BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


LA COLABORACIÓN EN PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN- DESARROLLO EN BIOINFORMÁTICA. DE LA DISPERSIÓN A LA INTEGRACIÓN

Delly Lien González Hernández y otros


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1.4. Redes y actores: Una aproximación conceptual

Desde los años 80 un grupo de sociólogos de ciencias y técnicas han empleado el término red desde diferentes enfoques (Callon, 1986; 1988; Law, 1984 citado por Latour, 1991). Una de las acepciones más difundidas de la noción red se ha evocado como actor-red. Los promotores del término han señalado que un objeto científico-técnico es el resultado de la mezcla de entidades humanas y naturales pero que actúa socialmente con las características de un actor situado entre dinámicas sociales y leyes naturales, gracias a las posibilidades instrumentadas de ambas.

La noción de red intenta la aprehensión de la estabilización, nunca definitiva y siempre en trabajo, de las relaciones entre humanos y objetos. La red es el resultado más o menos solidificado de procesos de traducción y de su inscripción en “cajas negras”; “la palabra indica que los recursos están todos concentrados en algunos lugares – los nudos – pero que estos nudos están ligados unos con otros por mallas; gracias a estas conexiones, algunos recursos dispersos se vuelven una red que parece extenderse por todas partes (Arellano, 1989)”. Son las redes sociotécnicas – asociando justamente recursos acomodados habitualmente bajo las etiquetas “sociales”, “económicas”, “científicas” o “técnicas” – las que han movilizado particularmente su atención (Callon, 1988).

Latour (1991) considera que se ha abusado de la noción de red y esto ha provocado algunos malentendidos. El primero, es considerar a la red únicamente como una red-técnica, como una red hidrológica, ferroviaria, telefónica, o informática. En efecto, existen algunas tecnologías que tienen el carácter de red, porque involucran a elementos distantes que pueden ponerse en circulación de acuerdo a ciertos puntos estratégicos, pero una red-técnica es solamente un final posible y un estado estabilizado de un sistema de elementos que no puede considerarse como una metáfora básica del actor-red, porque este puede carecer de todas las evidencias de un dispositivo social-técnico.

El segundo malentendido, es la utilización de la noción de red, como una relación de actores humanos individuales limitándose a su frecuencia, distribución, homogeneidad y proximidad, utilizando conceptos globales como instituciones, organizaciones, estados y naciones adicionándole al término red, una posición relativista y reducida de asociación.

Respecto a la noción de actor conducida por la teoría del actor-red, ha sido tratada erróneamente, pues según Latour, se ha utilizado en su sentido literal. Por ejemplo en la tradición anglosajona un actor es un humano individual e intencional y es referido a un comportamiento. Si unimos este significado con la noción de red, el malentendido es mayor, el actor-red es entendido como: Un humano individual (masculino) quien desea mostrar y extender su poder en una red de aliados haciendo redes de trabajo o enlazando actores (Latour, 1991).

El tercer malentendido es considerar a la red como un sinónimo de información, que es sinónimo de rapidez, de contacto inmediato sin intermediarios, de manera que la noción pierde la capacidad de designar el trabajo de los intermediarios, que es el punto que le interesa a la sociología latouriana.

El término red es valioso empleado en sentido metodológico (Arellano, 1998). En ese sentido, Latour muestra que las ventajas de la utilización de la noción de red están dadas por sus tres propiedades metodológicas:

1. Lejos/Cerca. La utilización de la noción de red, permite liberarse de la tiranía de la distancia o proximidad. Hay elementos cercanos, si son desconectados pueden resultar infinitamente remotos, y al contrario, hay elementos que pueden aparecer a una gran distancia pero que pueden ser atraídos. La dificultad que existe en definir todas las asociaciones en términos de redes, es debido a la prevalencia de la Geografía, por ello en lugar de pensar en términos de proximidad o de distancia, habría que referirse a la conectabilidad de los elementos.

2. Pequeña/Larga escala. La noción de red permite disolver la distinción de micro-macro con la que ha sido plagada la teoría social. Una red nunca es más grande que otra, es simplemente más larga o más intensamente conectada. Así la noción de red permite recobrar algunos márgenes de maniobra entre los ingredientes de la sociedad (espacio vertical, jerarquía estratos, macro-escala) sin tener que elegir entre un punto de vista local y global, sino más bien en una alta conexión.

