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LA ERA DIGITAL

Jorge Nieto Malpica y otros



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La enseñanza de la comunicación ante el ajuste tecnológico y cultural. La formación de comunicólogos en la era digital

Fernando Treviño Espinosa
Universidad Autónoma de Tamaulipas

Introducción:

Las acciones concretas para la formación de los comunicadores que van a vivir en plena era digital deben someterse a debate, por lo que debemos acometer la práctica docente conscientes de las nuevas situaciones. La investigación y los congresos de comunicación son los espacios que debemos utilizar, pues resulta difícil encontrar el lugar adecuado para compartir y debatir esas cuestiones fundamentales.

La revolución digital ha transformado la estructura de los medios de comunicación, la cultura y las industrias afines, y a coadyuvado a una convergencia considerable e incluso a una coincidencia con otros sectores que participan en la industria de la información y la comunicación, la electrónica, la informática y las comunicaciones Esta transformación está estrechamente relacionada con la globalización, y no se reduce a la tecnología como único parámetro que promueve los procesos de convergencia, corresponde también a la revolución instrumental de los procesos de producción y difusión de los nuevos medios.

BREVE CONTEXTO

Si bien las redes informáticas han cableado el mundo, ello es producto de procesos mucho más complejos que tienen que ver con la reestructuración del capital a nivel global y del desplazamiento del Estado como protagonista en el escenario de la nueva economía de libre mercado, donde las fuerzas del capital financiero definen la conformación de las economías regionales del tercer mundo, subordinando sus políticas internas a los designios de la banca mundial o del capital transnacional y corporativo, el cual limita y somete a las repúblicas dependientes de los países industrializados y potencias económicas del mundo de acuerdo a sus intereses en estas regiones.

Como puede observarse, desde entonces hasta hoy en día, aún en esta sociedad informacional —como la llama Manuel Castells— el acceso a la información ha sido desigual, entonces de diferente manera que ahora, pero siempre favoreciendo a ciertos grupos sociales, económicos y culturales.

Vale decir entonces que en medio de este contexto, habría que preguntarse cuál es hoy el nuevo paradigma del proyecto alternativo de la enseñanza de la comunicación, considerando el avance y aplicación de las tecnologías de la comunicación y de cómo las inscribimos en esta búsqueda de alternativas.

En este sentido el papel de las instituciones de educación superior, y de los profesores, es básico para dar presencia en la red a países en desarrollo como México y Latinoamérica en general: reafirmando, consolidando, integrando y re-integrando una identidad que rescate nuestros valores, tradiciones y raíces culturales en contrapeso ante la homogeneización cultural globalizada dominante, cuyo arbitrario cultural —en términos de Bourdieu— responde a la visión de los países primer mundistas.

EL RETO APARENTE

Ante el reto que representa la formación del comunicólogo existe la demanda de profesionales de la comunicación en áreas cada vez más segmentadas y se avizora una tendencia a la especialización, por lo que se ensaya para implementar un modelo que responda al supuesto que las condiciones del ecosistema comunicativo cambian con bastante frecuencia, ya se plantean preguntas sobre la importancia de la teoría y de la práctica, sobre, qué, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas y otras instituciones de educación superior de la Republica Mexicana y del resto de los países en desarrollo.

PERCEPCIÓN REAL

Pero la educación superior está sometida a grandes inercias y a condicionantes que la hacen poco receptiva ante los cambios externos. No es un secreto que la educación superior en México- y Tamaulipas no fue la excepción, en particular de las escuelas y las licenciaturas de comunicación, y que no excluye a nuestro ámbito, en particular a la licenciatura de ciencias de la comunicación del centro universitario Tampico-Madero, que tradicionalmente ha tratado de cumplir en las asignaturas básicas de teoría y práctica, pero enfocando la actividad educativa en la preparación de jóvenes para los medios, originalmente la prensa, posteriormente la Radio y ,con dificultades, la Televisión.

