ELEMENTOS PARA ENTENDER LA CRISIS MUNDIAL ACTUAL

ELEMENTOS PARA ENTENDER LA CRISIS MUNDIAL ACTUAL

Víctor H. Palacio Muñoz
Miguel Ángel Lara Sánchez
Héctor M. Mora Zebadúa

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3.6 Impacto en el sistema financiero y en el sistema monetario

La moneda que cubre las funciones de dinero mundial sigue siendo el dólar.

Es medida general de valores, medio de circulación, medio de atesoramiento y medio de pago; en fin, “concreción material, absolutamente social, de la riqueza en general”, como lo sintetiza Marx en El Capital, por citar algunas de las funciones esenciales.

Para la oligarquía estadounidense, el dólar es una de sus principales armas de con quista y de dominio, junto con la supremacía político-militar que ostenta a nivel mundial.

Su país es el centro emisor de esta moneda y ello le brinda amplias ventajas que le permiten el control de los hilos financieros más relevantes y la adquisición casi gratuita de materias pri mas fundamentales para la reproducción del capital, tales como el petróleo y el gas.

Cuando la circulación planetaria de las materias primas fundamentales está mediada por el dólar como medida de valor, esta moneda juega por tanto un papel esencial en la producción y la circulación del capital a nivel mundial, de igual forma, lo asume en la circulación mundial de mercancías y servicios, así como en el movimiento del capital financiero a través de las variadas formas que ha cobrado en la actualidad.

Por lo tanto, en la acumulación y en el movimiento ficticio del capital a nivel global, en ambas esferas, el dólar constituye su me dio de circulación por excelencia.

De igual forma, como medio de atesoramiento el dólar también funge aún como la principal figura, pues a pesar de todo para 2005 aproximadamente el 67% de las reservas de los bancos centrales en todo el planeta son en dólares, representando el euro sólo un 15% y el oro una mínima parte.34 Tres años después el dólar ha dejado más terreno al euro como la moneda que buscan los gobiernos para mantener sus reservas, por lo que ahora aproximadamente el 60% de las mismas se conservan en dólares.

No obstante esta posición hegemónica en el terreno monetario mundial, sin embargo no es única, como sucedía hasta fines del Siglo XX.

La evolución de la Unión Europea como el Bloque económico más desarrollado y refinado ha generado una nueva situación, que año con año se afirma.

La consolidación del euro como medio de circulación y medida general de los valores que se crean y distribuyen en este bloque ha generado un nuevo equivalente que cada día que pasa se vigoriza como dinero mundial.

No sustituye al dólar como el equivalen te hegemónico, pero sí va ocupando espacios cada vez mayores en el intercambio mundial, pues apenas a siete años de su aparición ya ha desbordado las fronteras de la Unión Europea para arribar a las funciones típicamente mundiales.

Las fuerzas que lo empujan constituyen, de un lado, las nuevas relaciones de producción que han brotado de la asociación regional de los capitales europeos bajo la Unión, el 2005. estímulo del proceso de acumulación motivado por esa nueva fuerza productiva que ha lle vado a este bloque a ocupar el primer lugar en las exportaciones mundiales de mercancías, con la excepción de la industria de telecomunicaciones y de informática, de la textil y la del vestido, lidereadas por Asia Pacífico y, de otro lado, por la decadencia de la hegemonía de los Estados Unidos y en particular por la creciente debilidad de su moneda.

Desde que los Estados Unidos abandonaron la paridad del dólar con el oro, hemos presenciado una continua inflación global motivada principalmente por la emisión creciente de esta moneda.

Si entre 1945 y 1965 el suministro mundial de dólares creció 55%, después de que se abandonó el patrón oro, la emisión creció más del 2,000% entre 1971 y 2001.35

Por otra parte, esta debilidad creciente está motivada por la condición deficitaria de la economía estadounidense, derivada no propiamente de las inercias de la anarquía de la producción, típica del desarrollo capitalista, sino de una política conscientemente dirigida por la oligarquía norteamericana, que ha llevado a que prácticamente todas las economías del pla neta depositen cada vez más capital excedente mediante la compra de bonos del Tesoro y otros instrumentos gubernamentales.

El enorme déficit propicia una gran fuerza de atracción de capitales de las restantes latitudes del planeta, como los casi dos billones de dólares que tan sólo tienen depositados China y Japón en forma de bonos del Tesoro, pues de no hacerlo así, no sólo colapsaría la economía norteamericana sino que también arrastraría al conjunto del sistema hacia una crisis general de magnitudes nunca antes vistas.

Estos fenómenos son la base de la continua degradación del dólar, que se refleja en su proceso devaluatorio.

Conviene así a la oligarquía norteamericana, pues aumentan la exportación de mercancías, con el consiguiente saldo negativo entre su población asalariada al recaer en ésta los costos de la devaluación de su moneda.

