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EL PROCESO DE SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES EN AMÉRICA LATINA:
EL CASO DE MÉXICO, 1940-1980

Ana Luisa González Arévalo


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CAPÍTULO 2. LA PRIMERA FASE DEL PROCESO DE SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES DE MÉXICO.

La situación económica que prevalecía en el país durante la crisis del 29’, por un lado era la de presentar un sector exportador tradicional, conformado por artículos producidos en el sector agropecuario y en la industria extractiva y, por otro, existía cierto desarrollo del aparato productivo industrial. En los años 30’s la economía mexicana tenía una gran dependencia de los monopolios, fundamentalmente de los norteamericanos. El papel de la burguesía era el de contribuir al incremento del capital extranjero, dentro de este contexto se conforma el atraso de la estructura socio-económica de la PEA (Población Económicamente Activa. En ésta dos terceras partes se dedicaban a la agricultura y el resto se distribuía en la industria, comercio y servicios. El proceso de industrialización se inicia en forma incipiente bajo el marco de la expansión del sistema capitalista a nivel mundial. En estos años el sector industrial avanza con la creación de una infraestructura, la financiación del mercado y el control sobre la clase trabajadora.

Se producen varios cambios en la estructura del proletariado, en la industria de transformación aparecen numerosos grupos de obreros fabriles. La producción es significativa, concentraban a casi la mitad de los obreros, no obstante, la mayor parte de los establecimientos censados en 1930 eran pequeños talleres artesanales.

Las bases del desarrollo industrial, llevaron a cabo una serie de medidas económicas importantes, además de la creación de una infraestructura básica y la apertura del mercado interno. Así, (Perzabal, 1981) consideraba que la reforma cardenista (1934-1940), y la reforma agraria, fueron un proceso de creación de un sector de la economía mediante la nacionalización del petróleo, el transporte e industrias varias, la creación de los bancos de financiamiento (NAFINSA), la organización de las centrales obreras y campesinas, la participación creciente del estado en la economía mediante un Plan sexenal, y una serie de medidas de fomento industrial.

A principios de la década de 1940, el país inicia un periodo fácil de sustitución de importaciones. En la industria se conforma un aparato productivo típico de las economías dependientes y subordinadas, porque el país no tenía la capacidad de producir bienes de capital mediante el proteccionismo industrial. La nación obtiene una gran cantidad de divisas durante los dos primeros años del régimen del presidente de la México, Alemán, esta situación obedece a dos factores fundamentales: 1) Estados Unidos quería dominar los mercados latinoamericanos, cuando finalizó el conflicto bélico, por ello la burguesía mexicana exigió mayores medidas proteccionistas con el fin de evitar la importación de mercancías; y 2) las exportaciones de bienes que había venido realizando el país durante la Segunda Guerra Mundial.

Años más tarde continuaba la política proteccionista, sin embargo se realizaba la importación de todo tipo de mercancías. El descenso de las exportaciones mexicanas en un 28%, (ver cuadro 1 y cuadro 2) fue producto de que al terminar la guerra mundial, hubo una disminución de la utilización de materias primas utilizadas para la construcción de armamento en la conflagración bélica por parte de Estados Unidos. Al finalizar la reconstrucción en Europa, la economía mexicana se fue al caos, cuya expresión fueron las devaluaciones del 47’ y el 48’. Posteriormente, de nuevo, la Guerra de Corea, significó para México un estímulo en el crecimiento en la industria al expandirse el mercado interno a través de la compra por parte del exterior de los sectores que fabricaban material bélico y demandaban grandes cantidades de plomo, zinc, algodón, azufre, etc.

En términos generales, durante los años 40’s se detecta un desarrollo acelerado en la industria de transformación, producto del aumento del precio de materias primas en el mercado internacional durante la Segunda Guerra Mundial; la disminución de la inversión extranjera y de mercancías manufacturadas importadas fueron los factores que favorecieron la expansión de este sector en el país, ocasionando la aparición de nuevas ramas y la consolidación de las ya existentes. México presenta una transformación, (Vizgunova, 1980) se convierte de país agrario atrasado en agrario industrial. La nación necesitaba una propagación de industrias básicas par avanzar hacia la producción de bienes intermedios y de capital, para lo cual era necesario la modernización de este sector, sin embargo, la industria se enfrentaba a formas atrasadas de financiamiento y a un decaimiento grave del mercado.

A partir de la década de los 50’s este sector va adquiriendo cada vez más importancia en la generación del PIB. Por ende, este rubro (Perzabal, 1981) comparte con el comercio y los servicios, la posición predominante en la generación del PIB, este sector se ha transformado en el más importante dentro del funcionamiento de la economía. (Ver cuadro 3).

En esta década las ramas industriales en orden de importancia por su contribución al PIB fueron las siguientes: 1) textil algodonera, lanas, fibras sintéticas y confección de ropa, 2) molienda de harina, 3) cerveza, 4) envases y preservación de alimentos, 5) aceite vegetal, 6) azúcar, 7) hierro y acero, 8) cemento, 9) vidrio, 10) fabricación de calzado, 11) jabones, 12 ) cigarros, 13) cerillos, 14) caucho, 15) papel, 16) producción de alcohol. (Ver cuadro 4).

En el segundo sector ( bienes de capital) en la contribución al PIB destacan: 1) fabricación y reparación de productos metálicos, 2 ) construcción y reparación de maquinaria, 3) fabricación de aparatos, accesorios y artículos eléctricos, 4) construcción y reparación de equipo y material de transporte, 5) construcción de vehículos y automóviles.

