BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


LOS ECOSISTEMAS COMO LABORATORIOS. LA BÚSQUEDA DE MODOS DE VIVIR PARA UNA OPERATIVIDAD DE LA SOSTENIBILIDAD

Glenda Dimuro Peter


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3.3. LA ECOSOFÍA

Félix Guattari creó el término “ecosofía” para desarrollar prácticas específicas para modificar y a reinventar las formas de ser. Reconstruir literalmente el conjunto de las modalidades del ser-en-grupo no solamente en acciones de comunicación sino a través de intervenciones en el propio ser, mutaciones existenciales, como objeto de la esencia de la subjetividad. Este concepto es establecido como respuesta a las formaciones políticas y ejecutivas que se muestran poco eficaces de comprender la problemática en el conjunto de sus intervenciones. Aunque haya una conciencia parcial de los peligros más evidentes que amenazan al medioambiente, en general las políticas abordan el campo de la contaminación industrial, pero desde una perspectiva tecnocrática. La crisis ecológica debe ser encarada a escala planetaria y la verdadera respuesta sólo podrá ser encontrada mientras se realice una auténtica revolución política, social y cultural que reoriente los objetivos de la producción de bienes materiales e inmateriales. Una transformación intelectual, donde se organicen nuevas prácticas micropolíticas y microsociales, nuevas solidaridades, nuevo bienestar, nuevas prácticas estéticas y analíticas de las formaciones del inconsciente.

Guattari articula una teoría ético-política entre los registros ecológicos, de las relaciones sociales y de la subjetividad humana. “El principio común a las tres ecologías consiste, pues, en que los Territorios existenciales a los que nos confrontan no se presentan como en-sí, cerrados sobre sí mismos, sino como un para-sí precario, acabado, finitizado, singular, singularizado, capaz de bifurcarse, en reiteraciones estratificadas y mortíferas o en apertura procesual a partir de praxis que permiten hacerlo «habitable» por un proyecto humano. Esta apertura práxica constituye la esencia de ese arte de «la eco» que subsume todas las maneras de domesticar los Territorios existenciales, tanto si conciernen a íntimas maneras de ser, el cuerpo, el entorno o a grandes conjuntos contextuales relativos a la etnia, la nación o incluso los derechos generales de la humanidad.” (GUATARRI, 1996) Tenía la convicción de que no se trataba de hacer reglas universales como guía para estas prácticas, sino justamente lo contrario. La cuestión de la enunciación subjetiva sería planteada cada vez más a medida que se desarrollasen las máquinas productoras de signos, de imágenes, de sintaxis, de inteligencia artificial, significando una recomposición de las prácticas sociales e individuales.

Habla de una ecología mental que se verá obligada a reinventar la relación del sujeto con el cuerpo, el fantasma, la finitud del tiempo y los misterios de la vida y de la muerte, donde el hombre deberá buscar soluciones para la uniformidad y la manipulación. Cuando teoriza sobre la ecología social, establece que hay que modificar o reinventar la forma de ser en el seno de la pareja, de la familia, del contexto urbano, del trabajo, etcétera. Con respecto a la ecología medioambiental, cree que en ella todo es posible, tanto las peores catástrofes como las evoluciones imperceptibles, donde los equilibrios naturales dependerán de las acciones humanas. Recalifica la ecología medioambiental como ecología maquínica, “puesto que, tanto en el cosmos como en las praxis humanas, nunca se trata de otra cosa que de máquinas, y yo incluso osaría decir de máquinas de guerra.” (GUATARRI, 1996)


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