PROGRESO Y BIENESTAR

PROGRESO Y BIENESTAR

Hugo Salinas

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A. CRECIMIENTO CON IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

La noción de igualdad de oportunidades que se desprende de nuestro trabajo no tiene similitud con aquella que proviene de la justicia social. Es cierto, nuestra argumentación de igualdad de oportunidades tiende a la justicia social, pero ella no deriva de la justicia social. Es una noción aparentemente difícil a definir. No obstante, si ponemos en juego sus elementos que lo componen es clara y bien precisa. Los mecanismos de la igualdad de oportunidades hacen que los individuos de una generación no dependan más de sus propias características morales, étnicas, religiosas y sociales, o de sus generaciones precedentes. De tal forma que, suponiendo que exista una repartición igual de competencias naturales, aquellos que se encuentran en el mismo nivel de talento y de capacidad y que tienen el mismo deseo de utilizarlos, deberían tener las mismas perspectivas de éxito; todo ello, sin tener en cuenta su posición inicial en el sistema social y económico.

Nuestra alternativa de solución podría asemejarse a los principios de equidad, pero no es ella quien la orienta. La igualdad de oportunidades que brinda la economía de mercado, a interés general, se basa esencialmente en mecanismos económicos que traducen la repartición igualitaria del resultado neto de la actividad económica. Y es a partir de la interacción de esos mecanismos que se crea un clima de equidad entre los habitantes de la sociedad.

Dentro del mismo cuadro de referencia, Alain Minc se pregunta: “¿Cómo conciliar en una sociedad igualdad y flexibilidad? ¿La igualdad y la eficiencia son sinónimos? ¿La democratización se identifica con la rectificación sociológica, otra versión del viejo sueño de la igualdad de oportunidades? […]. El simple enunciado de estas interrogaciones nos hace estremecer.” Es indudable que para quienes han olvidado los 190 mil años existencia de los seres humanos viviendo con una economía en repartición igualitaria, es difícil imaginar una sociedad sobre la base de una economía en igualdad de oportunidades.

Ella facilita un igual acceso a todos los bienes y servicios que provee la economía y la sociedad. La gran diferencia con otras alternativas del mismo tipo es que no se encuentra “medida o otorgada” por el gobierno en plaza. La igualdad de oportunidades, que emerge de nuestra solución alternativa, brinda igual acceso a todas las personas, pero los resultados logrados provienen de la habilidad y competencia de cada uno de los miembros de la sociedad ante la utilización de los mecanismos automáticos que provee una economía de mercado de interés general.

En ese sentido, la igualdad de oportunidades en ningún momento nos conduce al igualitarismo. La intensidad y variedad en el uso de los mecanismos que lo fundamentan creará diferencias entre las personas. Así, por ejemplo, mientras un recién nacido tiene acceso a un solo tipo de remuneración, una persona adulta, si lo prefiere, tiene acceso a dos fuentes de remuneración. Sin embargo, ellos no son transmisibles ni hereditarios.

Nuestro trabajo de investigación no se inicia, tampoco, con la noción de bienestar general para, luego, intentar encontrar los mecanismos económicos que lo hagan posible. Al contrario, se ha comenzado por definir, a partir de la experiencia de la humanidad y de la comprensión científica de la evolución económica, los mecanismos que subyacen en una economía de igualdad de oportunidades para, enseguida, deducir las características de una economía de bienestar general.

En estos términos convenimos con lo expresado por el profesor Friedrich Hayek. “El 'objetivo social', o el 'propósito común', para lo cual la sociedad está organizada, es vagamente descrita como el 'bien común', o el 'bienestar general', o el 'interés general'. No necesita reflexionar demasiado para darse cuenta que estos términos no son suficientemente definidos para determinar una línea particular de acción. El bienestar y la felicidad de millones no pueden ser medidos con una escala simple de más o menos. El bienestar de la gente, como la felicidad de una persona, depende de muchas cosas que se pueden suministrar en una infinita variedad de combinaciones.”

Lo único que propicia, nuestra alternativa de solución, es brindar oportunidades a partir de ciertos mecanismos accesibles a todos. Corresponde a cada persona, realizar todas las combinaciones posibles en función de sus expectativas particulares para trazar su propio horizonte. En ningún momento hemos comenzado por definir el 'objetivo social', o el 'propósito común'.

De igual modo, discrepamos seriamente con lo expresado por el profesor J. Rawls con respecto a las “inevitables” desigualdades a partir del origen social. El considera que “la estructura de base [de una sociedad] autoriza, muy probablemente, desigualdades económicas y sociales importantes en el cotidiano de la vida de los ciudadanos, en función de su origen social. Estas, podemos suponerlo, son inevitables; ellas son ya sea necesarias o altamente ventajosas por el mantenimiento de una cooperación social eficaz.” En nuestra alternativa de solución, el origen social para el éxito de las personas no tiene asidero.

