ELEMENTOS PARA ENTENDER LA CRISIS MUNDIAL ACTUAL

ELEMENTOS PARA ENTENDER LA CRISIS MUNDIAL ACTUAL

Víctor H. Palacio Muñoz
Miguel Ángel Lara Sánchez
Héctor M. Mora Zebadúa

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10. Una burguesía enana

Sin olvidar los aspectos estructurales que determinan el saqueo económico de los países en desarrollo por parte de las empresas multinacionales de los países ricos, es necesario reconocer que hay de burguesías a burguesías.

Durante décadas se ha dicho que los mexicanos somos flojos, que las crisis económicas internacionales nos empobrecían, que la corrupción era la culpable de que no saliéramos de la miseria y últimamente se dice que somos poco productivos y carecemos de competitividad.

Sin embargo, otros países que eran más pobres, que cuentan con menos recursos naturales, que estaban más atrasados o que padecieron guerras, lograron mejorar sensible mente su nivel de vida.

Si México no logra su desarrollo económico es porque desde el triunfo de los insurgentes en la guerra de independencia, las clases dirigentes han sido incompetentes, enanas, centaveras y apátridas; sin conciencia de clase ni visión histórica y nunca les ha interesado hacer de México un país grande, rico y poderoso; sólo les ha interesado enriquecerse en poco tiempo con el menor esfuerzo.

Mientras en otros países se promovían la ciencia y el desarrollo tecnológico, nuestros empresarios preferían los métodos de producción que empleaban de manera intensiva y hasta cruel la fuerza de trabajo, es decir, mientras en Europa y EUA se promovía la mecanización del campo y la industria, en México los hacendados sembraban café, tabaco, cacao y henequén a fuerza de sobreexplotar a los trabajadores, sin ocuparse de promover la introducción de maquinarias, sin gastar un centavo en investigación y desarrollo de tecnología para introducir métodos y máquinas que aceleraran y facilitaran el trabajo, haciéndolo más económico y eficiente.

Prefirieron tener a muchos trabajadores virtualmente esclavizados, con salarios de hambre y explotarlos hasta matarlos.

Mientras en la industria (textil, minero-metalúrgica, manufacturera, etc.) la competencia mundial se centraba en el desarrollo tecnológico y científico y consecuentemente los empresarios invertían parte importante de sus ganancias en ello, en México por el contrario, los empresarios prefirieron aliarse a extranjeros que les trajeran las tecnologías listas para usar se, comprar tecnologías anticuadas (pero baratas) y aplicarlas en sus empresas; o bien, optaban por prolongar la jornada de trabajo o por pagar a destajo para poder exigir al obrero más trabajo por la misma retribución.

El empresariado mexicano siempre ha sido flojo, individualista, tacaño y mezquino.

En el siglo XX, países como Alemania y Japón salieron de la miseria, no una sino dos veces, y nuestro empresariado permaneció en la holganza.

Los famosos tigres asiáticos decidieron salir adelante y para ello invirtieron grandes cantidades en educación, ciencia y desarrollo tecnológico: en menos de 30 años los resultados fueron palpables.

En nuestro país los empresarios se la pasaron lloriqueando que el gasto en educación era excesivo, cuando en realidad nunca ha sido suficiente.

En países como Inglaterra, Canadá, EUA, etc., las cargas impositivas a las empresas y a sus ganancias fueron muy altas durante mucho tiempo, y en algunos aun lo son, pero en México los señores ricos, siempre mezquinos, se quejaban de que sus ganancias eran escasas.

Pero si sus negocios fueran tan malos y sus ganancias tan raquíticas como dicen, no tendríamos 500 supermillonarios, no nos cabría el honor de contar con el millonario número 1 del mundo y algunas de las empresas más poderosas como Cemex, Grupo México, Televisa, Telmex y otras muchas, y haber colado a las listas de los más ricos del mundo a casi 50 mexicanos.

Tenemos un empresariado tacaño, que no le gusta compartir la riqueza: lo que entre todos los mexicanos generamos se lo agencian ellos y por eso algunos tienen fortunas que envidian no pocos multimillonarios europeos y norteamericanos, que incluso se quejan de competencia desleal, porque para los empresarios mexicanos es más fácil violar la ley, sobre explotar a los trabajadores y no cumplir sus obligaciones sociales, que para los empresarios del primer mundo.

De acuerdo a un estudio de Transparencia Internacional realizado en 2008, el empresariado mexicano es el tercero más corrupto del mundo, después del ruso y el chino.

Durante el neoliberalismo la actitud de los empresarios ha sido la misma, quejarse pero no invertir, quejarse pero no modernizarse y culpar al gobierno (por corrupto) y a los trabajadores (por improductivos) de “su desgracia”, a la que arrastran a todo el país.

La mayoría de los empresarios mexicanos son timoratos, de mente pequeña y sin el menor sentimiento patriótico.

Incluso algunos de los más exitosos, lo son a costa de saquear al país, mediante relaciones deshonestas con políticos, tráfico de influencias, compra de in formación privilegiada, préstamos ilegales para comprar paraestatales, alianzas políticas con el gobierno a cambio de protección, envío de créditos no pagados e ilegalmente asignados al IPAB, etc.

El primer y mayor obstáculo que no deja a México progresar y salir de la miseria, es su clase empresarial, su burguesía.

Hay que pensar en ello cada vez que escuchemos a los empresarios quejarse del país, del gobierno y de los trabajadores, y preguntemos ¿Qué han hecho en 200 años por México todas las generaciones de empresarios, además de enriquecerse e hipotecar al país?