LOS IMPUESTOS COMO INSTRUMENTOS DE POLÍTICA ECONÓMICA EN MÉXICO

LOS IMPUESTOS COMO INSTRUMENTOS DE POLÍTICA ECONÓMICA EN MÉXICO

Luis Alberto Jiménez Trejo (CV)

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CONSIDERACIONES FINALES.

Se concluye este trabajo apuntando que la Teoría de las Finanzas Públicas cuenta con innumerables puntos de vista sobre la imposición y su razón de ser. Es importante hacer notar que desde el nacimiento de la economía como ciencia una de las principales preocupaciones de los economistas ha sido la manera en la que se cobran y para qué se utilizan los impuestos.

El pensamiento económico capitalista, a lo largo de más de dos siglos de existencia, ha mantenido siempre la idea de la necesidad de un Estado que regule la actividad económica y que invierta en bienes públicos necesarios para el trabajo y la convivencia de los ciudadanos; se ha evolucionado teóricamente en los diferentes tipos de impuestos, en el conocimiento de los segmentos de la población a los que van dirigidos y en la medición de su impacto en la actividad económica, pero se tiene como premisa fundamental del sistema la existencia de un Estado y el costo impositivo que este implica para la población.

Es necesario considerar que la revisión teórica que se realizó en este trabajo es extensa en el sentido del número de escuelas de pensamiento económico consideradas, pero no completa, pues como se esboza al inicio de estas consideraciones finales, son innumerables los puntos de vista que sobre la imposición existen; sin embargo se considera una revisión suficiente y representativa de las principales escuelas de pensamiento económico capitalista sobre el tema.

En lo referente al caso particular de México; el sistema tributario mexicano es muy complejo, por lo que la reforma fiscal integral que el país necesita deberá contemplar una inyección de simplicidad.

Se deberá además considerar la eliminación de varios tratamientos especiales a diversos sectores de la economía, pues ya hemos visto que algunos mexicanos pagan muchos impuestos, mientras que muchos pagan muy poco o no pagan nada.

La evasión fiscal es muy alta. Se deben hacer esfuerzos para reducirla, lo que incluye acciones de simplificación administrativa, creación de estímulos para incrementar la cultura de pago, y aplicación estricta de la ley. Asimismo, los castigos por evasión deben ser incrementados. Finalmente, existe todavía corrupción en el brazo recolector del gobierno, práctica que debe ser atacada con mayor firmeza.

En adición, la gente tiene que saber que su dinero se gasta bien y de manera eficiente. Es decir, el incentivo más importante para fomentar el pago de impuestos es gastar bien. Los contribuyentes deben poder apreciar que sus impuestos sirven para mejorar el nivel de vida de todos los mexicanos.

Conviene aquí retomar dos conceptos esenciales: el de la transparencia, que implica claridad en la asignación y uso de los recursos públicos; y el de la rendición de cuentas, que sugiere que para pagar a gusto los impuestos, debe abatirse la impunidad. Si un funcionario desvía, roba, o aplica mal los recursos, debe ser claramente identificable por los sectores sociales afectados, y debe ser imputable.

Cabe también la puntualización de que, en términos de recaudación fiscal, el comercio informal sí le cuesta al conjunto de los ciudadanos mexicanos, independientemente de que es un problema serio de legalidad y equidad en la aplicación de la ley de manera homogénea a todos los sectores de la población.

Por último, es necesario mencionar que una reducción del IVA beneficiaría a los sectores más ricos de la población. Adicionalmente, algunos productos con tasa cero y exentos ayudan a disminuir la regresividad de la estructura actual del IVA. Sin embargo, ello no significa que no se tenga que revisar las exenciones y tasa cero de algunos productos, en especial aquéllos que no están dentro de la canasta básica, como por ejemplo, las gomas de mascar, jugos y néctares, y demás.

Una vez hechas estas puntualizaciones sólo resta apuntar una crítica y una recomendación. La crítica va dirigida al axioma neoliberal que dice, “Hay que disminuir los impuestos”, ya que, “demasiados impuestos matan a los impuestos”. Más allá de cierto nivel, el rendimiento del impuesto disminuye.

Por lo tanto es preferible reducir la presión tributaria, lo cual supone, sistemáticamente, reducir el gasto público.

Consideramos que la teoría de “demasiados impuestos matan a los impuestos” es en realidad poco operativa. En primer lugar es difícil saber en donde se encuentra el nivel óptimo de la curva de Laffer, que es el instrumento gráfico de esta argumentación neoliberal. Keynes consideraba que el nivel máximo de una imposición obligatoria se situaba en 20% del ingreso de la población, otros economistas keynesianos hablan de 40%, y no creen que exista un fundamento sólido de la mencionada curva.

Además, los economistas neokeynesianos previenen al lector contra los efectos de óptica: “evidentemente el peso de los impuestos aumenta cuando la baja de la actividad económica reduce los ingresos, lo cual da la impresión de una baja en el rendimiento impositivo”. Lo que ocurre es que los neoliberales no consideraron la teoría de los ciclos económicos para esta argumentación y tampoco consideraron la incidencia de otras variables trascendentes en el comportamiento de la imposición.

La recomendación está ligada con la crítica anterior, ya que considerando que el objetivo de este trabajo es el de servir de guía a los estudiosos interesados en el tema y a los encargados de la toma de decisiones en materia de impuestos, se recomienda a ambos tipos de lectores que en cuestiones hacendarias, como la creación de un sistema impositivo o la propuesta de una reforma tributaria, no se sigan los lineamientos de organismos internacionales o la moda en el pensamiento económico del momento; sino que debe considerarse la teoría económica existente sobre el tema, en lo que esperamos contribuir con este trabajo; y debe analizarse también la situación política, social y económica del país y en particular la capacidad de pago de los ciudadanos, tal y como lo decía Adam Smith hace más de 200 años.