LA GESTIÓN DE LAS RELACIONES Y LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

LA GESTI?N DE LAS RELACIONES Y LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

Emeterio Guevara Ramos

Volver al índice

 

 

7. Abraham Maslow

Durante los 1960s bajo la influencia de nuevas teorías de las motivaciones humanas y la emergencia de la administración humanística, se dieron fuertes argumentos para el enriquecimiento del trabajo y el desarrollo de arreglos alternativos como formas o medios para fomentar el interés intrínseco en el trabajo. Detrás de esas teorías estaba Elton Mayo y sus interpretaciones particulares de los experimentos de Hawthorne. Sin embargo, el trabajo de Maslow proveyó de un potencial teórico impresionante para lo que se ha llamado la neo escuela de escritores de las Relaciones humanas. De acuerdo con Morgan (1977, p36) reflejando los orígenes y la influencia de esta familia de ideas emerge una nueva teoría de la organización basada en la idea de que los individuos y los grupos operan más efectivamente cuando sus necesidades están satisfechas. Las teorías de motivación tales como las del pionero Maslow presentan al ser humano como una clase de organismo psicológico luchando por satisfacer sus necesidades en una lucha por el total crecimiento y desarrollo. La teoría de Maslow, así, tiene varias poderosas implicaciones y muchos teóricos de la administración vieron que los puestos tal como existían podían rediseñarse para crear las condiciones para fomentar el crecimiento personal que simultáneamente, podría ayudar a las organizaciones a alcanzar sus objetivos.

El integrar las necesidades de los individuos y de las organizaciones se convirtió en una fuerza poderosa y una herramienta indispensable para los pensadores del humanismo industrial sobre cómo modificar las estructuras burocráticas, los estilos de liderazgo y la organización del trabajo para, de acuerdo a los dictados de Maslow, lograr enriquecer los puestos de tal manera que las personas pudieran ejercer el autocontrol y liberaran la creatividad.

De acuerdo con Maslow, las necesidades humanas se arreglan a sí mismas en jerarquías. Lo anterior implica que la aparición de una necesidad usualmente descansa en la satisfacción de la necesidad más prepotente. Maslow identifica cinco conjuntos de necesidades que denominó necesidades básicas: necesidades fisiológicas, necesidades de seguridad, necesidades de amor y estima, necesidades de auto –estima y, finalmente, la necesidad de autorrealización. El modelo de Maslow es esencialmente una teoría del desarrollo de la personalidad. El autor sugiere que una persona "normal", educada en la cultura occidental, crece psicológicamente pasando esas cinco etapas de predominio de las necesidades. En la infancia, las necesidades fisiológicas son particularmente intensas, seguidas de cerca por las necesidades de seguridad. En la niñez y a principios de la pubertad se manifiestan las necesidades de amor. A medida que una persona ingresa en la edad adulta las necesidades de autoestima o dominio comienzan a adecuar el comportamiento. Finalmente, en la madurez del ser adulto aparece la necesidad de autorrealización.

El arreglo jerárquico de estas necesidades o metas significa que el más prepotente objetivo monopolizará la conciencia y tenderá a organizarse ella misma el reclutamiento de las diferentes capacidades del organismo para que ésta pueda satisfacerse, mientras que las necesidades menos prepotentes se minimizan u olvidan.

El final de la pirámide contempla la autorrealización que puede variar de individuo a individuo y sólo surge cuando las otras necesidades han sido satisfechas.

Sabemos lo complejo de las motivaciones y de los valores humanos, el hombre es una criatura compleja que tiene muchos motivos para llegar a experiencias económicas, sociales y de autorrealización. En las organizaciones complejas el hombre busca incentivos extrínsecos e intrínsecos. Para muchos trabajadores sigue siendo atractiva la recompensa económica-racional; por otra parte, también están surgiendo nuevos valores, como la autorrealización.

