PRODUCCIÓN DE PLANTAS

PRODUCCIÓN DE PLANTAS

Juan Carlos Pérez López

Volver al índice

MÉTODOS Y APARATOS PARA EXTRAER LAS SEMILLAS:

La extracción de las semillas comprende todas aquellas operaciones que son necesarias para separar las semillas de los frutos.

La separación de las semillas se puede lograr secando el fruto (coníferas, eucaliptos, etc.), trillando o deshaciendo el fruto (leguminosas, catalpas, etc.) o bien macerando los frutos carnosos en agua (majuelos, frutales, etc.). Por ultimo, algunas semillas se recolectan prácticamente igual que se presentan en el mercado y por consiguiente no necesitan ningún tipo de extracción (olmo, arces, etc.)

SECADO DE FRUTOS:

Los frutos secos dehiscentes cuando maduran permanecen cerrados has que su contenido de humedad desciende lo suficiente para permitir que esta apertura tenga lugar. Normalmente el contenido de humedad de estos frutos en el momento de la maduración es muy elevado, pero al actuar sobre ellos los agentes climatológicos (sol y viento) les van secando hasta conseguir que abran. En la naturaleza estos dos agentes actúan conjuntamente para facilitar el secado de los frutos variando el tiempo que tardan en abrir los frutos, según la especie, y como es lógico, en función de la intensidad de los propios agentes secadores. Existen especies que diseminan en cuanto hay unos pocos días soleados, mientras que otras conservan sus frutos cerrados durante mucho tiempo y únicamente se abren cuando las condiciones climatológicas les son muy favorables. Las diferencias que se aprecian entre unas especies y otras también son muy sensibles, pues mientras unas diseminan inmediatamente después de la maduración (abetos, piceas, etc.) otras conservan sus piñas cerradas hasta bien entrado el invierno o incluso en la primavera siguiente (pinos, alerces, cedros, etc.).

Las condiciones climatológicas pueden modificar ligeramente el comportamiento de una especie; así tenemos que una especie que disemina normalmente a principios de otoño puede retrasar su diseminación uno o dos meses si el tiempo es neblinoso o lluvioso, pero luego bastan unos pocos días soleados para que la diseminación se produzca en gran escala.

La dehiscencia de los frutos es distinta, según las especies, pues mientras la mayoría de las coníferas (piceas, pinos, cipreses, etc.) abren sus frutos para dejar salir las semillas, otras especies dejan que se desintegren los frutos para liberar las semillas. Algunas frondosas presentan un comportamiento muy similar, pues al secarse sus frutos, estos se abren para que salgan las semillas (eucaliptos, jaras, haya, castaño, etc.).

Para extraer artificialmente las semillas de dichos frutos deberán someterse éstos a unas condiciones muy similares a las que ocurren en la naturaleza, para así lograr que estos se abran. Estas condiciones se pueden forzar artificialmente, con lo cual se consigue que el tiempo de secado se acorte sensiblemente, y se realizan por los siguientes métodos:

• Secado al aire:

Para extraer las semillas bastara con extender los frutos en capas de poco grosor sobre el suelo, de madera o ladrillo, nunca de hormigón, o sobre lonas en una habitación bien ventilada. Para evitar el estancamiento de la humedad en las capas inferiores, es necesario que los frutos se remuevan periódicamente.

Este método únicamente se emplea con aquellas especies cuyas semillas son muy sensibles al calor y que por consiguiente pueden sufrir daños si el secado se realiza al sol o en sequeros de calor artificial, bien cuando se opera con cantidades que no justifican la instalación de sequeros de calor artificial, o en localidades donde no se pueden secar al sol por sus especiales características climatológicas.

• Secado al sol:

Las piñas y los gálbulos, así como numerosos frutos de frondosas, abren al someterlos durante algún tiempo a la acción conjunta del sol y el viento. Los sequeros de calor solar son las instalaciones más primitivas para extraer la semilla, pero siguen siendo hoy día los más útiles y económicos en aquellas regiones como la mediterránea, que disponen durante gran parte del año de un clima seco y soleado.

Los sequeros solares consisten en unas eras de secado de tierra apisonada o mejor de ladrillo u hormigón, sobre las que se extienden las piñas para que se abran.

