SOCIEDAD, CONFLICTO Y AMBIENTE


José Luis de la Cruz Rock
y otros

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Comunicación, Riesgo y Vulnerabilidad

José Luis de la Cruz Rock
Jorge Nieto Malpica*

 

Introducción

Uno de los problemas que observamos actualmente, con el fenómeno de la globalización, es el uso y explotación intensiva de los recursos naturales, producto de una mayor demanda por los procesos productivos, así como por una creciente explotación de energía fósil (petróleo), que han contribuido significativamente al cambio climático, el calentamiento global y como consecuencia la manifestación de fenómenos naturales, cada vez más intensos, desastrosos, violetos y recurrentes con mayor fuerza, ejemplos el tsunami de diciembre de 2007, los huracanes Katrina, Gustav, Ike, Hilda, Wilma, Wilberto y las inundaciones de Tabasco, entre muchos otros; en donde los efectos han sido devastadores, desde el punto de vista social, económico, ecológico y ambiental.

La República Mexicana todos los años tiene riesgos de fenómenos naturales, y en muchas ocasiones es flagelada por enormes inundaciones, sequías, heladas, incendios forestales, sismos, deslaves de tierra, ciclones, huracanes, tormentas tropicales, y en algunos casos, explosiones volcánicas que generan cuantiosas perdidas materiales y de vidas humanas. Situación que gradualmente se ha agravado más, pues debido al proceso generalizado de destrucción del entorno ecológico por el "Efecto Invernadero" y la pérdida de la Capa de Ozono, hoy ya no asistimos a la presencia de simples desastres, sino que hoy vivimos una nueva generación de problemas con la existencia de súper catástrofes naturales como son las súper inundaciones, los súper incendios forestales, los súper terremotos, las súper heladas, las súper sequías, los súper huracanes, etc. que afectan con mayor fuerza a nuestra sociedad .

Por otra parte, también, los fenómenos naturales muestran o ponen en evidencias desigualdades sociales, económicas, regionales, toda vez que es la población más pobre, la que principalmente desamparada está y la que construye en sitios de riesgo y que es allí donde mayormente golpean los fenómenos naturales.

En este sentido, el objetivo del presente trabajo es analizar el papel que juega la información confiable y oportuna, para que la población sea capaz de disminuir el riesgo y mitigar los impactos de los fenómenos naturales, en el marco de la región del Sur de Tamaulipas. Hoy en día, se sabe que con la actual tecnología se puede ser capaz de predecir los rumbos y las dimensiones de los huracanes, ciclones y tormentas tropicales a tiempo, y si esa información se hace llegar oportunamente a la sociedad, entonces se puede aprender a vivir con el cambio climático, el cual ya está aquí. Ahora hay que estar preparados, se debe de aprender a vivir con ello, considerando las experiencias del lugar o incluso de otros lugares del mundo.

Globalización y cambio climático

En términos de Borja y Castells (2006) , el fenómeno globalizador ha acelerado como nunca el proceso de desarrollo económico, provocando un apresurado proceso de urbanización y una explotación intensiva de recursos naturales, así como una polarización entre países ricos y países pobres, y un crecimiento acelerado de la pobreza. Este nuevo modelo de desarrollo puede ser definido como socialmente injusto, ambientalmente depredador y económicamente inviable. Todo este fenómeno actual no puede ser entendido sin la tercera revolución tecnológica, la era de la información de Castells. La tecnología de la información, sin duda, se ha desarrollado de tal manera que los individuos y sus grupos sociales, regiones y parajes, serían incapaces de no incorporarse a los procesos globales.

