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PLAN DE SEGURIDAD DE LA FACULTAD DE INGENIERÍA INDUSTRIAL

Alejandro Lazo Silva y otros



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1. Análisis y evaluación de riesgos

Con la finalidad de poder establecer las medidas preventivas a aplicarse, es necesario identificar los riesgos en todas las instalaciones de la facultad y determinar una evaluación de éstos en función a las consecuencias que puedan ocasionar.

Para ello hemos seguido el siguiente procedimiento en términos generales:

A. Clasificación de las actividades de trabajo

Un paso preliminar a la evaluación de riesgos es preparar una lista de actividades de trabajo, agrupándolas en forma racional y manejable. Una posible forma de clasificar las actividades de trabajo es la siguiente:

a. Áreas externas a las instalaciones de la empresa.

b. Etapas en el proceso de producción o en el suministro de un servicio.

c. Trabajos planificados y de mantenimiento.

d. Tareas definidas, por ejemplo: secretaria, soldador.

Para cada actividad de trabajo puede ser preciso obtener información, entre otros, sobre los siguientes aspectos:

a. Tareas a realizar. Su duración y frecuencia.

b. Lugares donde se realiza el trabajo.

c. Quien realiza el trabajo, tanto permanente como ocasional.

d. Otras personas que puedan ser afectadas por las actividades de trabajo (por ejemplo: visitantes, subcontratistas, público).

e. Formación que han recibido los trabajadores sobre la ejecución de sus tareas.

f. Procedimientos escritos de trabajo, y/o permisos de trabajo.

g. Instalaciones, maquinaria y equipos utilizados.

h. Herramientas manuales movidas a motor utilizados.

i. Instrucciones de fabricantes y suministradores para el funcionamiento y mantenimiento de planta, maquinaria y equipos.

j. Tamaño, forma, carácter de la superficie y peso de los materiales a manejar.

k. Distancia y altura a las que han de moverse de forma manual los materiales.

l. Energías utilizadas (por ejemplo: aire comprimido).

m. Sustancias y productos utilizados y generados en el trabajo.

n. Estado físico de las sustancias utilizadas (humos, gases, vapores, líquidos, polvo, sólidos).

o. Contenido y recomendaciones del etiquetado de las sustancias utilizadas.

p. Requisitos de la legislación vigente sobre la forma de hacer el trabajo, instalaciones, maquinaria y sustancias utilizadas.

q. Medidas de control existentes.

r. Datos reactivos de actuación en prevención de riesgos laborales: incidentes, accidentes, enfermedades laborales derivadas de la actividad que se desarrolla, de los equipos y de las sustancias utilizadas. Debe buscarse información dentro y fuera de la organización.

s. Datos de evaluaciones de riesgos existentes, relativos a la actividad desarrollada.

t. Organización del trabajo.

B. Análisis de riesgos

B.1. Identificación de peligros

Para llevar a cabo la identificación de peligros hay que preguntarse tres cosas:

• ¿Existe una fuente de daño?

• ¿Quién (o qué) puede ser dañado?

• ¿Cómo puede ocurrir el daño?

Con el fin de ayudar en el proceso de identificación de peligros, es útil categorizarlos en distintas formas, por ejemplo, por temas: mecánicos, eléctricos, radiaciones, sustancias, incendios, explosiones, etc. (Anexo 1 y Anexo2)

Complementariamente se puede desarrollar una lista de preguntas, tales como: durante las actividades de trabajo, ¿existen los siguientes peligros?

• golpes y cortes.

• caídas al mismo nivel.

• caídas de personas a distinto nivel.

• caídas de herramientas, materiales, etc., desde altura.

• espacio inadecuado.

• peligros asociados con manejo manual de cargas.

• peligros en las instalaciones y en las máquinas asociados con el montaje, la consignación, la operación, el mantenimiento, la modificación, la reparación y el desmontaje.

• peligros de los vehículos, tanto en el transporte interno como el transporte por carretera.

• incendios y explosiones.

• sustancias que pueden inhalarse.

• sustancias o agentes que pueden dañar los ojos.

• sustancias que pueden causar daño por el contacto o la absorción por la piel.

• sustancias que pueden causar daños al ser ingeridas.

• energías peligrosas (por ejemplo: electricidad, radiaciones, ruido y vibraciones).

• trastornos músculo-esqueléticos derivados de movimientos repetitivos.

• ambiente térmico inadecuado.

• condiciones de iluminación inadecuadas.

• barandillas inadecuadas en escaleras.

La lista anterior no es exhaustiva. En cada caso habrá que desarrollar una lista propia, teniendo en cuenta el carácter de sus actividades de trabajo y los lugares en los que se desarrollan. Proponemos la utilización del formulario: Análisis de Trabajo Seguro (Anexo 5).

B.2. Estimación del riesgo

Para cada peligro detectado debe estimarse el riesgo, determinando la potencial severidad del daño (consecuencias) y la probabilidad de que ocurra el hecho.

B.2.1. Severidad del daño

Para determinar la potencial severidad del daño, debe considerarse:

a. partes del cuerpo que se verán afectadas

b. naturaleza del daño, graduándolo desde: ligeramente dañino, dañino y extremadamente dañino.

Ejemplos de ligeramente dañino:

• Daños superficiales: cortes y magulladuras pequeñas, irritación de los ojos por polvo.