Las piñas al abrir dejan caer los piñones sobre el suelo de la era y estos se van recogiendo a medida que van cayendo. Para facilitar la salida de los piñones deberán voltearse repetidas veces las piñas abiertas, retirándose aquellas que no tienen piñones dentro.

En el caso de las piñas de pino piñonero será preciso golpear repetidas veces las piñas una a una contra el suelo para que caigan los piñones.

El secado del sol es un método muy utilizado en toda la región mediterránea, y en España se usa mucho para extraer la semilla de pino carrasco (P. halepensis), pino piñonero (P. pinea), pino negral (P. pinaster), cipreses, eucaliptos, tuyas, etc.

El tiempo que tardan las piñas en abrirse al sol varia con la especie, pues mientras unas abren al cabo de unos pocos días de estar expuestas al sol, otras tardan mucho.

Generalmente, aunque las piñas se recolecten en otoño e invierno, la extracción no se inicia hasta la primavera y se completa durante el verano.

El inconveniente mayor que presenta este método es su lentitud pues normalmente las piñas que se recolecten en un año no se extraen hasta la primavera siguiente y como consecuencia la semilla no se podrá emplear en las siembras hasta el otoño o la otra primavera, sin embargo, ofrece la gran ventaja de su economía, pues no exige instalaciones costosas. Además, la semilla obtenida en sequeros de calor solar siempre suele presentar una facultad germinativa alta ya que nunca puede sufrir daños por un calentamiento excesivo, inconveniente este muy frecuente cuando la semilla se extrae con calor artificial si esto no se realiza en sequeros con regulador automático de la temperatura de secado.

• Secado en horno:

El secado de las piñas al sol encierra el grave inconveniente de que el hombre no puede actuar sobre los elementos atmosféricos y por consiguiente las operaciones de secado al sol se interrumpen tantas veces como el tiempo se ponga húmedo o llueva, con el inconveniente de que muchas veces cuando las piñas estén casi abiertas, llueva, y se vuelvan a cerrar habiendo retrocedido varias semanas en el trabajo.

En las regiones de clima húmedo esta práctica es totalmente imposible de realizar. Para evitar todos estos inconvenientes se emplean sequeros de calor artificial para secar las piñas de coníferas y de algunos otros frutos, con lo cual se pueden realizar los trabajos de secado durante todas las épocas del año independientemente de las condiciones atmosféricas. Estas instalaciones, sin embargo, tienen el inconveniente de resultar muy costosas y por consiguiente únicamente podrán montarse cuando la producción de semilla sea lo suficientemente alta que justifique estas instalaciones.

El secado en hornos acorta sensiblemente la duración del secado, pudiendo reducirse esta de 2-6 semanas que se viene tardando con el secado al sol a solo a unas horas en los modernos secaderos. El secado, no obstante, deberá regularse cuidadosamente para evitar que la temperatura suba a cifras que puedan ser peligrosas o mortales para la semilla. Para conseguir un secado perfecto deberá someterse las piñas a una corriente de aire caliente cuya humedad vaya disminuyendo gradualmente.

Todo sequero de calor artificial debe de disponer de una cámara de presecado en la cual se depositen las piñas durante un cierto tiempo antes de pasar al horno, para que vayan perdiendo parte de su humedad.

Por ultimo, las piñas secas y abiertas salen del horno y pasan a un volteador para facilitar la caída de los piñones.

El proceso de secado se compone varias fases:

1. Presecado:

La necesidad del presecado puede estar justificada por alguna o varias de estas causas:

- En algunas especies el tiempo que media entre la maduración y la diseminación es muy corto, y por consiguiente, cuando se han de recolectar grandes cantidades de fruto se inicia la recolección antes de la madurez.

- Al iniciarse la recogida de las piñas de una misma especie y en un mismo monte, existen frutos que están maduros, pero otros no lo están, pues no todos maduran simultáneamente.