Aprender a pensar globalmente implica necesariamente desarrollar estrategias de desarrollo local, pues la globalización no es uniforme, se da de manera diferente entre países y regiones, y una sociedad informada, organizada o como llamaría Castells, una sociedad del conocimiento, permite adaptarse mucho más fácilmente o menos dramáticamente, a los nuevos cambios, que en un sentido amplio propicia la globalización. De esta manera, una sociedad es capaz de adaptarse a los cambios cuando se dispone de una infraestructura, equipamiento urbano y de comunicación, que contribuya al fortalecimiento de la cultura del riesgo y de la prevención; y desde el punto de vista económico, que se hagan mucho más eficientes y competitivas las regiones o los contextos locales, que permitan desarrollar estrategias de planeación, con una fuerte orientación hacia la sustentabilidad.

Las sociedades experimentan una profunda transformación histórica, ya que la globalización esta cambiando las formas tradicionales de hacer, producir, consumir, informar, pensar, o lo que el planeta es asimétricamente más interdependiente, históricamente nuevo y que abre una nueva época para la humanidad y los países las regiones no son ajenos a dicho cambios estructurales. Estos cambios y transformaciones hasta ahora son poco entendidos y con frecuencia, los gobiernos locales, municipales son superados por los acontecimientos que escapan con mucha frecuencia a su control; y los efectos varían según países, culturas, formas de desarrollo ya que se presenta con diferente intensidad en cada uno de ellos, lo que si es fácilmente comprobable es que la economía global subordina a los procesos locales en los que se tiene que actuar para responder de manera eficiente a las exigencias de este proceso de globalización.

La globalización, genera nuevas relaciones espaciales entre las regiones, los gobiernos, las empresa, la sociedad, y al mismo tiempo emergen nuevos conflictos entre los diferentes actores, fuertemente influidos por los proceso de carácter global. Por ello, la globalización implica efectos desiguales en la organización del territorio, y agudiza desequilibrios regionales, por ejemplo, entre los contexto globales y rurales, entre espacios emergentes, que presenta saldos desfavorables en la organización social, económica y ambiental para los países en vías de desarrollo o subdesarrollados; ello sin duda, considera aspectos tecnológicos y económicos, pero también se observan cambios en la cultura en la comunicación y en la ciudadanía, así como entre las instituciones políticas. De tal manera, que el proceso de globalización ha modificado profundamente la estructura espacial del planeta, ha transformado los diferentes ecosistemas como nunca en la historia de la humanidad y ha propiciado una explosión demográfica sin precedentes, así como ha concentrado a la población en espacios urbanos cada vez más desorganizados, que estructuralmente se tiene que responder a esta exigencias de la globalización, por ejemplo las ciudades globales en donde hay una concentración impresionante de sistemas de comunicación, económicos, tecnológicos, políticos. Una ciudad sin tecnología no se podría considerar global.

Si bien la globalización, ha propiciado una serie de ventajas, aportaciones importantes, en este cerebro global, también, como nunca, ha propiciado una crisis de la especie humana que también la pone en riesgo, la sociedad global esta en riesgo, porque si bien las intenciones han sido buenas, de mejorar la salud, prolongar la vida, tener confort y calidad de vida en la población, esta no ha sido pareja o democrática. La globalización fue diseñada para los más fuertes, más competitivos, los que mayores recursos tecnológicos y de conocimiento disponen, y de esa manera muchos países, regiones, localidades, gente se queda a la deriva, y eso nos lleva a hablar de una crisis global sin precedentes, por ejemplo, crisis económicas, energética, social y alimentaria, y la que nos corresponde en este trabajo: una crisis ambiental que en términos de Beck (1998) y Hewitt (1983) amenaza la seguridad global.

Ulrich Beck (1998) sostiene que hoy en día vivimos en una “sociedad de riesgo”, como consecuencia tanto de nuestro modo de vida, como de las actividades económicas y de las crisis medioambientales externas. En donde, esta crisis medioambiental es también producto de la crisis social de nuestras instituciones y de la ignorancia de las diversas amenazas ambientales (Beck, 1998: 225) .

