BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


LOS ECOSISTEMAS COMO LABORATORIOS. LA BÚSQUEDA DE MODOS DE VIVIR PARA UNA OPERATIVIDAD DE LA SOSTENIBILIDAD

Glenda Dimuro Peter


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6.1.2.2. LA ECO-EFECTIVIDAD

El concepto de eco-eficiencia fue creado por industriales en la década de los noventa y quiere decir “hacer más con menos”. Las máquinas de las industrias serían remplazadas por otras con motores más limpios, rápidos y silenciosos, redimiendo la culpa de los industriales sin disminuir sus lucros. “La eco-eficiencia transformaría la industria humana de un sistema que toma, produce y tira a otro que integraría preocupaciones económicas, ambientales y éticas.” (BRAUNGART, MCDONOUGH, 2005, p. 47) Hasta hoy, gran parte de las industrias del globo consideran la eco-eficiencia la estrategia de cambio más correcta.

La eficiencia, cuando se implanta como herramienta en un sistema mayor y efectivo, puede tener consecuencias positivas sobre diversos problemas y aunque el concepto de eco-eficiencia haya contribuido para abrir el camino rumbo a mejores soluciones para el conflicto del diseño & naturaleza, lo cierto es que presenta poco más que una ilusión de cambio. Confiar en este concepto para salvar la naturaleza significa todo lo contrario, ya que la eco-eficiencia permite que la industria destructiva moderna contamine poco a poco el medioambiente, a través de sistemas de diseño y fabricación antiguos que contaminan menos, pero que siguen contaminando.

Así que actualmente, la mayoría de los ecodiseñadores comparten la idea de que lo que hace falta es algo cuyo objetivo sea cero, cero emisiones, cero “huella ecológica”. Surge el concepto de eco-efectividad, donde el antiguo modelo de producto y desecho es abandonado para asumir el reto de la efectividad, o sea, “trabajar sobre las cosas correctas – sobre los productos, servicios y los sistemas correctos – en lugar de hacer que las cosas incorrectas sean menos malas.” (BRAUNGART, MCDONOUGH, 2005, p. 71) Cuando las cosas empiecen a ser hechas correctamente entonces hace sentido utilizar la eco-eficiencia, entre otras herramientas.

La perspectiva de la eco-efectividad conduce a una innovación extrema frente al modelo que tenemos hoy y acercarse a ella puede provocar profundos cambios completamente distintos a los conocidos o simplemente puede enseñarnos una manera de mejorar los sistemas existentes.

Braungart y McDonough, proponen un nuevo objetivo al diseño ecológico y hacen un listado de cosas que personas e industrias deberían empezar a seguir:

1) Construcciones que, al igual que los árboles, produzcan más energía de la que consumen y depuren sus propias aguas residuales.

2) Factorías que produzcan como efluente agua potable.

3) Productos que, una vez finalizada su vida útil, no se conviertan en basura inútil, sino que puedan ser devueltos al suelo para que se descompongan y se conviertan en alimentos para plantas y animales y en nutrientes para la tierra; o, caso contrario, que puedan ser reincorporados a los ciclos industriales para proporcionar materias primas de alta calidad para nuevos productos.

4) Materiales por valor de miles de millones, incluso de billones de dólares, recuperados anualmente para usos humanos naturales.

5) Medios de transporte que mejorarán la calidad de vida al tiempo que distribuyen productos y servicios.

6) Un mundo de abundancia, y no uno de limitaciones, polución y desechos.

(BRAUNGART, MCDONOUGH, 2005, p. 84-85)


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