Durante el ciclo fundacional de las instituciones de formación de comunicólogos se vivió un proceso crítico, como explica Javier Estenieou Madrid en su trabajo sobre Mattelart que denuncia en el párrafo titulado “las escuelas de comunicación y el ciclo de la frivolidad”,

“ Es una realidad que al final del siglo XX el común denominador de las estructuras de conocimiento que se reproducen en las escuelas de comunicación mexicanas y latinoamericanas, responden a reacciones de coyuntura, a modas intelectuales o a las frivolidades culturales que ha introducido el glamour de la modernidad; y no corresponden a un sólido trabajo de revisión y reflexión sobre la evolución del pensamiento latinoamericano en el campo de la comunicación que permita generar una síntesis sobre la herencia conceptual que han aportado las concepciones críticas, y con ello, rescatar muchos elementos de conocimiento altamente valiosos para resolver los actuales conflictos comunicativos de nuestra región.” Estenieou.

Esa ausencia de flexibilidad contrasta con la innovación tecnológica que se plantea con la introducción de la computadora como medio universal. Y la revolución de la era digital, que toma a la educación superior desprevenida.

No nos extrañe que se discuta sobre la necesidad de formar comunicadores preparados para afrontar nuevos retos y oportunidades y, en definitiva, comprender su mundo desde una perspectiva cambiante y global.

Pero lo que es un hecho generalizado es que el ecosistema comunicativo, como afirma Mariano Cebrián, sí está cambiando: ello lo demuestran múltiples fenómenos que indican que nos encontramos ante una época de cambios intensos y continuos en los modos de producir, distribuir y consumir información; y también resulta fácil reconocer que esta actividad comunicativa se encuentra dentro de los factores que dan forma a la sociedad del siglo XXI. Ya Delia Crovi, destacada investigadora mexicana, nos previenes sobre todo a los latinoamericanos, de los futuros retos de la enseñanza de las ciencias de la comunicación: “Tenemos también enormes desafíos desde la formación de los comunicadores y comunicólogos, ya que no sólo se ha ampliado el rango de aplicación de las habilidades y conocimiento que se reciben en la formación profesional, sino que al ser la información uno de los rasgos sustantivos de las sociedades actuales, estamos en el ojo del huracán.” (Delia Crovi, 2004).

A partir de estas sencillas palabras podemos reflexionar e identificar los retos a los que nos hemos referido reiteradamente, ampliación del rango y coyuntura de actualidad, llamaríamos a las tareas que tendremos que considerar en el debate del diseño curricular de los nuevos comunicadores y comunicólogos del siglo (XXI) y de su nuevo perfil profesional

Por lo tanto, va a constituir un reto fundamental decidir qué teoría enseñar, cómo seleccionar las propuestas existentes, y cómo construir una curricula de las áreas que tratan el conocimiento en comunicación, para que los individuos se encuentren orientados, y sean a la vez capaces de buscar nuevas respuestas a nuevos problemas. En ese contexto, qué mejor educación que una que sitúe al individuo ante el cambio, y que le capacite para adaptarse a las nuevas circunstancias de la era digital.

POSIBLE RUMBO

El papel del profesor:

Epper y Bates (2004: 7) destacan lo siguiente:

“Desde hace varias décadas los administradores universitarios han perseguido las promesas de la educación potenciada por la tecnología. En el transcurso de dicho propósito (principalmente, mejor enseñanza, mayor aprendizaje a menos costo), han superado grandes obstáculos en financiación y organización. Se han establecido redes, se han comprado ordenadores y se ha instalado software. Se han realizado enormes inversiones en infraestructura técnicas a escala universitaria y estatal. Pero continúa aún presente el mayor reto que presenta la incorporación de la tecnología en la enseñanza universitaria: el desarrollo y formación del profesorado”.

Coincidimos con Epper y Bates en la importancia del profesor. Por lo que concierne a las políticas y programas de mejoramiento del profesorado, deberán tener continuidad, pues las exigencias de la era digital amenazan con rebasar las capacidades del profesor tradicional.

La figura del mediador, del periodista especializado, del profesor orientador, del tutor personalizado se hará mucho más necesaria ahora que la velocidad de procesamiento de la información que corre por Internet, y las tecnologías de la imagen, facilitan un sistema de acceso del saber muy avanzado para los individuos que hayan podido acceder a su uso inteligente; la gran cantidad de información requerirá la figura del mediador en su aplicación en la educación, al convertirse Internet en el medio, hipermedio, del mundo desarrollado, pero se teme que también impulsará la demanda y la desigualdad social se acrecentará.

