ELEMENTOS PARA ENTENDER LA CRISIS MUNDIAL ACTUAL

ELEMENTOS PARA ENTENDER LA CRISIS MUNDIAL ACTUAL

Víctor H. Palacio Muñoz
Miguel Ángel Lara Sánchez
Héctor M. Mora Zebadúa

Volver al índice

13. El carácter ficticio del capital financiero

En este sistema donde se profundiza la separación entre la propiedad del capital y su función en la producción, se crean masas de activos financieros sin contrapartida real, de manera que la riqueza se convierte en más ficticia que real.

La separación entre lo real y lo financie ro, entre un capital real y un capital ficticio, lleva a que fácilmente nos perdamos en el terreno de las apariencias y no se entienda lo que ocurre en la realidad, como fue planteado respec to a los activos financieros y el PIB estadounidense, cuestión que ocurre también a nivel mundial en donde los activos financieros representan 3.6 veces más que el PIB del mundo.

Los otros títulos como las acciones y las obligaciones de la empresa privada, no re presentan, como en el caso de la deuda pública, un capital puramente ilusorio.

Representan un capital realmente invertido en la empresa de cara a su fructificación, sin embargo, como acabamos de ver, tiene una existencia relativamente autónoma frente a este capital real.

Su valor de mercado puede fluctuar sin que se modifique el valor del capital real.

Este valor es en parte especulativo ya que está determinado no sólo por las entradas reales, sino también por las entradas esperadas, calculadas por anticipado.

Oscila con el monto de las sumas que se espera y en función de la evolución de la tasa de interés con la que las sumas son des contadas.

Su valor es siempre el rendimiento capitalizado, es decir el rendimiento calculado sobre un capital ilusorio conforme al tipo de interés imperante.

En estos tiempos de estrechez en el mercado dinerario (de escasez de la moneda), estos títulos y obligaciones bajarán de precio: en primer lugar, porque aumenta el tipo de interés, y en segundo, porque se los lanza masivamente al mercado para realizarlos en dinero.

Esta caída del precio tiene lugar inde pendientemente de si el producido que aseguran estos papeles a su poseedor es constante, como el caso de los títulos de Estado, o de si la valorización del capital real que representan, como ocurre en las empresas industriales, también resulta afectada posiblemente por las perturbaciones del proceso de reproducción.

Una vez pasada la tempestad estos títulos vuelven a ascender a su nivel anterior, en tanto no representen empresas fracasadas o frau dulentas.

Su depreciación durante la crisis obra como un poderoso medio para centralizar el patrimonio dinerario.

Si las bolsas de valores bajan, se debe a que los precios de las acciones que ahí se están vendiendo han disminuido en el mercado.

Así, uno es el precio que tienen dichas ac ciones en el mercado y otro el que en realidad detentan a su interior: o sea, nos referimos a la diferencia entre el valor de mercado y el valor en libros que tienen las acciones en la em presa correspondiente.

Es por ello que ante una situación como la que se está viviendo, las empresas se declaran en quiebra al carecer de los medios para poder pagar a los poseedores de acciones, quienes reclaman su pago a precios de mercado y no a lo que en realidad valen las acciones de la empresa.