• Molestias e irritación, por ejemplo: dolor de cabeza, disconfort.

Ejemplos de dañino:

• Laceraciones, quemaduras, conmociones, torceduras importantes, fracturas menores.

• Sordera, dermatitis, asma, trastornos músculo-esqueléticos, enfermedad que conduce a una incapacidad menor.

Ejemplos de extremadamente dañino:

• Amputaciones, fracturas mayores, intoxicaciones, lesiones múltiples, lesiones fatales.

• Cáncer y otras enfermedades crónicas que acorten severamente la vida.

B.2.2. Probabilidad de que ocurra el daño.

La probabilidad de que ocurra el daño se puede graduar, desde baja hasta alta, con el siguiente criterio:

• Probabilidad alta: El daño ocurrirá siempre o casi siempre

• Probabilidad media: El daño ocurrirá en algunas ocasiones

• Probabilidad baja: El daño ocurrirá raras veces

A la hora de establecer la probabilidad de daño, se debe considerar si las medidas de control ya implantadas son adecuadas. Los requisitos legales y los códigos de buena práctica para medidas específicas de control, también juegan un papel importante.

Además de la información sobre las actividades de trabajo, se debe considerar lo siguiente:

• Trabajadores especialmente sensibles a determinados riesgos (características personales o estado biológico).

• Frecuencia de exposición al peligro.

• Fallos en el servicio. Por ejemplo: electricidad y agua.

• Fallos en los componentes de las instalaciones y de las máquinas, así como en los dispositivos de protección.

• Exposición a los elementos.

• Protección suministrada por los EPI y tiempo de utilización de estos equipos.

• Actos inseguros de las personas (errores no intencionados y violaciones intencionadas de los procedimientos):

El cuadro siguiente da un método simple para estimar los niveles de riesgo de acuerdo a su probabilidad estimada y a sus consecuencias esperadas.

C. Valoración de riesgos: Decidir si los riesgos son tolerables

Los niveles de riesgos indicados en el cuadro anterior, forman la base para decidir si se requiere mejorar los controles existentes o implantar unos nuevos, así como la temporización de las acciones. En la siguiente tabla se muestra un criterio sugerido como punto de partida para la toma de decisión. La tabla también indica que los esfuerzos precisos para el control de los riesgos y la urgencia con la que deben adoptarse las medidas de control, deben ser proporcionales al riesgo.

Riesgo Acción y temporización

Trivial (T) No se requiere acción específica.

Tolerable (TO) No se necesita mejorar la acción preventiva. Sin embargo se deben considerar soluciones más rentables o mejoras que no supongan una carga económica importante.

Se requieren comprobaciones periódicas para asegurar que se mantiene la eficacia de las medidas de control.

Moderado (M) Se deben hacer esfuerzos para reducir el riesgo, determinando las inversiones precisas. Las medidas para reducir el riesgo deben implantarse en un período determinado.

Cuando el riesgo moderado esta asociado con consecuencias extremadamente dañinas, se precisará una acción posterior para establecer, con más precisión, la probabilidad de daño como base para determinar la necesidad de mejora de las medidas de control.

Importante (I) No debe comenzarse el trabajo hasta que se haya reducido el riesgo. Puede que se precisen recursos considerables para controlar el riesgo. Cuando el riesgo corresponda a un trabajo que se está realizando, debe remediarse el problema en un tiempo inferior al de los riesgos moderados.

Intolerable (IN) No debe comenzar ni continuar el trabajo hasta que se reduzca el riesgo. Si no es posible reducir el riesgo, incluso con recursos ilimitados, debe prohibirse el trabajo.

D. Preparar un plan de control de riesgos

El resultado de una evaluación de riesgos debe servir para hacer un inventario de acciones, con el fin de diseñar, mantener o mejorar los controles de riesgos. Es necesario contar con un buen procedimiento para planificar la implantación de las medidas de control que sean precisas después de la evaluación de riesgos.

Los métodos de control deben escogerse teniendo en cuenta los siguientes principios:

a. Combatir los riesgos en su origen

b. Adaptar el trabajo a la persona, en particular en lo que respecta a la concepción de los puestos de trabajo, así como a la elección de los equipos y métodos de trabajo y de producción, con miras, en particular a atenuar el trabajo monótono y repetitivo y a reducir los efectos del mismo en la salud.

c. Tener en cuenta la evolución de la técnica.

d. Sustituir lo peligroso por lo que entrañe poco o ningún peligro

e. Adoptar las medidas que antepongan la protección colectiva a la individual.

E. Revisar el plan

El plan de actuación debe revisarse antes de su implantación, considerando lo siguiente:

a. Si los nuevos sistemas de control de riesgos conducirán a niveles de riesgo aceptables.

b. Si los nuevos sistemas de control han generado nuevos peligros.

c. La opinión de los trabajadores afectados sobre la necesidad y la operatividad de las nuevas medidas de control.

La evaluación de riesgos debe ser, en general, un proceso continuo. Por lo tanto la adecuación de las medidas de control debe estar sujeta a una revisión continua y modificarse si es preciso. De igual forma, si cambian las condiciones de trabajo, y con ello varían los peligros y los riesgos, habrá de revisarse la evaluación de riesgos.


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