Es posible visualizar que la retribución de profesionales de la educación sea revalorizado en función del mercado en un escenario en el que las universidades estarán más cerca de la empresa que de los poderes públicos,- debido a que la tendencia neoliberal ha llegado a tocar las puertas de la institución universitaria,- es cada vez más viable.

Que se gestione, que las iniciativas escolares, universitarias estrictamente educacionales y sin ánimo de lucro obliguen a una actualización permanente de los educadores y profesionales del conocimiento. Y aprovechar las posibilidades culturales del ciberespacio, integrando a los docentes a los foros de discusión y a las comunidades de intereses que permite el Internet. Podrían ser más atractivos incluso si los incorporamos en el proceso de enseñanza aprendizaje hacer más eficaces las lecciones y los formatos de los libros actuales.

Que se identifique la actividad propia de tecnología digital como un elemento cultural importante para la comprensión del ser humano, que se sitúe adecuadamente la actividad tecnológica en la producción de comunicaciones en la que los medios son inherentes, e inevitables al proceso mismo, y que se estimule el análisis de otras obras, la critica de la propia, y la reflexión sobre el empleo de la tecnología digital en la comunicación. Todas estas acciones son prácticas del perfil deseable del profesor actual.

Comprender las posibilidades, limitaciones y servidumbres de los medios digitales y los efectos correspondientes sobre el operador inmediato, proporcionar al alumnado un conjunto de conocimientos técnicos que les permitan desarrollar sus propias habilidades y destrezas en el uso de los medios digitales de producción. Estimular la investigación en ciencias de la comunicación resulta fundamental a través de las propias facultades, que deben responder a las exigencias sociales en tiempos de cambio como resulta la era digital, además del compromiso tradicional de generar espacios para reflexión crítica. Pues la discusión sobre qué enseñar continua vigente y abierta.

Debemos explorar a nivel de investigación educativa, como lo afirma Caridad Garcia en La formación académica de comunicadores multimediáticos en México,

“un planteamiento que resignifique el avance tecnológico desde la dimensión cultural y social donde, repito, la comunicación juega un papel central. Desde esta perspectiva, el Internet se distingue como la nueva tecnología a analizar en este trabajo puesto que se considera como el sistema técnico por excelencia, edificado dentro de un espacio social dominante donde la comunicación no solo es técnica, sino interrelación, intermediación, interacción entre los agentes que construyen la vida social, cultural y política.”

Aquí algunos objetivos ante este reto que planteó la Organización Iberoamericana de la Juventud que aglutina organismos de Latinoamérica y Europa nos parecen muy válidos si se aplican en los programas académicos de no solo de la enseñanza de la comunicación, sino de la integración de las nuevas generaciones de jóvenes excluidos de la era digital, especialmente en los sectores de población con menos posibilidades, en el diseño de estrategias para facilitar el acceso a la información a los jóvenes con menos oportunidades. Se nos plantea a los formadores de comunicólogos, y jóvenes comunicadores en ciernes, algunos aspectos de la comunicación y las nuevas tecnologías, como vehículo de integración social.

• Analizar y valorar el papel de las nuevas tecnologías en los servicios de información juvenil como medio de inclusión y participación para jóvenes con menos oportunidades.

• Promover un protocolo común y/o un vademécum de herramientas que ofrecen las nuevas tecnologías como medios para lograr un fácil acceso a la información, en particular a los jóvenes con menos oportunidades.

Las posibilidades de comunicación-mundo que abre Internet no deben ser dejadas de lado por una simple actitud tecnófoba o de reduccionismo tecnocrático que no hace más que dejar pasar el uso de las tecnologías en frente de nuestras narices sin avizorar las posibilidades que nos deparan estas nuevas herramientas de comunicación.

