ELEMENTOS PARA ENTENDER LA CRISIS MUNDIAL ACTUAL

ELEMENTOS PARA ENTENDER LA CRISIS MUNDIAL ACTUAL

Víctor H. Palacio Muñoz
Miguel Ángel Lara Sánchez
Héctor M. Mora Zebadúa

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2.2 Política fiscal y de gasto público

La autonomía del Banco de México y la estabilidad del tipo de cambio han llevado paulati namente a que el gobierno deje de tener una política fiscal, con lo cual no se incrementa li bremente ni el gasto público (que representó el 22.8% del PIB en 2001 y 22.2% en 2007) ni el déficit fiscal (2.6% del PIB en 2001 y 0.0% en 2007) (Fox, 2006; CEFP, 2007; SHCP, 2007).

Al contrario, la propuesta teórica y práctica de las autoridades radica en buscar el equilibrio a toda costa, con un pequeño déficit, con la finalidad de evitar presiones inflaciona rias o elevados niveles de endeudamiento.

Esto obliga al gobierno a disminuir su gasto, ven der empresas y activos, lo que posibilita la reducción relativa de la deuda pública y el ajuste fiscal.

Evidentemente, en todo este proceso, se constriñe el mercado interno y las ganancias de las empresas productivas.

De esta manera, la política fiscal y de gasto público están su bordinadas a los objetivos de la política monetaria.

El círculo es el siguiente: el banco central controla el crecimiento de la oferta moneta ria ya que está convencido de que la inflación tiene origen monetario; para controlar la infla ción hay que mantener la tasa de interés por arriba de la inflación, con ello se contrae la in versión y la demanda.

Esta política procíclica ha traído como consecuencia que la proporción de la inversión en relación al PIB se mantenga en bajos niveles: fue de 19.4% en 2001 y de 22.2% en 2007; y que la demanda haya tenido una TMCA de 2.9% entre 2001 y 2007 (Fox, 2006; CEFP, 2007).

Conjuntamente con esto se promueve la entrada de capitales (la IED crece global mente, entre 2001 y 2007, 14.6%), se aprecia el tipo de cambio (de junio de 2006 a junio de 2007 se apreció el peso en 2.4%, al pasar de $11.05 por dólar a $10.79) (Banxico, 2007) y se hace posible el abaratamiento de las importaciones y la reducción de la inflación.

Teóri camente, esta apreciación beneficia a las finanzas públicas ya que se paga menos por con cepto del costo financiero de la deuda externa porque al convertir a pesos el saldo de la deuda externa, ésta se reduce.

La búsqueda incesante por reducir la inflación y estabilizar el tipo de cambio para de tener el crecimiento de la oferta monetaria, ha llevado a que la política monetaria subordine a la política fiscal.

La política monetaria y fiscal son contraccionistas teniendo como meta prioritaria la baja en la inflación.

Para ello se auxilian con el alza de la tasa de interés como se vio arriba y con la reducción del gasto público.

Esta política contraccionista nos muestra que la tasa de interés crece por arriba del PIB (en 2001 la tasa de interés era de 11.6% y el PIB creció en 0.2%; para 2007 la propor ción fue de 7.8% y 2.8%, respectivamente), esto es importante ya que los capitales al perca tarse que las posibilidades de obtener beneficios son más claras en la especulación, prefie ren invertir con altas tasas de interés, las cuales les aseguran mejores rendimientos que lo ofrecido en la economía real.

Debe quedar muy claro que los ingresos que obtiene el gobierno no son otra cosa más que excedentes generados por los trabajadores.

Posteriormente, en forma de gasto, el recurso es distribuido por el gobierno en forma desigual y va en poca monta a los asalaria dos.

Los ingresos se dividieron en junio de 2007 en 33.2% de ingresos petroleros y 66.8% de ingresos no petroleros.

De estos últimos nos interesan los llamados ingresos tributarios.

Es tos ascienden a 553.9 MMP, de éstos, el 51.6%, o sea 276.9 MMP es dinero que se capta por concepto del impuesto sobre la renta (ISR).

Este impuesto lo pagan "personas físicas" (trabajadores cautivos y asalariados comunes y corrientes) y "personas morales" (empresas y personas que realizan actividades empresariales).

Pues bien, en junio de 2007 las empre sas ("personas morales") pagaron 120.1 MMP, 43.4% del total del ISR; mientras que las "re tenciones por salarios" y el pago de "personas físicas" llegó a 129.9 MMP, 46.9% del total del ISR (CEFP, 2007).

¿Qué nos dice esta información? Que la burguesía mexicana y extranjera que opera en el país, con toda la inmoralidad del mundo y el apoyo del Estado, pagó menos en materia de ISR que lo pagado por los trabajadores mexicanos.

¿Cómo es posible que los diputados y senadores que se dicen de izquierda hayan dejado pasar una situación como ésta? Y ¿cómo se atreven, además, a votar y a autorizar que la tasa del ISR a personas morales baje de 29% en 2006 a 28% en 2007.

Además, se ha aprobado el impuesto empresarial de tasa úni ca (IETU), del 14%, de tal suerte que los empresarios pagarán la tasa más alta que tengan, ya sea el ISR o el IETU.

Sin embargo, se ha dejado pasar una oportunidad significativa para que los empresarios que pueden evadir impuestos, tener bonificaciones y llevar a cabo de ducibilidades, paguen lo que realmente les corresponde y no que todo el peso recaiga en los contribuyentes cautivos: los trabajadores.

Si la reforma fiscal verdaderamente gravara la totalidad de las ganancias de la bur guesía habría recursos para financiar las actividades productivas que requiere el país.

Pién sese al respecto que el ISR aplicado a empresas de los países avanzados es del 30% en promedio; en países atrasados como la República Democrática del Congo, los empresarios pagan 40% de ISR (FMI, 2008).

Sea lo que fuere, la participación tributaria de los capitalistas nacionales y extranjeros es pequeña y la mayoría recae en los asalariados a quienes expolian de sus salarios y trans fieren de la plusvalía sacada a ellos para pagar impuestos.

2.3 La deuda

Con austeridad fiscal y disminución de la inflación, se contrae el gasto público, manteniéndose la tasa de cambio.

Esto ha colocado al país en una situación de insolvencia financiera ya que la deuda pública interna y externa se han convertido en un problema de soberanía finan ciera: en junio de 2007 estas deudas representaban el 31.2% del PIB; si a esta cifra se le agrega la deuda que se tiene con el IPAB, el país tiene deudas por un 39.5% del PIB (Banxi co, 2007; CEFP, 2007).

O sea, por cada peso generado en el PIB, el 40% se adeuda a nues tros acreedores.

Es evidente percibir que la política económica está subordinada a los intereses del gran capital financiero nacional e internacional y que la disciplina fiscal, junto con la reduc ción de la inflación, no genera condiciones para el crecimiento económico y tampoco para la distribución del ingreso.