Construcción y cultura del riesgo

Los fenómenos naturales como ciclones, terremotos, huracanes, tsunamis, siempre han existido, en los sitios o regiones, en la ruta, sin embargo, estos fenómenos son más devastadores, y las explicaciones oficiales en relación a ellos hacen referencia, a lo externo, a lo histórico, fuera de la voluntad humana, al castigo de Dios, a esos factores externos, no controlables, ajenos a la voluntad del hombre, se les busca justificación y la sociedad lo ve como un castigo de Dios sobre el cual no hay nada que hacer; sin embargo, por parte de la sociedad sin criticar sus creencias ideológicas, cultura y por el lado de las instituciones, su justificación ante la incapacidad de afrontar a estos fenómenos, pues lo único que realmente se aprecia es que se oculta o se quiere ocultar con estas explicaciones simplistas, la desigualdad social que existe en las naciones subdesarrolladas y que la población pobre es la mayormente vulnerable ante fenómenos naturales o tecno-industriales, pues, por ejemplo, la población pobre que tiene viviendas precarias y frágiles, que son hechas con materiales reciclables, madera, lamina, cartón, etc. construidas en espacios de riesgo, como áreas inundables, barrancas, laderas, basureros, zonas bajas, en las márgenes de los ríos, lagunas, frente al mar, y que generalmente carecen de todo tipo de servicios básicos en materia de, salud, agua potable, drenaje, electricidad, todos ellos elementos que hacen vulnerable a la población, social e históricamente que construye en estos espacios de riesgo, además esos sitios son construidos por la población pobre y marginada, en un sentido amplio; esto quiere decir en términos de Sen (2000), como pobreza alimentaria, pobreza de capacidades y pobreza patrimonial, entonces el riesgo y vulnerabilidad social esta determinado por el conjunto de relaciones sociales de producción, que hacen que el impacto de los fenómenos naturales sea devastador y ponga en evidencia las contradicciones de los modelos de desarrollo insostenible en el corto y largo plazo.

Confrontar de manera adecuada los fenómenos naturales implica fundamentalmente transformar las relaciones sociales de producción de tal manera que se disminuya la desigualdad social, a través de procesos democráticos, incluyentes en los ejercicios de planeación y de conservación de los recursos naturales y procesos de ordenamiento territorial de tal manera que la construcción de los espacios sociales sean seguros y que mejoren la calidad de vida de la población. Por otro lado, los procesos productivos requieren de un manejo responsable de los recursos naturales, de tal manera que estos perduren en el tiempo y generen beneficios ambientales a la sociedad así como procesos productivos responsables, con tecnologías más eficientes, menos contaminantes y con una cultura del reciclaje y recuperación, ya que el modelo actual de producción esta basado en una explotación intensiva de ellos, así cuando los fenómenos naturales se presentan encuentran áreas de amortiguamiento debilitadas de bosques tropicales y de manglar, que son barreras naturales de protección en las costas.

Comunicación, riesgo y vulnerabilidad

Cabe mencionar que tanto el riesgo como la vulnerabilidad tienen diferentes dimensiones. Cuando nos referimos al riesgo, producto de factores tanto objetivos como subjetivos (Natenzon, et al, 2003), es posible identificar aspectos de tipo natural, social, tecnológico; asimismo en el caso de la vulnerabilidad también se pueden distinguir sus dimensiones física, climática, social, económica, política y socioambiental, como lo hace Ávila (2007:134) quien define la vulnerabilidad como “un proceso a través del cual, la población humana y los ecosistemas están sujetos a un riesgo por daños o amenazas ocasionados por factores biofísicos y sociales”.

Cuando hablamos de la globalización, hablamos de comunicación, de información, de sociedad del conocimiento, una época en donde todo circula tan rápidamente, que los problemas se conocen en tiempo real, entonces cómo podemos lograr que esta gran contribución de la tecnología pueda llegar a esa misma velocidad a todos esos grupos que son actores locales que están globalizados por proceso de trabajo, procesos de producción, artículos, cultivos como el plátano, el café, el cacao que participan en la globalización, sin embargo, en los procesos culturales esta fluye a la misma velocidad que la globalización por qué, entonces la información no lo hace de igual manera para todo el mundo, no hay equidad, entonces como esperar que responda, que se organice si la información no llega oportunamente en tiempo real ¿qué pasa en la globalización en materia de información? ¿qué se esta globalizando?