Patrick Savidan, presidente de l’Observatoire des Inégalités, Francia, resume su experiencia en estos términos: “para que la igualdad de oportunidades resulte 'sostenible', sería necesario que se produzcan relaciones sociales que no hagan imposible la igualdad de oportunidades.” La solución que avanzamos no solamente contiene de relaciones sociales en ese sentido, sino algo más: mecanismos económicos que, por un lado, impiden la creación de desigualdades provenientes de diferencias de género, de origen social y racial esencialmente y, por otro, facilitan el desarrollo personal y profesional de las personas.

a. Los cimientos de la igualdad de oportunidades

La igualdad de oportunidades, en nuestra alternativa de solución, se basa en mecanismos insertados en los propios cimientos de la actividad económica. En ningún momento dependen del criterio de los gobernantes. Ellos se aplican de una manera automática y en función de la utilización que las propias personas hacen de tales instrumentos.

i. La Remuneración de Base, un seguro de vida para cada persona

Desde el nacimiento de cada persona, la sociedad le entrega un seguro de vida consistente en un poder adquisitivo, en igual monto que a cualquier otra persona. Dicha ofrenda es el fruto del esfuerzo de la comunidad presente y pasada. La sociedad reconoce a todos sus hijos en igualdad de condiciones. Es la mejor manera de crear un clima de armonía y de reconocimiento entre el individuo y su sociedad.

La entrega de la Remuneración de Base no viene condicionada por nada. Es automático. Basta existir para que la persona tenga derecho a recibirlo hasta el fin de sus días. Es una remuneración que garantiza, en cualquier instante, la autonomía financiera de la persona y el desarrollo de su individualidad.

Su monto evoluciona en función del crecimiento del sector 2. En sus comienzos, tratándose de una nueva variable en el quehacer económico, el monto será insignificante. Es indudable. Pero, la RB se encuentra destinada a convertirse en el factor directo más importante de la sociedad, de la economía y del comportamiento del ser humano. Es un primer pilar en la búsqueda de un desarrollo en igualdad de oportunidades.

Paulatinamente, sin excluirlo, irá substituyendo en importancia a los salarios, aquella que se recibe como una contraprestación por un trabajo realizado. El desarrollo de una economía de mercado, a interés general, será medido por la magnitud de la RB. Y cuanto más significativo sea su monto, mayores serán los lazos entre la sociedad, el individuo, la actividad económica y la naturaleza.

ii. El salario, un premio al esfuerzo desplegado

El salario podemos definirlo como la contraprestación, esencialmente monetaria en nuestros tiempos, ante un esfuerzo desarrollado en una unidad de producción de bienes o servicios. Su monto se encuentra regulado por el mercado de trabajo, el estándar de vida y las convenciones sociales.

En un principio, éste será la fuente de las diferencias en poder adquisitivo de las personas. Pero, a medida que la economía de mercado de interés general se consolide, la tendencia natural será el de disminuir la brecha existente actualmente entre los que perciben salarios astronómicos y los que tienen una paga de supervivencia. Esta diferencia no radica, en ningún momento, en la productividad de las personas sino, más bien, en los juicios de valor imperantes, los mecanismos de control de la economía por un puñado de personas y las prerrogativas de los legados hereditarios.

iii. La propiedad privada colectiva, financiamiento “gratuito” para la creación de empresas

El financiamiento “gratuito” para la creación de empresas del sector 2 de una economía de mercado de interés general, es la mejor palanca para el crecimiento de la economía, la eliminación del desempleo, y el mejor estímulo para el desarrollo de una persona o grupo de personas. Ellos pueden poner en funcionamiento una empresa sin mayor preocupación ni por el nivel de inversión a realizar ni por la capacidad de financiamiento de cada uno de ellos. Es la sociedad quien se encarga. La única condición requerida es la coherencia del proyecto de inversión.

Mientras que la RB se encuentra destinada esencialmente al consumo, el financiamiento “gratuito” se encuentra dispuesto única y exclusivamente para la creación de empresas del sector 2.

Con estos dos pilares en juego, no solamente todas las personas se desarrollan en igualdad de oportunidades, sino que la actividad económica tiene en ellos sus dos variables de crecimiento más importantes y sin ninguna traba. Ellos pueden jugar a plena capacidad. De esta manera, por su intermedio, los trabajadores del sector 2, fundamentalmente, se encargarán de eliminar el espectro de la pobreza y de la desocupación. Esto hace toda la diferencia con una economía de mercado de interés individualista.