Como podemos detectar, la estructura del sector industrial estaba conformada de manera fundamental por el sector II, producción de bienes de consumo, es decir, el proceso de sustitución de importaciones fue de carácter fácil y no complejo, no se fabricaban bienes de capital, la maquinaria se importaba del exterior.

Al finalizar la Guerra de Corea, el país se enfrentó pronto a una serie de obstáculos que impedían el crecimiento en la economía. Las exportaciones cayeron drásticamente, culminando con la devaluación del peso de 1954.

Las crisis norteamericanas de los años 1951 y 1957-58, tuvieron profundas repercusiones en nuestro país, cuyas manifestaciones más importantes fueron el descenso de las exportaciones, desempleo de mano de obra y estrechez en el mercado interno. Evidentemente, se hacía más evidente que el desarrollo independiente no se había alcanzado. En este sentido, (Martínez, 1974) la industria posee un carácter subordinado en tanto que el sistema capitalista mundial sólo le permitió desarrollarse con respecto a su mercado interno a través – de una fuerte política proteccionista-, la situación de competencia del mercado internacional ha sido otras de las causas de que, dado el bajo nivel de eficacia de la industria nacional protegida no haya podido desarrollarse hacia fuera.

En nuestro país el proceso de industrialización comprendido en los años 50’s hasta mediados de los 60’s, (Solís, 1971) estuvo orientado hacia la producción de bienes intermedios y de capital, aumentando la dependencia económica de la nación hacia el exterior. En este decenio al interior del sector industrial la manufactura incrementa su tasa de crecimiento al 8.6%, producto de la elevada elasticidad en el ingreso de la demanda de estos bienes y el estímulo recibido por el proceso de sustitución de importaciones. Las ramas industriales se desenvolvieron conforme a su situación específica; el sector minero estuvo en función de las oscilaciones de los precios internacionales, y los impuestos para la exportación de sus productos; el petróleo se vio impulsado por el aparato estatal para fortalecer la infraestructura productiva.

El crecimiento vertiginoso de la industria manufacturera estuvo influido por el desarrollo de la actividad siderúrgica, la fabricación de productos metálicos y químicos, no obstante, la producción de textiles, ropa y calzado sus tasas de crecimiento fueron semejantes a las del sector agropecuario; este panorama conformó la posición de la industria.

A pesar de, los intentos de modernización del aparato productivo, sistema financiero, mercantil y administrativo se encontraban con grandes obstáculos, porque continuaba un gran peso de las importaciones, la debilidad del mercado interno y la falta de capital para una intensificación de la explotación capitalista. Esta década se caracteriza por un desarrollo económico precario e irregular, como resultado de suficiencia productiva y la situación en el exterior que estaba presente.

Dentro de este marco considero que en estos años en el interior de la industria de transformación se afianzan las ramas productoras de bienes de subsistencia y tienen se inicia el desarrollo de las industrias metal-básicas y las de construcción de maquinaria, o sea, se culminó de este modo el proceso de industrialización mediante la sustitución fácil de importaciones. En este sentido,

(González, 1973) el crecimiento del sector I a lo largo de los años 50’s no fue capaz de consolidar una estructura de la producción en la que su acumulación interna de esta rubro pudiera ser el elemento determinante debido a la creciente penetración, prácticamente sin ningún tipo de control por parte del estado con respecto al capital extranjero, que desarrolló las manufacturas ligeras en base a una importación creciente de parte, componentes, maquinaria y equipo, en consecuencia, el crecimiento de los medios de producción se llevó a cabo en las ramas dirigidas a la obtención de materias primas o energéticas, productos que pueden ser utilizados por Sectores I y II y casi no sucedió en aquellas ramas que en lo fundamental orientaron su producción a la elaboración de medios de producción, por ejemplo, la construcción de maquinaria y equipo. Así los acervos de capital en la estructura industrial presentaban el siguiente panorama: (Perzabal, 1981)

Ante esta situación el sector industrial ha tenido las tasas de crecimiento más elevadas desde 1950, así como también hemos detectado su importancia relativa dentro del producto total, destacando que lo fundamental no fue la fabricación de bienes de capital, sino de bienes de consumo.

Otro factor que ha estado presente en el desarrollo de esta actividad económica es la importancia del aparato estatal durante estos años al ser la columna vertebral en la economía del país, proporcionó la infraestructura necesaria para la reproducción del capital. En aquel tiempo utilizó diversos métodos de apoyo a la industria, los más importantes fueron: 1) asignación de recursos, 2) política impositiva y 3) reformas comerciales.

1) Asignación de recursos se ha llevado a cabo a través de la canalización de recursos crediticios a empresas industriales y la creación de las bases indispensables para el desenvolvimiento de los grupos empresariales. Se otorgan créditos internos y externos a través de Nacional Financiera, En particular se apuntaló a la producción básica, como la extracción de petróleo, hierro, acero, y algunas manufacturas, como productos químicos, fertilizantes, equipos de transporte y algunos bienes de consumo.

2) La política impositiva consistió principalmente en exenciones de impuestos sobre la renta, la importación, los ingresos mercantiles y de exportación.

3) Las reformas comerciales consistieron fundamentalmente en la modificación de aranceles, precios oficiales de las mercancías para la exportación y licencias para la importación.


 

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