PROGRESO Y BIENESTAR

PROGRESO Y BIENESTAR

Hugo Salinas

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C. LOS PROCESOS DE TRABAJO Y EL CRECIMIENTO ECONÓMICO

Comencemos por intentar una definición de la actividad económica. Esto nos permitirá identificar sus elementos y la evolución de cada uno de ellos en el tiempo.

a. ¿Cómo definir a la actividad económica?

Henri Laborit señala lo siguiente: “se puede pensar que, en un principio, [la actividad económica] se realizó esencialmente, por un lado, para mejor protegerse de la agresividad de su hábitat y, por otro lado, para mejor satisfacer sus necesidades fundamentales.” “Pero, continúa, [estos objetivos] son en realidad bastante primarios porque son ordenados por las pulsiones hipotalámicas las más primitivas como el hambre, la sed, el acoplamiento, y la necesidad de asegurar su protección contra las intemperies a través del vestido y de su morada.” “El hipotálamo es la región la más primitiva del cerebro, la más anciana, en donde son programados de una manera innata los comportamientos indispensables para la supervivencia, aquellos que aseguran directamente la homeostasis.”

El crecimiento de la población con un número grande de nuevas necesidades hace que la actividad económica sea actualmente mucho más compleja. Ante tal espectro, al parecer, los recursos resultan ser escasos, motivo por el cual los economistas optan por la definición clásica de las ciencias económicas.

“A menudo se ha definido la ciencia económica como el estudio de la asignación óptima de los recursos escasos. Los términos 'óptimo' y 'escaso', dicen Carl P. Simon y Lawrence Blume, evocan de una manera más o menos explícita la existencia de un problema de optimización.” ¿Cuáles son esencialmente esos problemas que merecen un procedimiento de optimización? Simon y Blume explicitan la respuesta: “el consumo de las familias [...] y la producción de las empresas.” .

Una definición de las ciencias económicas que solamente considera un aspecto de la actividad económica: la creación de riquezas. Señalemos que Pascal Combemale hace referencia al hecho de que “Lord Robbins ha pasado a la posteridad por haber definido, en 1932, la economía como 'la ciencia que estudia el comportamiento humano en tanto que relación entre los fines y los medios escasos a utilización alternativa'.”

La profesora Denise Flouzat esgrime los mismos argumentos: la ciencia económica “analiza los actos que tienden a reducir la tensión que existe entre las necesidades ilimitadas y los medios limitados […]. Esas necesidades son la razón y el objetivo de la actividad económica; son los móviles y los fines.” “Son los actos de la producción (outputs) que permiten crear los bienes y servicios […]. De esta forma, la producción aparece como el esfuerzo esencial de ajuste, de adaptación entre los medios y los fines. Ella se efectúa a partir de los recursos económicos o factores de producción (inputs).”

“Lo económico ha sido definido desde Platón a A. Smith como la riqueza material de las sociedades. Esta definición apunta a estructuras del mundo real, y K. Polanyi lo llama por esta razón ‘sustantiva’. […] La definición ‘sustantiva’ de lo económico señala un ‘proceso instituido de interacción entre el hombre y su medio ambiente que termina por proveer de una manera continua los medios materiales para satisfacer las necesidades’. […] A lo expuesto, se ha querido mirar en la economía solamente uno de sus aspectos. El que […] combina los medios escasos para alcanzar en la mejor forma un objetivo.”

La producción no necesariamente garantiza la satisfacción de las necesidades. Por su intermedio, el trabajador crea bienes y servicios. De ahí a concluir que esa producción servirá a satisfacer necesidades hay una brecha muy grande a superar. Porque, ella puede quedarse en el almacén de la fábrica, en el almacén del agente distribuidor o, incluso, servir únicamente para satisfacer las necesidades de algunos. Lo que olvidamos muy a menudo es que la “satisfacción de necesidades” no proviene de la producción sino de la repartición de las riquezas creadas.

b. Los dos elementos de toda actividad económica

“Como lo decía Bachelard, 'es necesario primeramente comprender para cuantificar y no cuantificar para comprender' nos recuerda Alain Lipietz.” Es igualmente la experiencia que nos transmite el profesor, Premio Nobel de economía, Friedrich Hayek: “la superstición corriente consistente en que solamente lo cuantificable puede ser importante ha sido la causa de la desorientación de economistas y del mundo en general.”