Tanto la RB de cada ciudadano, como el financiamiento “gratuito” para la creación de empresas del sector 2, se encuentran respaldados en la propiedad privada colectiva del Fondo Económico (FE) de la sociedad. Por un lado, el FE, a propiedad colectiva, permite que el resultado neto de la actividad económica del sector 2 se revierta sobre todos los componentes de la sociedad y, por otro lado, libera de todos las trabas que la repartición individualista impone al uso del capital.

La propiedad privada colectiva del FE no entraba ni el desarrollo individual de las personas ni el desarrollo individualista del sector 1. Al contrario, por un lado, la RB facilita la expresión individual de todas las personas e incluso de aquellas que trabajan en el sector 1 y, por otro, el crecimiento de la economía del sector 2 crea economías externas para la expansión del sector 1.

En suma, todos sin excepción se benefician de la RB y del crecimiento del sector 2 de la actividad económica, los dos apoyados en la propiedad privada colectiva del FE del país.

Este es el real fundamento de una economía de mercado de interés general y de los lazos de armonía entre los individuos, la sociedad, el centro de trabajo y la naturaleza.

iv. La propiedad privada individualista, abertura al desarrollo individual

Otro mecanismo importante en los cimientos de la igualdad de oportunidades es la protección y fomento de la propiedad individualista. Ella permite la libre expansión de las personas que opten por el desarrollo de una economía a interés individualista; de aquellas que prefieren que el resultado neto de la actividad económica se revierta única y exclusivamente a sus gestores.

El apoyo y reconocimiento de la gestión individualista permite, entre otros, la libre expresión de los pequeños propietarios, y de los innovadores, creadores y descubridores que opten por este tipo de desarrollo económico. Igualmente, los trabajos intelectuales, artísticos y de profesión liberal, entre otros, se adaptan bastante bien a este tipo de desarrollo de la economía.

b. ¿La igualdad de oportunidades es compatible con la eficiencia?

El profesor Gilbert Abraham-Frois se apoya en Rawls para puntualizar su inquietud: “la única indicación que se puede deducir del trabajo de Rawls es la siguiente: no dejar que el sueño de la igualdad sea condenada a la ineficiencia.” “¿La igualdad es compatible con la eficiencia?, se pregunta Abraham-Frois. He ahí una pregunta importante que es necesario hacerla con precaución, porque es importante muy bien distinguir según el número de individuos concernidos de un lado, y según que se trate de un problema de repartición o un problema de producción, por otro lado.”

En efecto, el profesor Abraham-Frois ha subrayado un problema muy importante como el de la eficiencia y el “sueño de la igualdad”. ¿Son realmente incompatibles como, al parecer, lo afirma? Comencemos anotando que “igualdad” no es lo mismo que “igualad de oportunidades”. El profesor continúa: “Si se trata de un simple problema de repartición (de un monto de dinero o de un pastel ya fabricado), no existe un problema de eficiencia. El monto de lo que existe para repartir es independiente de las modalidades escogidas para la repartición del monto o del pastel.” Este es el caso de la repartición de las utilidades de las empresas del sector 2 que se convierte en la Remuneración de Base de todas las personas conformando la sociedad.

“Si en cambio, continúa el profesor Abraham-Frois, se trata de un problema de producción (el pastel no está aún fabricado, las utilidades no son todavía realizadas), las cosas cambian. La regla de repartición y, por supuesto, de remuneración de individuos tiene consecuencias directas con la dimensión del pastel (o su calidad), o con las posibilidades de realizar utilidades.”

El profesor comparte la idea según la cual la repartición, por un lado, está ligada a la producción y, por otro lado, es función de la productividad marginal de los factores de producción. Aquí un ejemplo que él mismo proporciona en lo que concierne la relación repartición / producción.

El mecanismo de mercado “es, además, portador de injusticias graves: basta recordar en ese sentido los fenómenos de exclusión social, de nueva pobreza, las preocupaciones relativas a los conos de la ciudad (pueblos jóvenes o barriadas), al crecimiento de las desigualdades, a los sentimientos de frustración.” Según él, todas esas desgracias son el resultado de los mecanismos del mercado, de tal forma que termina preguntando: “¿el mercado debe continuar a reinar de una manera absoluta y cómo temperar, si es necesario, ese reino?”

