BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


LOS ECOSISTEMAS COMO LABORATORIOS. LA BÚSQUEDA DE MODOS DE VIVIR PARA UNA OPERATIVIDAD DE LA SOSTENIBILIDAD

Glenda Dimuro Peter


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5.3. EL PODER EN LAS REDES SOCIALES

“La emergencia de la sociedad en red ha ido paralela al declive de la soberanía, de la autoridad y de la legitimación de la nación-estado.” Fritjof Capra - Las conexiones ocultas. Implicaciones sociales, medioambientales, económicas y biológicas de una nueva visión del mundo.

Hay un antiguo concepto de poder que supone que la realidad está compuesta de entidades discretas y separadas. Aristóteles clasificó dichas entidades en categorías, Newton y Galileo estudiaron sus vectores y velocidades. El poder, dicho como una propiedad de las substancias en separado, pasó a ser identificado como dominación, la voluntad de unos sobre los otros. Cuando más tiene uno, menos posee el otro, afirmando la idea de que el poder de uno es la vulnerabilidad del otro. Nuestra sociedad fue socializada bajo la creación de defensas propias, algo que hace una persona ser menos o más susceptible a las influencias de los cambios o de la dominación de terceros. “Desde el punto de vista de los sistemas, este concepto de poder es, a una sola vez, impreciso y disfuncional.” (MACY, 2004, p. 75)

Tradicionalmente, la sociedad civil está definida como un conjunto de organizaciones e instituciones (iglesias, asociaciones, partidos, cooperativas, sindicatos) que representan los intereses del ciudadano y son canales políticos. El hecho de asociarse, establecer vínculos, cooperar y establecer relaciones simbióticas son características principales de la vida. En las redes sociales parece ser más difícil, ya que el hombre desde hace muchos años está acostumbrado a impartir o recibir instrucciones estrictas y cambiar este modelo implica evidentemente cambios significativos en las relaciones de poder, pasando de la dominación y del control a la cooperación y la asociación. “Según el sociólogo Manuel Castells, en la sociedad en red el cambio social no se origina dentro de las instituciones tradicionales de la sociedad civil, sino que se desarrolla a partir de identidades que se basan en el rechazo a los valores dominantes de esa sociedad: patriarcado, dominación y control de la naturaleza, crecimiento económico y consumo material sin límites, etcétera.” (CAPRA, 2003, p. 278-279)

Una visión alternativa sobre el tema salió a la luz en los 70, basándose en el respeto por la dignidad humana, la ética de la sostenibilidad y una visión más ecológica. Surgieron las ONGs que desprestigian a las instituciones formales y dan más énfasis a las relaciones sociales y políticas entre sus agentes. En una organización social en red, el poder político deriva de la capacidad para utilizar eficazmente símbolos y códigos culturales que mejor se encuadren en un determinado discurso político, o sea, las políticas más centradas en las personas y que promuevan los procesos democráticos y participativos, son las más activas.

Para que los sistemas vivos evolucionen es necesario interactuar, crear conexiones y estrategias. Hay que cambiar el poder coercitivo (que amenaza para asegurar la obediencia o compensación) al poder condicionado, que da sentido a las instrucciones mediante la persuasión y la educación. La función de proteger debe ser ejecutada por una fuerza más grande, pero no debe ser confundida con la generación de otras nuevas formas, comportamientos o potenciales. El poder no es una propiedad que uno puede tener, pero sí un proceso del cual uno participa. El poder bajo el cual la sociedad movediza y capitalista actual vive es el llamado “poder sobre” algo o principalmente alguien. “Para el sistema social, el poder sobre es disfuncional porque inhibe la diversidad y el feedback, obstruyendo los procesos auto organizadores, fomentando la entropía, la desintegración sistémica.” (MACY, 2004, p. 76)

Los organismos y sistemas evolucionan en variedad, resistencia e inteligencia, no lo hacen construyendo paredes de defensa o cerrando puertas para el entorno, pero sí abriéndose para los cambios de materia, energía e información. Así funciona el “poder con”, en beneficio de un bien común que puede servir a los propósitos que le superponen, produciendo para el sistema el feedback necesario para que él pueda preparase para enfrentar a los desafíos que le espera. Este tipo de poder ayuda a cambiar las normas de los intereses individuales, personales y competitivos para los intereses colectivos y sistémicos, distanciando los ciudadanos de los vicios de la sociedad del crecimiento industrial. Los estados deben pasar del estado nación para los estados en red, descentralizando el poder de las instituciones globales a favor de un sistema pluralista de organizaciones regionales e internacionales, controladas por otras organizaciones, otros acuerdos y agrupaciones regionales.

El ciudadano que controla la gestión urbana y opina sobre las tecnologías recupera el derecho real a la ciudadanía y al uso del espacio público (urbano, industrial, rural), y determina el uso de su tiempo (desplazamientos, trabajo y ocio). El concepto ecológico de autonomía incorpora el poder de la comunidad, de los movimientos sindicales y de los ciudadanos, a través del cual pueden disponer de libertad para crear alternativas relacionadas con el consumo, la producción e incluso culturales, como una alimentación equilibrada, transportes integrados, educación crítica, terapias orgánicas, agricultura biológica y fuentes de energía renovables.


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