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LA COMPETITIVIDAD DE LA INDUSTRIA TEXTIL EN MÉXICO EN UN CONTEXTO DE GLOBALIZACIÓN 1985-2003

Miguel Ángel Aguilar Aguilar



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3. 4 Comercio mundial de la industria textil

Como ya se ha hecho mención, la nueva configuración de la economía mundial ha significado cambios importantes de las economías nacionales y por consiguiente de la industria textil en la nueva configuración de la división internacional del trabajo a partir de la creciente importancia del comercio internacional, y con ello de las exportaciones como motor del crecimiento y desarrollo de los países, principalmente de los países en desarrollo.

A partir de está nueva configuración la industria textil, iniciadora del proceso de industrialización, ha tomado nuevos matices a nivel internacional, desplazándose los centros de producción, y por consiguiente los flujos comerciales de los países de Occidente hacia los países de reciente industrialización, principalmente en Asia, así como en otros países en desarrollo debido a los bajos costos de mano de obra y abundancia de recursos naturales.

En un principio, dos países surgieron en el comercio de textiles siglos atrás. El primero, Inglaterra, que se convirtió en una potencia textil por medio de la protección de su industria. Por otro lado, Estados Unidos se convirtió en un fuerte productor por medio de su estrategia de desarrollo y protección basada en la sustitución de las importaciones. Para el primer tercio del siglo XX, el desarrollo de la industria textil cambia y Estados Unidos e Inglaterra pierden presencia, debido a la activa participación del Japón, los países asiáticos y América Latina.

Entre tanto Japón pierde presencia debido a una fuerte crisis, lo cual permitió a otros países asiáticos, aumentar su participación junto con los países de América Latina. Está situación ha permitido a los países en desarrollo insertarse en el mercado mundial y obtener mejores resultados que los países desarrollados en las últimas décadas, sin embargo la participación de los países desarrollados ha sido viable y competitiva a nivel internacional, debido a los altos niveles de inversión, modernización y reestructuración de la industria nacional.

En 1973, la economía mundial se vio afectada gravemente por el incremento de los precios del petróleo. Desde 1950 hasta nuestros días, la tasa de crecimiento de la producción textil en los países más desarrollados disminuyó mientras que en los menos desarrollados creció. Esto se debe a la nueva configuración de la economía mundial a partir de la crisis de deuda que ha caracterizado a los países en desarrollo y del cambio de modelo económico.

La mayoría de los países en desarrollo pasó de un modelo de sustitución de importaciones, que se caracterizaba por ser proteccionista y con un crecimiento hacia dentro, hacia un modelo hacia fuera, que se caracteriza por la liberalización de los mercados comerciales y la libre movilidad de capitales y mercancías, que no de fuerza de trabajo. En un contexto de globalización, en donde las relaciones comerciales se han interconectado a escala planetaria, y en donde precisamente se conforma una nueva estructura de la producción a nivel mundial.

En realidad no son los países, sino las grandes empresas trasnacionales las protagonistas de esta nueva configuración a escala planetaria. Este hecho se ha traducido en una mayor competencia internacional en un mercado que se ha ido liberalizando y eliminando los proteccionismos nacionales.

La redistribución mundial de la industria textil se inició a finales del decenio de 1960 con la expansión de nuevos centros de producción en Asia. En ciertos casos, especialmente en el Asia meridional, los países productores iniciaron sus actividades ensamblando telas importadas y, progresivamente, se organizó una industria textil nacional. Muchos países en desarrollo imitaron esta estrategia "ascendente" de industrialización y, desde hace veinte años, el volumen de la producción textil crece a un ritmo medio de aproximadamente 1,2% en el mundo, frente a un 2,7% en los países en desarrollo y hasta un 3,6% en los países asiáticos en desarrollo.

Esta redistribución permitió a las empresas trasnacionales trasladar algunas fases de producción de la industria textil de los países desarrollados a los países en desarrollo que cuentan con abundantes recursos naturales y bajo costo de mano de obra, obteniendo con ello una reducción en los costos de producción, así mismo, les ha permitido crecer de manera global. Sin embargo, la fases que tienen un fuerte contenido de investigación y desarrollo se siguen concentrando en los países desarrollados, funcionando este hecho como un elemento que funciona como barrera a la entrada para los demás competidores.

Lo anterior supone un enorme reto para los países en desarrollo, deben superar las diferencias y aumentar su competitividad en el mercado mundial. La eliminación del Acuerdo sobre Textiles y del Vestido para el 1° de enero del 2005 presenta un panorama mucho más difícil para los países en desarrollo, puesto que se eliminarán las cuotas de importación tanto de textiles como de prendas de vestir.

Aunado a esto se encuentra la incorporación de China a la OMC, se espera que sea China una de los mayores beneficiarios entre todos los exportadores de textiles al eliminarse las cuotas de importación. Como bien menciona Daniel Alfaro:

El Banco Mundial estima que para 2005, China controlará el 45 por ciento de las exportaciones mundiales de textiles; por ello el temor y la oposición de los productores de cada país al abrir el mercado sin la restricción de cuotas. Incluso se llegó a acusar a China de ser el causante de la deflación global por el gran volumen de producción de bienes manufacturados que representa a nivel mundial (3), sin embargo el volumen de producción chino de bienes manufacturados no es tan grande como los de Europa, Estados Unidos y Japón, que juntos representaban 48.52 por ciento de la producción mundial.

La reestructuración de la industria textil a nivel mundial para 2005 significa para los países en desarrollo el aumento forzoso de su productividad para enfrentar la competencia de precios a partir del la eliminación del ATV, ya que el comercio estará sujeto únicamente a las reglas del mercado.

Anteriormente el mercado de los textiles estaba protegido por los acuerdos anteriores al ATV, como lo fue el Acuerdo Multifibras que prevaleció durante los últimos 40 años, permitiendo por un lado el acceso preferencial de los países en desarrollo hacia los países desarrollados, protegiendo sus mercados de otros competidores y, por otro lado, generar dependencia al tener el acceso preferencial de los mercados, lo que explica que el valor de las exportaciones de los países en desarrollo sea del 50% o mayor de sus exportaciones en el sector Textil y del Vestido.

De acuerdo a este panorama, la eliminación del ATV representa para los países que han sustentado su crecimiento económico en la industria textil, una amenaza, se tornan más vulnerables ante la liberalización multilateral debido a la eliminación de los contingentes y del acceso preferencial.


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