La duración de este presecado puede ser variable, pero cuanto mas largo sea este curado previo mas completa será la madurez de las piñas y por consiguiente mejor calidad de la semilla. Este presecado deberá ser, como mínimo, de 2-3 semanas, pudiendo alargarse hasta varios meses para las piñas primeramente recolectadas, que son las que poseen un contenido de humedad mayor. Para la mayoría de las especies este presecado no es necesario para las piñas recolectadas al final de la temporada, pues la humedad de las mismas disminuye a medida que avanza la campaña.

2. Secado propiamente dicho: El secado de las piñas se realiza en hornos especiales a una temperatura y humedad tal que el tiempo de secado sea lo mas corto posible, sin que se dañe a las semillas. Los factores que intervienen en el secado son la temperatura y humedad del aire, los cuales deberán regularse para conseguir un secado rápido que no dañe a la semilla.

Para regular la temperatura, las instalaciones modernas disponen de un termostato situado en la entrada del aire de la nave de secado, que regula automáticamente la temperatura del mismo, permitiendo o cortando la entrada de aire frío.

La regulación de la humedad del aire en el interior de la nave de secado resulta mucho más fácil. En las instalaciones modernas se regula forzando más o menos la circulación del aire por medio de ventiladores que arrastran el aire húmedo. Para conocer la humedad del aire en el interior de la nave se montan en distintos puntos higrómetros o que permiten registrar las variaciones de la humedad en el interior del horno.

Según numerosos autores, la humedad relativa en la nave de secado deberá mantenerse a menos del 50% durante el primer periodo de secado y por debajo del 10% al final de la operación.

3. Extracción de la semilla: La extracción de la semilla comprende todas las manipulaciones que hay que someter a las piñas abiertas para que caigan las semillas de su interior.

En los sequeros de calor artificial esta operación únicamente tiene que realizarse cuando durante el secado en el horno no se agitan suficientemente las piñas, pues en otro caso la separación de las semillas se efectúa al mismo tiempo que se realiza el secado, este es el caso de los hornos rotatorios.

Cuando en los hornos de secado no se realiza la extracción de la semilla durante el proceso de secado deberá procederse inmediatamente después de que las piñas abiertas salen del horno a la extracción de la semilla. Esta operación no puede retrasarse, pues las piñas abiertas tan pronto como se pongan en un ambiente frío y húmedo se vuelven a cerrar.

En los sequeros de calor artificial no se puede emplear, generalmente, el volteo manual de las piñas por razones de espacio y por necesitar una mano de obra muy elevada, que encarecería la operación. Para separar las semillas mecánicamente se emplean unos tambores o cilindros giratorios, conocidos con el nombre de volteadores, que realizan la extracción muy rápidamente y con poca mano de obra.

El volteador o tambor rotatorio consiste en un barril o recipiente cilíndrico o rectangular que gira alrededor de un eje central. Las paredes de estos tambores son de malla de alambre o de un enrejado con orificios suficientemente grandes para dejar pasar las semillas aladas, pero no así las piñas.

Cuando el tambor gira las piñas abiertas, colocadas en su interior, golpean repetidas veces unas contra otras y contra las paredes del tambor, con lo cual se desprenden las semillas que caen a través de las paredes del tambor a un recipiente que va almacenando las semillas.

Estos tambores pueden accionarse a mano o bien por medio de un motor y la velocidad de rotación puede regularse según las características de las piñas que se están tratando.

En el comercio existen muchos modelos de tambores o volteadores de piñas, siendo los mas corrientes aquellos que tienen el tambor cerrado por ambos extremos y que para su funcionamiento habrá que cargar y descargar el tambor en cada ciclo de la operación.

En las instalaciones grandes, donde la extracción es una operación continua, se pueden montar tambores o volteadores, de ciclo continuo, formados por un tambor muy largo, abierto por ambos extremos y ligeramente inclinado para que, al girar, las piñas se vayan desplazando lentamente desde un extremo a otro del tambor. Este sistema, si bien presenta la ventaja de una operación continua, tiene el inconveniente de que al tener que girar lentamente para evitar que las piñas se desplacen demasiado rápidamente a lo largo del tambor, la extracción resulta incompleta en muchos casos.

Para tipo especiales de frutos con semillas muy pequeñas, como son los gálbulos de ciprés, se emplean volteadores especiales de pequeño tamaño, especialmente ideados para estas especies.