En su análisis y conclusión existen dos errores de apreciación. Primero, remuneración de factores de producción es una cosa y, repartición otra. En nuestra alternativa de solución, no existe relación entre repartición y salarios. Segundo, el clima de malestar económico y social no proviene del mercado sino de la repartición individualista de las ganancias de las empresas. Es ella la que genera el comportamiento empresarial de tender a minimizar el monto de los salarios a pesar de que la economía crece, a despreocuparse de la masa de desempleados y marginados de la sociedad. Un clima de igualdad de oportunidades no crea esa atmósfera de malestar y fatalidad.

Es el mismo error de apreciación en el que incurre el profesor Jacques Lecaillon cuando afirma que “la mayoría de sociedades persiguen dos objetivos principales en la afectación de sus recursos a la producción de bienes y servicios: la eficiencia y la equidad social. Esos dos objetivos conciernen directamente la repartición […].”

c. Algunos de los efectos positivos del sector 2

Dentro de los efectos positivos más resaltantes del sector 2, de una economía de mercado de interés general, además de recrear el nexo directo entre la economía y la sociedad así como ser un factor de cohesión social, sería el de vigorizar los aceleradores del crecimiento económico, ya no es una obligación ahorrar para invertir, el capital ya no es una golondrina, la economía adquiere un rostro humano, y facilita la manifestación de elementos dinamizantes.

i. Vigoriza los aceleradores del crecimiento

Podemos ahora identificar fácilmente a los aceleradores del crecimiento del sector 2: el consumo, la inversión y la participación activa y directa de todos los ciudadanos en el crecimiento de la economía. Este último lo trataremos con más detalle en el Tomo II de la presente obra.

De un lado tenemos que la totalidad del resultado neto de la actividad económica (la totalidad de las ganancias) del sector 2 es lanzado al consumo. De otro lado contamos con que el Fondo Económico del país garantiza, y sin restricción alguna, el financiamiento conducente a la creación de nuevas empresas del sector 2 y al desarrollo de las existentes del mismo sector. Para completar el cuadro, como lo veremos en el Tomo II, la separación economía / política favorece la participación directa tanto de los consumidores como de los productores.

Si a ello agregamos que la repartición igualitaria otorga un seguro de vida a todo ciudadano, encontraremos el ambiente adecuado de una economía que facilita toda iniciativa de creación, de innovación, de invención o de descubrimiento.

Aceleradores del crecimiento que garantizan un crecimiento sostenido de la economía en el tiempo. En ese cuadro de situación, no hay lugar para la existencia de desempleo ni de los recursos humanos ni de los recursos materiales ni de los recursos naturales.

Dentro de esta dinámica, todos los esfuerzos de los hijos de la Nación serán recuperados por las empresas del sector 2, y estos serán concentrados en las ganancias que, a su vez, volverán sobre el conjunto de la población, en igualdad de condiciones, a través de la Remuneración de Base.

Pero hagamos un pequeño paréntesis. ¿Qué ha pasado con ese principio noble de la teoría económica oficial en donde toda inversión debe apoyarse en el ahorro? ¿Qué pasó con la igualdad entre el ahorro y la inversión (S = I) a fin de iniciar un proyecto?

ii. Ya no es una obligación ahorrar para invertir

Es evidente que para efectuar una inversión debemos contar previamente con un monto igual de ahorro, sea en liquidez monetaria, sea en activos. Es lo que sucede actualmente. Es también el dogma de nuestra teoría económica oficial. ¿Por qué ese dogma? Simplemente porque, en las condiciones actuales, la totalidad de la formación bruta de capital, los recursos monetarios y financieros del país se encuentra dividida en tantas partes como ciudadanos tiene del país.

Ello se debe, primero, a las características del proceso artificial de producción. Con esta manera de trabajar podemos crear tantas unidades de producción como “n”. Es lo que sucede a presente. Todos los ciudadanos pueden constituir sus propias empresas. Segundo, cada una de esas empresas pertenece a un propietario o a un conjunto de accionistas. Es decir que el conjunto de los activos del país se encuentra dividido en tantas partes como propietarios o accionistas existen. Es el efecto del segundo elemento de nuestra economía actual: la repartición individualista del resultado neto de la economía, la misma que nos conduce a una gestión privada individualista.

En gestión privada individualista, como es el caso actualmente, cada ciudadano no puede financiar proyectos de inversión más allá del monto de sus ahorros, del valor de sus activos o acciones; es decir, de su capacidad de financiamiento. De donde se infiere que es la división de la propiedad (sin considerar los deseos del propietario de hacer dormir sus capitales) que limita el desarrollo de proyectos de inversión. En consecuencia, los grandes proyectos de inversión se encuentran obligados de pasar por el préstamo en los mercados de capital.

