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EL IMPACTO DE LA CARRERA DE ECONOMÍA DE LA BUAP EN EL MERCADO LABORAL: LA VISIÓN DE LOS EGRESADOS DE LA GENERACIÓN 1995-2000

Miguel Ángel Aguilar Aguilar


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Análisis de Resultados

En el presente apartado se desarrolla el análisis de resultados conforme a la estructura del instrumento de investigación y esta dividido en seis partes o apartados, lo que nos sirvió para recabar información general del egresado sobre su actividad laboral, así como la evaluación del mismo con respecto al plan de estudios. La estructura de los apartados es la siguiente:

a) datos socio-demográficos,

b) datos de mercado de trabajo,

c) datos de ubicación en el mercado de trabajo,

d) datos de satisfacción laboral,

e) datos de desempeño profesional, y

f) datos de formación profesional.

Es conveniente señalar que se parte del Esquema Básico para Estudios de Egresados recomendado por la ANUIES (2007), adecuando el instrumento de investigación a nuestro marco teórico, que nos permite medir el impacto de los egresados en el mercado laboral, específicamente la generación de Economía de la BUAP, 1995-2000. Los datos socio-demográficos, revelaron además de los indicadores generales (edad, sexo, estado civil, etc.), cuales son los niveles educativos de los padres del egresado, y el sector en el que trabajan; lo anterior para poder identificar a aquellos egresados que se incorporaron al mercado de trabajo a través de la influencia de los padres. Sobre los indicadores del mercado de trabajo, se consideraron los datos de incorporación de los egresados en el mercado de laboral, antes, durante y después de su egreso de la carrera, así como el tiempo que les llevó encontrar empleo. También se consideraron los factores que motivaron su ingreso, el medio por el cual se enteraron y los factores que determinaron la obtención del empleo. Sobre la ubicación en el mercado de trabajo, nos interesó la información que nos permitiera observar cuál es la posición del egresado en el mercado laboral; tipo de empresa, tamaño de empresa, tipo de contratación, función que desempeña, nivel de ingreso, y principalmente la opinión del egresado con respecto a su ubicación, retribución y desempeño en el trabajo. En satisfacción laboral, básicamente abordamos la opinión de los egresados con respecto a: la evaluación del plan de estudios de la licenciatura, el desempeño de los profesores, las instalaciones y los servicios; además de cómo calificarían su desempeño en el trabajo de acuerdo a su perfil profesional y a sus ingresos percibidos. En el caso de desempeño profesional, se busca relacionar si los empleos que han desempeñado tienen alguna relación con el perfil profesional; si los conocimientos adquiridos durante la carrera les sirvieron para su mejor desempeño en el trabajo. Y por último, en lo que respecta a la formación profesional la intención fue que el egresado evalúe los objetivos particulares del programa de estudios de la licenciatura de Economía de 1995. De esta manera se elaboró el instrumento de investigación (cuestionario), el cual consta de 44 preguntas. En cada uno de los apartados se intenta obtener la mayor cantidad de información posible, que examinada en conjunto nos permita vislumbrar el panorama laboral de los egresados de Economía.

4.1 Datos socio-demográficos

Como su nombre indica, este apartado está compuesto por datos referentes a la situación social de los egresados, así como de su situación demográfica. En este sentido, se consideró necesario conocer la edad de los egresados de la carrera de Economía de la BUAP: generación 1995-2000. Es conveniente señalar que el año de ingreso a la licenciatura de Economía marca dos situaciones importantes en la vida económica y social del país. Por un lado nos encontramos que el inicio de 1995 se caracterizó por una profunda crisis económica, lo cual representaba en términos laborales: poco aumento de empleos formales, incremento del empleo informal, pérdida del poder adquisitivo, etc. Igualmente, dicho año se caracterizó por la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), acuerdo comercial firmado por Estados Unidos, Canadá y México. Esto representaba para nuestro país la apertura comercial, el ingreso de capital privado, aumento de la competencia a escala mundial, demanda de puestos de trabajo mejor calificados y bien remunerados, etc.