Es el camino que hemos tomado en nuestro trabajo de investigación, el cual nos ha conducido a determinar, a diferencia de los economistas clásicos y neoclásicos, que una actividad económica está compuesta de dos elementos.

Antecedentes de este nuevo enfoque ya lo encontramos, con sus propias particularidades, entre otros, en los trabajos de John Stuart Mill como lo comenta Maurice Godelier. “En sus propias palabras, John Stuart Mill dio a su libro 'un tono general por el cual es distinguido de todas sus previas exposiciones sobre Economía Política'. Este consistía 'principalmente en efectuar la correcta distinción entre las leyes de la producción y los de la riqueza (las cuales eran las leyes reales de la naturaleza, dependiendo de las propiedades de los objetos), y de los modos de su Repartición, los cuales, sujeto a ciertas condiciones, dependen de la voluntad humana' […]. Dicho de otra manera, consideraba a la Repartición como siendo el resultado de instituciones sociales cambiantes – siendo 'institucional' e históricamente relativo – pero de ninguna manera 'natural' o universal.”

En efecto, ellos son los dos elementos de todo acto económico. La repartición, proveniente de una decisión económica tomada por la sociedad y, la creación de bienes y servicios como resultado de un proceso de trabajo. Se presentan siempre en conjunto porque la decisión económica se manifiesta a través de los elementos del proceso de trabajo. No obstante, cada uno de ellos tiene su propia dinámica y su propio punto de partida. “Recordemos sin embargo que las fuerzas productivas y las relaciones de producción, aunque distintos, no existen jamás en forma separada sino siempre combinados […]. Las diversas formas específicas de estas combinaciones constituyen tantas formas materiales y sociales de la producción o de los modos de producción,” nos dice Maurice Godelier utilizando sus categorías marxistas.

c. Los procesos de trabajo y la creación de excedentes económicos

A través de todos los procesos de trabajo se crean bienes y servicios. Pero, con el primer proceso de trabajo la humanidad dio inicio a la creación y acumulación de excedentes económicos, en sus diferentes formas, de los que ahora somos los beneficiarios.

“La acumulación de capital, nos dice Celso Furtado, se origina del hecho corriente de que cualquier colectividad, aun las que están en los niveles más bajos de división del trabajo, es capaz de crear un excedente, es decir, producir más allá de lo necesario para la supervivencia de sus miembros.” En nuestro caso, definiremos por “excedente económico” al conjunto de bienes, producidos o recolectados, “más allá de lo necesario para la supervivencia” de los trabajadores. Este es el caso del primer excedente económico.

i. La mano desnuda y el primer excedente económico

“El inicio de la historia comienza desde que el hombre produce una parte de sus medios de producción,” afirma Maurice Godelier. Sin embargo, rápidamente debe abrir una duda en su expresión diciendo que “la característica específica del hombre es su capacidad de producir de medios de producción. Una fase de pura recolección y sin la ayuda de ninguna herramienta sería solamente un hecho excepcional.” Indudablemente que es difícil aceptar la existencia de una primera forma de trabajo en donde el ser humano se ha valido únicamente de su cuerpo (o de su mano desnuda) para recolectar los bienes que le permitan supervivir.

Pierre Chanu admite su incredulidad diciendo que el proceso de trabajo a mano desnuda fue probablemente de “una distancia, el espesor de un tiempo que tenemos bastante dificultad a imaginarlo.” No obstante, aunque de una manera indirecta, Karl Marx admite la existencia del proceso de trabajo a mano desnuda: “no existe producción posible sin una herramienta aunque fuera la mano. No existe producción posible sin trabajo pasado, acumulado, aunque ese trabajo sea la habilidad que el ejercicio repetido ha acumulado y concentrado en las manos del hombre primitivo.”

