BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


DINERO - LA AUTODESTRUCCIÓN DEL SER HUMANO

Antonio Morales Berruecos y Edmundo Galindo González



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• Secuestro

Dentro de la gran lista de actos corruptos inventados por los hombres para extorsionar a sus semejantes, figura por sus propios méritos El “Secuestro”; palabra que conlleva miedo en su máxima expresión. Por dinero, primero roban de una familia a una persona inocente, segundo la esconden o secuestran, para tercero, venderla a su propia familia quien la compra mediante el pago de dinero o rescate. Una operación sencilla, que alcanza insospechadas complejidades, grandes sufrimientos, y posiblemente la muerte; todo ello escudado con una criminal premeditación, alevosía, ventaja y terrible cobardía al superar el delincuente a su victima.

“El miedo te consume y te va dejando solo”

Etimológicamente hablando, la palabra secuestro tiene su origen en el vocablo latino secuestrare, que significa “apoderarse de una persona para exigir rescate, o encerrar a una persona ilegalmente”. En la antigüedad se conoció con la denominación de “plagio” término que se refiere a una “red de pescar”

El secuestro constituye una violación a los derechos humanos, que atenta contra la libertad, integridad y tranquilidad de las familias víctimas del delito. Por lo tanto, el secuestro no solo afecta a la víctima sino a la familia en general; ya que éstos son sometidos a lo que los psicólogos, conocen como el proceso de la “muerte suspendida”, que es la angustia que caracteriza el secuestro, y que se suma a lo que los juristas llaman la pérdida de la libertad.

El enfoque del secuestro desde la perspectiva psicológica tiene un valor de denuncia de la violación de la integridad de los afectados. Muestra que el secuestro no se reduce a la mera pérdida arbitraria de la libertad por un sector de la sociedad civil, o un resultado más de la lucha política que vive el país; sino que es uno de los componentes preponderantes de la guerra. Este enfoque resalta la parte psicológica del enfrentamiento armado, mostrando que el secuestro produce terror en los secuestrados y en quienes lo rodean; desorienta y tiende a provocar inacción y un sentimiento de impotencia en la población civil.

El secuestro de extorsión; es el que arrebata, sustrae, retiene o oculta a una persona, con el propósito de exigir por su libertad algún provecho, o cualquier utilidad, o para que se haga u omita algo, o con fines publicitarios o de carácter político.

Dentro del secuestro de extorsión, en varios países de Latinoamérica, se viene presentando tanto el Secuestro Express como el secuestro Virtual.

Las diferentes modalidades del secuestro de extorsión, son las siguientes:

Económico: Este es ocasionado por resentimientos sociales o producto del secuestro y la extorsión. Esta modalidad es la más usual no requiere ni le conviene la publicidad y sus autores permanecen en el anonimato o se identifican con otras organizaciones. Emplean el dinero recolectado en el desarrollo de planes terroristas, planeación de otros secuestros, adquisición de material de guerra y para usufructo personal.

Político: Busca principalmente chantajear al gobierno para presionar causas perdidas, especialmente en los grupos subversivos y narcotraficantes.

Antecedentes:

A pesar de que se piensa que el secuestro es una modalidad de delito, o mejor, un producto de la época moderna; dicho acto tiene vigencia desde los tiempos primitivos cuando, según la tradición, hubo casos innumerables de secuestros de príncipes, princesas, héroes etc. No solamente con el propósito de obtener beneficios y recompensas en especie y dinero, sino también para fijar condiciones de guerra.

En la antigüedad, el secuestro era una forma normal de sometimiento o comercio de personas, pues la superioridad era dada por las artes bélicas, y quien vencía tenía el derecho de tomar para sí el territorio conquistado, además de las personas derrotadas.

Por las múltiples guerras entre los pueblos, se empezó a comerciar con las personas libres caídas en cautiverio. Así nació la esclavitud. Los fenicios plagiaban a doncellas y mancebos griegos y exigían por ellos un rescate, o los enviaban a Delos, una isla del Egeo, centro internacional de este tipo de negocio.