El ingreso a un mercado mundial cada vez más globalizado, representa ciertas ventajas económicas que repercuten en lo social; sin embargo, es conveniente tener en cuenta la postura del Banco Mundial (2007a) en su informe “Perspectivas de la economía mundial” respecto al tema, pues si bien el crecimiento del comercio mundial ha sido importante en los últimos años, éste se ha concentrado en Estados Unidos, Japón y China. La incorporación de los países en un mercado globalizado ha sido desigual, especialmente para los países en vías de desarrollo, manteniendo las tensiones en los mercados laborales latentes, situación en la cual se encuentra México. “El rápido avance tecnológico, el florecimiento del comercio de mercancías y la creciente contratación internacional de servicios se han conjugado para ejercer nuevas presiones sobre los mercados laborales, presiones que se agudizarán durante los próximos 25 años” (Banco Mundial, 2007a, 7)

El proceso de globalización ha generado cambios importantes como bien menciona Tokman (2006), quien considera cuatro procesos a destacar: la privatización, la terciarización, la informalización y la precarización. Dichos procesos marcarán el ingreso y permanencia de los egresados en el mercado laboral. El primer proceso se refiere a la privatización, es decir, el traslado del empleo público al privado. Considerando que el empleo en el sector público, si bien es considerado con bajas remuneraciones, es compensado por su inamovilidad contractual y de protección social, es además uno de los sectores caracterizado por la gran cantidad de empleo que ocupa. El segundo proceso es la terciarización, conforme se lleva a cabo el proceso de globalización y por lo tanto se liberalizan los mercados comerciales entre los países, se evidencia un mayor crecimiento de los servicios modernos asociados a los servicios financieros y de comunicación, en donde predominan los servicios de menor productividad, los cuales constituyen el subempleo. El tercer proceso es la informalización, que consiste en el traslado de empleos del trabajo formal hacia el informal, bajo la forma de ocupaciones de cuenta propia, en micro-negocios y en el servicio doméstico. Dicho sector laboral es considerado de alto riesgo, en el sentido que no existe protección social y estabilidad laboral. Y el cuarto proceso es la precarización del trabajo, resultado de las reformas laborales ante el nuevo panorama de competitividad de las empresas, que buscan reducir costos mediante la reducción de los salarios de los trabajadores y los contratos de tiempo parcial, evitando de esta manera los derechos de antigüedad y presión alguna de los trabajadores, denominado en su conjunto como la flexibilización del trabajo. “Los cuatro procesos analizados se interrelacionan, siendo difícil separar sus efectos. Los cambios en la estructura ocupacional son hacia sectores, puestos y contratos más inestables y menos protegidos. Más aún, el sector informal, atraviesa sectores y categorías ocupacionales. La desprotección y precarización resultante no se localiza exclusivamente en el mismo, sino que se encuentra también en empresas de mayor tamaño y más organizadas” (Tokma, 2006, 25).

Bajo este panorama inician sus estudios los egresados de la carrera de Economía, con vistas a obtener un título profesional que les permita incorporarse a un mercado laboral más globalizado. Es de destacar que el ingreso a la carrera de Economía en términos de población de ingreso ha ido disminuyendo gradualmente. Para el año de 1995 el ingreso a la carrera era de 200 aceptados, mientras que para 1997 disminuye a 150 aceptados, hasta alcanzar la cantidad de aceptados para 2003 de 130. De acuerdo a los datos obtenidos, tenemos que el promedio de edad de los egresados de Economía de la BUAP, generación 1995-2000, oscila entre los 29 y 37 años, concentrándose una mayor cantidad de egresados con edad de 30 y 31 años, los cuales representan el 46% y 29% respectivamente del total de encuestados, mientras que el resto solamente representa el 25% del total. Del resto de los egresados destacan las edades más grandes (34 y 37 años), las cuales solamente representan en conjunto el 6% del total de encuestados, mientras que los de 29 años y 32 años, representan el 6% y 13%, respectivamente (Ver gráfica 1).