De igual manera, Maurice Godelier apoyándose en una frase de Marx, escrita en Formaciones económicas precapitalistas, concluye diciendo que “hay circunstancias en donde se puede tomar lo que se encuentra disponible [en la naturaleza] sin ninguna herramienta, sin transformación […] pero desaparecen muy rápido y no se les debe considerar en ninguna parte como normales.”

En efecto, una de las características esenciales del resultado económico del proceso de trabajo a mano desnuda es su volatilidad. Los bienes recolectados duran el tiempo que se requiere para consumirlos. Por lo general en este período, las técnicas de conservación de los bienes alimenticios son primarias o inexistentes, lo cual redunda en su volatilidad.

La canasta de alimentación es utilizada en la supervivencia de los trabajadores y en la del resto del grupo social (recién nacidos, jóvenes, ancianos, enfermos, etc.).

En realidad, de una manera inconsciente, pero útil y necesaria, los trabajadores generan cotidianamente un excedente que permite la supervivencia del resto del grupo, sin el cual no podría existir reproducción ni de la actividad económica ni del grupo social. Cierto, es un excedente volátil, imposible de acumulación, pero sumamente importante para el desarrollo y bienestar del grupo social. Esta es la característica del primer excedente económico que el ser humano ha podido generar.

“Se admite corrientemente, dice Marshall Sahlins, que la vida en el paleolítico fue dura; nuestros libros se esfuerzan de perpetuar un sentimiento de fatalidad amenazante, a tal punto que nos preguntamos no solamente cómo los cazadores hacían para vivir, ¡si a ello se le puede llamar vivir! En esos textos vemos al cazador acosado, a lo largo de las páginas, por el espectro de la hambruna. Su incompetencia técnica, digamos, le conduce a sufrir sin descanso para obtener apenas algo para no morirse de hambre, sin que le sea otorgado ni aliento, ni excedente, menos aún un descanso que le permita ‘fabricar la cultura’.”

Pero ésta, no es la opinión de Marshall Sahlins, profesor en antropología, quien anota lo siguiente: “Afirmar que los cazadores viven en la abundancia, es negar que la condición humana es una tragedia concertada y el hombre, un condenado que sufre a perpetuidad en una eterna tensión entre sus necesidades ilimitadas y sus medios insuficientes.”

Esta apreciación es apoyada por el relato de George Grey: “‘El indígena […] sabe exactamente lo que él produce, cuando llega la estación de cada cosa, y cómo obtenerlos lo más cómodamente posible. Es en función de estas diversas circunstancias que él determina el momento en el que se dirigirá a los diferentes lugares de caza. Debo decir que yo he encontrado abundancia de alimentación en sus chozas.’ (Grey, 1841, vol. II, pp. 259-262)”

El primer excedente económico no es insignificante. Su magnitud se encuentra en directa relación con el volumen de la población.

ii. Las herramientas, una segunda forma de excedente económico

“Contrariamente a otros animales sociales, los hombres no se contentan de vivir en sociedad, ellos producen de la sociedad para vivir; en el transcurso de su existencia, inventan nuevas maneras de pensar y de actuar sobre ellos mismos como sobre la naturaleza que les rodea,” precisa Godelier. Es así cómo se configura en el tiempo otra manera de trabajar mucha más eficiente que la primera: el proceso de trabajo con herramientas.

“De una manera general, la herramienta es una extensión artificial del individuo, destinada no simplemente a ser utilizada en tanto que tal, sino también en tanto que apéndice del cuerpo del trabajador, con lo cual se incrementa su eficiencia mecánica,” precisa Marshall Sahlins.