A título de ejemplo, basta men cionar que si en 1970 el 30% de la fuerza de trabajo activa se encontraba laborando en la industria, para 2005 sólo lo hacía el 11%.36

Por consiguiente, la escasa o nula acumulación de capital que se presenta en la economía norteamericana se compensa con la extracción de plusvalía a través del pago de in tereses de la deuda, de la especulación, del narcotráfico y del flujo de los excedentes mun diales hacia el Departamento del Tesoro vía reservas.

En este contexto, la oligarquía norteamericana, junto con las oligarquías de mayor peso en el planeta, han decidido mantener al dólar como el medio global de circulación del capital, evitando que reviente por la condición interna de la economía estadounidense, si guiendo una política devaluatoria suave que evite el colapso en principio del frágil sistema monetario internacional.

A quien más daña esta política es a Europa.

A su vez, la fracción burguesa que detenta el gobierno actual de los EUA comple mentó esta línea con el aumento de las tasas de interés hasta poco antes que colapsara la economía norteamericana en 2007, lo que implica una mayor sustracción del excedente mundial y un mayor sometimiento en particular de los países no desarrollados al ser los más endeudados con el imperio.

El dólar se mueve en este medio, pero de igual forma el euro.

En los últimos meses el sistema financiero no estadounidense ha preferido a esta última moneda para mantener sus reservas, pues no son pocos los países que han cambiado parte de sus reservas en dólares por euros.

De igual forma, desde la Guerra del Golfo varios países petroleros optaron por introducir al euro como medio de pago en sus transacciones internacionales, hasta llegar a las operaciones de Venezuela; la guerra imperialista contra Irak también tuvo este tipo de decisiones como una de sus causales y, vista con más a detalle, también constituye una gue rra contra la Unión Europea, contra ese nuevo proceso de maduración de relaciones de producción de tipo regional, superiores a las clásicas de corte colonial que estila el imperialismo norteamericano.

También habrá que agregar ese distanciamiento, pequeño pero progresivo, que han asumido algunos países con respecto al dólar (como China, por ejemplo) al ya no hacer depender sus monedas al 100% con esa moneda.

A pocos años de su existencia, el euro va conquistando espacios que antes eran de dominio exclusivo del dólar; a pesar de la violenta respuesta de la oligarquía norteamericana, ya se perfila como dinero mundial en varias transacciones sin disputar, obviamente, aún el lugar preponderante que ocupa el dólar estadounidense.

Sin embargo, no sólo en la Unión Europea se le ve como la carta fuerte que puede sustituir a aquél en el momento del colapso del sistema monetario mundial.

Aún estamos en el momento que señala Marx, cuando existen dos mercancías si multáneamente, sin sobresaltos, como medida de valor y consiguientemente todas las mer cancías restantes tienen dos expresiones de precio distintas, en este caso, en dólares y en euros en el mercado mundial.

Pero está latente el segundo escenario: aquel en el que los cambios de valor entre estas dos monedas lleguen a perturbar la proporción entre los precios de las mercancías en tal magnitud que “la duplicación de la medida de valor contradice la función de la misma”37

37 La cita completa es la siguiente: “… si dos mercancías distintas –por ejemplo el oro y la plata-sirven simultá neamente como medida del valor, todas las mercancías tendrán dos expresiones de precio diferentes, precios en oro y precios en plata, que coexistirán sin sobresaltos mientras la relación que existe entre el oro y la plata se ¿Cuándo se dará el punto de inflexión? Cuando el carácter deficitario de la economía estadounidense devore con mayor vehemencia el excedente mundial y acentúe la desacu mulación en otras latitudes como Europa y Asia Pacífico; cuando la burbuja del capital ficticio norteamericano estalle y arrastre a la economía mundial a una profunda crisis y cuando fi nalmente, exhausto el imperialismo norteamericano ante su aventura militarista, saque su bota de Irak ante la derrota producida por la resistencia; en fin, cuando la combinación de estas crisis haga imposible o dificulte el sostenimiento del dólar como medida general de los valores de las mercancías.

Por lo pronto, con la crisis del sistema financiero mundial se produjo una herida profunda al sistema monetario basado en el dólar.

De momento el dólar se ha fortalecido por la gran inyección de capital, pero una vez que pase el momento más crítico y estabilizadas las finanzas mundiales (que se calcula se produzca hasta fines de 2009), lo más probable es que se debilite aún más la moneda norteamericana y que en esa misma dirección arrastre a las monedas que dependen el alto grado de ella, como el peso mexicano.

El dólar cederá más terreno al euro como moneda mundial.

Su hegemonía pende de un hilo, ya que puede variar sensiblemente con la combinación de las crisis que se produzca durante 2009.