Específicamente, la información ante fenómenos naturales, tiene diferentes formas de llegar a la sociedad, a los habitantes implicados, a los actores locales, por el lado de la prevención, la cultura, la memoria histórica, conocer los acontecimientos pasados, a partir de que se acepta vivir en espacios de riesgo, conocerlos, no solamente saber, de que tipo, magnitud, frecuencia, impactos, debilidades, amenazas, oportunidades, y que en función de ello se eduque y se capacite para que se conozca la dimensión de un huracán de categoría cinco o de cualquier otra, ya que la gente no identifica la dimensión de cada una de las cosas, porque no hay esa cultura. Se da la ignorancia y el respeto por leyendas urbanas o falsas creencias de que nada va a suceder porque estamos protegidos por la base de los ovnis que existen el mar.

Entonces la comunicación tiene el objetivo de capacitar, de aleccionar a la sociedad, aunque a veces los medios para no ser alarmistas dejan de dar la información relevante y pertinente a fin de que la población se proteja.

También, por otro lado, la información debe venir acompañada de una serie de acciones sugeridas por parte de las instituciones, de la sociedad misma, de las ONG, del sector empresarial o altruista, como la iglesia, religiosos que faciliten la alerta, con información, que responda con acciones de apoyo a la sociedad, es decir, en el momento preciso que hacer, como evaluar, cual es la decisión correcta, que hago en mi casa si me quedo, como me protejo, que debo comprar en materia de alimentos, agua, pilas para radio portátil, y acciones como poner cintas a la ventanas, cortar los frutos de los árboles, salir o no salir a la calle.

Existen diversas interrogantes que se deben considerar, analizar y preparar para responder en forma inmediata en caso de ser necesario. ¿Se tiene la infraestructura para evacuar?, si con unas simples lluvias se colapsa la ciudad, ¿a cuantos evacuar? ¿a dónde enviarlos? ¿se cuenta con la atención medica suficiente? ¿se evacua en qué medio? ¿terrestre? ¿aéreo?

Por ejemplo ¿cuándo es el momento de evacuar?, dejamos todo y nos tenemos que salir inmediatamente, porque la evacuación en el momento crítico es difícil. La capacidad hospitalaria y médica ante un impacto: ¿se tiene medicinas? ¿lugares disponibles suficientes? ¿en qué hospitales? Porque hay que recordar que luego se presentan epidemias y enfermedades como el cólera, dengue, derivadas de la putrefacción, aguas contaminadas, etc., todo lo que está detrás de algún desastre.

Una vez que pasa el fenómeno natural, viene la reconstrucción, los programas de apoyo social, la cultura del seguro. Ya que al destruirse la infraestructura, se contamina el agua potable, se corta la electricidad, las comunicaciones, etc., y restablecer todo ello, tiene un alto costo. Por otro lado reiniciar las actividades productivas, comercio, agricultura, industria, no es inmediato, lleva su tiempo. La decisión de volver al lugar con seguridad, como allegarse de fondos de apoyo para las perdidas de los bienes materiales, casa, el papel de las aseguradoras, evitar pillaje, vandalismo, el saqueo de tiendas almacenes, la criminalidad puede aflorar. Qué hacer frente a los damnificados, en dónde se pueden presentar casos de conflictos sociales, como atender a los que perdieron todo. Todas estas interrogantes exigen capacidad de respuesta, de tal manera que puedan ser incorporados a la vida cotidiana en donde, como en todo momento, el papel de la comunicación e información es decisivo. Considerar la resiliencia . En fin, existen muchas interrogantes que deben ser contemplados y solucionadas previamente.

