BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


SISTEMAS DISCIPLINARIOS, EXPERIENCIAS DE LOS MIGRANTES MEXICANOS EN ESTADOS UNIDOS

Ricardo Conteras Soto



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Consideraciones teórico - metodológicas

Ante la complejidad de nuestros objetos de estudio en las ciencias sociales, existen varias estrategias, como la llamada postura empírico – analítica ver Mardones y Ursua (2001), dentro de su fase analítica, que trata de separar el todo en sus partes, para ir ponderando cada una de las variables de objeto complejo, en operaciones diferenciadas, de manera aislada, para establecer en cada uno de los procedimientos, la valoración de la prueba en la constatación, falsación o refutación de las relaciones que ellos formularon, considero que el riesgo se dan en estos pasos, donde se objetiva la formulación del “hecho”, “la cosa social”, o en el proceso de su fase analítica, donde es posible que se genere la desarticulación y aislamiento de las relaciones sociales implícitas en los diversos elementos o factores, al poder generar una disociación reductiva en la abstracción, sin el reconocimiento de la articulación sintética que existe en los “objetos sociales” en sus múltiples determinaciones y procesos, (aún más, cuando de antemano se excluye la parte subjetiva, para entender los marcos de representación cultural), convirtiéndolas en una especie de hipóstasis al representar como “propiedades naturalizadas” “atribuciones innatas” de manera sustancialista o esencialista de las partes o de los elementos del todo, el ejemplo de ese riesgo, señalo la sospecha, son las teorías de la “personalidad” con orientación psicologista (per se), hasta las biologisistas, como si las múltiples condiciones sociales: las organizaciones, los dispositivos, el campo, las posiciones en el proceso de trayectoria en el contexto, si es de cierta clase social, la familia, la religión, su procedencia dentro del sistema social, el momento histórico, etcétera, ese entramado complejo no intervinieran en la configuración del habitus del agente.

Por ello considero que es necesario entretejer las dimensiones analíticas, a través de la reconstrucción teórica de las contribuciones relevantes en el campo de las ciencias sociales, con las cuales se pueda estudiar la complejidad de las problemáticas sociales, como una de las tareas importantes que tiene que hacer el investigador, para abordar, analizar e interpretar las diversas implicaciones del objeto de estudio:

1. El entramado contextual es dinámico donde se ubica el objeto de estudio social, que a diferencia de ciertos planteamientos como los funcionales representan al objeto de manera estática, olvidando su carácter histórico (entendido como procesos sociales en donde está inmerso).

2. El estado del objeto (donde existen cambios al “interno”).

3. Las relaciones de elementos o factores y las ponderaciones de su “influencia simultanea” en la correlación de fuerzas, en la configuración del estado del contexto amplio con el objeto de estudio.