En cambio, cuando los activos de un país tienen solamente un propietario, no hay ningún inconveniente de emplear la totalidad de esos activos para financiar las grandes inversiones que necesita el país. Dentro de este cuadro de situación, no nos encontraremos obligados de ahorrar para efectuar inversiones, ni de igualar el ahorro al monto previsto de la inversión. Sin ninguna duda que la dinámica impuesta por la propiedad privada colectiva es mucho más ventajosa que aquella de la propiedad privada individualista.

A ello debemos agregar que el financiamiento de las inversiones del sector 2 se encuentra garantizado puesto que es “gratuito” para quien viene a solicitarlo. La Banca Central emite dinero contra el Fondo Económico de la comunidad.

La comunidad se encuentra entonces en capacidad de apoyar a quien fuere si se trata de la creación o desarrollo de empresas del sector 2. Los empresarios, no siendo los propietarios, no hacen otra cosa que promoverlas y dirigirlas. Es el nuevo modelo de crear o desarrollar empresas a título “gratuito”. Este tipo de financiamiento de los proyectos de inversión hace que el capital privado colectivo no sea una golondrina.

iii. El capital privado colectivo no es una golondrina

Por la primera vez, el capital privado no saltará de rama en rama en búsqueda de una mejor tasa de interés, de un mejor retorno a sus inversiones o, simplemente, ahuyentarse ante el espectro de medidas de orden social. Este será el caso del capital privado colectivo, quien pertenece a cada una de las personas conformando un país, pero a ninguno en particular.

Esta característica hace que ninguno, en tanto que individuo, pueda coger su porción de capital y volar hacia un país refugio o hacia una nueva plaza que ofrece mayores ventajas. Esto no impide que el sector 2, administrador del capital privado colectivo perteneciente al país, efectúe inversiones en otros países del mundo. Pero ello, en ningún caso significará una reducción del nivel de capital del país, lo que sucede con los capitales privados individuales que, como golondrinas, al tomar vuelo dejan un vacío en la economía que los acogió, con graves repercusiones en el nivel de empleo y otras fuentes de ingreso.

Los efectos negativos de la inversión privada con carácter individualista son como las inversiones en empresas mineras que cuando ellas parten, dejan a todos los trabajadores sin empleo, a las viviendas desocupadas puesto que incluso los trabajadores y sus familiares salen en búsqueda de otros centros de trabajo. Y la naturaleza circundante queda completamente destrozada. Toda una desolación. Ello sucede porque los capitales privados individuales no pertenecen a ningún país.

iv. El rostro humano de una economía de mercado de interés general

La repartición igualitaria de las ganancias de las empresas del sector 2 y el financiamiento “gratuito” de proyectos de inversión para crear empresas del sector 2 se sustentan en la propiedad colectiva del Fondo Económico del país. Todos los ciudadanos son propietarios en igualdad estricta. Es en esas condiciones, y solamente en esas condiciones, que la actividad económica retoma su objetivo original: la satisfacción de las necesidades de todos y cada uno de los miembros de la comunidad.

Cada ciudadano contando con igual poder político, social y económico tiene la misma capacidad para influenciar en el devenir de la actividad económica. Es así como, ya no se preocupa solamente en trabajar para sobrevivir o buscar su confort sino que, alejándose de su rol pasivo y contando con un poder igual que cualquier otro, le vuelve a dar un contexto humano a la actividad económica.

El ser humano y su sociedad devienen entonces el objetivo del quehacer económico. Las herramientas y medios de producción se convierten en simples auxiliares para alcanzar el objetivo supremo. Ellos son cambiantes en función del proceso de trabajo en curso, las que son permanentes son las vigas maestras del sector 2 de una economía de mercado de interés general.

v. Facilita la manifestación de elementos dinamizadores

El seguro de vida, que permite contar con una Remuneración de Base desde el nacimiento hasta el último aliento en la existencia de las personas, no solamente facilita la expresión individual, o en grupo, de los innovadores, descubridores y creadores, sino también el del sector “contestatario” de la sociedad.

Son dos polos aparentemente opuestos de la sociedad y, sin embargo, son las dos corrientes que animan los grandes cambios sociales, económicos, políticos, científicos, etc., en la evolución de la civilización. No obstante, estos dos grupos de personas se encuentran actualmente amordazados en aras del absolutismo del poder, de la ideología pensante y de la búsqueda del dinero por el dinero.

Una economía de mercado, a interés general, automáticamente otorga facilidades al desarrollo de estas dos corrientes, ya sea a través de la RB o del financiamiento “gratuito” para crear empresas del sector 2. Es una ventaja que acelera el desarrollo de la economía y de la civilización.