LA COMUNICACIÓN INDUSTRIAL Y EMPRESARIAL

LA COMUNICACIÓN INDUSTRIAL Y EMPRESARIAL

Gregorio Iñiguez Romero
Esperanza González Quezada

Volver al índice


LA INTEGRACIÓN DEL GRUPO

El ser humano por naturaleza tiene la necesidad de comunicarse con sus semejantes ya que nacemos en grupos y formamos parte de una sociedad,.

La función de los grupos es la de incrementar la comprensión, emitir juicios, elevar la sensibilidad, facilitar las relaciones sociales y resolver problemas.

Entre los factores que afectan al éxito de un grupo se encuentran, su tamaño, arreglos especiales, papeles, normas, así como su coherencia.

Dichos factores afectarán la cantidad y la calidad de comunicación que se produzca, la habilidad del grupo para completar la que se han impuesto y las probabilidades de que su dirección sea efectiva.

Todos estos factores forman los cimientos en los que se basará el buen funcionamiento del grupo y ayudarán a determinar el resultado de los trabajos efectuados.

Uno de los factores que más influencia tiene en el flujo de la comunicación durante las reuniones de los grupos, es el contacto visual, es decir el grado con que los miembros del grupo se comunican con los ojos. El mero hecho de sentarse con un grupo de amigos a tomar un café y charlar, puede revelar alguno de los efectos de la comunicación visual

Las esperadas relaciones psicológicas entre los miembros de un grupo también puede afectar a las distancias espaciales, ya que en un grupo de trabajo se prefiere una cierta continuidad física, debido a que es la intimidad de las relaciones de los miembros del grupo lo que incrementa la comprensión individual del proceso del mismo y el potencial personal. Por el contrario, en una conferencia donde los miembros representan distintos puntos de vista, se prefiere una mayor distancia.

El participante como parte del grupo, se puede entusiasmar si:

En lugar de escuchar, puede hablar.

En lugar de órdenes y reglamentos, encuentra libertad y autonomía.

En lugar de sanciones, hay responsabilidad.

En lugar de competición hay cooperación.

En lugar de obediencia al superior hay comprensión de las necesidades del

grupo y del individuo.

En lugar de clima intimidatorio, hay ambiente permisivo y cordial.

En lugar de actitud defensiva, hay sensación de seguridad.

En lugar de sorpresas e incógnitas, hay planificación colectiva de actividades y

objetivos.

En lugar de atención centralizada en el superior, hay interés centralizado en la

tarea grupal.

En lugar de decisiones tomadas por el superior, hay decisiones tomadas

por el grupo.

En lugar de calificación inapelable del superior, hay evaluación realizada por el grupo.

Este nuevo ambiente de grupo requiere de actitudes y comportamientos bastante diferentes a los adquiridos durante todos los años de vida escolar y hay que recordar que “los miembros de un grupo no nacen, se hacen”.

A su vez debemos tener en cuenta el proceso de cambio de actitudes y conductas que deberán hacer los estudiantes para llegar a comportarse como “miembros maduros” de un grupo. Ya que los alumnos son muy distintos tratados en forma individual que como miembros de un grupo.

El hombre es esencialmente un ser en relación que depende de los demás y está hecho para los demás.

INTEGRACIÓN es igual a UNIFORMACION, COORDINACIÓN, FUSION de los miembros que se van a integrar.

El proceso de integración de las personas en un grupo, supone quitar el egoísmo, la frialdad por el otro, la indiferencia, la agresividad, el deseo de dominar a los otros y de utilizarlos como simples objetos.

Para lograr la integración se requiere sinceridad, amistad, confianza, colaboración y apertura a los demás.

Dirigir o liderar implica convencer –exponiendo ideas persuasivas y lograr una empatía en la conducta de los escuchas- con el propósito de perseguir un objetivo claro. Dirigir significa orientar esfuerzos hacia la consecución de un fin definido y contando con la elaboración de una estrategia viable, tratar con personas humanas y por tanto su actuación debe estar enmarcada por sentido ético, con un alto sentido de responsabilidad, aconsejar y dejarse aconsejar, escuchar a los demás conscientemente con uso de deducción y aceptar que cada persona puede ejercer un valioso aporte al tema tratado. Sabe adaptar los objetivos a la realidad existente, saber qué principios se deben introducir en la vida y qué circunstancias de la realidad modifican la norma.

La prudencia exige tener claridad del objetivo que se persigue y comunicarlo adecuadamente para que otros armónicamente pongan el medio.

ESPERAR LO IMPREDECIBLE

Tanto los directivos como los empleados deben estar atentos a la realidad de las cosas, ya que deben procurar captar los movimientos del mercado, los intereses de los consumidores, manejarse entre lo imprevisible. Manejarse entre la seriedad y el humor es la virtud de la flexibilidad y rapidez de entendimiento, ya que esto denota que las personas están atentas a los cambios que se producen en la realidad, el sentido del humor que se vive en una organización o institución está muy relacionado con su realismo y la sutil captación del sentido de las cosas, es una cualidad particularmente importante en quienes ejercen la función directiva.

Las personas no son objetos productivos o piezas de un grupo racional de valores competitivos, son seres que piensan y sienten, poseen aspiraciones e ilusiones, trabajan para darle a su familia una mejor vida y para ello están dispuestos a pasar la mayor parte del día trabajando (hay que recordar que un trabajador en algunos casos pasa más tiempo trabajando que con su familia). En la medida en que el trabajo del directivo recae sobre personas, estamos frente a la existencia de una dimensión ética que tenemos que cuidar, aunque esto en el mayor de los casos se olvida, juega por lo tanto un rol que va más allá de la toma de decisiones, ya que éstas deben poseer un fuerte condicionamiento ético, por eso se le exige actuar con prudencia.

Unida a éstas virtudes se encuentran la educación y la sinceridad. Una primera aproximación ética del directivo es el desarrollo de sus hábitos culturales, capaces de motivar y delegar responsabilidades, respetar los ámbitos de decisión y controlar las iniciativas orientadas a la consecución de la misión encomendada, sobre todo las virtudes necesarias para dirigir un grupo son un conjunto de habilidades estables, que se traducen en una cultura acorde con la dignidad de las personas y los fines que se persiguen.