4. Los planteamientos disciplinares se cursan las problemáticas, no se encuentran en estado puro, siguiendo a Wallerstein (1998a) plantea que en las ciencias sociales se traslapan saberes constituidos (hasta el momento): el económico, el político y el sociocultural, que se requiere un replanteamiento integrador de las problemáticas sociales, quizá en un lenguaje unidisciplinario que articule las diferentes problemáticas de manera conjunta, ejemplifica con los siguientes casos: “Toda actividad económica supone reglas y preferencias socioculturales, y funciona dentro de los límites políticos. Además, los mercados son creaciones sociopolíticas. ¿Existe, por ejemplo, un verdadero precio económico que de cierta manera pueda despojarse de su base política y social? Toda actividad política cumple con el propósito de garantizar o buscar la ventaja o necesidad económica, así como de reforzar los objetivos socioculturales. ¿Podría existir una búsqueda de poder que se despojara de estas consideraciones? Y la actividad sociocultural se hace posible y se explica por la ubicación económica política, además de cumplir con objetivos que en última instancia se definen en estos términos. ¿Cómo puede uno imaginar la actividad social (o cultural) despojada de estos factores? (Pág. 293-294). También Bourdieu (2001) llego más o menos a las mismas conclusiones, hace una crítica muy pertinente a la predominación de las formulaciones económicas: “La ciencia que llamamos “economía” descansa en una abstracción originaria, consistente en disociar una categoría particular de prácticas – o una dimensión particular de cualquier práctica- del orden social en que esta inmersa toda práctica humana”... continua, posteriormente con la crítica “Todo lo que la ciencia económica postula como un dato, vale decir, el conjunto de disposiciones del agente económico que funda la ilusión de la universalidad ahistórica de las categorías y conceptos utilizados por esta ciencia, es en efecto el producto paradójico de una larga historia colectiva reproducida sin cesar en las historias individuales, de las que solo puede dar razón el análisis histórico: Por haberlas inscripto paralelamente en estructuras sociales y estructuras cognitivas, en esquemas prácticos de conocimiento, percepción y acción, la historia confirió a las instituciones cuya teoría ahistórica pretende hacer la economía, su aspecto de evidencia natural y universal; y lo hizo en especial por medio de la amnesia de la génesis que propicia, tanto en el ámbito como en otros, el acuerdo inmediato entre lo “subjetivo” y lo “objetivo”, entre las disposiciones y las posiciones, entre las previsiones (o las esperanzas) y las posibilidades.” (Pág. 15 - 19).

Por lo tanto, las consideraciones en el tratamiento de las problemáticas de manera conjunta, parecería un ejercicio esquizofrénico esta forma de abordaje, pero a la fragmentación de las ciencias sociales y su especialización, nos ha encerrado, cometiendo el error de creer que estuviéramos hablando de mundos diferentes, atomizados, sin aparentemente articulación, sin ninguna correspondencia o relación, hemos vistos ángulos, superficies, continentes con otros nombres, refiriéndose a los mismos objetos, lo que hace parecer aún más extraño, es claro que los planteamientos de formulación teórica son diferentes, sin embargo podemos buscar en algunas formulaciones: si hay compatibilidad y complementariedad, por esto la revisión critica desde las problemáticas, complejidad y evaluación de tratamiento desde el estado del arte (teoría) y el estado en cuestión del objeto de estudio (ontología), son partes importantes en la investigación (que en realidad se debe de realizar y contrastar continuamente las dos: como formulación y referente).

La propuesta de esta perspectiva de análisis social, es la reconstrucción dos tradiciones teóricas: sistema mundial y el campo social, como dos dimensiones que de manera pertinente, complementaria y compatible (macro – micro), nos ayudan a sintetizar en el movimiento y el estado del objeto de estudio, de manera histórica, permitiendo articular o separar para los análisis tanto los “ritmos” propios del los procesos amplios “sincrónicos” y el de los procesos propios del campo “diacrónicos”, pueden incorporar para operaciones de análisis tanto los estudios estadísticos de estado o tendencias, como de sentido y significado en estructuras sociales, nos permite interpretar y articular las diferentes relaciones sociales y practicas en las diversas formas de abordar las problemáticas, tanto en las aportaciones de los “patrones de comportamiento social” de su versión nomotética, (como ejemplo en los estudios de flujos migratorios o incidencias étnicas en el mercado laboral), así como en el caso “particular” de los estudios ideográficos, donde se puede hacer el seguimiento en operaciones analíticas de lo social, a los agentes o grupos culturales dentro de los procesos de trayectorias en contextos socio-históricos, nos permite recurrir a las “tipificaciones de las acciones” en las estrategias de los agentes, o en las “tipologías de significado” en las posibles reacciones subjetivas emotivas que se dan en algún “trama”, aún las desconocidas para el agente, (como ejemplo: la estupefacción, el extrañamiento y la incertidumbre) ubicadas las disposiciones socialmente a las posibilidades de su posición, la configuración de su habitus y los márgenes de acción dentro de un campo social, las relaciones de fuerza de las diversas relaciones sociales entre los grupos culturales, los capitales y sus especies; sus formas de propiedad histórica y empleo-uso de esos recursos, la acumulación de estos, sus distribuciones y concentraciones de manera geográfica, el poder y las posiciones en la geopolítica y en cada uno de los campos, la diferenciación dinámica de las dimensiones sociales. Por ello Thompson (1990) sugiere algo similar en su propuesta, en la hermenéutica profunda dentro del análisis contextual, para los estudios de escenarios con macro indicadores, como la incorporación del campo en el marco de estudios de caso, así también para la identificación y ubicación del mercado simbólico o lingüístico del análisis discursivo. Una preocupación teórica similar, pero con un planteamiento de abordaje diferente, lo hace Comas (1998) cuando propone sobre el análisis comparativo etnográfico longitudinal:

“la necesidad de seguir aplicando el método etnográfico, al considerar que se trata de una de las aportaciones de la antropología. Y es que los estudios de casos concretos, bien delimitados, localizados, permiten establecer los elementos comunes y los diferenciales en los procesos de cambio. Permiten también entender la naturaleza del vínculo entre lo global y lo local, entre la larga y la corta duración”

La forma de seguir los procesos de la globalización por medio de la etnografía analizando a gentes reales en lugares reales (continua Comas, el subrayado es mío) “sin embargo, el problema es cómo integrar el reconocimiento de sistemas globales al hacer etnografía...(Propone retomando a Marcus, Strathern y Hannerz, referidos en la misma fuente, a hacer levantamientos simultáneos, en diferentes lados, a llevar una etnografía multilocal) para una macro antropología de la cultura, que obliga a realizar una selección estratégica de los lugares donde se investiga, de manera que sean significativos para mostrar la diversidad y la creación de nuevas formas culturales... focalizar el análisis en las prácticas culturales concretas, pues, en el ámbito local, lo global se recontextualiza, se transforma en nuevos elementos, adopta una especificidad concreta... entender lo global a partir de sus concreciones locales, haciendo de la etnografía el instrumento básico de su comprensión.” (Pág. 23-24). Aunque esta estrategia está más orientada a los cambios socio culturales antípodas en las localidades. Atento a las consideraciones pendientes, para la incorporación de las formulaciones y conceptos paradigmáticos que permitan articular y profundizar la relación que se da entre espacios sociales y sistema mundial con mayor detalle para la interpretación socio histórica, (y creo que es uno de los grandes retos de la teoría de la organización y del comportamiento organizacional) tratando de definir y explicar las diversas formas y procesos que se desarrollan en el sistema mundial en la configuración de los campos, de las instituciones, de las organizaciones, de sus racionalidades, dispositivos y de sus discursos, así como las resistencias y espacios alternativos que se generan en este proceso: en la división social de trabajo, en la especialización, secularización y distribución cultural, o en la casualidad de los múltiples procesos (también llamados caos en las ciencias sociales: al referirse a la indeterminación de patrones complejos, con incidencia aparentemente azarosa de varios factores). Uno de los intentos más aproximados abordar el conjunto de problemáticas en las organizaciones de manera histórica de esta relación es la de Foucault (1988) en vigilar y castigar (el nacimiento de la prisión), donde esboza partiendo de ciertas tipologías de características generales, haciendo el seguimiento de como cambia el discurso, los dispositivos y la configuración de la organización en el sistema dentro de varias organizaciones, enmarcado en la transición del capitalismo. Es por ello en parte, que propuse el análisis de los sistemas disciplinarios en la investigación.

