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EL PROCESO DE SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES EN AMÉRICA LATINA:
EL CASO DE MÉXICO, 1940-1980

Ana Luisa González Arévalo


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CONCLUSIONES.

1. Los economistas neoclásicos consideran que durante el periodo sustitutivo de importaciones en los países latinoamericanos, la intervención del aparato estatal en el área de la producción industrial solamente fue capaz de lograr el montaje de plantas ineficientes y de subsidiar a empresarios rentistas, que carecieron de la capacidad de competir en los mercados internacionales.

Otros autores, (CEPAL, 1996) difieren de la opinión de la literatura ortodoxa. Ellos afirman que el proceso sustitutivo desencadenó la creación y difusión de un gran número de instituciones de crucial importancia para el desarrollo del capitalismo. La expansión industrial indujo a la gradual aparición y consolidación de una sofisticada cultura, así como a un vasto arsenal de capacidades tecnológicas internas. Junto con ampliarse la producción manufacturera muchas firmas industriales y ramas completas de actividad fueron generando un acervo importante de tecnologías lo que les permitió su productividad laboral y su competitividad internacional, acortando la distancia que separaba de la frontera tecnológica internacional y ganando participación en los distintos mercados mundiales.

2. Los primeros años de la posguerra singularizaron una fase rápida de expansión de la economía latinoamericana, se recupera la actividad industrial, después del periodo de limitaciones en el acceso a bienes de capital y financiamiento externo que implicó el conflicto bélico.

3. El grado de industrialización en América Latina en los años 50’s se define por el aumento de la producción de bienes de consumo duradero, también se desarrollan las ramas de consumo no duradero. En el proceso de industrialización, dentro del marco de la sustitución de importaciones, los elementos que estuvieron presentes en esta política fueron la población y la distribución del ingreso. Por ello observamos que la política industrializadora incorporó a una parte de la población elevando sus ingresos, sin embargo, a América Latina no le fue posble tener la capacidad de integrar todos los beneficios creados por el sector secundario, no es llevada a cabo a todos los habitantes de la región, porque el crecimiento de la población activa no es asimilado por el proceso productivo.

4. Las dos décadas comprendidas entre los primeros años de los 50’s hasta inicio de los 70’s, pueden ser examinados como la edad de oro del modelo de desarrollo basado en la sustitución de importaciones. No obstante en el decenio de 1960 la evolución industrial empieza a dar muestras de debilitamiento, cuyas manifestaciones fueron la elevada protección que amparó el crecimiento de este sector secundario. Este proteccionismo permitió una reproducción indiscriminada pero a escala pequeña de los consorcios de los países avanzados. La industrialización trunca en sus componentes de bienes de capital, y sus núcleos económicos líderes ajenos a las condiciones locales.

La política de industrializar consistía en fomentar la inversión privada pero a la vez reducida lográndose así la importación de bienes de capital. Se pretendía dar estímulos a la producción de bienes de consumo no duradero en primer lugar y, posteriormente, los duraderos e intermedios, sacrificándose el desarrollo local de la maquinaria y equipo.

5. A mediados de los 70’s varios países latinoamericanos presentaron una fuerte desaceleración del ritmo de crecimiento del PIB global y del industrial, planteándose la necesidad de profundizar o reformular sus estrategias. En este marco la industrialización en esta zona geográfica del planeta llegó a su etapa de agotamiento del modelo. Sus oportunidades para producir en la región, las mercancías que se importaban habían terminado. Había sido sobre estimada esta política después de sus primeros éxitos, la industria estaba conformada por empresas que trabajaban con costos elevados. La condición de la balanza de pagos era la de estar muy deteriorada, porque el equipo tecnológico y las refacciones para llevar a cabo el proceso productivo se tenían que importar. Estas unidades con frecuencia resultaron se ramas o plantas subsidiarias de empresas extranjeras, por tanto se fomentó un nuevo tipo de dependencia para América Latina. Así el modelo de la ISI llega a su fin después de haber transcurrido un cierto tiempo, en el cual solamente fueron aprovechadas las oportunidades “fáciles” de sustituir la importación de mercancías.

