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EL IMPACTO DE LA CARRERA DE ECONOMÍA DE LA BUAP EN EL MERCADO LABORAL: LA VISIÓN DE LOS EGRESADOS DE LA GENERACIÓN 1995-2000

Miguel Ángel Aguilar Aguilar


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Marco Contextual

El mercado de trabajo es donde confluyen la oferta y la demanda de trabajo, mismos que tienen como propósito principal la libertad de los involucrados, que comprende tanto a los trabajadores como a los empleadores. Para el caso de los trabajadores se refiere a la libertad de decidir qué tipo de trabajo aceptar o rechazar, mientras que para el caso de los empleadores la libertad se refiere en decidir qué producir, como también a quién contratar para ocupar un puesto de trabajo, considerando por supuesto las habilidades y destrezas de los trabajadores. La característica principal del mercado de trabajo consiste en la existencia de trabajadores que prestan sus servicios, o mejor dicho su fuerza de trabajo, en el proceso productivo, mediante un pago denominado salario, y por otro lado, a la existencia de empleadores que demandan trabajo para llevar al cabo el proceso productivo, que es retribuido a través de un salario (Wikipedia, 2007). Dicho acuerdo entre ambos da origen a la relación laboral, donde quedan de manifiesto los derechos y las obligaciones tanto de los trabajadores como de los empleadores. En este contexto también encontramos que los mercados de trabajo tradicionalmente han sido regulados o mejor dicho influidos por el Estado y los sindicatos, estos últimos mediante contratos colectivos de trabajo.

Ahora bien, a partir del proceso de globalización se han suscitado cambios importantes en los mercados de trabajo; por un lado encontramos la pérdida de participación por parte del Estado en el comportamiento del mercado de trabajo, dejándolo al libre juego del mercado, es decir, al libre juego de la oferta y la demanda. Y por otro lado, también encontramos la pérdida de participación de los sindicatos en la defensa de los derechos laborales, mediante la eliminación de los contratos colectivos de trabajo, por lo que podemos decir que en términos generales el cambio de los mercados de trabajo en el nuevo contexto de globalización se refiere a la desregulación (flexibilidad) del mercado de trabajo. Asimismo encontramos que ante la liberalización de los mercados y la competencia a escala planetaria, existe un importante crecimiento del sector terciario, como consecuencia del nuevo patrón exportador, mientras que el sector primario ha decrecido a partir de este nuevo escenario. “El año 2006 marcó un hito histórico cuando el empleo global en el sector de los servicios superó al de la agricultura. En la actualidad, los servicios representan un 40 por ciento del empleo mundial, lo que representa un aumento en comparación con el 39,5 por ciento registrado en el 2005, mientras que la agricultura ha disminuido del 39,5 al 38,7 por ciento” (OIT, 2007a, 3).

En este sentido, tenemos que a partir del crecimiento del sector terciario se han generado nuevos puestos de trabajo, que si bien sirven para absorber una gran cantidad de trabajadores, también es cierto que los nuevos requerimientos implican mejores habilidades y más altos niveles de calificación de la fuerza laboral, es decir, en la medida que crece el sector terciario esto ha implicado que los puestos de trabajo que se ofrecen continuamente requieran de mejores calificaciones, desplazando los puesto de menores niveles de calificación hacia trabajos de menor escala e incrementándose cada día más las calificaciones para mandos medios en adelante. Es por ello que se observa un crecimiento desigual entre la oferta y la demanda, puesto que mientras la oferta de trabajo sigue un crecimiento constante, la demanda de trabajo mantiene un aumento lento y en ocasiones un decrecimiento; principalmente en los países en desarrollo en donde la población es mayoritariamente joven y en consecuencia existe una población importante que egresa cada año de las instituciones de educación superior.

Mientras que los países desarrollados, si bien no tienen una población joven como en el caso de los países en desarrollo, lo cierto es que sí tienen una población muy importante de inmigrantes, quienes llevan al cabo las labores de menor calificación o aquellas intensivas en fuerza de trabajo. Dicha situación ha ocasionado una precarización del empleo ante el exceso de oferta de trabajo cada vez más calificado, desplazando a los menos calificados al desempleo o bien al trabajo informal. Este último ha concentrado gran parte de la población económicamente activa que no logra insertarse en el mercado de trabajo formal; dicho sector informal ha servido como válvula de escape ante la creciente población desempleada principalmente en el caso de los países en desarrollo, en donde existe una población mayor de jóvenes, una desregulación del mercado de trabajo y un crecimiento lento en la generación de empleo. En este sentido, en el nuevo escenario de la economía mundial se considera necesario un desarrollo económico, vía por la cual se pueda reducir la pobreza y el desempleo. Es por ello que los países, principalmente aquellos en desarrollo, han puesto especial atención en este tema, llevando al cabo recomendaciones de organismos internacionales, tales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, entre otros. Por lo anterior, las economías han dirigido su atención hacia el mercado exterior, liberalizando sus economías y flexibilizando el mercado de trabajo, para con ello ser más competitivas en el nuevo escenario mundial, y así permitirles participar en el mismo, y por consiguiente lograr un crecimiento económico que se traduzca en aumento de empleo, mejores salarios y reducción de la pobreza.


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