3. Dentro/Fuera: La noción de red nos permite desaparecer a una tercera dimensión. Una superficie tiene dentro y fuera separada por un límite. Una red está limitada sin dentro y fuera, la única cuestión es que permite o no el establecimiento de una conexión estable entre dos elementos. La superficie en/entre redes es conectada -pero cuando la red está expandida- o no existe literalmente una red no tiene fuera. No es un antecedente sobre la base, no es una abertura sobre el suelo sólido, una red es una Noción positiva la cual no debe ser entendida negativamente, ella no tiene una sombra (Latour, 1999).

La teoría de la red de actores (Latour & Woolgar, 1986; Latour, 1999) muestra como la producción tecnocientífica esconde procesos de reducción de complejidad y de relaciones de poder que dificultan una reapropiación abierta de los productos tecnocientíficos por parte de la sociedad.

De acuerdo a esta teoría las comunidades tecnocognitivas están compuestas por seres humanos, aparatos, instituciones, redes electrónicas, publicaciones y un largo etcétera de mecanismos y agentes de tal modo que los seres humanos no pueden entenderse aisladamente como productores de conocimiento sino sólo insertos en una compleja red de referencias, artefactos e instituciones. Incluso el producto tecnocientífico de estas redes se reintroduce en la propia red convirtiéndose en un actor más.

Sin embargo para que la red sea productiva se requiere una reducción de la complejidad. En un proceso (que los autores antes mencionados denominan de translación) sub-redes del proceso son representadas por actantes que se convierten en cajas negras (black-box) para los otros componentes de la red. Estos actantes comprimen la complejidad de los procesos de la subred que los genera para poder ser re-introducidos con efectividad en los procesos de una red más amplia. De esta manera los black-box o actantes se convierten en entidades unificadas que son utilizadas por otros actores de la red o se convierten ellos mismos en actores.

Estas cajas negras no sólo esconden la complejidad producida sino el entramado de relaciones de poder y los discursos de la subred productora. Las cajas negras pueden tener la forma de herramientas (artefactos materiales), organizaciones (cuando están representadas por un ser humano) o conceptos clave (cuando son el resultado de un proceso cognitivo).

La noción actor-red permitió a muchos investigadores obtener una libertad de maniobra frente a la absurda separación entre los datos técnicos y los sociales. Con la noción de actor-red se dio una libertad a los investigadores de ciencias y técnicas igual de la que disfrutaban científicos e ingenieros. He aquí el aporte, pero esto es aporte de método (Arellano, 1998).

En consonancia con lo antes expuesto y atendiendo a la necesidades y exigencias de esta investigación, los autores han definido como red, a los efectos de este trabajo, al entramado compuesto, tanto por seres humanos, como artefactos, instituciones, organizaciones, redes telemáticas, publicaciones, conceptos claves y una larga relación de componentes y agentes diversos con intereses comunes y que no necesitan estar física o geográficamente próximos para interrelacionarse sino solo ser conectados o conectables en función de un propósito común. Asimismo el término red presupone la circulación de información y conocimientos necesarios para materializar tal propósito, cualquiera sea la naturaleza o el carácter de estos.

Vinculado al concepto red está el de actor que en el marco de esta investigación se define como aquel componente de la red que (humano o no) juega un papel significativo en su funcionalidad y por ende en la consecución de su propósito final.

En opinión de los autores de esta investigación, las cuestiones recién abordadas en relación a la teoría del actor-red y los criterios de Latour, Callon y demás autores, tienen particular importancia por el valor metodológico que poseen para el estudio social de la Bioinformática, dado el carácter interdisciplinario y por ende colaborativo que (ya se ha subrayado) posee esta novel especialidad.

Especialmente valiosos resultan estos conceptos para analizar la experiencia cubana en este sentido, pues esta se ha desarrollado mediante una amplia red formada por instituciones, centros, tecnologías, y profesionales de distintos perfiles científicos e investigativos, que integraron esfuerzos bajo el interés común de fomentar el avance de la Bioinformática en el país.


 

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