6. Al presentarse un menor dinamismo que condujo al agotamiento del modelo sustitutivo se añadieron importantes schocks externos. Por consiguiente las dos crisis del petróleo en los años 70’s marcaron el comienzo de grandes turbulencias macroeconómicas de la región que se acentuaron en los 80’s con la crisis de la deuda, la caída de las relaciones de precios de intercambio y el alza de las tasas de interés internacionales. La naturaleza distorsionada y trunca del patrón industrial en estos países, es el factor explicativo del carácter estructural del déficit comercial externo y del creciente endeudamiento con el exterior, al contribuir a elevar los coeficientes de importación, la fuerte liquidez internacional que favoreció la expansión de la deuda externa e incrementó las importaciones, al llegar a su término el esquema de industrialización. La inestabilidad del sector vinculado al exterior, frenó el volumen de la formación de capital, la conformación de un proceso normal de planificación y ocasionó el fracaso de muchos intentos de racionalización del comercio exterior. Estos desajustes tienen su expresión en los desequilibrios de la balanza de pagos.

7. El desarrollo de la industria en los principales países de la región de finales de los años 70’s presenta un avance en términos relativos en las industrias procesadoras de recursos naturales, de manera paralela se presenta una reducción de ramas de bienes de capital y bienes de consumo durable. La composición del valor agregado en el 74’ ponía en evidencia un esquema de especialización basado en las ramas del complejo metal mecánico (éste incluye un conjunto de sectores que producen vehículos automotores, bienes de capital y bienes de consumo duradero, equipos para la agricultura, etc,). Son empresas que realizaban uso intensivo de ingeniería de diseño, mano de obra calificada para efectuar el proceso productivo.

En los países más avanzados tecnológicamente, como Argentina y Brasil presentaban alrededor de un tercio del valor de la producción industrial, en cambio Chile, México y Perú, la industria no había alcanzado este nivel de complejidad las ramas metal mecánicas creaban aproximadamente la quinta del valor agregado manufacturero.

En muchos casos se partió de una capacidad tecnológica interna muy débil, muchas empresas de tipo familiar se lograron expandir, por la copia que realizaron de mercancías extranjeras anticuadas, se abastecieron con piezas y partes construidas por ellas mismas. De forma paralela acumularon la experiencia de la ingeniería y la destreza tecnológica, que fueron complementando con la solución gradual de su maquinaria y equipo.

Este modelo de organización industrial era muy endeble complicaba la capacidad de competencia de largo plazo; por la inexistencia de plantas inadecuadas, alto grado de integración vertical, montajes artesanales de las industrias productivas o talleres fabriles, escasa información tecnológica de las empresas locales. Este fenómeno resulta muy claro, cuando a nivel mundial se generan procesos productivos y mercancías vinculadas, el comando numérico, la informática, y los principios de la manufactura flexible llegaron a Latinoamérica con varios años de retraso. Este retardo de las empresas metal mecánicas de América Latina fue en aumento hacia una posición muy difícil de competencia. Esta situación refleja que a pesar de que muchas empresas y sectores lograron importantes aumentos de la productividad y acumularon conocimientos tecnológicos, en la fase de industrialización sustitutiva de importaciones, no lograron cerrar la distancia o brecha que los separa de la frontera tecnológica internacional.

Esta grieta se redujo en el periodo más exitoso de la industrialización los años 60’s y la primera mitad de los 70’s; sin embargo, comenzó a ampliarse de nuevo cuando la frontera de la tecnología se desplazó hacia productos y procesos controlados numéricamente. Estas circunstancia se detecta en los sectores metal mecánicos con mucha difusión a nivel mundial, con la nueva generación de productos y procesos más sofisticados desde fines de los años 70’s. En naciones como Argentina, Brasil, México o Colombia avanzaron en el proceso de industrialización mediante subsidios fiscales en la expansión y profundización de los sectores que procesan recursos naturales. Así aparecen nuevas plantas fabriles que tienen como propio el uso intensivo de capital y la utilización de tecnologías avanzadas tanto en la industria petroquímica, como en la producción de aluminio, celulosa, papel, acero, aceites vegetales, etc. Sin embargo, este proceso en su conjunto no logró consolidar de manera firme la producción de bienes de capital, es decir, fue conformada una estructura industrial muy rezagada con respecto a los estándares internacionales de los países industrializados de complejos tecnológico altamente sofisticados.

