ELEMENTOS PARA ENTENDER LA CRISIS MUNDIAL ACTUAL

ELEMENTOS PARA ENTENDER LA CRISIS MUNDIAL ACTUAL

Víctor H. Palacio Muñoz
Miguel Ángel Lara Sánchez
Héctor M. Mora Zebadúa

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1.3 Una visión heterodoxa del comportamiento de la economía mexicana

Para realizar este análisis utilizaremos información del 2007.

El gobierno de Calderón se ha planteado crecer entre 3 y 3.5% al año en su sexenio, durante el año pasado la situación fue como sigue.

Veamos: desde el punto de vista de la oferta, el PIB tuvo un incremento del 3.2% en relación al 2006; las importaciones crecieron 8.2% en el mismo periodo (INEGI, 2008).

Ahora bien, si se observa el comportamiento de la demanda se tiene lo siguiente: el consumo privado (donde nos encontramos todos los que consumimos) creció en 4.1%, lo que indica que el aumento del 3.2% del PIB no fue suficiente para satisfacer las necesidades de los consumidores y ello explica el por qué del aumento de las importaciones; la formación bruta de capital fijo o acumulación de capital (AK) creció en 6.7%, siendo el crecimiento de la pública de 7.3% y el de la privada de 6.5%.

Debe notarse aquí que la actividad inversora por parte del Estado fue mayor que la de los capitales privados, más preocupados en las labores especulativas.

Finalmente, las exportaciones se incrementan en 5.5%, con lo que los sueños apertu ristas y globalizadores de las autoridades no se cumplen del todo.

Pero vayamos más al fondo de las cosas.

Cálculos y metodologías al margen, se tie ne que durante el primer trimestre de 2007 la riqueza social producida, entendida ésta como la plusvalía generada en los sectores económicos productivos, o sea, dejando de lado al sec tor improductivo que se apropia de lo que aquel produce, esta plusvalía representa el 75.3%, mientras que los salarios productivos se quedan con el 24.7% de lo generado.

Al relacionar el producto excedente (valor agregado neto) con el producto necesario (salarios a trabajadores productivos), se obtiene una tasa de plusvalía de 4.01.

Esto es, por cada peso pagado a los trabajadores productivos, se generaron para el sector empresarial (o burguesía, como se prefiera) $4.01.

Debe entenderse que este es un promedio, ya que si sabemos que sólo mil empresas generan el 80% del PIB, más de 4 millones de estableci mientos concentran el 20% del producto, y en ellos se encuentra la mayor parte de los traba jadores, con bajos salarios en casi todos los casos.

Es por ello que en empresas grandes la plusvalía es muy alta.

Por otra parte, el valor de la hora de la fuerza de trabajo pagada a trabajadores productivos es de $0.1996, es decir, la hora pagada a la clase obrera es de $0.20 en promedio.

Esto, traducido en minutos de trabajo, nos plantea que por cada hora laborada los trabajadores se quedaron con el equivalente a 12 minutos en promedio y los empresarios se embolsa ron 48 minutos.

Por otra parte, si se relaciona la tasa de plusvalía con el valor de la hora de la fuerza de trabajo se obtiene un indicador clave que es el potencial de reproducción ampliada, el cual nos muestra el excedente que se genera por unidad de producción.

Este coeficiente demuestra, ni más ni menos, la capacidad potencial que tiene la economía para generar ex cedentes.

En otras palabras, indica el “máximo nivel de inversión y crecimiento al que podría llegar –bajo condiciones muy ideales– el sistema económico.

En cierto sentido, podríamos hablar de un ‘techo’ (el más alto) al proceso de acumulación” (Valenzuela, 1999).

Al realizar los cálculos pertinentes se tiene que el potencial de reproducción ampliada para 2007 es de 0.8004 o 80.04%.

Lo que quiere decir que la economía mexicana dispone de 80% de lo que produce para llevar a cabo inversiones.

Es evidente que ninguna econom ía invierte todo lo que genera de excedentes, pero si se tiene un potencial de casi 80% ¿por qué sólo se invierte el equivalente al 22.5% del PIB como ocurrió en 2007?

