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LA COMPETITIVIDAD DE LA INDUSTRIA TEXTIL EN MÉXICO EN UN CONTEXTO DE GLOBALIZACIÓN 1985-2003

Miguel Ángel Aguilar Aguilar



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4. 4. 3. 3 Maquinaria y equipo

En lo referente a la estructura porcentual del valor de la maquinaría de la industria textil, vestido y cuero, podemos observar (ver cuadro 7) una mayor utilización de maquinas herramientas con 32.3 %, seguida de equipo automático con 31.8 %, para el año de 1991.

Mientras que el equipo manual tiene un participación de 12.8 % en 1991, para 1998 su participación se incrementa a 27%, es decir, que existe que en el período de 7 años, crece su participación más del 100%, mientras que la de equipo automático disminuye 8.8 %.

Con cual podemos decir, que mientras en el año de 1991, existía una mayor utilización de equipo automático, a fines de los años noventa, se incrementa el uso de equipo manual, lo que representa un incremento de aquellas actividades intensivas en mano de obra, como es en el caso de la industria del vestido

Así mismo, se entiende como una pérdida de modernización de la planta productiva, que conlleva a una disminución en la utilización de personal calificado.

Pues mientras se incrementa el equipo manual, por otro lado disminuye maquinas herramientas de control numérico (de 14.2 % a 7.4 %), robots (0.3 % a 0 %) y equipo automático (31.8 % a 23 %), de 1993 a 1998, respectivamente.

4. 4. 4 Organización del trabajo

La apertura comercial de la economía mexicana, significo para muchas empresas modernizar su planta productiva, para poder enfrentar la competencia a nivel internacional, así mismo, implico cambios en la organización del trabajo, que permitieran un mejor aprovechamiento de la planta productiva, así como disminuir tiempos muertos.

Como bien lo menciona, Martínez de Ita (2002). En su anteproyecto de tesis de doctorado. A partir de la década de los setenta, las formas de organización del trabajo rígidas y autoritarias dieron paso a otras flexibles entre las que destacan:

• Movilidad interna (rotación de puestos de trabajo);

• Control de calidad total (cero errores, círculos de control de calidad, control estadístico del proceso, etc.);

• Equipos de trabajo;

• Justo a tiempo;

• Polivalencia y ampliación de funciones de las categorías;

• Equipos de detección de fallas;

• “Filosofía” y políticas de nuevas relaciones humanas e involucramiento;

• Reintegración de funciones de producción (producción con mantenimiento y control de calidad).

Lo que implicó cambios en la organización del trabajo, como podemos observar en el cuadro 2 del anexo estadístico, que a nivel Nacional en lo que respecta al tamaño de planta.

Encontramos que mientras en 1992, el número de empresas que llevaron a cabo cambios en la organización del trabajo, sobresale el reordenamiento de equipo, materiales e instalaciones (22.61 %), introducción de equipo de trabajo (12.72 %) y el aumento de la supervisión (10.50 %), de un total de 19, 355 empresas.

Mientras que para 1995, cobra importancia el aumento o reasignación de tareas (17.98 %), así como el aumento la introducción de equipo de trabajo (14.88 %) y aumento de la supervisión (19.61 %), y por último la disminución de el reordenamiento de equipo, materiales e instalaciones (16.99 %), de un total de 32, 646 empresas.

Lo que dio como resultado (ver cuadro 3, del anexo estadístico), para 1992 en un aumento de la productividad (36.30 %), mejor ajuste a especificaciones de clientes en calidad, cantidad y tiempo (31.73 %), así como el mejoramiento de la calidad (16.54 %).

En el caso de 1995, encontramos los mismos resultados de haber realizado cambios en la organización del trabajo, con una participación de 23.83 %, 31.82% y 18.79% respectivamente. Y en donde se observa un crecimiento del resultado que se refiere a la reducción de costos laborales, mismo que tiene un aumento mayor al 500%, pasando de 3.36 a 16.12, para 1992 y 1995, respectivamente.

De lo anterior se puede deducir que las nuevas formas de organización del trabajo que se están introduciendo en la industria textil requieren nuevas características de la mano de obra, que van desde nuevos conocimientos técnicos hasta habilidades para detectar fallas y problemas, pasando por la habilidad para trabajar en equipo y comunicarse con sus compañeros. En éste sentido, pareciera que, en la medida en que se generalicen las nuevas formas de organización del trabajo, la calidad de los recursos humanos se verá trastocada. (Martínez de Ita; 2002).


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