PRODUCCIÓN DE PLANTAS

PRODUCCIÓN DE PLANTAS

Juan Carlos Pérez López

Volver al índice

DESPULPADO DE FRUTOS CARNOSOS:

Para obtener la semilla limpia de los frutos carnosos es preciso separar dichas semillas de la pulpa. Esto puede lograrse macerando los frutos en agua. Para ello, se pueden poner los frutos carnosos en recipientes abiertos hasta que éstos se reblandecen e inician la pudrición. Después se ponen en agua, a la cual en muchos casos se añade un poco de lejía, y se dejan en ella hasta que las semillas terminan por separarse de la pulpa, cayendo al fondo. Las partes carnosas quedan flotando, por lo cual se pueden separar con facilidad. La semilla limpia se deja secar a la temperatura ambiente hasta un contenido de humedad suficientemente bajo para que se pueda almacenar. Después de bien secas se limpian convenientemente, quedando en condiciones para su siembra o almacenaje.

Aunque esta pudrición, antes de la extracción, puede ser conveniente para algunas especies, pues suele contribuir a vencer el letargo que pueden presentar, en otros muchos casos puede resultar perjudicial para a semilla, especialmente si la semilla se tiene que almacenar. Si en la fermentación se llega a producir ácido acético los daños que se ocasiona a la semilla suelen ser considerables.

Para extraer la semilla de los frutos carnosos, sin necesidad de que estos sufran una pudrición previa, se pueden emplean- distintos tipos de máquinas, que van desde la hormigonera al pelador de patatas, pasando por las machacadoras, desgranadoras de maíz, maceradoras, prensas para uvas, etc., pero siempre empleando agua corriente para evitar que se forme una pasta, con lo cual no se podría efectuar la separación de la semilla de la pulpa carnosa. Sin embargo, estas máquinas únicamente se pueden emplear para tipos determinados de frutos, y como consecuencia, únicamente, se utilizan esporádicamente y nunca de una forma habitual.

Cuando se desea extraer una pequeña cantidad de semilla se emplean procedimientos manuales simples que dan muy buenos resultados, como el pisar los frutos en artesas o cubos para separar la semilla o el frotar dichos frutas contra una criba, por la que no pasen las semillas. En ambos casos se emplea una corriente de agua para que arrastre la parle carnosa de los frutos.

En los centros productores de semilla se emplean siempre máquinas, especialmente diseñadas para este objeto, con las cuales se pueden obtener unos rendimientos diarios muy altos.

Durante las operaciones de extracción, tanto si se emplea el macerador como la machacadora, deberá proyectarse continuamente un chorro de agua contra los frutos cuyas semillas se están extrayendo, para que la operación pueda realizarse y no se forme una pasta imposible de manipular.

Las semillas, una vez separadas de la pulpa, se dejan secar hasta un contenido de humedad bajo, procediéndose luego a un limpiado en seco antes de su almacenaje o siembra.

En algunos casos especiales no se procede a la extracción de la semilla de los frutos carnosos, empleándose como «semilla» los propios frutos secos. Para ello bastará con extender dichos frutos en capas delgadas, al sol o bajo la acción de una fuente de calor artificial; estos frutos se removerán periódicamente para facilitar su secado y evitar que fermenten. Este sistema tiene muchos inconvenientes, pues en muchos casos, la pulpa contiene sustancias inhibidoras de la germinación, que impiden o dificultan enormemente la germinación de estas semillas y siempre resulta muy difícil o incluso imposible almacenar los frutos dejados secar, en condiciones de seguridad.