Por otro lado, para que la economía pueda funcionar y, en lo posible, evite crisis económicas de gran envergadura, se requiere de una serie de gastos que coadyuven a la realización del excedente producido.

Esto es, “en una economía de mercado, para usar los productos que integran el excedente, primero hay que comprarlos.

Esto, a su vez, significa que en tal momento los correspondientes valores de uso se realizan como valores.

“Para dar cuenta de este muy crucial fenómeno nos permitimos proponer una nueva categoría: gastos que realizan el excedente (GRE).

Se trata de aquellos gastos o componen tes de la demanda global que compran los productos mercancías que integran el Producto Excedente (o “plusvalía potencial”) y que, por ende, transforman a las correspondientes mer cancías en dinero, en trabajo intercambiable por los resultados de cualesquier otro trabajo.

De este modo, el trabajo gastado o incorporado en esos bienes (gastado, inicialmente, a títu lo privado) se reconoce como trabajo social.

Es decir, como valor” (Valenzuela, 2007).

Los “gastos de realización del excedente (GRE) son tres: a) la acumulación de capi tal; b) el saldo de la balanza comercial; c) los usos o gastos improductivos que están com puestos por tres rubros: consumo de los asalariados improductivos, consumo de los capitalis tas y consumo del gobierno” (Valenzuela, 2007).

Los GRE o plusvalor realizado llegan a 1,983,030 MDP, en donde el rubro más impor tante lo representan los gastos improductivos, llegando a un 92.9% de dichos GRE.

Este dato es muy alto y evidencia el sentido improductivo y parasitario de nuestra economía.

La cuestión que sigue es la realización de la plusvalía producida.

Para ello es menes ter relacionar la plusvalía realizada o GRE con la plusvalía producida.

Esta última será el resultado de añadir al Producto Interno Neto (PIN) el total de las importaciones, ya que en una economía con una apertura comercial de más del 80%, las importaciones que entran al país son plusvalía que viene de otras naciones, por lo que debe considerarse en términos de la realización tanto la plusvalía generada al interior como la que viene de fuera.

Así, al dividir los GRE o plusvalía realizada entre la plusvalía producida, nos da un coeficiente de realiza ción de 0.8310.

Esto es, del total de la plusvalía producida (nativa e importada), solamente se realizó o vendió el 83.1%.

Dicho de otro modo, no se vendió el 17% de lo generado.

Esta cifra supone la existencia de una crisis de realización importante donde casi la quinta parte de lo elaborado no encontró mercado.

Dato éste que es coherente con la baja en el consumo de la población y la presencia de ingresos cada vez más exigüos en ésta.

Además, en 2007, con este indicador se nos estaba anunciando un desequilibrio estructural de nuestra economía, un problema de venta o realización de mercancías, al cual no se le supo poner lími tes.

Visto desde otra perspectiva podría decirse que hay un exceso de demanda que no obtiene su contraparte en la oferta generada, lo que trae como consecuencia baja en el ritmo de crecimiento de acumulación de capital, importaciones para cubrir la demanda, aumento del desempleo y la priorización de actividades improductivas y especulativas.

Al mismo tiem po, las empresas utilizan menos de su capacidad instalada: a marzo de 2007 el uso de la capacidad instalada era de 82.8%.

Cabe señalar que una cifra como ésta indica, también, un alto grado de monopolización de la economía.

Cuando los monopolios dominan, no ven la necesidad de utilizar el grueso de la capacidad instalada.

Recuérdese que 500 empresas controlan el 80% del PIB.

Finalmente, hablemos algo en torno a lo que le da soporte a la economía nacional.

Ya se señaló los altos niveles de plusvalía que genera la clase trabajadora del país.

Ahora de mos un dato en torno a la productividad del trabajo.

En todos los años de gobierno panista, 2001 a la fecha, la productividad por trabaja dor ha crecido 22.1% en términos globales, los salarios 7.3% y los costos unitarios -23.7%.

La productividad ha crecido tres veces más que los salarios y los costos han disminuido notablemente.

Por tanto, lo que se deduce de lo anterior es que el crecimiento económico se ha fincado, para no variar, en las espaldas de los trabajadores, con su productividad, con los altos niveles de plusvalía, a bajos costos y con salarios también bajos.