ELEMENTOS PARA ENTENDER LA CRISIS MUNDIAL ACTUAL

ELEMENTOS PARA ENTENDER LA CRISIS MUNDIAL ACTUAL

Víctor H. Palacio Muñoz
Miguel Ángel Lara Sánchez
Héctor M. Mora Zebadúa

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12. Patrón de acumulación dependiente del capital financiero

El primer aspecto que es importante destacar es el crecimiento del sector financiero.

En él se incluyen las sociedades financieras propiamente dichas, los fondos mutuos y los de pensiones.

En la Gráfica 29 se presenta el desarrollo tenido por los capitales de las empresas fi nancieras y los de las empresas no financieras, en términos de índices.

Esto nos da una idea de cómo los capitales de las empresas financieras son igual o más importantes que los de las no financieras.

Si queremos ser más precisos, veamos lo siguiente: la tasa media de crecimiento anual (TMCA) de los activos fijos en la economía estadounidense creció 5.1% en el periodo 1990-2006; en tanto que los activos financieros lo hicieron en 8.7% al año (BEA, 2008).

Ahora bien, el avance del capital financiero y, específicamente, de los activos finan cieros en el mundo (inversiones en este tipo de bienes) ha sido tan importante que los acti vos financieros en el mundo representan varias veces el PIB mundial.

Así, de 1980 al 2006, se tiene que las inversiones realizadas en títulos de valores, títulos de deuda privada, títulos de deuda gubernamental y depósitos bancarios rebasan en mucho a la economía real.

La Gráfica 30 da cuenta de ello.

Como se percibe, en 1980 los activos financieros representaban 1.19 veces más que el PIB en el mundo; llegando este coeficiente a 3.56 veces más en 2007.

Es evidente que la economía, la explotación de los recursos físicos, materiales, naturales y humanos, está al servicio de los capitalistas financieros en el orbe.

Para el caso de los EUA, según McKinsey, los activos financieros son 5.09 veces más grandes que el PIB norteamericano en 2006 (McKinsey, 2008).

Es evidente, por tanto, que ante una problemática como la que ya está en marcha, la economía en su conjunto se con vulsiona dado el alto grado de dependencia que existe con el capital financiero, ya que basta con que comiencen a irse a la baja algunas variables financieras para que su repercusión alcance límites insospechados.

Es importante insistir en que el capital financiero como tal no financia las actividades productivas e improductivas que componen el PIB, tal y como lo vimos en la Gráfica 4, sino que el grueso de su actividad se dedica a la especulación.

El capital financiero otorga un tipo de crédito proveniente de diversas fuentes, bancos y otros organismos prestamistas, inversores individuales, etc., el cual será suministrado a los capitalistas industriales y comerciales en los fondos necesarios para el financiamiento de sus operaciones y de su expansión.

En el caso de las sociedades privadas que no emiten acciones, las aportaciones ex ternas de fondos se reducen al capital de préstamo.

El crédito a la actividad rentable así de finido, o capital de préstamo en sentido amplio (incluyendo los créditos obtenidos por la ven ta de acciones, los préstamos contraídos con los bancos y otros organismos de financiación y por la emisión de obligaciones), se distingue del crédito comercial en lo siguiente: mientras que el crédito comercial encuentra su origen en los créditos recíprocos que se conceden ca pitalistas industriales y comerciales y su extensión está limitada por la masa de valores en circulación, el capital de préstamo proviene de los ahorros realizados y su extensión está limitada por la expansión de la producción de valor y de la plusvalía, en otros términos, por el proceso de acumulación.

El proceso de endeudamiento que llevan a cabo los gobiernos y las empresas, supone un aumento en los gastos crecientes del financiamiento de la deuda y de su eventual re embolso, que le quitan otro tanto a la ganancia esperada.

Este endeudamiento posibilita la presencia de bancos, empresas o capitalistas que se dedican a la especulación y que adquieren una fracción pequeña del valor de mercado de la empresa codiciada, lo que les permite que puedan declararse compradores de ella, con el dinero prestado por los bancos y obtenido de diversas otras fuentes de financiamiento, entre ellas la emisión especulativa de obligaciones de alto rendimiento y con elevado riesgo.

Un dato al respecto: de las 50 empresas más importantes en los EUA, el promedio de la deuda entre el capital total de las mismas es del 35%.

Es decir, las empresas tienen comprometido más de la tercera parte de su capital en deuda.

Debe señalarse que dentro de este promedio hay empresas que llegan al 5% y otras a más del 70% (The Economist, 2008).

Ciertamente, el capital financiero lleva a cabo la función de financiamiento de los ca pitales industrial y comercial y por ello participa en el reparto general de la plusvalía o exce dentes generados por los trabajadores.

Pero tiene también su propio movimiento, un movi miento que no solo es independiente del capital industrial y del capital comercial, sino que puede entrar en contradicción con ellos.

La forma específica del capital financiero es una forma de capital usurario o capital que cobra un interés.

Tenemos aquí dinero que genera más dinero, valor que se valoriza a sí mismo sin un proceso productivo de por medio.

El capi tal financiero, como un parásito, se alimenta de la ganancia industrial y la ganancia comer cial; esto nos lleva a localizar la fuente del interés y de la ganancia financiera, más allá de las apariencias, en la plusvalía o excedente global creado.

Este capital se nutre de las ganan cias, los salarios, los ingresos no salariales y los ingresos del Estado, obteniendo estos últi mos su propia fuente de las otras formas de ingreso por medio de impuestos.

Pero el capital financiero busca también fructificar invirtiéndose en una multitud de ac tividades del orden puramente financiero o especulativo, liberadas de todo vínculo inmediato con la actividad real de producción y de circulación de las mercancías, de manera que una fracción determinante de las actividades financieras se desarrolla de forma aislada, perma neciendo en el interior del propio sector financiero, como es el caso de lo que se está anali zando.

El capital redobla sus esfuerzos para hacer dinero a expensas de los otros poseedores de dinero, mediante manipulaciones financieras y la especulación bursátil, particularmen te en los periodos de estancamiento económico, de ausencia de perspectivas de inversión rentable en la actividad real, tal y como vino ocurriendo desde 2006.

Los bancos y los otros establecimientos financieros son también prestatarios en una gigantesca red de préstamos que se entrecruzan en el interior del mundo financiero.

La mul tiplicación de créditos internacionales de los bancos privados ilustra especialmente bien este desarrollo autónomo del sector financiero sin ligazón con el sector real.

La compra de meta les, cereales y otros productos alimentarios, materias primas industriales, divisas extranjeras, etc., en mercados al contado y a plazo relacionados entre sí y que hacen que intervengan las llamadas operaciones de cobertura de riesgos relacionados con la evolución de los precios, de las tasas de cambio, etc., son otro ejemplo que hace resaltar la desviación entre transac ciones financieras y transacciones reales.

Para cada transacción real, que implica una entre ga efectiva de mercancías y un pago en sentido inverso, tiene lugar una multitud de opera ciones que se asientan en contratos de pedidos y de entregas que se anulan recíprocamente y que acaban por no dar lugar jamás a un intercambio real.

El mercado de opciones de com pra de títulos bursátiles es otra ilustración de ello.

El desarrollo del capital financiero puede ser adecuadamente caracterizado como el triunfo del empresariado de papel como lo descri be Marx.

A manera de ilustración veamos cómo se han comportado los activos, pasivos y los mercados de derivados de la banca comercial de Estados Unidos.

En la gráfica a continua ción se presenta el comportamiento de estas variables.