BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


REGULACIÓN AMBIENTAL: LOS BOSQUES NATIVOS

Marco E. Salusso



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1.1.1- Una Visión Alternativa

Distintas corrientes del pensamiento económico, critican la postura planteada anteriormente, la cual sostenía que al existir externalidades, por las fallas de mercado, el Estado debe intervenir . Si se analiza detenidamente esta afirmación, “toda actividad humana tiene efectos sobre terceros (positivos o negativos)” , y el Estado debería intervenir en todas ellas.

En cuanto a las externalidades negativas, “su existencia ocasiona costos que el generador no asume, pero de allí a afirmar que es necesario que el Estado intervenga hay un salto lógico que no corresponde, sobre todo cuando la “internalización”, es decir que el generador asuma sus costos, se realiza precisamente con la ampliación del mercado, y no del Estado” .

De esta manera esta postura sostiene que las externalidades se “internalizan” a través del establecimiento de derechos de propiedad, los cuales permiten a sus tenedores recibir los beneficios y soportar los costos que pueden originarse del proceso productivo.

Esta clara y correcta asignación y delimitación de los derechos de propiedad, permite actuar a los individuos en defensa de lo que valoran. Es decir, el derecho de propiedad “crea “protectores” de los recursos, los que tienen los incentivos para cuidarlos y multiplicarlos, y si no lo hacen, pagan los costos de sus acciones con la pérdida de su capital” . Por ejemplo, “un propietario que tala indiscriminadamente su bosque, sería sancionado por el mercado, porque su precio, basado en los rendimientos futuros, caería irremediablemente” .

1.1.2- Las funciones del Medio Ambiente y el Proceso económico

Los recursos naturales conforman los insumos de cualquier actividad económica desarrollada por el hombre, y “es imposible dejar de utilizarlos porque implicaría para la humanidad dejar de producir, alimentarse y, por lo tanto, vivir” , además son proveedores de Bienes y Servicios Ambientales, esenciales para el desarrollo de los ecosistemas. Para comprender la importancia del medio ambiente, los recursos naturales, y de sus funciones en la economía, se puede analizar el proceso económico.

El ambiente funciona como el único proveedor de recursos naturales, los cuales se convierten en insumos y materias primas del sector productivo, o bien son consumidos directamente por los individuos o por el propio ecosistema.

Los recursos extraídos por las industrias son procesados para convertirse en bienes, algunos de ellos pasan al sector de consumo, y otros se convierten en equipo de capital y permanecerán en el sector productivo.

El capital por definición se consume a una tasa significativamente regular (la depreciación), en términos físicos el capital se desgastará, será reemplazado y retirado del proceso productivo. El capital descartado aparecerá como un flujo de materiales qué se dirige del sector de producción al ambiente, en forma de capital no deseado, es decir, de desecho.

Algunos de los desechos, el sector productivo los volverá a usar, en forma de productos reciclabes. Lo mismo sucede con los bienes de consumo, los cuáles se consumirán directamente y se eliminarán, o se usarán durante periodos de tiempo variables y luego algunos los consumidores los reciclarán.

Los desechos de la producción y del consumo que no se reciclan aparecen como desechos arrojados al ambiente. Y este ejercerá su función de “sumidero” cuando asimile estos desperdicios.

El ambiente tiene una capacidad de asimilación limitada (A), por consiguiente, no degradará todos los desechos que pasan por él. Si esta cantidad (W) supera la capacidad de asimilación del ambiente, permanecerá allí como un acervo potencialmente nocivo .

El enfoque económico tradicional se pre¬ocupaba únicamente del tipo de recurso a extraer, de cómo producirlo para optimizar los beneficios, de dónde distribuirlo y venderlo para maximizar las utilidades. Este enfoque era lineal, porque empieza en la extracción del recurso, pasa por su transformación y termina en el consumo.

Sin embargo, en este nuevo análisis del proceso económico para garantizar la sostenibili¬dad en el uso de los recursos naturales hay que considerar otros aspectos en cuanto a su aprove¬chamiento y uso.

Los recursos se dividen en renovables y no renovables. Esto implica lo siguiente:

• La sostenibilidad de los recursos renovables depende de la tasa de extracción (h). Si la tasa de extracción es mayor que la tasa de crecimiento del recurso (y), éste se extin¬guirá. Y viceversa, si la tasa de extracción es menor que la tasa de crecimiento, se permite la regeneración del recurso y se hace sosteni¬ble su explotación;

• La sostenibilidad en el uso de los recursos no renovables depende principalmente de la velocidad de extracción. Es decir, cuanto más rápido se extrae, más rápido se extingue, ya que estos recursos no se pueden reproducir. La sostenibilidad depende, entre otros factores, por lo tanto, de un nivel tecnológico que permita una mayor eficiencia en el aprovechamiento del recurso y un ritmo más lento de su extracción.

La conclusión más importante, que se puede extraer, al analizar el proceso económico y el medio ambiente es que el medio ambiente (ecosistemas, bosques, áreas pro¬tegidas, cuencas hidrográficas, etc.) genera los recursos naturales (bienes y servicios ambien¬tales) que, además constituyen las materias primas e insumos de los procesos productivos. Pero, a la vez, el medio ambiente es el receptor de los desechos generados en este proceso de extrac¬ción, transformación, distribución y uso de los recursos naturales.

Parte de la contaminación generada es absorbida y reciclada de manera natural por el ecosistema. Si la contaminación o el nivel de extracción es mayor que la capacidad de asimilación del mismo (A), se satura y su capacidad de producir bienes y servi¬cios ambientales se reduce. Por lo tanto, el uso de los bienes y servicios ambientales genera beneficios para la sociedad, pero la emisión de desechos genera impactos negativos, que se tra¬ducen en costos para ella.

El uso sostenible de los recursos se logra en el punto “E”, donde el nivel de contaminación (extracción) es igual al nivel de asimilación del ambiente, o bien se lo puede definir como el punto donde “los beneficios económicos son mayores que los costos de producción sumados a los costos ambientales generados por la contami¬nación.”

Considerando el modelo econó¬mico actual, las decisiones sobre qué producir, cómo producir y dónde distribuir se toman en el ámbito económico. Tradicionalmente no se consideraba los impactos ambientales sobre la productividad de los ecosistemas. Por esto es importante introducir, dentro del análisis econó¬mico, los efectos de la actividad humana sobre la naturaleza.

En los últimos dos siglos, el proceso económico no fue suficientemente equilibrado, en donde el crecimiento económico se ha conseguido, en gran medida, a costa del medio ambiente.

Al profundizar en este análisis, aparece un factor de significativa importancia, que condicionó este proceso: las Fallas de Mercado, que provocan, como se mencionó anteriormente, la mala asignación de los recursos (capital, trabajo, recursos naturales, etc.), que pone en situación riesgosa la sostenibilidad de los mismos.

Estas fallas pueden considerarse como desviaciones aisladas respecto de las situaciones eficientes, y es necesario solucionar estas desviaciones. Las propuestas sobre su corrección varían de acuerdo con el tipo específico de falla, pero en general, todas tienen un común denominador: el Estado.


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