Tenemos que el grueso de los egresados tiene en promedio tiene, de 30 a 32 años de edad, lo cual significa que los egresados encuestados al menor el 30% de ellos tenían al ingreso a la licenciatura de Economía 18 años de edad, así mismo un 29% de los egresados en cuestión tenía 19 años de edad al ingreso a la carrera, mientras que el 13% tenía 20 años. Es decir el promedio de edad de los estudiantes al ingresar a la carrera, oscilaba de 18 a 20 años de edad, lo anterior significa que la carrera de Economía se caracteriza por una población mayoritariamente joven.

La variable de los egresados según sexo nos pareció importante en la medida que nos permite observar el comportamiento de los egresados en el mercado de trabajo, según el sexo. En este sentido tenemos que del total de encuestados, el 38.7% corresponde a las mujeres, mientras que el 61.3% es de hombres. Es decir, de acuerdo al total de encuestados tenemos que los hombres representan una mayor parte en relación con las mujeres, como a continuación se observa en la gráfica 2.

Lo anterior muestra una participación mayor de hombres, pues representan el 61.3%. Dicha situación puede ser entendida si consideramos que el 54.6% de aceptados en 1995 eran hombres, mientras que el 45.4% está constituido por mujeres, es decir, la licenciatura de Economía siempre se ha considerado por tener una población masculina, como la mayoría de las carreras tradicionales: derecho, ingeniería, administración, etc., pero con el paso del tiempo y el acceso de la mujer a la vida política, tenemos una incursión cada vez mayor de las mujeres, como es en el caso que nos ocupa, donde representan 45.4% de la población de ingreso en 1995. El estado civil de los egresados fue otra de las variables consideradas en este apartado. Encontramos que, según el estado civil de los egresados encuestados, el 19% corresponde a los que se encuentran en Unión Libre, mientras que solamente del 16% su estado civil es casado(a), y el resto son solteros (as) 65% (Ver gráfica 3). Así mismo, también se preguntó sobre el número de hijos de los egresados, de lo cual tenemos que el 74.2% no tiene hijos, el 19.4% tiene un hijo, y solamente el 6.5% contesto que tiene 2 hijos (Ver anexo b, gráfica 1).

La relación de egresados por estado civil es producto de la edad promedio actual de los egresados, teniendo en cuenta que llevan alrededor de 6 ó 7 años de haber terminado sus estudios de licenciatura, lo cual explica la cantidad de egresados con compromiso de pareja, mientras que el hecho de que aquellos egresados que se encuentran en estado civil soltero (a), se debe a que han seguido sus estudios, ya sea de postgrado o de otra índole, lo anterior evidencia que priorizan sus estudios sobre un compromiso de pareja.

Entendemos que estudiar una carrera profesional significa para la mayoría de los individuos mejores oportunidades de trabajo en relación con aquellos que no tienen una carrera profesional; sin embargo existen diferencias entre egresados si consideramos el estado civil y las oportunidades laborales y de estudio. Con respecto a los egresados que se encuentran solteros, esto les permite una mayor facilidad de movilidad laboral para continuar con sus estudios de postgrado, mientras que el resto de los egresados, aquellos que han adquirido alguna responsabilidad de pareja tienen menor facilidad de trasladarse a puestos de trabajo fuera de la entidad, o bien, seguir sus estudios de postgrado en otra institución ajena al estado o al país.

¿Qué otros estudios tiene?, fue una de las preguntas para otro apartado, la cual nos indicaría si los encuestados han cursado otros estudios después de su egreso de la licenciatura de Economía. Los resultados obtenidos son: 32.3% de los egresados encuestados solamente tienen la licenciatura, mientras que el 25% de ellos corresponde a los egresados con Maestría y un porcentaje del 6.5% se encuentra en vías de obtener este grado. Por otra parte tenemos que solamente el 3.2% ha cursado los estudios de doctorado, mientras que el 19.3% ha optado por estudios complementarios, como son alguna especialidad o diplomados y representan el 3.2% y 16.1% respectivamente del total. Y solamente el 12.9% ha optado por otros estudios (Ver gráfica 4).