Comento algunos de los trabajos interesantes, en aproximaciones de integración de diversas dimensiones sociales esbozadas, para plantear complejidades, uno es la de Mattelart (1995) quien retoma muy bien el sistema mundial y el desarrollo y seguimiento cultural de manera histórica descriptiva, el esquema está en dos vertientes: La propagación simbólica y el pensamiento estratégico, en la propagación simbólica el papel que desarrollo en la conquista colonial el papel de los principales agentes del extensionismo cultural la triada: mercader, militar y misionero con las formas de propaganda religiosa, la lógica del intercambio capitalista y el discurso del orden / sometimiento, el establecimiento de las redes que institucionalizan la verdad y el saber en el desarrollo discursivo institucional: las alianzas educativas; en el pensamiento estratégico junto a la idea de progreso demarcado en la construcción de la nación y su territorio. Y lo que considera la logística material, como tecnología que permitió su penetración y difusión: la imprenta y el ferrocarril posteriormente, las líneas de comunicación y tropas. Un trabajo detonador en piezas claves, es el de Benedict (1993), analiza el cambio histórico cultural, con las consideraciones implícitas del sistema mundial al analizar el nacimiento y creación del nacionalismo a partir de las comunidades imaginadas producidas por un nuevo discurso (relativamente separado del discurso religioso y dinástico e incorporadas en identidades colectivas de un nuevo actor político social: los ciudadanos y la condición como tal adscripción imaginaria a un territorio geográfico y una concepción de tiempo diferente, engendradas por la cobertura de la imprenta y del lenguaje (hegemónico), así como de elementos reincorporados del imaginario colectivo y mítico refundadas en los cambios políticos y económicos del sistema mundial. Castells (1999) aborda la complejidad de manera integrada, en diversas dimensiones desde la perspectiva del sistema mundial en la economía hasta las redes de comunicación en la cultura, para formular las sociedades de conocimiento en un esquema de mercado. Existen otros intentos, como el de Williams (1981) tratando de categorizar, solo clasificando en un “cajón de sastre” sin integrar o articular las objetivaciones sociales de la cultura en: instituciones, formaciones, medios de producción, identificaciones, formas, reproducción y organización.

Partimos en general de la siguiente propuesta para reconstruir el análisis discursivo desde sus dimensiones sociales:

1. La primera es de un “miembro” que ocupa distinta (s) posición (es) en él campo como espacio social que es la organización. Está dimensión sociológica se da en las formas de objetivación del conjunto de relaciones sociales que se dan dentro de la organización. En este caso como trabajadores asalariados.

2. La segunda es la dimensión de la representación simbólica/cultural del multiculturalismo desde un agente (colectivo), como ego participante en este caso desde los trabajadores migrantes mexicanos (como identidad cultural).

3. La tercera es la dimensión histórica social que se da en el conjunto de implicaciones existentes en su condición de la relación laboral específica y general, es decir dentro del contexto del Sistema Mundial.

4. Que por situación y por ciertos elementos culturales definen a los agentes en un conjunto de campos sociales de un país.

5. Dentro de un escenario amplio y dinámica centro- periferia en el sistema economía mundo en un momento determinado.

6. Como el focus interpretativo que expresa su doxa sobre los otros agentes, configurados en las otras identidades culturales (otredad: lo que el yo colectivo distingue como identidad diferente) la memoria (entre sus presencias y olvidos).

7. Su énfasis se da en el campo social de la organización como lugar de experiencias y de interacción estructural y dinámica de fuerzas, resultantes y vectores entre los agentes que participan en ella.

8. Parte de la concepción simbólica de la cultura, pero adscrito a un enfoque estructural donde el conflicto y el poder adquieren relevancia, el análisis cultural es “ el estudio de las formas simbólicas – es decir, acciones, objetos y expresiones del más variado tipo en relación con contextos y procesos históricamente específicos y socialmente estructurados, en virtud de los cuales dichas formas simbólicas son producidas, trasmitidas y recibidas” J. B. Thompson, abordar la cultura desde una perspectiva estructural.

9. Que los discursos son preinterpretaciones de los agentes que es necesario reinterpretar el discurso con otros elementos.

10. No es una relación ínter subjetiva o interpersonal se da en entramados simbólicos y sociales del campo social.

11. Donde los agentes se ubican en posiciones, en este caso como trabajadores asalariados y como migrantes mexicanos.


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