Podemos partir del hecho que el Internet es un nuevo medio de comunicación con un lenguaje propio, de índole hipertextual e interactivo que está afectando la enseñanza de la comunicación y en consecuencia a cada uno de los actores que intervienen en la actividad docente. Los profesores, los estudiantes, los contenidos, las prácticas pedagógicas, el equipo tecnológico y la organización de la institución. (Decidir desde donde enfocar a la vez el profesor y los contenidos) que dependen de una misma persona.. El equipo tecnológico, el perfil de los estudiantes y la organización de la institución estarían fuera de nuestro alcance inmediato.

Por otro lado, los que estamos en enseñanza de la televisión, una de las áreas en la que más inciden las nuevas tecnologías de comunicación.

Las transformaciones reales sufridas por el medio televisivo en los últimos tiempos se pueden resumir en dos palabras: interactividad y convergencia. Pero estas transformaciones inciden en la mayoría de las herramientas del nuevo comunicólogo multimedia, herramientas en muchos casos inaccesibles para las instituciones, ya que para acceder a la era digital aún se percibe una brecha importante entre nuestros países en desarrollo y los dueños de la tecnología.

Mi experiencia personal en la asignatura de televisión y su redirección a productor, o comunicólogo multimedia, obedece a un golpe de timón, cuando en seguimiento de egresados, nos percatamos que estamos produciendo comunicólogos para los medios, pero, ¿qué sucede cuando los medios se saturan? Sencillamente nuestros egresados con aspiración legítima de desarrollarse profesionalmente en la televisión o en algún otro medio audiovisual, se veía limitado a la cada vez más escasa demanda de los medios y ellos no tenían preparación para desempeñarse como comunicólogos multimedia, por lo que decidimos agregar entre las asignaturas optativas productor de campo de materiales multimedia, para que, apropiándose de las nuevas tecnologías digitales de más bajo costo y acceso, optaran por no depender laboralmente de las grandes empresas de medios y realizaran sus propios productos audiovisuales independientes. ¿Por qué ahora y antes no? Bueno, pues por que actualmente la tecnología y las innovaciones recientes en los soportes para la producción de mensajes son cada vez más convergentes, accesibles, eficientes, y pequeños, sin menoscabo en la calidad de los productos comunicacionales que se pueden realizar a nivel experimental y fomentar el desarrollo de novedosas alternativas con medios también alternativos.

Actualmente la unión de dos medios, como la televisión e Internet, con sus respectivos mundos, es uno de los logros cuyo desarrollo se está llevando a cabo con mayor tenacidad. La posibilidad de interactuar en lo que ocurre en el monitor de la TV, o navegar en la red en nuestro televisor, es uno de los objetivos que quitan el sueño a los expertos en el mundo digital. La filosofía de Internet pasa a la televisión y la nueva era se distingue por la confluencia de los medios en la red o por la adopción de su planteamiento en relación con los usuarios. Los enfoques de la televisión como medio masivo en nuestros programas de estudios varían de una televisión hacia un público pasivo hacia un espectador-usuario activo, por lo que tenemos que considerar cambios sustanciales, no solo en la interacción a la que nos referimos, sino a la revolución digital que ha permitido que una gran cantidad de medios convergen con la televisión tradicional , convirtiéndola en “ La nueva Televisión”.

Consideraciones finales

En el análisis inicial a currículos de 88 escuelas de comunicación en México, donde se pretende observar el nivel de adaptación-adecuación de las prácticas educativas al paradigma informacional, realizado por la Mtra. Caridad García, destacamos los puntos de sus investigaciones.

“En términos generales se observó que la mayoría de los planes de estudio no terminan de asimilar a la era del conocimiento donde la lógica del capitalismo se centra en la producción cultural como forma económica dominante, donde el mayor y diverso acceso a experiencias y recursos culturales retroalimentan nuestra existencia psicológica, aspecto considerado igual de importante como mantener la propiedad. En esta sociedad la preocupación principal ya no se centra en la producción de bienes como principal actividad económica y el medio para alcanzar el éxito.

Otra conclusión que engloba a los planes de estudios de la carrera, es que limitan el uso de nuevas tecnologías al empleo general de la computadora y, en algunos casos, a la aplicación digital en la producción radiofónica, televisiva y, en el mejor de los casos, cinematográfica. Sin embargo, el internet no se aplica ni se analiza, más que como un tema cualquiera, desde el punto de vista teórico, y como simple fuente de información, desde el punto de vista práctico.