Encontramos que la mayor parte de egresados que han cursado la maestría y el doctorado se encuentran solteros, mientras que el resto tiene ya un compromiso de pareja. En este sentido tenemos que el estado civil es determinante en cuanto continuar sus estudios de postgrado o de diplomado, mientras que otros estudios de menor rango o tiempo tienen que ver con egresados que cuentan ya con un compromiso de pareja. Esto significa que el 45.1% de los egresados encuestados ha optado por obtener mejores credenciales educativas, ya sea a través de los estudios de postgrado o bien a través de un diplomado. Es decir, los egresados que han dirigido sus esfuerzos para lograr credenciales educativas, pueden ubicarse dentro de la Teoría del Filtro o de Selección, elaborada originalmente por Kenneth Arrow (1973) y Michael Spence (1973) en Borges (Inédito). En ella se señala que los grados académicos y las calificaciones poco tienen que ver con el aumento de la productividad, sino que es más bien a través de la obtención de grados académicos y altas calificaciones que permite a los empleadores seleccionarlos para un determinado puesto de trabajo, es decir, filtra hacia las empresas a los mejores individuos. “En este caso, la educación sólo sirve como filtro o mecanismo de selección para identificar y contratar a los trabajadores que, en teoría, tienen mayores habilidades productivas” (Cuamatzin; 2006). Mientras que los egresados que no han continuado sus estudios, son aquellos con pocas posibilidades de movilidad laboral e ingresos bajos.

Otra pregunta formulada a los egresados en este apartado fue, ¿cuál es su lugar de nacimiento?. En este sentido encontramos que el 71.0% pertenece a la ciudad de Puebla, mientras que el 16.1% corresponde a los municipios de Puebla, y el 6.5% pertenece a otro estado de la República, y el resto (6.5%) no contestó, obsérvese en la gráfica 5.

Consideramos que la ciudad de Puebla tiene una ubicación estratégica, que la señala como un polo de industrialización importante y de tránsito necesario hacia el centro y norte del país. Además, si se toma en cuenta los cambios vertiginosos ocasionados por la entrada en vigor del TLCAN nos presenta un panorama de cambios en el mercado de trabajo urgente de profesionales capaces de enfrentarse al nuevo contexto de la globalización. En este reciente escenario de la economía poblana y la apremiante necesidad de nuevos profesionales, encontramos que la institución más representativa en la trayectoria formativa de profesionales en el área económica, es la Facultad de Economía de la BUAP, lo que nos explica la alta concentración de estudiantes provenientes de la ciudad y municipios de la entidad. La carrera de Economía se encuentra fuertemente focalizada, al tener el 71.0% de los egresados encuestados provenientes de la ciudad y 16.1% del algún municipio de Puebla. Si aunado a ello consideramos que el crecimiento de la población ocupada de la entidad poblana se ha mantenido con un incremento constante, mientras que el crecimiento poblacional se ha mantenido por debajo de la media Nacional -tema tratado en el apartado “El Mercado de Trabajo en el Estado de Puebla”-, tenemos entonces un mercado de trabajo en crecimiento constante, que permite absorber a los egresados de Economía, tanto en el sector público, como en el privado.

Se considero también, el nivel educativo de los padres del egresado, encontrándose la siguiente información: para el caso del padre o tutor tenemos que el 3.2% no tiene instrucción, el 6.5% tiene primaria incompleta y solamente el 9.7% tiene la primaria completa; por otro lado se percibe que el 16.1% no completó sus estudios de secundaria, mientras que el 3.2 sí los concluyo; con respecto a los estudios de preparatoria, profesional técnico y profesional superior encontramos 12.9%, 16.1% y 32.3% respectivamente. Mientras que para el caso de los estudios de la madre de los egresados encontramos los siguientes datos: 3.2% sin instrucción, 12.9% con primaria incompleta y 9.7% con primaria completa; para el caso de las madres que no dieron término a sus estudios de secundario encontramos el 16.1% y solamente el 3.2% con la secundaria completa; respecto a la preparatoria, profesional técnico y profesional superior, tenemos el 16.1%, 19.4% y 12.9% respectivamente (Ver gráfica 6). Como se ha podido observar, la mayoría de egresados encuestados tiene un padre o tutor con niveles educativos altos, lo cual puede tener una incidencia importante en ellos a la hora de decidir continuar con sus estudios, considerando también los niveles educacionales de la madre, que si bien son menores que los del padre, no por ello menos importantes la toma de decisión para los egresados.

