FRONTERAS, IDENTIDAD, CONFLICTO E INTERACCIÓN. LOS PRESIDIOS ESPAÑOLES EN EL NORTE AFRICANO

FRONTERAS, IDENTIDAD, CONFLICTO E INTERACCI?N. LOS PRESIDIOS ESPA?OLES EN EL NORTE AFRICANO

Francisco José Calderón Vázquez

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3.- La frontera Mediterránea: El área de la Mauritania-Tingitania

A lo largo de la historia la Mediterranía ha sido uno de zonas centrales de la actividad humana, cuna de la civilizaciones y matriz genérica del pensamiento occidentales. No en vano, en esta área tuvieron su origen las culturas griega romana, cristiana y hebraica, así como sus posteriores plasmaciones, tales como el renacimiento, el humanismo, la ilustración, el positivismo y las distintas corrientes culturales del siglo XX.

Desde su posición central y estratégica en las rutas e intercambios comerciales y culturales de la antigüedad, la Mediterrania fue centro de la vida económica y cultural durante siglos, conociendo sus orillas la eclosión y decadencia de múltiples, reinos, imperios, religiones y en definitiva de culturas y formas de vida, que compartiendo sus riberas trataron de controlar y hacer suyo aquel espacio comercial y cultural, puesto que dominar el Mediterráneo significaba controlar el mundo.

Con el descubrimiento del Nuevo Mundo y la aparición de nuevas rutas alternativas a las tradicionales para el comercio con Oriente y África se inicia el lento proceso de decadencia del Eje Mediterráneo, en paralelo con el ascenso del espacio centroeuropeo y del anglosajón, espacios donde se transfiere el eje económico y cultural de los nuevos tiempos , deviniendo el Mediterráneo un espacio cada vez más secundario, periférico y en relación de dependencia con los anteriores.

Por ello, la Mediterrania fue, ha sido y será escenario de encuentros y de desencuentros entre las distintas oleadas de pueblos, culturas y etnias que periódicamente chocan por su control. Dentro de la Mediterranía, una zona en particular refleja con perfección ese carácter fronterizo, dual y conflictivo del espacio mediterraneo, se trata de la Mauritania-Tingitania, área territorial que, como el Mediterráneo en su conjunto, ha sido en el pasado un espacio de encuentros y desencuentros, donde, utilizando un símil geológico, han chocado las grandes placas tectónicas de dos mundos, tradicionalmente enfrentados, como son Oriente y Occidente. Este perfil conflictual de la zona, como el resto del Mare Nostrum, continúa vigente en nuestros días y nada parece aventurar que vaya a dejar de estarlo en un futuro.

Actualmente en el área Tingitana se combinan y solapan todo un crisol de conflictos latentes: desde el enfrentamiento Norte-Sur o riqueza-pobreza, como el choque entre el área religiosa, étnicas y cultural (formas de vida) europea y la arábigo-islámica-africana. Este zócalo conflictual ha provocado que nunca hayan sido fáciles las relaciones entre ambas orillas del Estrecho de Gibraltar, tanto los condicionantes étnicos, culturales y religiosos, como los posicionamientos geo-estratégicos y político-económicos, han marcado indeleblemente las relaciones históricas entre las mismas.

De hecho, la cuenca mediterránea ha presentado en los últimos siglos un carácter fronterizo muy acusado, produciéndose de hecho una situación de frontera o de tierra de nadie entre el mundo europeo-occidental versus el mundo arábigo-africano, entendidos como bloques étnico-culturales de signo conflictual y excluyente. Situación acentuada a partir del siglo XV, con la aparición del poder otomano y el contrapeso del emergente poder castellano aragonés y lusitano, puesto de relieve con la toma de Constantinopla por los otomanos (1453) y de Granada (1492) por los castellanos. Ese carácter de no man’s land ha significado que la zona mediterránea haya actuado como una suerte de limes, o de marca fronteriza, defensivo u ofensivo en función de las circunstancias,.

En este marco genérico de frontera mediterránea, en la zona mauritano tingitana se han venido produciendo a lo largo de las ultimas centurias todo un conglomerado de relaciones entre la Península Ibérica y el Magreb, conformando en su conjunto una matriz compleja. Tales relaciones ibérico-magrebíes aparecen, inevitablemente, marcadas o condicionadas por el hecho fronterizo.

Dentro de dicho konglomeraten revisten particular interés las interacciones producidas en el ámbito de los presidios y enclaves españoles en el litoral mediterráneo del Magreb, entre otras razones porque dichas relaciones al tener un carácter histórico, que se han desarrollado, con el actual formato a lo largo de los últimos 500 años, parecen reflejar con precisión los elementos de territorialidad, fronteras, identidad, conflicto e interacción, que parecen ser las piedras angulares de la matriz relacional hispano-magrebí que se extiende hasta nuestros días. De ahí, la relevancia y oportunidad del presente trabajo, al poner sobre el tapete aspectos cruciales para la comprensión de la complejidad de la matriz relacional hispano-magrebí como puedan ser la índole de los contactos e interacciones entre “mundos” tan dispares, reflejándose simultáneamente la visión y consideración “del otro” que plantea cada una de las partes en juego.

Por otra parte, revisamos en una panorámica de aproximación la presencia y características de los grupos de población hispánica residentes en los denominados “Presidios del Norte Africano” o fronteras africanas de España, con particular atención a los “Presidios o Plazas Menores”, entendiendo al Presidio como institución reguladora de dichas fronteras, desde sus inicios en el S. XVI hasta las primeras décadas del S. XX.