ELEMENTOS PARA ENTENDER LA CRISIS MUNDIAL ACTUAL

ELEMENTOS PARA ENTENDER LA CRISIS MUNDIAL ACTUAL

Víctor H. Palacio Muñoz
Miguel Ángel Lara Sánchez
Héctor M. Mora Zebadúa

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8. La inversión extranjera directa (IED) anzuelo para transferir capitales de los países pobres a los países ricos

La industria maquiladora de exportación importó activos fijos por 12,422 millones de dólares entre 1994 y 2000, convirtiéndose en el sector más dinámico en la Inversión Extranjera Directa (IED); uno de cada 4 dólares de IED en el 2000 se destinó a la maquila, cuando en 1994 se dirigía sólo uno de cada 16.7.

No obstante, el índice de productividad de las maquiladoras se redujo de 1994 a 1999 en 6.8%.

Razón por la cual de octubre de 2000 a febrero de 2002 se perdieron 310,000 empleos.

Durante 2001 cerraron 253 maquiladoras y el número de horas trabajadas disminuyó 23.4%.

El 70% de las maquiladoras que cerraron emigraron a otros países, pero los cierres sólo explican el 39.4% de los empleos perdidos; otro 16.6% se explica por cierre de empresas que no emigraron y 44% se debe a reducciones de personal (Bossio Rotondo, 2002).

Los cierres afectaron a casi todas las maquiladoras, desde las del calzado, hasta la de ensamble electrónico, pasando por las de electrónica y la de partes para la industria automotriz.

La crisis de la maquila perjudicó a todo el subcontinente, pues entre el 15.3% y el 20.6% de la fuerza de trabajo ocupada en esta industria a fines de 2000, en 2002 se encontraba desocupada y trabajando menos días y horas de lo acostumbrado.

En México el problema es más grave porque concentra el 70% de la fuerza de trabajo empleada por la maqui la de exportación en América Latina (Bossio Rotondo, 2002).

Si las maquiladoras reducían su producción no era sólo porque emigraran, como ya se anotó, sino porque la demanda en los países en que colocaban sus mercancías estaba disminuyendo, debido al empobrecimiento generalizado de la población mundial, incluyendo a la de los países ricos.

En la industria maquiladora se agrega poco valor al producto.

Por lo que las cifras de exportación manufacturera al incluirla resultan engañosas, pues dan la impresión de que México es un país exportador de manufacturas, cuando sólo se maquilan productos.

En 1990 las exportaciones totales del país fueron equivalentes a 40,710 millones de dólares, de los cuales el 68.3% provenían de las manufacturas, pero 34% correspondió a la maquila de exportación y, en consecuencia, la exportación de manufacturas equivalió al 49.8% y no al 68.3% del total.

En el año 2000 las exportaciones manufactureras fueron a 145,334 millones de dólares; 79,467 correspondieron a la maquila.

Pero hay que recordar que la maquila im porta prácticamente todos sus insumos, por lo que antes de dichas exportaciones se hicieron elevadas importaciones; el 97.2% de materias primas, envases y empaques son adquiridos en el extranjero, por cada dólar exportado deben importarse 1.50 dólares (González, 2002).

La OIT afirma que de 1994 a 2002 la cantidad de desempleados en todo el mundo pasó de 800 millones a 1000 millones de personas.

Esto es posible porque en el mundo globalizado existen dos mercados: el mega mercado dedicado a transacciones entre empresas y el dedicado a los consumidores finales.

Las grandes operaciones se realizan en el mega mercado y a las empresas dedicadas al mercado del consumidor final con veinte años de ventas contraídas, el efecto fue devastador.

Durante poco más de dos décadas para el neoliberalismo la mayoría de la humanidad era sólo sobrante.

La Dra. Martha C. Vargas T., de la Universidad de los Andes de Bogotá, afirma que la Inversión Extranjera Directa (IED) es una fuerza conductora de la globalización.

Se estima que las ventas de bienes y servicios globales hechas por unas 280,000 filiales extranjeras de las multinacionales, en 1995, llegaron a 7 billones de dólares.

El producto bruto de las filiales extranjeras se triplicó entre 1982 y 1994 y el monto de la IED mundial se multiplicó por 4 en el mismo periodo, o sea que las grandes empresas de los países ricos multiplicaron su inversión y ganancias en el mundo pobre.

En 1996 el monto mundial de IED se estimó en 3.2 billones de dólares y los activos mundiales de las filiales extranjeras, se valoraron en 8.4 billones de dólares en 1994.

Se calcula que un 70% de los pagos de regalías a nivel mundial son transacciones entre empresas matrices y sus filiales extranjeras, es decir, la mayoría del comercio internacional se hace entre las matrices y sus filiales.

Las IED casi no benefician a los países que las reciben, ya que las multinacionales invierten en sus propias filiales extranjeras.

Los países que controlan las exportaciones de capitales son un puñado, encabezado por los EUA.

En 1995–1996 las fusiones y las adquisiciones de empresas transfronterizas desempeñaron un papel importante en las IED; constituyeron el 45% de las IED mundiales y no se destinaron a crear nuevas empresas sino a tomar el control de las existentes, muchas de ellas entidades públicas que al privatizarse pasaron al poder de los oligopolios mundiales.