Existe una frase célebre de Marx que es oportuno citarla: “La herramienta creada por el hombre exprime una ‘ingeniosidad consciente’ (un proceso simbólico), en cambio la herramienta producida por el insecto, un proceso fisiológico heredado (el instinto). ‘El peor arquitecto se distingue de la mejor de las abejas en que él edifica su estructura en la imaginación antes de construirla en la realidad’.”

Sin embargo, de una manera general, “las herramientas de base están acabadas de tal manera que cada persona puede manipularlas de manera autónoma, […] son rústicas, 'hechas en casa', y por consiguiente suficientemente simples – de la misma manera que el resto de técnicas – para ser accesibles a todos.”

En el caso de las herramientas, ya no es un excedente volátil. Tiene la característica de un stock, pero cuya acumulación se encuentra limitada por su naturaleza de servir como extensor del brazo del trabajador. De donde se infiere que su cantidad no puede ser superior a un múltiple racional de la cantidad de trabajadores.

Es importante hacer notar de cómo las características de cada proceso de trabajo condicionan las alternativas de la vida en sociedad. “En su libro From Stone to Steel, M. Salisbury describe las condiciones y los efectos de la sustitución del hacha de piedra por el hacha de acero en los Siane de Nueva Guinea. El ha podido cuantificar el hecho de que las actividades de subsistencia que tomaban 80% del tiempo de trabajo de los hombres equipados de hacha de piedra, tomarán en adelante solamente 50% con el hacha de acero. El tiempo ‘ganado’ fue destinado por los Siane no a multiplicar sus medios materiales de subsistencia, sino a multiplicar las actividades extra económicas, como las fiestas, las guerras, los viajes. Esta elección entre diferentes usos de su tiempo expresa la jerarquía de valores que los Siane atribuyen a sus diversas actividades.”

iii. La tierra cultivable, tercera forma de excedente económico

El grupo social, aguijoneado por la dependencia absoluta con respecto al centro de alimentación y, en el transcurso de miles de años de observación y contacto permanente con la naturaleza, descubre los dos procesos naturales de producción. “Por supuesto que el proceso de sedentarización de las poblaciones humanas, nos dice Maurice Godelier, no comenzó con la agricultura. Algunas sociedades de pescadores-cazadores-recolectores se habían asentado en los sitios en donde la naturaleza acumulaba periódicamente cantidades excepcionales de recursos en pescado, mariscos, etc.”

Sin embargo, es a través del manejo de los dos procesos naturales de producción que el grupo social produce lo que fundamentalmente necesita en alimentos. Actualmente subsisten aún los restos de “la agricultura en monte quemado (chamicera) de origen neolítico, cuya práctica es corriente en la selva tropical. Es una técnica utilizada para desbrozar y poner en cultivo una parcela llena de vegetación. Primero se tala los árboles, al hacha o al machete, luego se le deja secar en el mismo lugar, para en seguida quemarlo.” Ese mismo terreno puede ser desbrozado nuevamente y sometido a otro ciclo de cultivo y de descanso. El período de descanso de la parcela es generalmente igual a varias veces el tiempo que se le ha cultivado. De donde se deduce que, para conservar su fertilidad, los agricultores deben siempre guardar en reserva una superficie de terreno superior en varias veces a aquella que ellos tienen en cultivo en un período dado.”

Las transformaciones que conlleva esta nueva forma de trabajar es resumido por Michel Beaud de la manera siguiente: “la aventura había sido larga. Después de una evolución de varias centenas de miles de años, tuvo lugar, entre los ocho mil y cuatro mil antes de nuestra era, un conjunto de cambios significativos, principalmente con la agricultura, la ganadería, la construcción de casas y de conjuntos habitacionales; una especialización por tipos de actividad. Y, entre los cuatro y tres mil años, los cambios se manifiestan a través de los cultivos agrícolas, el tejido, la rueda; luego la carreta, el barco a velas, la irrigación, la escritura, las matemáticas, la astrología, el calendario, la medicina, y el trabajo con los metales. En el correr del tercer y segundo milenio antes de nuestra era, se desarrollan las primeras grandes civilizaciones: en Mesopotamia, Egipto, y en los territorios actuales de la China, India y Grecia.”