8. México como parte de América Latina se encontró inmerso dentro de esta política económica denominada de sustitución de importaciones. En nuestro país, la primera etapa de este programa económico a seguir, se inicia, a principios de la década de 1940, la nación no tiene la capacidad de producir bienes de capital. El sector industrial mexicano estaba conformado por la producción de artículos de consumo, o sea, fueron fabricadas las mercancías de carácter fácil y no complejo, no se producía maquinaria ésta se importaba del exterior.

Hacia 1950, la industria estuvo orientada hacia la fabricación de productos intermedios y tiene comienzo los intentos de construir y diseñar bienes de capital. México había logrado que los sectores básicos se expandieran, sin embargo, como el de maquinaria era aún incipiente, no resultaban satisfechas las necesidades de la demanda interna de medios de producción por ello la compra de tecnología y equipo fuera de nuestro territorio era muy elevada.

En la segunda etapa, a finales de los años 60’s se agotó el modelo de acumulación cuya base había sido el proceso de sustitución fácil de importaciones. Lo cual trajo consigo un desequilibrio en la balanza comercial implicando una elevación del endeudamiento con otras naciones.

El papel del aparato estatal fue el de utilizar una serie de mecanismos para favorecer la industrialización, entre ellos encontramos política de gastos, inversiones de infraestructura, estrategias tributarias de subsidio, recepción de recursos provenientes del exterior en grandes volúmenes, estímulos al financiamiento mediante préstamos, contención salarial y protección del mercado. Esta situación condujo a que el gobierno tuviera déficit presupuestal cada vez mayor, obligándolo a recurrir a endeudarse para su financiamiento. El hecho de contraer deudas llevó a que la tasa de crecimiento de importación fuera mayor que la de exportación provocando elevado déficit en la balanza comercial.

El capital extranjero dentro de este contexto de la política sustitutiva de importaciones fue que a través de las ET controlara parte importante de los recursos financieros, conformando poderosos consorcios con capacidad de decisión sobre la política económica a seguir en las ramas industriales. Estos conglomerados, si bien es cierto, por un lado favorecieron el desenvolvimiento del sector industrial, acumularon la producción de bienes de capital de consumo duradero, fomentaron las exportaciones, por otro lado, contribuyeron al incremento de la importación de bienes.

9. Por lo anteriormente expuesto, el aparato productivo industrial no tuvo la capacidad de fabricar bienes de capital, no dio lugar a un aumento paralelo en la demanda que cubriera las necesidades de la industria, el crecimiento de esta actividad se intentó mantener con base a exportaciones manufactureras, sin tener un resultado positivo. En este mismo sentido, el modelo de sustituir la importación de artículos de consumo no duradero no logró consolidarse en el diseño interno de bienes intermedios y de capital.

10. La tercera fase de esta política de ISI se ubica a finales de los años 70’s, se caracterizó porque los objetivos de las etapas anteriores a ella no habían sido cumplidos. Este proceso económico llevado a cabo empezó a agotarse por fallas estructurales, la industria no permitió impulsar la elaboración de artículos de consumo que se tradujera en crecientes exportaciones, ni alcanzó a producir bienes de capital con niveles que tuvieran la posibilidad de hacer descender el stock de importaciones, acentuándose el problema de la balanza de pagos y el país tuvo que recurrir constantemente al endeudamiento con el exterior.

De lo anteriormente descrito podemos concluir que el proceso de sustitución de importaciones en América Latina y en particular en México no alcanzó sus principales objetivos y por lo tanto no logró conformar una industria independiente y articulada con tendencia hacia su consolidación que tuviese como expresión la fabricación de bienes capital y artículos intermedios sin tener que recurrir a graves desequilibrios en la balanza de pagos.


 

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