Consideramos que, en el contexto regional del Sur de Tamaulipas y concretamente en el papel de la comunicación, se debe contar con modelo de desarrollo comunitario comunicativo para casos de emergencia, que en su punto de partida considere todos los posibles riesgos de la zona conurbana y de la región Huasteca, haciendo énfasis en los meteorológicos a los que las comunidades del sur de Tamaulipas, norte de Veracruz y oriente de San Luis Potosí, se enfrentan de manera constante, así como, localmente, el saber que hacer ante la situación de una explosión en la Refinería de Ciudad Madero.

También, se deben considerar aquellos aspectos derivados de las actividades humanas como las productivas y las asociadas al desarrollo urbano. Como posibles situaciones de emergencia en el Libramiento Poniente (camino construido que pasa por encima de la Laguna del Chairel, vaso de captación y abastecimiento de agua para la cuidad de Tampico) y por donde circulan diariamente decenas de vehículos con materiales tóxicos; y en otra escala, la reubicación de las Compañías expendedoras de gas que ya conviven en zonas habitadas. Los desastres en general, ponen en riesgo a las comunidades, a sus bienes, sus actividades y en el peor de los casos producen pérdida de vidas humanas.

Noticieros mediáticos ante desastres naturales

De acuerdo a la revisión bibliográfica en la revista Journal of Communication , respecto al tema Cultura del Riesgo, encontramos varios artículos en un número especial, que por cuestión de espacio, abordamos el que consideramos más diversificado y que tiene conclusiones comunes de comunicación en diferentes situaciones de riesgo. Los autores son Rahul Sood, Geoffrey Stockdale y Everett M. Rogers , es producto de una investigación que efectuaron entre los años de 1979 a 1984; y que les permitió obtener datos primarios, referente a las actividades realizadas por la Prensa a partir de los acontecimientos de cinco desastres naturales:

• Huracán David, 1979.

• Una severa tormenta de nieve en Seattle, 1980.

• Cuatro tormentas en el sur de California, 1980.

• La Unión de Centros de Información (Joint Information Center, JIC) 1982-1983, que fue un gran proyecto como las bases para determinar como oficiales públicos, deben de desarrollar un EPI, (por sus siglas en inglés Emergency Public Information) o Información Publica de Emergencia usado anticipadamente en el terremoto del Sur de California.

• Un terremoto de 6.7 grados en la escala de Richter golpeó la pequeña ciudad de Coalinga, California, en mayo de 1983.

Para su análisis, utilizaron varias teorías sobre la construcción de noticias: Primero, las noticias contienen un “espejo” del mundo real. Segundo, las noticias se ven obligadas por presiones comerciales y por limitaciones tecnológicas y logísticas. Tercero, las noticias como una construcción social por el personal de noticias y como producto de relación entre reporteros y sus fuentes frente a las versiones diferentes de acontecimientos de noticias.

Los cinco estudios mostraron que la Prensa emplea diversas estrategias para cubrir los desastres. Dicen que en el nivel organizacional, la prensa local tiende a sacar de sus tareas normales a todo el personal disponible, reasignándolos para cubrir el desastre; en donde 10 de sus 12 reporteros proporcionan “cobertura general”, y además usando voluntarios.

Se notó que el personal de noticias en el lugar del desastre, asume su trabajo con independencia y autonomía muy aparte de sus superiores jerárquicos. Asimismo observan que el personal de los medios de comunicación a menudo se desempeña de mejor manera durante un desastre. Y que los reporteros que han tenido más éxito en la clasificación de nuevas historias acerca de desastres fueron aquellos que utilizaron recursos engañosos para tener acceso y movilidad ante los problemas.

A la vez dicen que en circunstancias de un desastre severo, las organizaciones de noticias es cuando pueden ofrecer un servicio a las víctimas locales, y cuando la estación de radio y televisión se esta difundiendo. El cambio en el flujo de noticias puede ser sustancial.

Lo que llega a suscitarse es una escasez inicial de la información seguida por un exceso de noticias, con toda una información disponible que tiene un valor potencial, y en donde mucha información es desechada por los diversos medios de comunicación. Esto da como resultado “puertas abiertas”, donde el flujo de noticias parece un embudo invertido. Lo que también puede resultar en severos problemas en la convergencia entre la prensa y la escena del desastre.

