INTELIGENCIA HOLISTICA LA LLAVE PARA UNA NUEVA ERA

INTELIGENCIA HOLISTICA LA LLAVE PARA UNA NUEVA ERA

Fredy Hardy Wompner Gallardo

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CAPÍTULO II. FORMACIÓN PARA DESPERTAR LA CONCIENCIA

Quienes tienen una visión materialista de la existencia enfocan la muerte de una manera negativa, pues no ven razón alguna para entenderla de otra forma. Consideran que el hombre no es sino una masa de carne mantenida con vida por ciertas funciones físico-químicas y controlada por una consciencia puramente cerebral; limitan la vida humana a un proceso mecánico que conoce su fin definitivo con la parada de dichas funciones y con la aniquilación de esta forma de consciencia. O dicho de otra manera, piensan que la muerte sólo conduce a la nada. Además, creen que el destino de cada ser humano está determinado por el azar y que la humanidad evoluciona únicamente bajo el efecto de un instinto colectivo de supervivencia.

Para quienes niegan la dimensión espiritual del ser humano, todo lo que ocurre en el escenario de la existencia es incoherente e injusto. Si piensan así, es porque viven constantemente en el mundo de los efectos, ignorando por completo el reino de las causas. Dicho de otra forma, no comprenden que el universo de las ilusiones y de las apariencias en el que permanecen, procede de una Realidad Cósmica donde reina el orden y la armonía. No son capaces de captar que lo visible, es la proyección de lo invisible y que lo finito no es sino una emanación de lo infinito. Prisioneros de la razón, construyen su vida sobre bases que juzgan racionales pero que, sin embargo, son tan frágiles como los ideales que persiguen. Ven transcurrir sus días inexorablemente, y avanzan con angustia hacia la muerte, ese fin último que ha sido como una cruz a lo largo de su vida.

No entienden que el destino humano sobrepasa ampliamente el intervalo consciente que transcurre entre el nacimiento y eso que llamamos impropiamente "muerte". Un velo cubre su razón y les impide ver lo que es evidente; que el ser humano es dual. En efecto, posee un alma que se encarna en el niño cuando inspira por primera vez, haciendo de él una entidad viva y consciente. En el instante en que el hombre exhala su último suspiro, el alma se disocia del cuerpo que había animado a lo largo de la vida terrenal y continua su existencia en otro plano, dimensión o universo. Así, la muerte no es sino el paso de un plano de consciencia a otro, el retorno a una condición que existía antes de la encarnación en este mundo de materia. O dicho de otra manera, corresponde a un renacimiento en el mundo invisible.

En el interludio consciente que discurre entre el nacimiento y la muerte, el hombre vive su destino tratando de soportar lo mejor posible las vicisitudes de la existencia. Desde lo más profundo de su ser, aspira a la felicidad. Sin embargo, no sabe dónde ni cómo encontrarla. La busca en los placeres que puede procurarle su entorno material, pero la realidad cotidiana le demuestra que estos placeres son efímeros y dejan siempre un gran vacío interior. Este vacío es la dimensión del abismo existente entre el alma y el cuerpo en la mayoría de los hombres. Precisamente, para que el hombre pueda reconciliarse consigo mismo, y volver a ser un hombre entero o integral es que se plantea “la educación holística”, una metodología integradora, que se preocupa por aquellos conocimientos, destrezas y competencias que servirán a los seres humanos para desenvolverse exitosamente en su existencia terrenal, pero también de aquellos elementos, aprendizajes y vivencias que le servirán para su crecimiento y evolución en el plano espiritual.

Si consideramos que solo el 3% de nuestra mente corresponde al conciente y por tanto es lo que utilizamos y existe un 97% que corresponde al inconsciente y por tanto no utilizamos. Esto significa que vivimos prácticamente dormidos o en el terreno del inconciente. Entonces surge la necesidad de despertar, de traer el inconsciente a nuestro consciente, de despertar la conciencia, por lo que conviene preguntarse ¿Cómo desarrollarnos?, ¿Qué se debe aprender para evolucionar en esta dirección?, ¿Cuáles son los pasos a seguir?. Para esto existen tres grandes factores de desarrollo personal como son: el uso del sentido critico, la transformación de las emociones y la disciplina interior. Estos factores de trabajo sobre uno mismo, en la medida que los ejercitemos continua y prolongadamente, nos ayudaran a ir progresivamente aumentando nuestro nivel de conciencia despierta. Les contare algo más de cada uno de ellos.