En esta época ocurre el famoso rapto de la bella Helena, realizado por París, el cual provocó la guerra de Troya. Ambos huyen y Menelao, el esposo burlado, viaja con su ejército para obligar a su mujer a que retorne a su lado. Esta histórica confrontación, que duró más de doce años, es el eje de la Iliada, una de las obras poéticas de Homero.

En el mundo romano se practicaba el crimen plagium, que consistía en el rapto de esclavos para apropiarse de estos. El secuestro era utilizado por el imperio para derrotar a sus enemigos, pues capturaba a las principales personas de un reino para cobrar rescate por ellas.

Es famoso lo ocurrido al joven Julio César, quien fue secuestrado en una isla del mediterráneo. Cuando el futuro cónsul romano se enteró de la suma exigida por sus plagiarios-veinte talentos-, esta le pareció poca, dada la posición que él tenia, y la hizo ascender a cincuenta, advirtiendo que cuando quedara en libertad los crucificaría a todos. Cuando le entregaron a los cabecillas, decidió decapitarlos.

Los judíos, por su parte, vivieron muy de cerca el secuestro, especialmente el de José, hijo de Jacob, quien fue vendido por sus hermanos a los egipcios, simplemente por ser el hijo preferido del Gran Patriarca. Sin embargo, mucho tiempo después, con el advenimiento de Moisés, el pueblo elegido pudo ser liberado de su esclavitud.

En la Edad Media, especialmente en Alemania, el secuestro era considerado un robo y se castigaba como tal. Durante las cruzadas, Ricardo Corazón de León, uno de los generales cristianos, fue retenido, no precisamente por los moros, sino por un aliado suyo, el Duque, quien le puso precio a su libertad.

Ya en los siglos XVI y XVII era muy frecuente, en el Mediterráneo, la captura de cristianos por piratas moros o mahometanos, quienes para liberarlos exigían siempre un rescate. También surgieron órdenes religiosas que ayudaban a recolectar el dinero. Miguel de Cervantes Saavedra, autor del famoso Don Quijote, estuvo cautivo bastante tiempo, luego de ser tomado como prisionero de guerra en la famosa batalla de Lepanto.

En la Inglaterra del siglo XVIII aparecieron los press-gangs, bandas de secuestradores que operaban a favor del ejército y la marina, que obligaban a los hombres a alistarse en las filas de los regimientos británicos. En la China del siglo pasado era muy frecuente el shanghaien o secuestro de personas a quienes drogaban para obligarlas a subir a barcos especializados en comercio y tráfico de esclavos.

El Zar Nicolás II fue secuestrado y asesinado, junto con toda su familia, el 16 de Julio de 1918, en Rusia.

El 5 de Septiembre de 1972, el grupo Septiembre Negro, un comando terrorista árabe, ingresa en la ciudad olímpica de Munich e invade los departamentos ocupados por los miembros de la delegación de Israel. Muchos atletas consiguen escapar, pero el entrenador del equipo de lucha, Moshe Winberg, y el pesista romano son asesinados al oponerse al asalto. Los terroristas retienen a otros nueve israelíes como rehenes y dan a conocer su exigencia: la liberación de 250 palestinos presos en cárceles israelíes y el transporte de guerrilleros y rehenes a una cárcel árabe. El gobierno de Israel anuncia que no cederá al chantaje. Tres helicópteros despegan de la villa olímpica hacia el aeródromo militar de Fuerstenfeldbruck, transportando a los terroristas, a los rehenes y a los oficiales alemanes. Los pilotos están constantemente encañonados por un hombre de Septiembre Negro. Cuando los helicópteros aterrizan, las pistas del aeropuerto son iluminadas súbitamente con bengalas y suenan disparos. Dos de los tres terroristas caen bajo las certeras balas disparadas por los policías alemanes. El comando vuelve entonces sus metralletas contra los rehenes y los asesina en el acto. La policía mata a cinco terroristas, y otros tres son detenidos. Por su parte, el Comité Olímpico Internacional decide que, a pesar de los cruentos acontecimientos, los juegos deben seguir, después de las ceremonias fúnebres.