También se observó que cuando la Prensa cubre un acontecimiento de desastre distante y/o por un valor sensacional, son vistos ante la población como intrusos, como un fastidio, y que además se llega a un dispendio de recursos y gasto de tiempo. Se observaron varios casos de antagonismo entre miembros de las EMONs (por sus siglas en ingles: Emergent Multi-Organizational Networks) y la Prensa.

Un hecho es que la Prensa generalmente intenta obtener la información sobre desastres de fuentes autoritarias. Los estudios muestran que la prensa quiere a un “Zar de la información", una persona con el estado oficial y la maestría relevante de transportar lo más creíble, autoritario, disponible e interpretar y clarificar la complejidad para el reportero general. La necesidad de un “Zar de la información" sugiere una posición centralizada para las actividades EPI, que también reduciría la posibilidad de pánico público, así como la especulación y facilitaría la comunicación entre aquellos con la necesidad de saberlo. Pero el empleo de un centro de información o el “Zar de la información" deja un adjunto “a”, y no un substituto de, otras fuentes potencialmente bien informadas.

Por otra parte, se observa información disponible para todo. La prensa parece juzgar la severidad de un desastre por el número de muertes y heridos, daños a las propiedades, y el alcance geográfico. Necesita saber el quién y el dónde está la victima del desastre.

El estudio de Sood, Stockdale & Rogers, dejó abierta la posibilidad para futuras investigaciones en el que se podrían tratar de averiguar y responder algunas de las siguientes preguntas: ¿Cómo estiman los reporteros la severidad de los desastres? ¿Podemos ser más exactos en el establecimiento del cómo los medios de comunicación asignan el grado de prioridad de noticias en los desastres? ¿Cómo se acercan las “puertas abiertas” a las operaciones de noticias en desastres? ¿Cambia la percepción de la audiencia local con el acontecimiento del desastre? ¿El público tiene un punto de vista diferente al de periodistas profesionales? ¿Qué tan importante es el papel de los medios de comunicación en la comunicación de los riesgos de un desastre?

Asimismo sugieren que las operaciones de la prensa en catástrofes tienen que ser analizadas dentro de los contextos de la Comunicación de Riesgos, de la Agenda Setting, y de otras literaturas sobre los Efectos de los Medios, para ir más allá, “una relación causal en un sentido de la agenda mediática en la agenda pública."

La nueva cobertura de desastres tiene una gran variedad y magnitud de efectos sobre varios públicos, agendas, la política, y sobre los comportamientos.

Se concluye en que la recopilación de noticias de desastres es un producto de relaciones complejas en el proceso de noticias que afectan la percepción no sólo pública, sino también de la cobertura de la política hacia futuros acontecimientos que los medios de comunicación definen como desastres.

Sur de Tamaulipas y zona costera de la región huasteca

La zona costera de la Huasteca consta de 76 municipios, y se extiende parte de cuatro estados de la República Mexicana, Tamaulipas, San Luis Potosí, Veracruz e Hidalgo, en donde 2 millones y medio de habitantes aproximadamente y el 30% de la población rural habita en costas vulnerables y en varias zonas urbanas se ha dado un crecimiento desordenado, colonias populares marginales y densas, con una alta densidad de población, invasiones y la expansión de áreas irregulares de riesgo. Aunado a todo ello, se ha desarrollado infraestructura que impacta el medio ambiente con la construcción en áreas de riesgo en contextos urbanos. Asimismo, las actividades productivas agrícolas y ganaderas extensivas han modificado los ecosistemas, y se han sobreexplotado los recursos naturales, tanto en bosques como en los ríos, lagunas y mar, la sobreexplotación pesquera. Respecto a la comunicación mediática podemos afirmar que existe la infraestructura adecuada con una total cobertura en lo que a la radio y televisión se refiere, sin embargo está comprobado que el medio principal que rara vez deja de trabajar es el radiofónico, y que en todos los hogares existe, es de bajo precio y funciona aún con el corte de la energía eléctrica teniendo la precaución de poseer baterías.

