BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


LOS ECOSISTEMAS COMO LABORATORIOS. LA BÚSQUEDA DE MODOS DE VIVIR PARA UNA OPERATIVIDAD DE LA SOSTENIBILIDAD

Glenda Dimuro Peter


Esta página muestra parte del texto pero sin formato.

Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (200 páginas, 4.10 Mb) pulsando aquí

 

 

2.7. URBANISMO GLOBALIZADO & URBANISMO CIUDADANO

“La sobremodernidad es productora de no lugares.”

Marc Augé. Los “no lugares” Espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad

Fuente: www.flickr.com – Paulo Ramalho

La revolución urbana no es la traducción directa de la globalización del territorio, pero sí viene causada por un conjunto de factores tecnológicos, económicos, políticos, sociales y culturales vinculados a la globalización y al sistema capitalista, entre ellos:

- La individualización de las referencias y la rapidez de las acciones no permiten planes a largo plazo, tampoco acciones conjuntas para la práctica de la civilidad en el espacio urbano;

- La revolución cultural y la separación definitiva del hombre & naturaleza fomentó la visión de la naturaleza hostil y de la arquitectura protectora, alejando aún más el hombre del medioambiente natural y acercándole del artificial;

- La informatización y la difusión de los ordenadores y el surgimiento de la Internet ha modificado las relaciones espacio-tiempo y permite desarrollar diversas actividades tanto profesionales o educativas cuanto de ocio o cultural, sin depender de una ubicación fija;

- La búsqueda incesante por la calidad de vida (individualista, relacionada con el patrón de vida y el consumo excesivo) es una de las principales causadoras de uso abusivo de los recursos naturales y no renovables en nuestras ciudades;

- La liquidez de las fronteras cambian los territorios urbanos que ya no se reducen a la ciudad central y su entorno próximo, más o menos aglomerado, son discontinuos, mezclan zonas compactas con otras difusas, hay diversas centralidades y áreas marginales;

- El capital dominante es más especulativo que productivo y las decisiones ya no son realizadas dentro del territorio haciendo con que el capital fijo dependa del entramado económico local y las infraestructuras que soportan la nueva economía corren el riesgo de ser de uso efímero;

- La sociedad urbana se ha hecho más compleja, individualizada y multicultural, o sea, se ha fragmentado en diversos grupos sociales y la autonomía del individuo se ha multiplicado en medida que las pautas culturales se globalizan y se homogeneízan.

Todos estos factores convierten la gobernabilidad de los territorios en una tarea difícil, especialmente por las múltiples dimensiones del territorio urbano-regional y la pérdida de fronteras. Desde los años 60 ha proliferado el caos de las zonas periurbanas donde se desmorona lo urbano como forma de vida a favor de una ciudad difusa. Son las llamadas ciudades dormitorio donde el universo de casas adosadas desprecia la calle como lugar de encuentro, abusando del coche y los únicos espacios públicos son los centros comerciales. Su estructura desactiva y descalifica la ciudad como morfología y lo urbano como estilo de vivir.

“La anti o contraciudad – presentada frecuentemente como no-ciudad – es, en el momento actual, lo que vemos desarrollarse como una centralización sin centralidad, renuncia a la diversificación funcional y humana, grandes procesos de especialización, producción de centros históricos de los que la historia ha sido expulsada… Todas esas dinámicas – trivialización, terciarización, tematización – desembocan en una disolución de lo urbano en una mera urbanización, interpretada como sometimiento sin condiciones a los imperativos de determinadas ideologías urbanísticas”. (DELGADO, 2007, p. 60)

Como ya se ha dicho, el modelo de desarrollo urbano característico de la globalización es el de la ciudad difusa y discontinúa y esta urbanización genera espacios lacónicos, grandes parques empresariales o tecnológicos, barrios cerrados, arquitecturas estandarizadas, relaciones sociales despedazadas. Existen no-lugares para una no-sociedad, una sociedad sin solidaridad, sin compromiso, sin intereses comunes, sociedad que apenas vive y no convive. Los no lugares imposibilitan la domesticación del espacio y no funcionan como escuela de aprendizaje de prácticas de civilidad. Se caracterizan por la actitud de sus usuarios, que deben seguir los mismos patrones de conducta y ser legibles para todos. En estos lugares no hace falta dominar la sofisticada y compleja arte de la civilidad, ya que la conducta de los individuos es reducida a pocas actuaciones y percepciones. Despojados de expresiones de identidad, relaciones o historia. Como hoy en día ocupan tantos espacios, sobra pocas opciones para practicar la civilidad. Los no-lugares son instalaciones para la circulación acelerada de persona y bienes, los propios medios de transporte, los grandes centros comerciales o los campos de transito prolongado donde esperan los refugiados del globo. “El lugar es el sitio del que se parte, o por el que se pasa, o al que se llega. El no-lugar es lo que ese peregrinaje produce y que no es otra cosa que una manera de pasar.” (DELGADO, 2007, p. 69)

La tarea hoy consiste en defender la esfera de lo público, o más bien resucitar o repoblar es espacio público que se está quedando vacío debido al abandono de los ciudadanos interesados o bien el escape del poder hacia un territorio que solamente puede ser definido como espacio exterior. Hay que rediseñar los espacios y repoblar un ágora vacío y alejado del medioambiente natural. Hay que volver a unir aquello que ha separado la combinación de la individualización formal y el divorcio entre el poder y la política a través del urbanismo ciudadano, que es el urbanismo del espacio público, de la ciudad densa, de la construcción de centralidades y de la mixtura social y funcional. Dar identidad a lo urbano, atendiendo la morfología del lugar, a la calidad del entorno y buscando la integración de los elementos arquitectónicos.

Ambos espacios se suponen que son proyectados por urbanistas, los que tienen la tarea de amaestrar el urbano creando condiciones que facilitan la integración ciudadana, los que buscan una polis en contra a una urbe. Son aquellos que trabajan sobre un espacio representado, concebido y que se opone a las obras y formas de espacialidad: un espacio percibido, practicado, vivido, usado, soñado, deseado. Pretenden cambiar lo oscuro por algo más claro, obcecados por la legibilidad del espacio, con la ideología de convertirlo en algo operativo, eficiente y lograr el milagro de la inteligibilidad absoluta. Pero la percepción funcional y sociológica del espacio urbano no puede estar establecida en los planos de los diseñadores, pues el espacio urbano está en constante movimiento y construcción, dando lugar a mapas móviles y sin bordes. El proyectista nunca tiene la garantía de obediencia y lealtad o sumisión del urbanizado, ya que el espacio urbano se estructura de acuerdo con las acciones que le mueven. Y de hecho no la tiene, como se puede percibir en la ciudad difusa, una urbe basada en la producción de acontecimientos que afirman que lo urbano globalizado no está constituido por estructuras estables y si por relaciones sociales, generalmente impersonales, superficiales y segmentarias.

“El proceso de domesticación urbanística de los escenarios de la vida pública encuentra un complemento estratégico en la generalización de discursos políticos que, para intentar exorcizar las manifestaciones de lo inorgánico y los exudados visibles de la desigualdad social, hacen el elogio de los valores del civismo, una ideología que concibe la vida social como terreno de y para el consenso, en que ciudadanos libres e iguales acuerdan convivir amablemente cumpliendo un conjunto de preceptos abstractos de buena conducta.” (DELGADO, 2007, p. 17)


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles
Enciclopedia Virtual
Biblioteca Virtual
Servicios