Los dos procesos naturales de producción han dado nacimiento a una nueva forma de excedente económico y, han creado las condiciones para el nacimiento de una forma extensiva de acumulación. La tierra cultivable permite acumular por extensión hasta los confines del planeta. He ahí su fuerza en el desarrollo de la economía y en el crecimiento de la población. En tanto que producción extensiva requiere ingentes cantidades, por un lado, de superficies de áreas cultivables y, por otro lado, de mano de obra. El mundo es prácticamente descubierto en su globalidad.

iv. Las máquinas o la acumulación intensiva de capital material

El proceso artificial de producción es capaz de crear “n” bienes. Cada bien es el resultado de la aplicación de una creación, invención, descubrimiento o innovación. Para que esta aplicación pueda desarrollarse, es necesario que se conciba igualmente el procedimiento de fabricación completo de ese bien. Esta nueva forma de trabajar es así un generador de procedimientos de trabajo, tantos como la inteligencia humana es capaz de crear, en el límite de los recursos materiales que la naturaleza provee. Al mismo tiempo, es un integrador de procedimientos de trabajo. En efecto, un bien generado por esta forma de trabajar es el resultado de una serie de componentes (partes de un bien final). Cada uno de estos componentes es igualmente el resultado de un procedimiento artificial de producción.

Todos estos bienes están destinados al mercado. Marshall Sahlins lo resume de esta manera: “Déme aquello que necesito y tendrá aquello que usted necesita.” Con ello se da nacimiento a la “mano invisible” de Adam Smith. La red de intercambios es el camino natural de este tipo de bienes. Y, en cierto modo, están obligados a dar “el salto peligroso”, a decir de Alain Lipietz, si tienen la intención de proseguir el viaje hasta el consumidor final. Ese punto crucial entre la oferta y la demanda se resuelve por intermedio de la validación social del bien en cuestión.

Un proceso de trabajo que, por intermedio de los intercambios, teje su red a nivel mundial y genera, con ello, un solo espacio económico. El mundo se ha convertido en una pequeña ciudad. Todo está interconectado. Y en cada punto inicial o final se encuentra una fábrica de los bienes que fluyen en masa. En cada una de esas fábricas es la máquina el elemento fundamental. “Las más grandes mejoras en la potencia productiva del trabajo, y en mayor parte de las mejoras en la habilidad, destreza e inteligencia con la cual es dirigida o aplicada, son debidas, por lo que parece, a la división del trabajo.” “Esta división del trabajo, de la cual surgen tantas ventajas, en un principio, no se le debe mirar como el efecto de una sagacidad humana que haya sido previsto y programado por objetivo esta opulencia general: ella es la consecuencia necesaria, aunque lenta y gradual, de una cierta inclinación natural de todos los hombres, sin proponerse de objetivos de utilidad tan profundos: es la inclinación que tienen para comerciar, hacer trueques e intercambios de una cosa por otra.” “La división del trabajo es, en ese sentido según Smith, un verdadero transformador sociológico,” agrega Pierre Rosanvallon.

Así, el planeta se encuentra invadido de máquinas de todo tipo. Ellas incrementan la productividad del trabajador. Pero hay algo más. La flexibilidad y la fuerza del proceso artificial de producción hacen que se exija del trabajador, por la primera vez, una mayor intensidad en el trabajo rutinario. Pierre Lantz anota: “los métodos, más tarde sistematizados por Taylor, que consisten en suprimir los tiempos muertos, para combatir […] la pereza del obrero, no aumentan la productividad del trabajo sino su intensidad.”

¿Por qué entonces, a pesar de haber creado tantas formas de excedentes económicos, y en qué cantidades, la humanidad sufre de tanta pobreza? El desarrollo y la evolución de los procesos de trabajo no la pueden explicar porque no es un asunto de crecimiento sino de su repartición, como lo veremos en el capítulo siguiente.