En el caso del Sur de Tamaulipas, específicamente en la zona conurbana de Tampico, Madero y Altamira, en base a unas entrevistas preliminares que realizamos en diciembre del 2007 , pudimos observar que a pesar de haber sufrido varios ciclones como fueron el de 1933 (sin nombre) , “Hilda” en 1955 e “Inés” en 1966, poco se ha hecho y al contrario, el problema se acrecienta, ya que con un desarrollo sin planeación de la zona y oportunidad por falta de terrenos, hoy hay más ciudadanos en zonas de alto riesgo y en peligro.

Observamos que, históricamente, se registra el primer Atlas de Riesgo de la Zona en abril de 1994 por iniciativa de la Unidad Municipal de Protección Civil de Tampico, sin embargo, son escasas las autoridades que saben de su existencia. Hay informes sobre una actualización que se está llevando a cabo con la intervención de diversos actores: autoridades militares y navales, dependencias de gobierno como CFE, SCT, COMAPA, etc.; la Universidad Autónoma de Tamaulipas a través de un grupo de investigadores de la Facultad de Ingeniería; empresas de la iniciativa privada como AISTAC y PEMEX y grupos sociales que reportan la realización de un plano geo-referenciado de la zona. También participa, a través del área de capacitación e investigación, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED).

Como parte de la conformación de un Atlas de Riesgo en la zona y siguiendo las normas dictadas por CENAPRED, se deberán clasificar los mapas de riesgo para cada tipo de emergencia según las condiciones de las áreas directamente afectadas.

Se dice que ante la presencia de un fenómeno de desastre de cualquier naturaleza y bajo un previo análisis y evaluación de riesgo, el Consejo Municipal de Protección Civil y sus Comités se encargarán de convocar, organizar y coordinar, a través de los Ayuntamientos, a los grupos o dependencias a quienes corresponda entrar en acción, tales como: autoridades militares y navales, dependencias de gobierno municipal, estatal y federal; iniciativa privada, medios de comunicación; grupos voluntarios y cámaras y clubes de servicio. Ello, en virtud de cumplir con los objetivos principales de reacción, acción y recuperación ante los efectos. Las dependencias que integran estos comités son quienes se encargan de aplicar los recursos necesarios.

Aunque hay escasez en la ejecución de programas de capacitación eficaces, que habiliten recursos humanos para enfrentar la eventualidad de una catástrofe en la mayor parte de las dependencias organizativas de la zona conurbana, el departamento de Protección Civil de Tampico señala que se lleva a cabo un programa de capacitación que consta de tres niveles: Básico, Intermedio y Avanzado, siendo Tampico el único municipio del estado que cuenta con siete instructores certificados por parte de CENAPRED. En este programa se hacen partícipes a grupos de personas, empresas, dependencias, escuelas y colonias más vulnerables.

Algunas de las autoridades directamente involucradas y antes citadas, coinciden también en que se han logrado avances en la cultura de Protección Civil, pero lamentablemente, con cada cambio de administración municipal se entorpece el progreso y se frena el desarrollo de las estrategias previamente establecidas, ya que los equipos de trabajo se modifican a la par. Agregan además que no se cuenta con el equipo técnico necesario y adecuado para cada contingencia, recursos financieros restringidos e infraestructura insuficiente, ya que hacen falta hospitales, yacimientos de reserva y, por si fuera poco, sólo existen tres accesos a la ciudad; por lo que en caso de una catástrofe, las rutas de evacuación serían extremadamente limitadas.

