AGUAFUERTES II. RESUMEN Y CRÍTICA DE GENTES, CIUDADES Y RIQUEZA
 La transformación de la sociedad tradicional, del neomalthusiano Edward Arthur Wrigley

AGUAFUERTES II. RESUMEN Y CR?TICA DE GENTES, CIUDADES Y RIQUEZA LA TRANSFORMACI?N DE LA SOCIEDAD TRADICIONAL, DEL NEOMALTHUSIANO EDWARD ARTHUR WRIGLEY

Edgardo Adrián López

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1. Introducción: ¿En qué consistió la Revolución Industrial?

En líneas generales, el texto abordará los movimientos y características de la población, el crecimiento de las ciudades y sus nuevas funciones y los procesos de producción que se orientarán a satisfacer las necesidades (1992: 11, 212-213).

1.1. Definiendo la Revolución Industrial

Ambos términos juntos suponen visiones parcializadas acerca de un proceso complejo: el título privilegia lo industrial y no se puede colocar el acento en ello, ignorando las transformaciones en la agricultura, el comercio, el transporte, etc. Por otra parte, los cambios no se suscitaron de forma brusca y explosiva. Tampoco fueron tan unitarios y homogéneos, como el singular parece sugerir (1992: 13).

Tomaremos como rasgo definitorio de la Revolución Industrial la evolución de la renta per cápita, considerando que ese proceso tuvo lugar cuando los niveles de ingresos se elevaron de manera sostenida por encima de los que existían en las economías pre/industriales (1992: 14, 37, 39, 71, 84, 212).

Generalmente, se entiende que la Revolución Industrial coincide con notorios avances técnicos acaecidos entre 1780 y 1820, pero sucede que en ese lapso la renta per cápita se encontraba estancada. Por ello, el criterio de la renta no puede adoptarse sin matices, ya que podemos hacer comenzar la citada Revolución a comienzos o mediados del siglo XVIII o después de 1820 (1992: 15).

1.2. Producción y población

Aunque los nexos entre cambios demográficos y económicos no sean lineales ni mecanicistas, existen (1992: 17). Las variables “tasa de fecundidad”, de “mortalidad”, de “variación de los salarios”, etc. poseen algún enlace (1992: 17-18, 22). De ahí que haya que valorar de un modo menos prejuicioso las investigaciones de Malthus (1992: 18, nota 10 de p. 18, 19, 38, nota 59 de p. 65, nota 23 en p. 150, 310, 325, nota 14 de p. 385).

Los datos que se conocen hasta ahora señalan que existen diferencias entre Europa occidental y otros lugares. En primea instancia, casi ninguna mujer de alrededor de 15 años dejaba de casarse, mientras en Europa occidental pocas se casaban antes de los 25 (1992: 19, 200, 310). Es probable que las tasas de crecimiento demográfico se mantuvieran por debajo de la de crecimiento económico, mejorando las rentas individuales (1992: 20, 22).