En marzo de 1990, secuestradores libaneses dejaron en libertad al periodista británico John McCarthy, a quien mantuvieron cautivo durante más de cinco años. McCarthy llegó a Damasco (Siria) pocas horas después de haber sido entregado a funcionarios sirios en el Líbano por la Jihad Islámica (Guerra Santa), un grupo pro Iraní.

Cabe anotar que en Norteamérica cada estado tiene su propia ley antisecuestro. En Nueva York el secuestro es considerado de primer grado cuando los ejecutores del delito toman a la víctima por más de 12 horas, cuando la víctima muere en cautiverio o cuando un tercero es obligado a pagar rescate. Para todas estas situaciones hay cadena perpetua y pena de muerte.

Podría afirmarse que el secuestro tuvo sus inicios en Estados Unidos durante el siglo XVII, cuando los ingleses tomaron a los americanos y los llevaron como esclavos.

La primera pena de muerte fue impuesta a Arthur Gooch, quien cometió un asalto callejero y tuvo como rehenes a varios policías.

Un hecho que sin duda conmovió a los Estados Unidos y al mundo entero fue el secuestro en Mayo de 1932 del niño Charles Augustus Lindbergh, hijo de Charles Lindbergh, el famoso aviador que sobrevoló el Atlántico desde los Estados Unidos hasta Europa.

El secuestrador fue identificado como Bruno Haupman, quien raptó al niño por una ventana de la casa, seis semanas después, el cuerpo del menor fue hallado en una sepultura ubicada a 4 millas de la residencia de la familia Lindbergh. El secuestrador fue condenado tres años después del secuestro y asesinato del menor. La policía logró detenerlo solo hasta 1934, hallando en su casa parte de lo que había recibido por la liberación del niño Lindbergh (15 mil dólares), las autoridades se basaron para su captura en pruebas grafológicas al encontrar algunos escritos en la residencia del secuestrador con las notas enviadas a la familia del menor durante el cautiverio. Finalmente Haupman fue condenado a la silla eléctrica, pero no por el acto del secuestro que en el estado de Nueva Jersey era de muy escasa ocurrencia, sino por el asesinato del menor; a raíz de este caso surgió la ley Lindbergh para caso de secuestro. Pero en 1968 la Corte Suprema declaró inconstitucional la pena de muerte aplicada a los casos de la ley Lindbergh por violar los derechos del acusado. El tribunal dictaminó que sólo se aplicaría la máxima pena siempre que el acusado acepte ir a juicio sin declararse culpable.

Lastimosamente a Italia y a Colombia se les compara por sus condiciones de violencia, claro está que para Italia el problema de las mafias y los gángsteres y las guerras entre familias y la época de las brigadas rojas ya está en el pasado, es por eso que instituciones que ayer fueron patrimonio de los Italianos, hoy se han querido implantar en Colombia, es por eso el caso de la justicia sin rostro como una forma de proteger la vida de las autoridades judiciales, fáciles presas de la delincuencia organizada y es que fue Italia quien ostentaba un record maldito, hasta 1987 era el país donde más se secuestraba, pero a partir de 1988 los papeles se voltearon ; triste campeonato mundial el que ha obtenido Colombia, mientras en Italia disminuían los secuestros, en Colombia se han venido incrementando en forma impresionante hasta llegar a ser en la actualidad el más grave problema para el gobierno.

Las cifras de ocurrencia de secuestros va en ascenso a partir de 1988, producto del auge de la guerra del narcotráfico, luego el crecimiento de la delincuencia común y la utilización del secuestro por la guerrilla como una forma de comienzo en lucha política y luego como mecanismo de financiación.