La participación de los diversos sectores sociales ante las adversas consecuencias del ciclón “Hilda” en esta zona; la explosión de San Juan de Ixhuatepec en 1984 y los sismos de 1985 en el Distrito Federal; los huracanes “Gilberto” en Monterrey; “Stan” y “Wilma” en el sureste del país; “Paulina” en Acapulco; entre otros, son una clara muestra de que los desastres rebasan la capacidad de reacción por parte de las diferentes autoridades, así como de las instituciones públicas y privadas. Ante este panorama, es la ciudadanía quien se encarga de abatir el problema eficazmente, ya sea en forma directa y física o a larga distancia.

Sugerimos una estrategia integral de dichos elementos, ya que la preparación eficaz de medidas para prevenir y mitigar cualquier problema de desastre se puede generar unánimemente por parte de los diferentes organismos y mediante planes de un mejor desarrollo que incluya entre sus prioridades la disminución de pobreza como uno de los factores de riesgo por sus condiciones de vida y mayor protección al medio ambiente. Y es que tanto las condiciones de vida urbana como el desarrollo tecnológico industrial devastan constantemente.

Por esto, es de trascendental importancia el acercamiento e inclusión especialmente de los sectores populares de las zonas más vulnerables en la toma de decisiones respecto a las medidas preventivas en caso de desastre. Ello debido a tres factores: primero, porque estos grupos son los actores sociales que primaria y directamente se verían más afectados. En segundo término, porque ellos pueden conocer detalladamente las áreas geográficas propias y circunvecinas, lo que puede sugerir las mejores rutas de evacuación en un siniestro. Y, tercero, porque los sectores vulnerables son quienes pueden actuar con mayor interés y prontitud para el auxilio a los problemas que se presenten.

Los medios de comunicación y la oportuna y precisa información juega un papel importantísimo en la comunicación de riesgos, ya que además de brindar el apoyo a la sociedad con la información oportuna, participan activamente en jornadas de prevención y de rescate; en este sentido la radio y la televisión constituyen los medios más socorridos en caso de desastre y, sobretodo la radio que, en caso de un corte de energía eléctrica, tiene más probabilidades de seguir emitiendo señal hacia la comunidad.

De igual forma, y en contraste con la agresiva política de mercado en el que también están inmersos los medios de comunicación, se debe procurar que en la televisión local se destine tiempo y producción para la realización de Programas Inteligentes. Programas en los que se transmitan información importante y relevante para la comunidad y sus ciudadanos. No es posible concebir en la era de la información, globalización, supercultura y demás pensamientos contemporáneos se permita. Es explicable bajo el proyecto neoliberal que ha adoptado México, que se produzcan cada vez más programas estúpidos en la televisión principalmente, y se siga fomentando lo que Esteinou (1997, 2000) denomina “cultura chatarra” . Es palpable la proliferación de programas de televisión que están al aire de manera gratuita, y que es para la mayoría de la población que no puede pagar sistemas de pago como el Sky o diversos sistemas de cable que se ofrece en las principales comunidades.

Por lo que ahora se producen y difunden programas de televisión de muy bajo contenido cultural. Es necesario que se produzcan y difundan programas inteligentes, de análisis, de opinión, que eduquen, que formen a la ciudadanía y sobretodo que ayuden al desarrollo humano, al desarrollo municipal y al desarrollo regional de manera sustentable.

Hay mucho que hacer en la zona metropolitana de Tampico, Ciudad Madero y Altamira, en diferentes vertientes. Es necesario que, en el caso de nuestro tema de discusión comunicación, riesgo y vulnerabilidad, no sólo los medios de comunicación produzcan programas inteligentes, sino también que los municipios apoyen la realización de estudios municipales en materia de Comunicación y Cultura del Riesgo y así como sugerir la puesta en marcha de un modelo de desarrollo comunitario comunicativo para casos de emergencia, en donde sin duda alguna se debe invitar a los Universitarios.

El cambio climático ya está aquí, no lo podemos negar, ya está vigente, no lo podemos cambiar, no lo podemos evitar, tenemos que aprender a organizarnos, debemos de estar preparados comunitariamente autoridades, medios de comunicación y sociedad civil. Debemos pensar globalmente y actuar localmente.

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