Aún en los temarios teóricos donde se reflexiona sobre el Internet, en la mayoría de los casos no se piensa en él como el medio a través del cual cada vez más trabajos físicos y mentales, tanto en trabajos repetitivos como aquellos de alta complejidad conceptual se realizarán a través de una máquina inteligente online, independientemente de que algunos, los más pesimistas, consideren que el Internet no será significativamente importante en la vida social.

Por otro lado, están las instituciones —las menos— que sí han fomentado el uso de la tecnología y que incluso la consideran fundamental en la formación de sus estudiantes de comunicación para desempeñarse como comunicadores multimediáticos “sin embargo, el problema que han enfrentado y que se ve claramente reflejado en sus planes de estudio, es considerar a la tecnología valiosa en sí misma, sin ningún tipo de reflexión ética al respecto. Piensan en el medio por encima del objetivo para el cual sirve, sin tomar en cuenta que la tecnología no es neutra y que a lo largo de la historia de la humanidad ha servido a determinados fines y grupos socio-económicos” (García Caridad, 2004).

Estas investigaciones nos invitan a realizar un trabajo de revisión y reflexión sobre la evolución del pensamiento latinoamericano en el campo de la comunicación que permita generar una síntesis sobre la herencia conceptual que han aportado las concepciones críticas, y con ello, rescatar muchos elementos de conocimiento altamente valiosos para resolver los actuales conflictos comunicativos de nuestra región que deberán ser el eje del debate sobre el nuevo modelo de la enseñanza de las ciencias de la comunicación. Como sabemos la misión de las universidades (enseñanza, investigación y difusión) se articula adecuadamente con los niveles de la comunicación y con el propósito de los medios masivos. Esta articulación fue clara desde los inicios del desarrollo de las industrias culturales, en las que las instituciones educativas van ocupando paulatinamente un lugar. Además, como ya mencioné, los procesos de comunicación en el aula han sido y son objeto de estudio, en tanto que algunas áreas de conocimiento se dieron a la tarea de difundir hallazgos de investigación a través de los medios.

Que existan políticas públicas, como lo decía atinadamente la doctora Crovi, “que respondan más ligadas a los valores de la ética que al modelo de libre mercado”. Y que el nuevo perfil profesional del comunicólogo responda a un perfil multimedia polivalente y convergente como lo recomendaba el Dr. Xose Ramón Pousa, otro de nuestros distinguidos invitados al Primer Congreso de Comunicación “La era digital”, Tampico 2006.

Retomemos pues la discusión y el debate para diseñar la currícula que responda a las especificidades culturales, idiomáticas, de idiosincrasia, de nuestra región.

Bibliografía:

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Conferencia inaugural correspondiente al curso 1998/1999

Crovi Druetta, Delia: Desafíos en el campo del conocimiento y la información. Revista Mexicana de la Comunicación2004

Organización iberoamericana de la juventud.

Epper Rhonda y Bates A. W. (2004): Enseñar al profesorado como usar la tecnología, Barcelona.

Esteinou Madrid, Javier: “El olvido de Armand Mattelart”, Academia de Comunicación Mexicana” en La escuelas de comunicacion y el ciclo de la frivolidad”

García Hernández, Caridad: La formación académica de comunicadores multimediáticos en México 2004, Sala de Prensa, año V, vol. 2.

Karam Tanius El cuarto modelo de la enseñanza en las ciencias de la comunicación. Pestano Rodríguez, Jose Manuel: Comunicadores para la generación multimedia ARMC, No 90 Dic de 2004.

Sosa Leonardo, Gabriel: POR UN PROYECTO ALTERNATIVO DE COMUNICACIÓN Jornadas Dedcom 2002.

Vilches, Lorenzo: La migración Digital, Gedisa, 2001.

T Badwin/ D Stevens/ Stenfield. Convrrgence.Sage: La enseñanza de la comunicación ante el ajuste cultural y tecnológico, 1996.

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