En Colombia entre los años 1997 al 2003 ocurrieron un total de 17,756 secuestros, 2959 por año u 8 secuestros diarios.

Volviendo al caso Italiano, cabe relatar como en ése país se implantó en el año 1991 una legislación especial para combatir el delito del secuestro, es el conocido decreto ley de 15 de Enero de 1991, se trata sobre la incautación de bienes de la persona secuestrada, de su cónyuge, parientes y afines, se puede llegar a la incautación de los bienes de otras personas siempre y cuando el Ministerio Público considere que con esos bienes se puede pagar rescate .A quien pague o facilite el pago de un rescate se le castiga con pena privativa de la libertad; por otro lado quien estipule contratos de seguros para sí o para terceros, cuyo objeto sea la cobertura del riesgo del secuestro con fines de extorsión es castigado con pena privativa de la libertad.

El 16 de Marzo de 1978 es asesinado luego de ser secuestrado el dirigente de la Democracia Cristiana Italiana Aldo Moro, en el momento de su plagio mueren cinco de sus guardaespaldas, el móvil es eminentemente político, fue realizado por el grupo de extrema izquierda Brigadas Rojas, a cambio de la liberación del señor Moro se exigía la libertad de 13 integrantes de las brigadas, ente ellos Renato Curcio, quienes eran procesados en Turín.

No sirvió de nada la mediación efectuada por el papa Paulo VI, pues el señor Moro fue asesinado y su cuerpo hallado dentro del automóvil Renault 4, el día 9 de Mayo de 1978.

El 15 de Julio de 1973, Paul Getty III, nieto del millonario del petróleo Jean Paul Getty, considerado durante mucho tiempo el hombre más rico del planeta, fue secuestrado en Roma. Doce días después, sus captores hicieron llegar a los padres de la víctima una petición de rescate de 10 millones de libras esterlinas.

Pero, el excéntrico abuelo del secuestrado hizo saber que no estaba dispuesto a pagar ni un céntimo para conseguir la liberación de su nieto. Cuando el magnate del petróleo Paul Getty murió en 1976 toda su inmensa fortuna fue a parar al museo Malibú, de nada valieron las impugnaciones hechas por sus hijos y herederos, la voluntad del excéntrico anciano se mantuvo y los dólares fueron para el arte.

En Italia, país considerado hasta 1990 la meca del secuestro, fue secuestrada, en Julio de 1975 la joven Cristina Mazzoti, de 18 años; la familia pagó un rescate de dos millones de dólares, pero sus captores la asesinaron.

Otro país donde el secuestro se esta popularizando es México pues este numero de ilícitos va en aumento constante, al grado de que las autoridades pretenden al igual que en Italia, congelar todos los depósitos de la victima y parientes cercanos para evitar en lo posible que esto siga ocurriendo.

En España el 18 de Enero de 1972 fue secuestrado por la organización terrorista ETA el industrial vasco Lorenzo Zabala. El plagio se produjo durante los conflictos laborales de la empresa Precicontrol, de la cual era el director, tras el despido de 200 trabajadores. ETA secuestró a Zabala y exigió la reincorporación inmediata de los despedidos para darle la libertad. Tras cuatro días de gestiones, la empresa llegó a un acuerdo con los trabajadores y readmitió a los despedidos. Finalmente, el 22 de Enero, Zabala apareció en la carretera que conduce de Ochandiano a Urquiola.

En Venezuela también van en aumento los secuestros, si bien no son comparables a Colombia Italia y México.

Consideraciones finales.

Al igual que en otro tipo de transacción para los secuestradores la víctima no es más que una valiosa mercancía que deben cuidar muy bien. Este objeto, que a diferencia de cualquier otro mercado, posee una particularidad: tiene un solo vendedor, en este caso el secuestrador, y un solo comprador, la familia.

