BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


UN APORTE A LA GESTIÓN PUBLICA

Eduardo Jorge Arnoletto y Ana Carolina Díaz



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e) La gestión participativa en la Administración Pública

Dijimos al comienzo que la implantación de un proceso de mejora contínua mediante técnicas de Calidad Total es inseparable de la práctica de la gestión participativa. Ahora vamos a ver este tema con mayor detalle.

El tema abarca dos dimensiones: una se refiere a la gestión participativa interna y otra abarca las nuevas modalidades de relación participativa Gobierno-Sociedad, propias de democracias avanzadas y que habitualmente son mencionadas como planificación participativa y gestión asociada .

Los principios generales de la gestión participativa interna son:

 Reconocer los esfuerzos y la creatividad

 Compartir las responsabilidades

 Compartir los proyectos

 Información permanente

 Contactos humanos de cooperación

 Ganancia para beneficio de todos

 Liderazgo y personas trabajando en equipos

Los mecanismos básicos de la gestión participativa interna son los siguientes:

• Ante los cambios del contexto, el compromiso de la Dirección se expresa en un plan de metas proyecto a proyecto, a realizar mediante el trabajo en equipo, cuyos resultados serán objeto de reconocimiento

• Esa es la columna vertebral, acompañada por la capacitación sistemática y la comunicación bi direccional

• La mejora continua se expresa en una disminución de los costos de no calidad, que origina beneficios que se utilizan en bajar precios, en inversión tecnológica, en ganar y en premiar al personal, cuya calidad de vida laboral mejora y mantiene la rueda girando.

La Administración Pública suele tener dificultades específicas para adoptar modalidades de gestión participativa:

Mientras la actividad privada se fue adaptando gradualmente a nuevas formas de gestión, a partir de los modelos taylorianos de principios de siglo, y adoptó modalidades de trabajo en equipo, organización matricial por proceso / función, gama de trabajo enriquecido, polivalencia funcional, etc., que fueron preparando el camino para la adopción en nuestros días de las modalidades de Gestión Participativa y Calidad Total, la Administración Pública, con algunas notables excepciones, permaneció como “detenida en el tiempo” , conservando el modelo burocrático weberiano de los años 1920, de manera que ahora es muy grande el salto que tiene que dar para ponerse al día.

Otra dificultad específica se refiere a la ausencia de competencia directa, visible, que a los integrantes de la empresa privada les indica con claridad que hay que cambiar o perecer. En la Administración Pública se puede mantener la ilusión de que es algo que siempre existirá, lo cual es cierto, pero no con la misma forma, porque las sociedades no pueden permitirse el lujo de que algo tan importante sea disfuncional por muy largo tiempo.

Por último, una especial dificultad surge del hecho de que por las bajas remuneraciones, lenta carrera y clientelismo político, el nivel de preparación técnica promedio de los funcionarios y empleados de la Administración Pública suele ser más bajo que sus equivalentes de la actividad privada, lo que plantea la urgente necesidad de un amplio proceso de capacitación y el replanteo de las actuales modalidades de admisión a la carrera administrativa pública.

En lo que respecta a las nuevas modalidades de relación participativa Gobierno-Sociedad, suele explicarse su origen mencionando que, frente a la complejidad y los acelerados cambios que experimentan las sociedades contemporáneas, y al acrecentado margen de incertidumbre con que se toman las decisiones y se conducen las acciones en ellas, se plantea la perentoria necesidad de adoptar estrategias participativas. En nuestras comunidades es imperativo crear alianzas tripartitas entre Gobierno, empresas y organizaciones de la sociedad civil para lograr resultados de valor público acordes a los requerimientos ciudadanos.

El contexto que dio lugar a la generación y difusión de la gestión asociada ha sido complejo y multifactorial. Cabe citar, entre otros factores :

• El reconocimiento de que las necesidades sociales y los requerimientos básicos para una vida digna son derechos de los individuos y los grupos, que pueden ser legítimamente reclamados.

• El incremento de la exclusión social y la insuficiencia de la acción estatal en el ámbito del Estado liberal de derecho, a partir del abandono de las políticas sociales del Estado de bienestar y las nuevas propuestas basadas en la creencia en el absolutismo del mercado y la conveniencia de un “Estado mínimo”, que han fracasado totalmente.

• El ritualismo y la ineficiencia burocrática de los regímenes estatistas puros, y la evidencia de la mayor capacidad realizadora de los regímenes mixtos, que de por sí implican formas participativas en la relación Estado-Sociedad.

• La aparición de un corpus metodológico y técnico participativo multi-actoral.

La gestión asociada implica un cambio cultural profundo, que se vuelve perentorio en el contexto de marginalidad, desempleo, violencia social y deterioro educativo y cultural generado por los recientes experimentos neoliberales del “Consenso de Washington”. Ese cambio cultural implica:

• La superación del ritualismo de los espacios estatales.

• La remoción de la lógica rígida de la tecnocracia.

• La superación de la pasividad de los receptores de la ayuda estatal.

• La conformación de lazos solidarios intersectoriales.

• El logro de altos niveles de transparencia en los espacios decisorios.

Una breve descripción de la metodología propia de la planificación participativa permitirá dar una idea clara de la naturaleza de sus actividades específicas:

El ciclo metodológico de la planificación participativa abarca tres momentos o etapas:

• La etapa preparatoria.

• La etapa de implementación estratégica

• La etapa de reformulación y ajuste.

La etapa preparatoria incluye, en general, los siguientes componentes:

• La formación del grupo inicial

• La obtención de información sobre la situación problemática a encarar.

• La formulación de hipótesis sobre los factores causales y las posibles vías de solución.

• La elaboración del listado de posibles actores sociales relacionados con el tema.

• El establecimiento de las dimensiones y límites del tema en cuestión.

• La formación del grupo promotor de la actividad, a partir del grupo inicial.

• La organización y promoción de las primeras reuniones y plenarios.

La etapa de implementación estratégica se realiza generalmente en el ámbito de esas reuniones y plenarios, combinados con el trabajo técnico en gabinetes y suele abarcar los siguientes componentes:

• Análisis situacional.

• Análisis de los problemas de gestión.

• Armado de un modelo integrado de estrategias, con opciones entre alternativas.

• Análisis de viabilidad para tomar esas decisiones.

• Diseño y programación de las estrategias a ejecutar.

• Toma de decisiones ejecutivas.

A partir de allí comienza la ejecución de las actividades del plan o proyecto, generalmente bajo diversas formas de gestión asociada o ejecución de proyectos en red. Es muy frecuente que una vez iniciada la ejecución, cada tanto tiempo se plantee la necesidad de pasar a la tercera etapa.

La etapa de reformulación o ajuste puede realizarse una o varias veces a lo largo de la ejecución del plan, cuando sea necesario analizar los cambios que se van produciendo en la situación, los problemas que va planteando la gestión de los cambios, y sea por consiguiente necesario introducir ajustes en el modelo integrado de estrategias, hacer nuevos análisis de viabilidad, reprogramar las estrategias a ejecutar y tomar nuevas decisiones ejecutivas.


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