Las 100 mayores empresas transnacionales, poseen activos con valor de 1,7 billones de dólares en sus filiales extranjeras, controlando un 20% de los activos extranjeros mundiales.

En los EUA, la mitad del monto acumulado de las salidas de inversiones correspondió a 25 empresas transnacionales.

Con ventas extranjeras por 2 billones de dólares y casi 6 millones de empleados en el exterior, las 100 mayores empresas transnacionales dominan la producción internacional.

EUA, la Unión Europea y Japón son el origen del 87% de las 100 principales empresas transnacionales.

Paralelamente, crece la inversión extranjera en cartera en los países en desarrollo.

En 1993 su valor se triplicó respecto al año anterior.

Se calcula que de 1992 a 1994 más del 35% de las inversiones hacia los mercados emergentes procedía de los EUA, 15% del Japón y 11% de Inglaterra.

Estas inversiones son inestables y junto con los movimientos de capita les, especulan con los diferenciales cambiarios y determinan la devaluación o la reevaluación de cualquier moneda y el auge o la caída de las bolsas de valores.

Estas inversiones se diri gen principalmente al sector privado, en alrededor de dos tercios del total.

En 1990 era sólo del 44%, pues el sector público era el principal receptor de inversión y préstamos extranjeros.

Las inversiones y préstamos que se dirigían a obras públicas, posteriormente se dedicaron a negocios privados (Palacio, 2005).

Al mismo tiempo que la humanidad tiene hoy la posibilidad de derrotar el hambre, por el enorme poder de producción que genera la revolución tecnológica, buena parte del género humano ve cómo se agravan sus problemas de supervivencia diaria, pues de una población mundial de 6,500 millones de personas, 3,000 millones viven con menos de 2 dólares diarios, y otros 1,500 millones, con menos de un dólar diario.

Las diferencias de ingresos entre el 20% de la población que vive en los países más ricos y el 20% que vive en los más pobres era de 30 a 1 en 1960, de 60 a 1 en 1990, yen 1997 era de 74 a 1.

El 20% más rico es dueño del 86% del producto bruto mundial y las 3 personas más ricas del mundo tienen activos superiores al producto nacional bruto sumado de los 48 países más pobres.

La ONU afirma que con una contribución del 1% de la riqueza de las 200 personas más ricas del mundo, se podría dar educación primaria a todos los niños del planeta y que el 20% más rico de la población mundial tiene el 93.3% de los accesos a Internet y el 20% más pobre sólo el 0.2%.

Además, para un habitante medio de Bangladesh comprar una computadora representa más de 8 años de ingresos, pero para un estadounidense promedio apenas 15 días de sueldo.

Juan Somavía, Secretario General de la OIT dice que “la globalización destruye las industrias tradicionales y crea un aumento del número de desempleados, superior al que los sectores industriales de tecnologías avanzadas son capaces de absorber”.

La CEPAL destaca que “...los años 90 contribuyeron a perfilar una nueva estratificación ocupacional que no favorece la movilidad social ni una mejor distribución del ingreso.

La precariedad del empleo es ahora más generalizada”.

Los latinoamericanos padecen pobreza (casi el 50% de la población), desigualdad (la mayor del planeta), altas tasas de desocupación y trabajo precario.

Siete millones de adultos mueren anualmente por enfermedades como la tuberculosis y malaria que pueden prevenirse y curarse con costos reducidos.

Casi la mitad de las muertes de niños en países pobres, se debe a diarreas y enfermedades respiratorias agravadas por la desnutrición.

Según la Comisión Mundial del Agua los pobres la compran muy cara; en promedio pagan doce veces más que los estratos medios y altos.

En Lima, Perú, las familias pobres pagan a los vendedores 20 veces más por metro cúbico que la clase media, en Jakarta 60 veces más y en Karachi 83.

El Dr. Ángel María Ibarra Turcios, Presidente de Unidad Ecológica Salvadoreña, señala que en la mundialización los centros hegemónicos (USA, Unión Europea y Japón) ejer cen el control total de la economía: del 20% más rico del planeta depende el 81.2% del comercio, el 86% del consumo privado, el 80.6 % de la inversión, el 80.5% del ahorro y el 82.7% del Producto Mundial Bruto; mientras que el 47% de la población más pobre (más de 2,700 millones) sobrevive con ingresos anuales menores al monto de la riqueza de los 225 habitantes más ricos del mundo.

La globalización neoliberal produjo una perversa concentración de las riquezas en unas cuantas empresas trasnacionales y empobreció a la mayoría de la humanidad.

En nuestro país los últimos gobiernos aumentaron las libertades de importación y exportación de mercancías, la entrada y salida de dinero, el valor de nuestra moneda, etc.

Liberaron toda la economía, excepto los salarios, pues dicen que si los trabajadores ganamos salarios dignos los negocios dejan de serlo y por lo tanto nuestro salario y, en consecuencia, la calidad de nuestras vidas estorba a la libertad de hacer mucho dinero.

Todas afirmaciones erróneas, a la luz de la crisis mundial actual.