PROGRESO Y BIENESTAR

PROGRESO Y BIENESTAR

Hugo Salinas

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PARTE I. ¿POR QUÉ EL AUMENTO SIN CESE DEL PBI NO SE TRADUCE EN BIENESTAR GENERAL?

“Todo análisis implica abstracción. Siempre es necesario idealizar, omitir detalles, formular la pregunta correcta antes de salir a observar el mundo tal como lo es. Cada teoría, ya sea en la física, en la biología o en las ciencias sociales, distorsiona la realidad como consecuencia de la sobre simplificación. Pero si es una buena teoría, lo que ha sido omitido es grandemente recompensado por los rayos de iluminación y de comprensión que se extrae de la gran masa de información empírica.”

Paul A. SAMUELSON

Premio Nobel de Economía

Son pocos los que se atreven o se han atrevido a investigar sobre el origen de la pobreza y del desempleo, a pesar de que son las dos enfermedades más graves de nuestros tiempos. Existe un manto muy pesado de fatalidad que encubre estos dos fenómenos socioeconómicos. La mayoría de los intelectuales se han liberado de esta pesada carga de consciencia efectuando las más sutiles descripciones del fenómeno. Otros se han esmerado en encontrar métodos de cuantificación y comparación sofisticados que han valido incluso un Premio Nobel de economía.

¿Es cierto que no se les puede eliminar, tanto que todos los estudiosos del tema y los políticos se dedican única y exclusivamente a disminuirlos como máximo objetivo, para aliviar su responsabilidad moral? Entonces, ¿porqué nuestros antepasados, aquellos “seres primitivos”, durante toda su existencia, por más de 190 mil años, no han padecido de estos dos males que pervierten al ser humano, rompen los lazos de cohesión social e incluso desequilibran social, moral y psicológicamente a los que lo sufren? ¿Es realmente una fatalidad?

“La historia de las economías capitalistas avanzadas hace un marcado retorno hacia los trabajos de investigación en economía, incluso en los temas más teóricos. En efecto, las evoluciones observadas en materia de inflación, de desempleo, de crecimiento, de productividad, y de desequilibrios exteriores, tanto como en la reingeniería en asuntos industriales, financieros o internacionales, contienen un gran número de anomalías en los cuadros analíticos heredados de los años sesenta. Frente a este desafío, dos grandes estrategias son concebibles. Si resulta que las teorías anteriores proveen una aproximación devenida insuficiente de la realidad de los encadenamientos macroeconómicos […]; si, la confrontación con la historia económica constituye la condición sine qua non de un programa de investigación en economía y ciencias sociales […], la tarea del economista es entonces elaborar una problemática suficientemente general para hacerla comprensible y soluble, más allá de la tentación permanente del reduccionismo a lo económico o a lo tecnológico,” nos increpa el profesor Robert Boyer.

En este sentido, Joseph Schumpeter nos invita a tener primeramente una visión del dominio de investigación. “El mismo precisa su definición de ‘Visión’: ‘la cosa que viene primero […] en cada aventura científica’ como él lo enfatiza: ‘antes de embarcarse en un trabajo analítico de cualquier clase, debemos primero identificar la cuestión fundamental del problema que deseamos investigar, y adquirir instintivamente una noción preliminar de cómo se ensambla o, en otras palabras, identificar los que parecen ser sus propiedades fundamentales, desde nuestro punto de vista’.”

“Lo que con toda justeza él ha señalado y correctamente llamado ‘visión’ […] es inevitablemente ideológico, comenta el profesor Maurice Dobb. Así, ideología ‘ingresa en los cimientos, en la antesala analítica del acto de conocimiento’ y en el inicio de la teoría, ‘a partir del material suministrado por nuestra visión de las cosas’; ‘la misma que es ideológica casi por definición’, puesto que ‘ella comprende la imagen de las cosas tal como la vemos’.”

No obstante, Schumpeter hace una salvedad: “comienza por negar que ideología sea sinónimo de ‘juicios de valor’: ‘los juicios de valor de un economista revelan a menudo su ideología’ pero ellos no son su ideología.” En el mismo sentido, Oskar Lange escribió: “influencias ideológicas no siempre conducen a una degeneración apologética de las ciencias sociales. Bajo ciertas condiciones, ellas pueden ser un estímulo para una investigación científica objetiva.” Entonces, “construir un concepto es distinguir y definir los problemas que él aborda y reposicionarlos en un orden que los haga comprensibles y solubles,” termina diciendo el profesor Maurcie Godelier.

En esa misma vena, nuestro enfoque se basa en una nueva visión de la actividad económica, y se sustenta en una teoría sobre los procesos de trabajo . La pobreza y el desempleo no son una fatalidad y su eliminación se encuentra a nuestro alcance. ¿Por qué, entonces, el aumento sin cese del PBI no se traduce en bienestar general?