecimiento ha sido acompañado de una inestabilidad económica, y ha llevado a la imposibilidad de que los pequeños productores puedan competir abiertamente con las grandes empresas porque los tipos de interés, que promueve el FMI, hacen más elevados los precios y hace que se vuelva más difícil que los campesinos pobres puedan comprar las semillas y los fertilizantes para establecer un precio y producto competitivo.

En este sentido hemos de constatar que entre las 100 empresas transnacionales que realizan sus operaciones en nuestro país, las más importantes están ubicadas en el giro automotriz. General Motors tan sólo en el 2002 vendió –estamos incluyendo las exportaciones- 12,202.3 millones de dólares, lo que lo ubica en 5.4% de las ventas totales del corporativo a nivel internacional. Otra de las empresas que ha penetrado rápidamente en el mercado mexicano ha sido sin lugar a dudas Walt Mart que vendió en el mismo período del 2002 cerca de 10 941.7 millones de dólares, lo que representó un aumento de 15.4% de sus ventas totales. Con estos datos apenas se alcanza a ubicar en los mismos niveles como empresa netamente mexicana TELMEX, que en el giro de empresa de comunicación vendió en el 2002, 11 671.1 millones de dólares .

Esto nos da una idea de la importancia que tienen las grandes empresas trasnacionales en la economía de nuestro país, además que consideramos que las políticas aplicadas en nuestro territorio están subordinadas a la actividad comercial.


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