Esos elementos cambiantes de la necesidad y el valor humanos hacen pensar que un desarrollo organizacional efectivo debe incluir una serie de valores relacionados con la naturaleza compleja del hombre. De poderse establecer organizaciones que propicien la formación de individuos creadores, autorrealizados y responsables, cuyo valor sea fácil de ver en relación a los criterios que se han sugerido para la efectividad organizacional, hay esperanza de poder lograr desarrollar al “hombre del futuro”. El hecho de modelar a tal hombre en la organización de hoy día plantea desafíos para el individuo y la gerencia. La organización contemporánea incluye todo el espectro de experiencias humanas complejas y ricas a las que puede aplicarse esas nuevas formas humanistas y existencialistas de pensar. No sólo deben hallarse modos de ajustar al individuo diferente, sino que debe fomentarse en éste el ser diferente, logrando su “yo épico”, en el sentido que le daba BertoIt Brecht, según el cual el hombre épico amplía constantemente sus horizontes, cambia su forma de vida y avanza por caminos innovadores y de renovación. Hemos de apreciar a este hombre y aceptar esa diversidad como necesaria para satisfacer la creciente tasa de cambio que de encarar las organizaciones y la sociedad del futuro.

Lo anterior constituye la exposición más sumaria de la famosa jerarquía de las necesidades establecida por Maslow, pero es útil a nuestros propósitos siempre que recordemos que Maslow consideró que cualquier interrupción de esta progresión normal de la maduración psicológica debe perjudicar al individuo. Creía que muchos norteamericanos no pasan el nivel de desarrollo caracterizado por la autoestima es decir, que no son personalidades bien realizadas. Este problema, según Maslow vio el asunto, podía tener una relación causal con las organizaciones de trabajo en las cuales la gente pasa sus horas más importantes.

La organización de trabajo exige tanto a la gente, en el nivel del dominio, que ella no dispone del tiempo, la energía o la motivación necesarios para procurar su autorrealización. Esta situación explica en parte el conflicto fundamental entre el impulso psicológico del individuo en el sentido de la progresión normal a través de la jerarquía, hasta la autorrealización, y la necesidad de racionalidad y optimización de la organización, que restringe al individuo en el nivel del dominio.

Maslow desarrollo una preocupación en sus publicaciones de los años 1940s y 1950s, no sobre la teoría administrativa sino sobre el avance de la psicología humanística. Conjuntamente con Carl Rogers promovieron esta orientación, con la visón de convertirse en la “tercera fuerza” liberados del anclaje que suponían las raíces freudianas.

Maslow desarrolla la idea de experiencias “cumbre” como una manera de llegar a la autorrealización a través de la cuales se puede tener contacto con lo trascendente y lo sagrado.

En la visión de Maslow la administración “ilustrada” podía ser totalmente benéfica, no sólo para la administración y los trabajadores, sino para la sociedad en su conjunto porque el trabajo puede llegar a ser terapéutico psicológicamente ayudando a las personas a caminar hacia la autorrealización.

Los nuevos puntos de vista sobre el hombre, introducidos por los psicólogos humanistas y existencialistas contemporáneos, consideran a la naturaleza humana tal y como puede llegar a ser en lugar de expresar el punto de vista negativo sobre el hombre, tan común en el pasado. Maslow, Bugental, Jourard, Rogers, Frankl, Cantril, Pearls, Otto y muchos otros han reconocido la necesidad de comprender al individuo saludable, capaz de logro y de realización; hacen hincapié en el punto de vista optimista de que el hombre es potencialmente creador e innovador; por ejemplo, Maslow caracteriza a su “hombre autorrealizado” como una persona con un elevado nivel de aceptación de sí mismo y de otros, una percepción superior de la realidad, franco, con la capacidad para apreciar y la habilidad de un estadista para tomar un punto de vista respecto al mundo, sentirse parte de la raza humana y manifestar independencia. Si se agregara otra dimensión al hombre autorrealizado, sería la capacidad de crear, que es distinta al concepto de espontaneidad de Maslow.

No todos los individuos tienen verdadera capacidad creadora, pero la auto-realización liberará el talento del individuo y descubrirá capacidades cuya existencia no se sospechaba. Sabemos que muchas de nuestras instituciones sociales y culturales ahogan la capacidad de creación y la innovación, pero gran parte de las organizaciones ignoran lo que se puede hacer para fomentar esas cualidades. La capacidad de creación del hombre podría ser infinita, la cuestión es cómo aprender a desarrollar y utilizar esas capacidades cuando “un condicionamiento negativo” limita nuestra confianza y nuestro enfoque de la vida.

Podemos decir que Maslow ejerció una influencia profunda sobre pensadores como Argyris, Likert, Herzberg y McGregor.