BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN: UNA MIRADA DESDE LA REALIDAD

Rosalinda Gámez Gastélum y Ana Imelda Coronel Cabanillas



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Un pasado sin investigar

Tradicionalmente en El Salvador, la prensa, en general, sirvió a los intereses de muy pocos. Hablar de investigación periodística prácticamente era un tema vedado. La situación política, social y militar que vivió el país, no permitías ni tan siquiera hablar sobre el tema. Algunos medios, por ejemplo, en la época del conflicto armado, sufrieron las consecuencias directas de profundizar en algunas investigaciones, que por la misma razón conflictiva eran temas delicados y porque sobre todo se protegían intereses particulares. Periódicos con la Crónica del Pueblo fueron virtualmente desmembrados hasta obligarles a cerrar. Otros más sufrieron atentados que, independientemente del sector que vinieran los ataques, simple y sencillamente no permitieron el desarrollo del periodismo investigativo.

A esto, y no menos importante, debe agregarse el hecho de la falta de profesionalización de los periodistas y los bajos salarios producto de esa carencia académica. Pero además, y por qué no decirlo, del aprovechamiento de los empresarios de medio para remunerar mal a aquellos que empíricamente se formaron en las salas de redacción y que de alguna manera eran fácilmente manejables a los intereses empresariales. Esto no sólo no permitió el desarrollo de un periodismo investigativo, sino que además contribuyó a fomentar la corrupción de periodistas que durante muchos años recibieron prebentas de funcionarios del estado o de intereses empresariales.

La nueva realidad

No cabe duda que le periodismo salvadoreño ha entrado a una nueva etapa. La guerra, si se quiere, obligó a una mayor profesionalización. Ahora el periodismo tiene más conciencia de su rol y está preparado académicamente mejor. Se están dando ya los primeros pasos de un periodismo investigativo. “En El Salvador la guerra tuvo al menos un resultado positivo, por cuanto la prensa comenzó a surgir como un cuerpo más cuestionante y profesional”. (Marylene Smeets)

Esos pasos han sido dados por los dos principales periódicos nacionales, La Prensa Gráfica y El Diario de Hoy, y están abriendo cierta brecha abordando algunos temas de interés que antes era difícil de investigar. Los principales temas relacionados con el combate de la corrupción muy poco se han tocado. Principalmente los casos judiciales han acaparado la investigación y algunos temas relacionados con la economía.

Esa brecha se abrió en 1994, dos años más tarde de la firma de los Acuerdos de Paz entre el Gobierno y la Ex Guerrilla, con la aparición del seminario Primer Plana. Por primera vez en el país se comenzaron a tocar temas que no gustaron a muchos, pero que sirvieron de inspiración a las nuevas generaciones de periodistas que se formaban en ese entonces en las aulas universitarias. “El semanario Primera Plana, pese a que se clausuró después de nueve meses, han ejercido influencias considerables sobre el periodismo en El Salvador. Fundado en 1994 por ex-guerrilleros, esta revista quiso establecer seriamente el periodismo “esculcafangos” en El Salvador. El corresponsal veterano Thomas Long, que fue asesor del proyecto dice: “Estabamos publicando reportajes que otros medios no publicaban en aquella época”. (Marylene Smeets)

A partir de aquí y, pese al cierre de Primera Plana, provocado por el ahogamiento económico de lo anunciantes que bloquearon sus pautas publicitarias al semanario, el periodismo salvadoreño comenzó a tomar otro rumbo. Los frutos se pueden ver hoy día en publicaciones como Vértice, de El Diario de Hoy y Enfoques, de La Prensa Gráfica.

Pero no todo es color de rosa. Al inicio de este articulo, he citado el texto de una caricatura que ilustra la conversación entre un director de un periódico y un reportero. La comparación es simple: el periodista puede investigar, pero siempre y cuando no se lesionen los intereses del medio. El principal problema radica allí, en el medio mismo, en su estructura y en su forma de concebir el ejercicio periodístico, no tanto en quieres ejercen directamente - es decir los reporteros - sino en quieres les dirigen.

Aún no se ha cambiado la mentalidad de que cuando se tocan los intereses comerciales del medio, la labor social del periodismo queda relegado a un segundo plano. Temas que menoscaben la integridad o imagen de una empresa que es potencialmente un cliente que deja muchos ingresos para el medio, son prácticamente intocables.

Hace unos dos años, en una capacidad de la Asociación de Periodistas Contra portada, que trataba el tema del periodismo de investigación, un colega de un noticiario de televisión narró el caso de un reportaje que hablaba sobre la contaminación que una empresa local estaba produciendo no sólo al medio ambiente, sino a quienes trabajaban en ella. Se habían documentado casos de perdonas que habían adquirido cierta enfermedad e inclusive de fallecimiento como producto de la contaminación. El noticiario anunció horas antes de la publicación del reportaje para su espacio de la noche. Sin embargo, en horas de la mañana los propietarios de esa empresa se presentaron, hablaron con el director y por la noche, después de haberlo publicitado grandemente, esté no se publicó. No hubo explicaciones, los televidentes quedaron burlados y las llamadas telefónicas para acusar al periodista de “vendido” no se hicieron esperar. El periodista quedó por los suelos.

Más allá de esto, los periodistas están tratando de involucrar a los problemas para que se tome realmente conciencia del papel de la prensa con la sociedad. Esto no es una tarea fácil no será algo que se logre de la noche a la mañana. Lo importante es que se sigan propiciando espacios de acercamiento entre periodistas y dirigentes. Entonces, el rol activo del periodista es fundamental para seguir abriendo esa brecha.

El director del periódico Co Latino, Francisco Elías Valencia, considera que si bien es cierto que en el país se ha comenzado a ejercer periodismo investigativo, hace falta desarrollar unos de sus principales componentes: la profundidad. Aunque se ha profundizado en el análisis de algunos temas, esto no quiere decir que la información lograda sea totalmente sustanciosa, pues en un país como El Salvador en el que aún predominan los intereses particulares, el acceso a las fuentes de información sigue siendo un problema de mucha consideración, sobre todo si estas se relacionan con los aparatos del estado. A esto debe agregarse la capacidad o sagacidad del periodista para recolectar la información.


 

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