Los niveles educativos de los padres, tiene una influencia importante en la toma de decisión de los individuos para proseguir sus estudios. Además la mayoría de los padres considera que la educación de sus hijos representa una inversión que se traducirá en mejores puestos de trabajo y mayores ingresos, como bien lo menciona Edward Denison en Borges (Inédito), al considerar que los diferentes niveles educativos de la fuerza de trabajo, explican los diferenciales de ingreso de los trabajadores. Es decir, aquellos trabajadores que tengan mayores conocimientos (educación), serán los trabajadores mejor pagados. Por lo tanto si comparamos el nivel educativo del padre, nos encontramos con los siguientes resultados: sin instrucción 3.2%, primaria incompleta 6.5%, primaria completa 9.7% y secundaria completa 3.2%, mientras que los niveles educativos con mayor participación se ubican en secundaria completa, preparatoria, profesional técnico y profesional superior. Lo anterior nos indica que la mayoría de los egresados de la licenciatura de Economía, tiene un padre con educación básica, media superior ó profesional terminada, lo cual puede influir de manera importante en los egresados para obtener mejores niveles educativos. Con respecto al nivel educativo de la madre, tenemos que las altas concentraciones se dan en secundaria completa, preparatoria y profesional técnico, que representan el 51.6%, mientras que en profesional solamente representan el 12.9%, y los restantes se ubican sin instrucción, primaria completa y secundaria incompleta. Nuevamente el nivel educativo de la madre puede influir en el egresado al conseguir mejores niveles educativos, pero en menor medida que la del padre o tutor.

Acerca del sector en que trabaja su padre, encontramos que el 32% labora en el sector público, mientras que el 42% en el sector privado, y el resto se cataloga como: otro, no contestó y no corresponde contempla 7%, 6% y 13% respectivamente (ver gráfica 7). En lo que se refiere al porcentaje de no corresponde, involucra a los padres que fallecieron. Asimismo, tenemos al sector de la madre del egresado, mismo que se concentra de la siguiente manera: el 26% en el sector público, 23% en el privado y el resto corresponde a otro, no contestó y no corresponde, 32%, 3% y 16%, respectivamente.

La relación de trabajo del padre nos permite verificar si el acceso de los egresados al mercado de trabajo tiene que ver con la tradición del trabajo en la familia, es decir, la continuidad del trabajo del padre por parte del hijo, o bien, si existe alguna relación directa del trabajo del padre al hijo. Tenemos que el sector refiere mayor participación es el privado, donde se concentra el 42%, integrado también el que se señala a otros (7%), puesto que incluye a trabajos por cuenta propia, lo que los convierte en privados, dándonos un total de 49%; es decir, cerca de la mitad de los padres de egresados trabajan en el sector privado, como puede ser trabajar en una empresa privada, o bien, tener su propio negocio. Lo anterior puede relacionar a los hijos para su futuro desempeño laboral, debido en parte a los nexos que pueda tener el padre, y en parte a los niveles educativos que tenga el egresado, que en conjunto les permitiría ubicarse en el primer mercado de trabajo o en el primer segmento del segundo mercado de trabajo. Lo anterior indica que el sector privado se ha convertido en un nicho de oportunidades de trabajo para el egresado. Por otro lado, tenemos una participación importante de padres trabajando en el sector público (32%), lugar donde tradicionalmente se han ubicado los egresados de Economía, pero con el paso del tiempo dicha participación ha disminuido. Lo anterior, tiene relación con el crecimiento del sector privado, y con los cambios que genera el proceso de apertura comercial con la firma del TLCAN.


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