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CONTRATIEMPOS Y AFORISMOS IV. FORMAS DE RESISTENCIA Y GRUPOS SUBALTERNOS BRITÁNICOS

Edgardo Adrián López



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4. Brandreth y Oliver

El investigador de la Albión añeja, principiará a desplegar noticias en redor a ciertos sucesos que son demasiado puntuales. Podría haber presentado sus conclusiones o reflexiones, ahorrándonos semejante “maleza” de información que deja traslucir esa práctica tan arraigada en los historiadores sin teoría, que consiste en lidiar con los ácaros de los archivos y documentos, quedándose empantanados en los vericuetos de las anécdotas.

Habrá por ende, que comenzar con la triste labor de sistematizar lo que mejor se pueda, tal “cordillera” de documentos.

Hacia 1817, los dirigidos y en especial, las clases subordinadas al capital, estaban en un callejón sin aparente salida: por un lado, las movilizaciones , los reclamos legalistas, no habían conseguido coordinarse en un esquema nacional claro. Por el otro, el ludismo estaba desacreditado; no obstante, la situación que había gestado las tentativas de organización y de protesta de los no acomodados y de la clase obrera, permanecía. De ahí que el Estado , insistiera en que en:

a- Derby, Nottingham y Leicester,

b- Birmingham y su distrito,

c- Yorkshire,

d- Lancashire,

existían “comités ‘conspirativos’” .

De haberlos , eran impotentes y no tanto por falta de decisión, sino por el aislamiento en que estaban y por su incomunicación con Londres, la que en simultáneo, no podía lograr que los conglomerados subalternos y la clase obrera, se hagan visibles con sus demandas. Por eso, la rebeldía seguía dependiendo de figuras individuales..., lo que hacía simple la infiltración.

Un tal Charles Pendrill, amigo de Despard, conocía a su vez, a William Oliver, quien acababa de salir de una prisión por deuda en abril de 1817. Con el “aura” de “castigado” por ser pobre y de luchador, es admitido en los círculos ilegales de reformistas en marzo de 1818. Pero terminó por ser un espía, que se ocupó de desorganizar lo que se estaba creando en las provincias y de retrasar una insurrección casi general. Aunque se sospechaba de él , nunca llegó a ser descubierto : para los ingleses libres, era impensable que algo así pudiera ser alimentado desde la Corona .

Un poco antes , surgió en Derby, en Pentridge, una rebelión seria, de la que acabó condenado un tal Brandreth . Del ocho al 9 de junio de 1817, se sublevaron con las intenciones de formar un gobierno, pero no lograron apoyo de los pueblos circunvecinos. A pesar , es dable creer que la revuelta fue una insurgencia de las fracciones populares que no aguardó nada de las “clases medias”. Incluso, es un momento de transición entre el “ludismo” y el radicalismo de los años 1818/1820 y 1830-1832.

Otros lugares cercanos a Pentridge hicieron lo suyo. Colaboraron hombres que no sabían leer ni escribir, pero no todos eran analfabetos, como prejuician algunos historiadores. Tampoco eran “ingenuos” sino revolucionarios conscientes, aunque no hayan inventado todavía una manera de direccionar la revuelta.

El asunto es que ese “clima” insurreccional, dispuso a la Corona a dar un “baño de sangre”.


 

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