Cuando se discute sobre la cuantía exigida, surgen discrepancias familiares. Los hombres son dados a tomar decisiones de carácter racional, a pesar que, bajo este tipo de presión, no se puede vender todo y quedar en la ruina. Las mujeres, por el contrario, piensan que no es posible negociar la vida de una persona querida en la familia. A juicio de ellas, el mejor camino es vender todo y recuperar la persona plagiada.

El terror manejado como materia prima por los secuestradores ocasiona comportamientos enervantes, que impiden que la familia sea abierta, guardándose mucha información importante. La familia piensa con el corazón, los delincuentes con el bolsillo y por lo mismo no posee objetividad. Se les da facultades a los secuestradores que no tienen, como aquellas que le atribuyen acerca de mantener controladas las mínimas actividades de la familia (omnipresencia) comportándose a capricho de los secuestradores.

Los problemas en las negociaciones como se ve claramente, están centrados en las familias, que por el hecho de no creer que les pueda suceder un caso tal, nunca se han preparado ni saben con certeza a quien acudir.

La infinidad de formas de negociación que impone los secuestradores desde un comienzo, son aceptadas sin reparo por las familias, facilitándoles sus objetivos, y con ello impulsando por demás la comisión de nuevos delitos. El mismo desconocimiento sobre el proceso de un secuestro y su negociación, que desafortunadamente es muy común, incluye la indiferencia de muchas autoridades y personas, que no lo consideran de importancia.

Por lo general no existe en la sociedad la suficiente solidaridad y preocupación sobre la problemática que encierra la comisión de este delito. No se entiende que con la vida física y moral no se puede alcanzar logros políticos o financieros de ningún tipo. Todo lo expuesto nos conduce a enfatizar la necesidad de profesionalizar y dejar siempre en manos experimentadas el aspecto de la negociación.

Cabe señalar que con el tiempo, el secuestro ha evolucionado hacia una industria sofisticada y muy tecnológica. Las organizaciones delictivas en Colombia se han ido especializando en la ejecución del secuestro desarrollándolo como una actividad económica, que requiere de una cierta especialización por las características que conlleva.

Los agentes secuestradores en Colombia desarrollan una organización racional, en función de obtener un fin determinado, por lo tanto, es posible designar a estas organizaciones delictivas como “empresas”.

La forma en que se desarrollan las actividades delictivas varía según el tipo de organización. El nivel de “profesionalismo” de las “empresas” del secuestro se puede medir por el grado de diferenciación y especialización de las actividades en las que puede descomponerse la realización de secuestros. En un extremo están las agrupaciones más complejas, como son los grupos guerrilleros, en los que, por ejemplo, las personas que realizan las labores de inteligencia, no necesariamente participan en la acción de captura y éstos a su vez no son los mismos que trabajan en las labores de vigilancia durante la retención del secuestrado. En estas organizaciones, cada parte tiene un alto nivel de especialización.

Por otra parte, están los grupos en los que la división del trabajo es menos elaborada. Las responsabilidades y la vinculación de todos es más o menos la misma.

Hoy en día, la delincuencia se actualiza. Actualmente está operando otra forma de secuestrar, que consiste en vender a la víctima.

A usted lo secuestran, pero como no cuentan con la infraestructura o los contactos para llevar a cabo el rescate, recurren a subastarlo al mejor postor dentro del medio de la delincuencia organizada, a quienes les proporcionarán todo tipo de información sobre el individuo, para que fijen el rescate, y como tienen todos los medios, pueden manejar la situación como mejor les parezca. El trato puede ser directo o a comisión de las utilidades.

Conclusión:

El premio Novel de literatura Gabriel García Márquez no podía dejar de captar con la maestría que le caracteriza un secuestro en Colombia, su patria “Noticia de un Secuestro” que impacta por su realismo y crudeza.

Se preguntará el escritor, ¿cuando Colombia se verá libre de éste delito? Y junto con esa bella tierra todo el mundo que lo padece desde siempre, se hace la misma pregunta.

Vislumbramos que su segura desaparición ocurrirá cuando se extinga el móvil de éste terrible flagelo: el Dinero y otros más.


 

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